El día había llegado

De pronto oyó delante unos pasos y sintió una sombra escurridiza que se ocultaba en algún lugar muy cerca de ella.

Por, Jeniffer Arias

(Puno, Perú)

Faltaban pocos días, las horas se hacían una eternidad. El camino se hacía más estrecho, cada vez más claro y más lejano a la vista tal vez.

Todo empezó un día de repente, cuando la curiosidad llenó su espíritu y decidió entrar. El bosque rojo y verde a su vez la llenaba de intriga, como si fuera a encontrar algo, pero sin saber qué. Siguió paso a paso atravesando árboles con formas extrañas e inexplicables. «¿Cómo podrían haberse formado de tal manera?» pensaba.

El viento empezó a silbar; el sonido era dulce en un comienzo y parecía seguir cada paso que daba. Aceleraba el andar, y el sonido a su vez, más tosco y más cerca. Desesperada volteó, miró, observó a todas partes alrededor suyo, sin encontrar nada ni a nadie. De pronto oyó delante unos pasos y sintió una sombra escurridiza que se ocultaba en algún lugar muy cerca de ella. Empezó a correr, sin saber que cada paso que daba la llevaba a lo profundo de esta selva. Su corazón acelerado se quedaba sin latidos y ella sin aliento, había corrido tanto, que de pronto se sintió caer y perdió el conocimiento…

… Al abrir los ojos se vio rodeada de hermosos árboles decorados a la época navideña y pensó que simplemente era un sueño, que aún faltaban algunos días para navidad, su día favorito, en el que se disponía a encender todas las luces de casa y preparar galletas de hombres de nieve, árboles y  bastones. Se levantó, al mirar a su alrededor todo era muy diferente a como lo vio cuando estuvo acostada. Volvió a escuchar los sonidos cercanos a ella y recordó, eran los sonidos que ella creía un sueño.

De pronto comenzó a visualizar algo que parecía un duende, y otro y otro. Se fueron acercando, parecían ser muy navideños, pero el rostro que tenían, provocaba pánico, terror. Sintió ganas de correr y gritar pero se vio paralizada, no sabía que ocurriría, se sentía muy asustada. Las criaturas empezaron a tocarla, lastimarla, ella sentía que estos no querían dañarla pero aun así lo hacían. Mientras esto sucedía recordó un sueño que constantemente se repetía cuando era niña, donde alguna criatura extraña se le acercaba y le decía al oído que volverían por ella algún día. Pensó que quizás el día había llegado, y su pregunta era  ¿por qué a ella?

Enseguida salió de su recuerdo y se vio rodeada de estas criaturas, intentó escapar y corrió tan rápido como sus piernas se lo permitían, volteando por momentos. De repente cayó en un agujero muy oscuro y grande, lo sintió húmedo. Cuando despertó estaba en su sillón, «solo fue un sueño» pensó aliviada. Se sintió transpirar y se dirigió a su habitación a cambiarse la ropa, cuando escuchó villancicos en su puerta, ¡Era noche buena! Asombrada y temerosa se acercó a su ventana y vio todo mágicamente decorado e iluminado, era su época favorita, pero no lo sentía así ahora. «¿Cómo pude haber dormido tanto? ¿El sueño fue tan profundo?» pensó. Bajó las escaleras y al llegar a la estancia vio su árbol decorado e iluminado, pero este no se veía hermoso ni cálido, era extraño. Se acercó y vio en los adornos un duende  igual a los de su sueño, no sabía si retirarlo y, cuando se decidió, simplemente al tocarlo desapareció. Se sintió por un instante en otro mundo y observando desde este, su hogar, quiso gritar y no le fue posible.

Por, Jeniffer Arias

Reseña del autor

Nacida en la la ciudad de Puno-Perú. 28 años. Soy amante de la naturaleza, me encanta un buen libro acompañado de pureza y silencio al aire libre. Actualmente soy mamá de una hermosa niña de tres años, traviesa y sorprendente, con la cual comparto día a día, su travesuras, programas y mis lecturas favoritas. Trato de transmitirle a ella mi gusto por la lectura.

 

Revisó: Erika Molina Gallego

«Un relato absolutamente abrumador, desolador, sutilmente terrorífico.»

El pesebre

Era la virgen perfecta para mi pesebre, tenía una mirada inocente, un cabello largo y negro, era la ideal.

Por, Brisa Miranda Romero

(Guanajato, México)

La inquietud del sueño que tuve esa noche no me dejaba tranquilo. ¿Sería verdad lo que comentaba la gente, que los ángeles se comunican con nosotros por medio de sueños?

Tenía que cumplir lo que soñé. Había algo en mi interior que me pedía que lo hiciera, que cumpliera con lo que me pedían.

Comencé haciendo una lista de lo más importante para esa gran fecha, ocuparía adornos, veladoras, una virgen, a José, a los tres reyes y, obviamente, al niño.

Debía iniciar ya, tenía el tiempo sobre mí, estábamos a nueve días de lo que yo creía, era una profecía.

Esa misma noche, manejando por la ciudad, algo hermoso captó mi atención; era la virgen perfecta para mi pesebre, tenía una mirada inocente, un cabello largo y negro, era la ideal y la conseguí. Metiéndola en la cajuela, retorné por el camino a casa, para dejarla ahí mientras mi turno en el hospital terminaba.

Esa era la última noche que trabajaba, me habían otorgado mis vacaciones, había muchos camilleros nuevos, y serían ellos los que me cubrirían hasta fin de año.

De regreso a mi casa, encontré al José que haría perfecta pareja con mi virgen y de la misma manera que a ella, lo conseguí.

Ya tenía a dos de las figuras representativas más importantes de mi pesebre, solo me faltaban cinco, pero en el transcurso de la semana los reuní a todos, con excepción del niño, él nacería el día veinticinco, según la profecía y la tradición.

A sólo un par de días para la gran noche, compré todos los adornos, las veladoras y la ropa que vestiría a los miembros de mi misterio. Decoré lo más parecido a lo que había soñado aquella noche, dejando preparado cada lugar que tomarían mis figuras, detallando el sitio donde el niño reposaría a su llegada; para eso coloqué una tina, ocupando el lugar donde descansaría, puse las cinco veladoras formando una estrella (ya que en mi sueño, eso fue lo que más llamó mi atención) para que la luz de las velas lo iluminaran y todas las miradas en el niño se centraran.

Ya era víspera de Navidad, y eso significaba que era momento de continuar y colocar a cada uno en su lugar. Me dirigí al sótano, donde había dejado a mis seis personajes.

«Creo que comenzaré por el ángel» Le colocaría un catéter venoso central, que conectaría posteriormente a una manguera con el suficiente largo para que llegara hasta la tina donde en unas horas estaría el niño.

Después, con la vestimenta correspondiente a su personaje, el catéter se cubriría.

—¡No, te lo suplico!— logró decir en medio de un suspiro cansado, ya que desde que los obtuve a todos los mantuve sedados.

—Pide lo que quieras— continuó diciendo mi ángel, cuyo nombre real era Javier, un joven de 17 años. En las noticias lo habían reportado como desaparecido unos días atrás.

—¡Cállate!— Le dije, aplicándole un pegamento muy fuerte en los labios para que ya no hablara, realmente este chico me desesperaba. Él no entendía lo importante que era su participación, y sin importar cuánto dinero me ofreciera, no había cantidad alguna que impidiera cumplir con mi misión.

Lo vestí y en las alas até sus manos como a Cristo ataron en la cruz, se veía como un verdadero ángel. Colocándole una soga alrededor de la cintura lo suspendí en el aire y sujeté el otro extremo de la manguera a la tina. Vi como poco a poco la sangre abandonaba su cuerpo, vertiéndose  en el recipiente.

Era momento de ir por José, él seguía sedado y creo que no sería capaz de volver a despertar nunca más y si lo hiciera se encontraría atado igual que los demás.

Hice el mismo procedimiento con José y con los tres Reyes; conectando al catéter venoso, una manguera, sellando sus labios, vistiéndolos y atándolos en el lugar que les correspondía.

Entre ellos cinco casi llenaban la tina de sangre.

La última era la virgen, quien llevaba por nombre Esperanza, algo pasaba con ella, no sé si era su inocencia la que no me dejaba continuar, me quedé observándola un rato más, tomándola entre mis brazos, adormilada como estaba, descubrí su pecho, dejando a la vista esos pequeños senos que apenas se estaban desarrollando, era hermosa, pero tenía que colocar el catéter antes de que la media noche llegara, pues tenía que ir al hospital por el niño, me acababan de avisar que una mujer entró en labor de parto, y tenía que ayudar. Pero al pinchar la piel suave de mi virgen, un grito ensordecedor de dolor rompió la tranquilidad con la que estaba trabajando, y supongo que no solo yo la escuché, porque en ese momento el timbre de la puerta sonó, no respondí al llamado pues la furia que su grito me provocó, se apoderó de mí, la abofeteé y por lo fuerte del golpe se desmayó.

Terminando de colocar el catéter, la puerta de mi casa fue derrumbada por varios elementos de policía, quienes con armas de fuego me pedían que soltara a mi rehén (mi virgen).

Esposado, con las manos en la espalda, me metieron a una unidad y al revisar mi casa, reconocieron a cada uno de los personajes de mi pesebre: el ángel, Javier de 17 años; José, Daniel de 18 años; Melchor, Fernando de 16 años; ‘Gaspar’, Manuel, también de 17 años; ‘Baltazar’, Luís de 20 años y a mi virgen, Esperanza, de 15 años. Todos reportados como desaparecidos en la semana. La sirena de una ambulancia se escuchaba llegar, los paramédicos atendieron a Esperanza y la trasladaron a un hospital, y ya no supe más de ellos.

Los agentes al interrogarme no entendían que los ángeles me habían pedido que lo hiciera, que reuniera la sangre de cinco varones y de una mujer en un recipiente, donde el primer niño que naciera el día de Navidad, sería bañado, en él renacería nuevamente nuestro Mesías.

Más de dos mil años después del primer nacimiento, esto volvería a suceder.

Pero nadie me creía, la prensa me nombraba «el camillero del ángel de la muerte», aún queda la duda, ¿quién renacería? ¿Realmente sería el que vendría a salvarnos o sería el que vendría a destruirnos?

Por, Brisa M. Romero

Reseña del autor

Mexicana de 26 años de edad. Enfermera. Actualmente vivo en el Estado de Guanajuato.

Siempre agradecida con aquellos que confían en mí. Una romántica empedernida, amante  de la literatura, el dibujo y la música, me encanta pasar tiempo con los que más amo, mi fuerza para seguir adelante es mi familia y el apoyo de mis amigos.

Revisó: Erika Molina Gallego

«Un texto perfectamente logrado. Un proceso de una belleza macabra.»

Bajo un atardecer rojizo

Ese mismo día, Ta me contó de un viejo bigotón, con cabello largo y blanco, vestido de rojo, que en las noches de navidad se colaba por las chimeneas…

Por, Justo Morales Flores

(Playa del Carmen, México)

Hoy las nubes están rojas nuevamente, parecieran brasas enormes en la lejanía de un fuego ardiente que las enciende en esos tonos increíbles. Me provoca nostalgia, el corazón de un hombre frío como yo no debería conservar recuerdos, pero aquel niño errante  merodea en mis pensamientos a pesar de la lejanía de ese tiempo.

Hoy es noche buena y lo tengo presente en mis recuerdos más que nunca. Creo que no importa cuanto lo intente, jamás podré olvidarme de ese niño maltrecho.

Esta es mi historia, la historia de un pobre diablo, se las cuento desde algún lugar del mundo viviente o el mundo de los no vivientes, qué sé yo. Si estás ahí escuchando quizá lo puedas saber. Bueno, ahora relataré la historia desde aquel día, del cual tengo memoria.

Despierto en un callejón oscuro, mi almohada es una bolsa de basura y unos contenedores rotos y sucios tapan el aire frío. Llevo dos semanas viviendo en estas condiciones, no tengo idea de cómo murió mi padre, hace apenas unos días que mi madre me echó de la casa, como si fuese un animal maloliente, me abandonó a mi suerte, no lo entiendo. Nunca le hice nada, siempre hice todo lo que me pidió, solo aquel día, antes de recibir la noticia de la muerte de mi padre, yo no había querido bañarme y ella estaba molesta. Todavía tengo los moretones en los brazos, me duele el cuerpo, creo que ese día se le pasó un poco la mano, tal vez quiso desquitarse conmigo, pero, pero… Malditas lágrimas no dejan de brotar en mis ojos. Yo no maté a mi padre, no entiendo por qué mi madre se desquitó de esta cruel manera conmigo, tal vez debió considerar que solo soy un niño de seis años, pero la entiendo, ahora yo solo sería una carga para ella.

La comida aquí viene de la basura, pero no importa porque mi Ta siempre decía que debemos ser agradecidos con Dios por lo que nos da, aunque muchas veces pareciera que lo que nos da es malo para nosotros. Quizás el exilio no es tan malo, después de todo puedo ir a donde yo quiero, hacer lo que quiero sin que nadie me diga nada, puedo tomar las decisiones que quiera y bien que mal, nadie va a juzgarme porque no tengo a nadie. No me importa, ya vendrán tiempos mejores, así decía Ta. Además, hoy tengo muchas cosas que hacer, ayer escuché al niño de la calle 23 decirle a sus amiguitos que tiraría sus juguetes viejos, porque Papá Noel le traería nuevos, iré a ver si acaso entre esos juguetes usados encuentro el avión que tanto deseo, así me escapo un poco de la oscuridad de este callejón.

Nochebuena

Un día Ta me preguntó  por qué aún le decía esa palabra, la primera palabra que yo mencioné cuando quise decir Papá. Le respondí que estaba acostumbrado, pero realmente es que me fascinaba ver esos gestos tiernos en sus mejillas curvas cuando me oía, me gustaba cómo me miraba con esos ojos bellos, me hacía sentir tan feliz, como un terrón de azúcar, imaginen la inmensa felicidad de algo tan dulce. Ese mismo día, Ta me contó de un viejo bigotón, con cabello largo y blanco, vestido de rojo, que en las noches de navidad se colaba por las chimeneas de las casas para dejar bajo los arbolitos navideños, regalos para los niños que se portaron bien todo el año, pero para elegir el regalo que deseáramos teníamos que pedírselo en una carta. Yo le conté a Ta que para navidad quería pedirle a Santa un avión de juguete, para hacer que volara hasta las nubes, ahí donde los sueños se hacen realidad, en las nubes rojas que producen los atardeceres que le encantaban a Ta. Ya casi es navidad, mi padre prometió que me ayudaría a escribirle mi carta al viejo bigotón, porque yo aún no puedo escribir bien. Cuanto deseo que Ta esté aquí, que me abrace, que me cuide, que cure las heridas que me duelen. Estos últimos días hace tanto frío, hay copos de nieve por las cornisas de las ventanas y en las hojas de los árboles, las nubes grises forman conos gigantes, hasta parece que van a caer encima de la gente.

Yo no sé en qué estaba pensando Ta cuando murió, ¿habrá pensado en mí en su último momento? ¿Le remorderá la conciencia por haberme dejado solo? ¿Quién lo sabe? Daría todo de mí por tenerlo conmigo solo un momento más. Ojalá todo esto fuese solo un mal sueño, una pesadilla, que al despertar sea mi padre quien esté ahí al lado de la cama. ¡Dios! si esto es una pesadilla permíteme despertar ya, prometo que me portaré bien, haré mi tarea, me bañaré todos los días, tan solo quiero, tan solo anhelo, una vez más volver a ver a mi papá.

Después de caminar tanto y buscar entre los botes de la basura en la calle 23, he logrado encontrar muchos juguetes rotos, mal cuidados, como si el niño que los tenía disfrutara romperlos, pero por fortuna también encontré un pequeño avión de madera y es increíble, esta algo dañado pero intentaré hacerlo volar hasta las nubes, apenas los fuertes aires decaigan subiré a los edificios y le pediré que vuele, mientras tanto estoy fascinado volándolo por encima de mi cabeza, aunque tenga que sostenerlo con mi mano.

Han pasado cuatro días, estamos solos mi avión y yo, la torre de control no responde a mis llamados, no puedo despegarlo si no me es permitido, pero aun así, los aires helados se hicieron más fuertes, me duelen hasta los huesos, mi piel esta dura, áspera, tengo hambre. Ayer el dueño de una pizzería me regaló un pedazo del día anterior, estaba tan duro que apenas pude comerlo, es lo único que he comido en cuatro días. Estoy más flaco y casi no tengo fuerzas, la basura de este callejón lleva días aquí, tiene mal olor, pero no puedo irme a otro lado, porque ese mismo olor es el que aleja a la gente mala de aquí, todas las noches se oyen sirenas de patrullas, yo solo me regocijo entre estos cartones viejos. Anoche escuché que lanzaron piedras a los contenedores, creo que eran los niños del vecindario de enfrente, ellos andan juntos como una pequeña banda de malos, le robaron al señor de la panadería toda su ganancia del día, no me afecta, ese señor no quiso regalarme una sola pieza de pan, ni siquiera porque me ofrecí en limpiar su tonta panadería. No me preocupan esos niños, no tengo nada que puedan quitarme.

«Decenas de aviones enemigos vuelan por toda la ciudad lanzando granadas en las casas, debo derribarlas a todas. —Sargento, prepare los cañones lanza cohetes, destruiremos hasta la última aeronave que se cruce con nosotros—

—Sí, mi capitán—»

Esa banda de niños malos se está riendo de mí, no puedo derribar aviones si ellos están ahí. Están acercándose, tal vez ellos igual quieran jugar, son niños, más grandes que yo, pero igual juegan, ¿no es así?

¿Por qué están golpeándome? ¿Por qué me pegan? Me duele, me duelen los golpes.

—los acusaré con mi padre, los acusaré con mi padre, van a ver, van a ver… No me peguen, No, no te lleves mi avioncito, volaré hasta donde se elevan los sueños con él. No, por favor no—.

He despertado de nuevo, en este mismo callejón, me duele todo mi cuerpo, esos niños vándalos me golpearon hasta desmayarme, ya no sé qué día es hoy, ni me interesa, se llevaron mi avión, las nubes rojas están junto al cielo, quería volar hasta ellas y visitar a mi Ta, pero no podré hacerlo, deseo morir, eso es lo único que deseo. Ta, un día me dijiste que si quería algo, que lo deseara con el alma y entonces se haría realidad, pero yo he deseado tanto volver a verte y creo que eso es un deseo imposible, sin embargo morir sí es posible y sí deseo con alma morir, podre ir a donde tú  estás y quedarme contigo para siempre.

Bajo un atardecer rojizo desperté y ni siquiera me había dado cuenta, franjas rojas danzan en las paredes de los edificios del callejón oscuro, en la lejanía de las montañas puedo ver el enorme sol rojo ocultándose con majestuosidad, recuerdo que es Nochebuena. Las nubes reflejan esa luz pacífica y el callejón se ilumina tenue ante mí. El atardecer ha capturado mi atención, me siento tan lleno de paz, así eran los atardeceres que amaba papá. De repente escucho un ruido a mi lado, estoy hincado. Puedo ver junto a mí un avión de juguete, grande, tiene luces por todos lados y un control remoto para volarlo, en una parte del avión tiene escrito a mano la siguiente frase: “Cuando te encuentre volaremos hasta las nubes” sé en este momento que eso significa una señal. Veo que las franjas rojas se alejan, miro una vez más el sol antes de que se oculte por completo y entonces lo veo, al hombre bigotón. Él va subiendo en unas escaleras invisibles que se dirigen al cielo, está vestido de rojo, su cabello es blanco y es alto, tan alto como mi Ta.  Yo le grito muy fuerte y el voltea a verme, logro ver sus ojos bellos y estoy seguro que bajo esas largas barbas él me sonríe, lo pude sentir. Entonces entiendo que ese es mi padre y que mi padre es Santa Claus, que quizá se ha ido porque tenía que repartir regalos a todos los niños del mundo, por este año y el siguiente a pesar de haberme dejado solo.

No pude dejar de llorar esa tarde, entendí que no podía dejarme morir, que yo tenía que vivir, por mí y por mi padre, viví hasta los doce años en la calle, aprendí a vivir así, conservé mi avión, lo cuidé, lo protegí y lo mantuve intacto, hasta que un día en un parque muy lejano a mi callejón, recuerdo que también era navidad, yo intentaba volar mi avión y una mujer se acercó a mí, ella ni siquiera me dijo nada, solo me abrazó como si me conociera de hace mucho tiempo. Dijo que el avión lo había escogido ella para mí y que ella misma fue quien gravo las letras en él. Esa señora dijo que ella era mi madre, mi verdadera mamá.

NochebuenaDesde aquel entonces y después de indagar y responder a todas mis dudas, mi vida fue diferente, a la edad de 12 años mis pensamientos ya eran de un adulto, mi corazón era frío, pero mis sueños permanecieron intactos, he crecido, recuerdo a mi buen señor de bigotes blancos, lo recuerdo todo el tiempo, porque ese señor es mi Padre.

Hoy es Nochebuena, las nubes están rojas y vengo por las calles de la ciudad para entregar juguetes a todos aquellos niños desamparados y en cada juguete, una razón para vivir,  porque una vez, yo también estuve desamparado.

Creo que nosotros los seres humanos tenemos el poder para cambiar vidas, si es así, debemos hacerlo para bien.

Esta es mi historia, la historia de un pobre diablo.

Por, Justo Morales Flores

Reseña del autor

Originario de Tabasco, México. A la edad de 18 años viajo a la ciudad de Playa del Carmen Quintana Roo. Lugar donde actualmente radico. Comencé la carrera de Tecnologías de la Información y Comunicación, pero un año más tarde decido abandonarla. Comienzo a trabajar para el municipio de mi ciudad actual en diversas áreas. Desde pequeño presento pensamientos filosóficos por naturaleza, materia en la cual destacaba. Inicio en el mundo de la lectura, haciendo de esta uno de mis mejores pasatiempos, los libros que explicaban la creación del universo fueron mis preferidos para apasionarme. Poseo una gran imaginación, la cual plasmo en letras expresivas. Siempre tuve el sueño de escribir un libro, pero carecía de ideas. Un día leí “Ángel Caído” del escritor mexicano Arturo Anaya Treviño, un libro que rompió los esquemas de mis propios límites en la lectura. “Ángel Caído” me inspiró a crear mi propia historia y actualmente escribo un libro titulado “El Ángel Del Abismo” este será el primer libro de una saga, narrando la historia de un ser que ha sido creado para traer consigo el apocalipsis o para evitar el mismo.

Entre mis gustos más apasionados destacan el café y las charlas con amigos sinceros, el cine, observar la puesta del sol y andar sin rumbo por la carretera hasta que mis gustos me pidan volver. Andar en moto y auto. Disfruto de cada lectura  y pienso que todo libro escrito con entusiasmo vale la pena leerlo.

En mi efímero paso por la vida, cargo conmigo una búsqueda del valor de esta misma, una respuesta y una mirada en el cielo. Mi meta es ser escritor y plasmar en mis libros un mensaje que sea capaz de cambiar el mundo. Mis sueños radican en las estrellas, los dejo ahí esperando por aquellos mendigos que aún no tienen uno.

Facebook: Ave fénix

Fanpage: Inspiración

 

Revisó: Erika Molina Gallego

«Conmovedor, logra cautivar al lector a través de los pensamientos de un niño. Un relato que te arruga el corazón.»

Cineclopedia, emisión 19 de noviembre de 2018

Beto Rosero, realizador audiovisual, fue el invitado a la cuarta emisión de Cineclopedia

En Banda Sonora, hablamos de El Cuervo y de los sucesos alrededor de la producción que la convirtieron en una pieza de culto.

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Cineclopedia, un espacio para hablar, aprender y disfrutar de la pantalla grande. Historia, protagonistas y eventos en una misma franja.

La noche del cine en la radio

Literatura, un salto hacia la aventura

¿Qué sería de nosotros sin el encanto del olor de un libro, sin la emoción de las ferias, sin las historias que por algún tiempo tomamos como propias?

Por, Erika Molina Gallego

La literatura ha sido siempre uno de los grandes regalos que la humanidad se ha hecho a sí misma. Perdidos en un mundo de complicaciones y superficialidad, la literatura se ha convertido en un camino hacía una felicidad íntima, un portal con entrada en la realidad, pero con salidas infinitas, que igual puede llevarnos a los calabozos de un castillo, al comedor de un aristócrata, a un campo cubierto de trigo o de algodón, o a un pequeño cuarto donde minutos antes fue cometido un asesinato.

Una historia descubierta en unas cuantas hojas, puede hacernos llorar de tristeza, como saltar de felicidad, puede hacernos temblar de miedo, rabia o impotencia, como puede también hacernos enamorar. Abrir un libro es conectarse a una pequeña máquina del tiempo, que nos transporta lejos, ya sea al pasado o al futuro de nuestra fría y, a veces, aburrida realidad. Y es que aquí no existen los gigantes, no hay fiestas con vampiros, ni anillos misteriosos, los bailes ya no son ceremoniales, las torres han sido reemplazadas por vidrio y no hay dragones ni varitas mágicas.

¿Qué sería de nosotros sin el encanto del olor de un libro, sin la emoción de las ferias, sin las historias que por algún tiempo tomamos como propias? No seríamos más que autómatas vacíos, sin nada en qué pensar que no fuera el trabajo, las obligaciones, las aburridas reuniones, la economía y la guerra.

Aprender a leer, es pues, el salto hacia un mundo infinito, es aprender a soñar con los ojos abiertos, a vestir la piel de seres extraños y misteriosos. Es llenar nuestros cerebros de palabras desconocidas, descubrir verdades más allá de las que vemos y abrirnos paso por caminos de los cuales ya nunca vamos a querer regresar.

La lectura es tal vez una rareza en vía de extinción, una piedra preciosa que ya muy pocos ven, a causa de las superfluas distracciones que encuentran en el camino. Está entonces en nuestras manos no dejarla morir, seguir haciendo estallar la chispa que propague el fuego de la literatura, hacer que los más jóvenes encuentren su paraíso, abrir la puerta del ropero, llevarlos a la estación y permitirles saltar a la aventura.

Poner un libro en manos de un niño es salvarle la vida, es un laberinto maravilloso del cual ya no saldrá y un hermoso regalo que jamás olvidará.

Por, Erika Molina Gallego

Editora Narraciones Transeúntes

Expresiones contra culturales desde el sur

P20_Como la Cigarra

Un programa para conocer cómo se mueven los movimientos sociales. Las voces de la gente que se mueve por la paz

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En esta emisión de Como la Cigarra… El arte y la cultura son también formas de resistencia social y política. En ellos se expresan los problemas y los descontentos, se concretan las luchas de las comunidades, y se narran las memorias de los pueblos. En todo lugar hay alguien cantando lo que no se puede contar, y en ese canto pervive la esperanza…

Bienvenidos a Como la cigarra…

Como la cigarra… es una iniciativa colectiva de organizaciones de la sociedad civil: Proyecto CEIS, Medios al Derecho – MAD, SubLiteratura, el semillero de investigación Emergencias y el portal web alternativo Rugidos Disidentes

Dimmu borgir: una noche de colores y de sonidos extremos

El 15 de noviembre se presentó en el Royal Center, la agrupación noruega de black metal, Dimmu Borgir.

Por, Andrés Angulo Linares

La potencia de The Unveiling fue el preludio de una noche dispuesta para los sonidos más oscuros que se tomarían las instalaciones del Royal Center el pasado 15 de noviembre en la ciudad de Bogotá.

La impaciencia de los asistentes por ingresar al concierto se vio altamente recompensada, cuando en tarima hicieron su aparición los integrantes de la agrupación noruega que no visitaba nuestro país desde el 2012.

No era una noche cualquiera, Dimmu Borgir, es una de las bandas más representativas del black metal a nivel mundial y que se presentara esa noche de jueves, cuando semanas atrás habían sido canceladas las presentaciones de Marduk y de Ángeles del Infierno, en Bogotá y Pereira respectivamente, daban a su presentación un golpe de rebeldía a ese grupo conservador que le teme a las expresiones disidentes.

La penumbra invadió el escenario y la fuerza de las canciones más representativas de los noruegos como Interdimensional Summit, The Chosen Legacy, Gateways y, por supuesto,  Dimmu Borgir, tema homónimo de la agrupación, indicaba que había valido el costo de la boleta y el tiempo de espera para ingresar al concierto.

La puesta en escena de Dimmu Borgir es impresionante, sus conciertos son espectáculos integrales en los cuales, la estética, la música y el sonido son combinados a la perfección. Su presentación en Bogotá dio cuenta de ello. Los cambios de colores, en acorde con los temas interpretados permitieron que cada una de las canciones atravesara las entrañas y emocionara al público asistente.

El camino de Dimmu Borgir, luego de 25 años de historia, desde su fundación en Oslo, Noruega, de 10 álbumes, varios premios Spellemann, giras alrededor del mundo y presentaciones en festivales de la altura del  Wacken Open Air y el Ozzfest, ha supuesto cambios de alineaciones en su nómina y críticas dirigidas por una parte de sus fans que sienten que su sonido, con los años, ha perdido fuerza. No obstante, su presentación en la capital colombiana contradijo dichas versiones.

Shagrath en la voz, Galder en la guitarra líder, Silenoz en el bajo, Daray en la batería  y Gerlioz en los teclados, ofrecieron un espectáculo a todo dar. Bogotá sigue siendo un territorio que abre sus puertas a los sonidos más extremos y le ha ganado la batalla a la censura y a la moral de ciertos grupos políticos y religiosos, demostrándoles que el arte no tiene que ser color rosa.

Galería fotográfica: Dimmu borgir: una noche de colores y de sonidos extremos

Posdata

La presentación de Dimmu Borgir fue el primer evento para 71 Decibeles, nuestra nueva sección de rock y significó, también, el debut para nuestra fotógrafa Zul de la Mochila. Por lo tanto, el 15 de noviembre, marcó para nosotros, como revista digital cultural alternativa, un nuevo camino.

Crónica: Andrés Angulo Linares

Fotografía: Zul de la Mochila

 

Fusa dijo ¡NO!

Fusagasugá dijo ¡No! al fracking, a la extracción de hidrocarburos y a la minería a gran escala en la consulta popular del 21 de octubre.

Por, Andrés Felipe Ortiz Gordillo

Este triunfo contúndente fue fruto de una ardúa y larga labor por parte de las comunidades y líderes ambientales habitantes del municipio que ocupa el antiguo territorio de los indígenas Sutagaos.

Acompáñanos en este recorrido multimedia, en el cual podremos entender cómo se llevó a cabo dicho proceso, que sirve de ejemplo para otros territorios y comunidades con problématicas similares.

Accede al contenido multimedia: Fusa dijo ¡No!

Viviendo una burbuja

A pocos metros de ese centro de poder, en la carrera décima con avenida Caracas, se puede encontrar la mala fortuna a manos del más hábil cuchillero

Por, César Augusto Sutachán Daza

Carlos y José es un par de amigos con muchas aspiraciones de querer cambiar la dura realidad del país, pero a decir verdad, con muy pocos logros. Su terruño, es un pueblo ubicado en la Costa Atlántica colombiana, región corroída por la corrupción y donde la actividad política está basada muchas veces en la práctica de los delitos más comunes contra el sufragio. Un voto allí puede ser pagado con una tarifa que va desde los 10 mil a los 200 mil pesos.

Por azares de la vida los dos compadres fueron invitados a la posesión de los Congresistas el 20 de julio de 2018, un evento que para la ocasión resultó histórica a raíz de que ex guerrilleros de las FARC se posesionaron de 10 curules, con base en lo acordado en el Acuerdo de Paz suscrito en la Habana.

Ese día Carlos y José, acostumbrados a su vida austera, estrato 2, vieron como en el Congreso de la República, se vive en una gran burbuja que contrasta con la pobreza, violencia y desigualdad social que se vive a menos de 500 metros de las puertas del Capitolio, y se extiende por toda la Colombia real.

Y comenzó el show…

A Carlos y José lo que más le resultó difícil, a decir verdad, ese día festivo de la democracia, fue vestirse de paño y corbata, debido a su carácter caribe e informal, pero sabían que la formalidad en el vestir era clave para dar una buena impresión. No querían pasar de «lagartos», como se conoce a quienes se acercan a los políticos sólo con el fin de conseguir un trabajo o un privilegio.

Pablo Escobar
Fotografía tomada del artículo “Así conocí a Pablo Escobar”, publicado en Revista Semana (2007)

No obstante optaron, entonces, por vestir de paño: blazer y pantalón oscuro complementado de camisa formal, pero no sabían a ciencia cierta si la corbata era obligatoria, recordaron el sonado caso del extinto narcotraficante Pablo Escobar en 1982, cuando fue elegido como Representante a la Cámara, a quien casi no lo dejan entrar a posesionarse de su curul por falta de corbata.

Escobar solucionó el impasse 36 años atrás usando la corbata de su conductor y Carlos y José, optaron en 2018, llevándola en el bolsillo, «por si las moscas».

Al llegar al Congreso al par de amigos les impresionó el fuerte operativo de seguridad, más de 3.500 policías cuidaron la zona acordonada que representaba 30 cuadras del centro de la ciudad y les produjo un alto impacto ver la Plaza del Bolívar solitaria, solo con la presencia de las palomas que acostumbran visitarla, lucía hermosa  por la arquitectura  que data de siglos atrás y el radiante sol que reinó durante la jornada. Se sintieron personas VIP (Very Important Person), porque no todo el mundo podía entrar allí, a la burbuja.

Ingresaron, pasaron por el detector de metales, fueron explorando ese mundo desconocido para ellos, de grandes pasillos, pisos de mármol, columnas de arquitectura republicana y neoclásica, grandes espacios que evocan la historia con vistosos murales, estatuas y cuadros de los próceres de la República.

Aunque pudieron entrar sin corbata, porque los tiempos han cambiado, se sintieron un poco intimidados cuando caminaron entre personas que lucían costosos paños y modernos vestidos, bonitas mujeres que denotaban elegancia, glamour, y unas fragancias de perfume profundamente deliciosas.

Era otro mundo, muy distinto al de la Colombia real  que comienza a pocos metros del centro de poder.

Carlos y José pudieron apreciar a políticos que ostentan su fama, otros que hacen alarde de sus ilustres apellidos y los menos conocidos y recién llegados, felices, porque habían coronado su meta a pesar de lo costoso que resultó el proceso.

Llegar al Congreso no es fácil. De 2.957 inscritos en las listas, la victoria la lograron 268. Unos como José Obdulio Gaviria del Centro Democrático que fue anunciado como gran derrotado en el pre-conteo el día de elecciones, exigió revisión voto a voto de los escrutinios y se salvó, obtuvo su curul.

La sombra de la corrupción

No es un secreto, en Colombia hacer política cuesta, por los gastos de publicidad, las lechonas, los tamales, las rumbas, las reuniones, el transporte, las brigadas, en fin, para conquistar el “favor” popular se necesita de mucho dinero. No faltan los candidatos que buscan seducir con golpes de opinión pero ya pasó esa época de que emboladores, celadores y hasta actores conquistaban una curul, la maquinaria política los arrasó.

Hay quienes advierten que muchos de los políticos al lograr ganar una curul, llegan comprometidos con sus patrocinadores que en ciertos casos invierten en el negocio de la contratación pública, lo que puede terminar en corrupción. En los corredores del Congreso se respira poder y la sed por ese poder, mal manejada, ha sido uno de los principales cánceres de nuestra sociedad.

Palco Congreso de la República
Fotografía tomada de El Colombiano: http://www.elcolombiano.com/colombia/paz-y-derechos-humanos/seguridad-de-lideres-sociales-fue-debatido-en-el-congreso-CH9283985

El par de costeños impresionados por la historia y el lugar caminaron los diversos rincones del Congreso, había muchísima gente esperando en salones llenos la trasmisión por televisión. Con un pequeño engaño, nuestros protagonistas, pudieron ingresar a los palcos donde ya no había cupo, porque invitados precavidos madrugaron para tener el honor de ver la instalación del Parlamento, cómodamente sentados y atendidos muy bien por los encargados del protocolo, “… a quien madruga, Dios lo ayuda”.

Desde el palco observaron la majestuosidad del recinto, el cuadro gigante del maestro Obregón presidiendo el salón, los congresistas en pleno en las curules luciendo cómodos en muebles elaborados con madera fina. Las pantallas de computador instaladas en cada uno de los escritorios dieron cierto toque modernista al escenario.

La combinación de todos los elementos constituían una  panorámica  única y espectacular, estaban absortos de ver con sus propios ojos donde se define el destino de millones de colombianos, emocionados estaban hasta cuando dos policías les aguaron esa fiesta visual y  solicitaron a Carlos y José que salieran del palco, el engaño solo les surtió efecto durante 15 minutos.

La alfombra roja

Un tanto frustrados, luego de haber sido removidos del palco, los dos amigos continuaron su exploración y se encontraron algo mejor, la entrada al recinto principal. Allí comenzaron a reconocer a todas personalidades de la política colombiana actual, sin darse cuenta, llegaron a la alfombra roja del evento.

Alfombra roja
María Fernanda Cabal y José Félix Lafaurie | Tomada de Radar Económico: http://radareconomicointernacional.blogspot.com/2015/11/maria-fernanda-cabal-el-infierno-no.html

Los medios de comunicación cazaban entrevistas, los más solicitados fueron  los primíparos del naciente partido de las Farc, la ex senadora Claudia López, a quien le encanta “mojar” prensa y que aprovechó la elección de  su pareja sentimental, la representante Angélica Lozano, para darse su palomazo mediático a pesar de ya no  hacer parte del Congreso. Así también lo hizo una de las más controvertidas figuras del uribismo, María Fernanda Cabal y su esposo el dirigente Gremial, del mismo modo controversial, José Félix Lafaurie, Enrique Robledo, Antanas Mockus, Álvaro Velasco, en fin, la constelación de estrellas políticas criollas desfilaban uno tras otro para llegar al recinto de instalación.

El ex candidato Gustavo Petro, quien ganó el derecho a una curul por ser el segundo en las elecciones presidenciales, un «regalito» que le dejó Juan Manuel Santos al nuevo Gobierno con la nueva ley de equilibrio de poderes, no aceptó entrevistas, pero sí accedió a tomarse selfis con las empleadas del aseo del Congreso.

Una mujer nueva en el Congreso, la hija del asesinado Carlos Pizarro León Gómez, María José, fue también blanco de los medios de prensa. Todos esperaban al senador Álvaro Uribe, quien no aceptó preguntas y entró al salón elíptico con una rapidez desmesurada en compañía de casi toda su bancada.

Un hecho llamó poderosamente la atención de Carlos y José: alrededor de la “alfombra roja” estaban dos personajes que en su región son enemigos declarados.  Sin embargo, ese día parecían los mejores amigos entre abrazos y sonrisas.

Al saber que una prueba de esta conveniente amistad sería una bomba noticiosa para sus paisanos, Carlos se acercó, sacó su celular a una discreta distancia y lanzó un fallido disparo fotográfico, al cual el DR. XXXX  supo responder hábilmente haciéndole una verónica de novillero, al taparse el rostro con una de sus manos, con una astucia inusitada.  La emotiva amistad y compinchería de dos archienemigos de la costa, que “supuestamente” se odian como los que más, no pudo quedar registrada.

La conclusión que Carlos y José sacaron ante este hecho se resume en la frase: «la política en Colombia es dinámica», algo cierto y conveniente para explicar algo tan inverosímil.

La Colombia real

268 congresistas elegidos por mandato popular más los doce que fueron añadidos entre el partido de Farc y las minorías,  le cuestan al país más de 6.500 millones de pesos en diferentes rubros al año.

Cada honorable “Padre de la Patria”, vale mucho dinero al  Estado en viajes, viáticos,  primas, vehículos, comidas, escoltas, etc., se sabe que sOlo el dispositivo de seguridad que protege al ex Presidente y senador Álvaro Uribe cuesta anualmente 4.116 millones de pesos.

Muchos observadores determinan las anteriores montos como un despilfarro, pero así están las reglas de juego, cifras que analistas piden en parte se destinen a la inversión social en la Colombia real.

Pobreza
Fotografía tomada del artículo «Aumenta la pobreza en Bogotá», del sitio http://www.bogotacomovamos.org/blog/aumenta-la-pobreza-en-bogota/

Paradójicamente, a 880 metros de la emblemática Plaza de Bolívar donde está ubicado el Congreso y la Alcaldía de Bogotá y que goza de una alta seguridad, se desmanteló la famosa calle del Bronx, que por décadas fue un verdadero infierno donde operaba el tráfico de drogas, la trata de blancas y toda clase de crímenes atroces.

A pocos metros de ese centro de poder, en la carrera décima con avenida Caracas, se puede encontrar la mala fortuna a manos del más hábil cuchillero y hasta de familias enteras de delincuentes que con gran descaro atracan a transeúntes, roban espejos de carros aprovechando la ausencia de autoridad.

En esa Colombia real, a pocos metros del Parlamento, están los vendedores ambulantes y los fotógrafos que obtienen por sus trabajos, ingresos menores al salario mínimo legal vigente, se valen de su perseverancia, con la angustia entre las uñas, para buscar un bienestar para ellos y sus familias ante la falta de oportunidades que ofrece el Estado.

Esa es la Colombia que con cierta ingenuidad quieren cambiar Carlos y José, la misma que todos los senadores y representantes elegidos dicen que aliviarán con leyes justas previstas en el seno del Parlamento… ¿será verdad tanta belleza?

El desenlace

La ceremonia oficial comenzó. El mandatario de turno  Juan Manuel Santos, a las tres de la tarde instaló el Congreso y mientras todo trascurría en lo que se llama una práctica normal en el parlamento, que mientras los oradores hacen sus discursos no todos escuchan, el senador Mockus bastante afectado ante el irrespeto de sus colegas por Efraín Cepeda, presidente saliente del organismo estatal, no dudó , a pesar de sus 66 años de edad y el Parkinson que padece, ir a la parte baja de la mesa directiva, bajarse los pantalones como lo hizo hace 20 años ante un auditorio de estudiantes, para mostrar las nalgas en señal de protesta a sus colegas.

Fue un momento de pocos segundos, hubo quienes ni se dieron cuenta por estar en otras cosas pero los que sí, sintieron un viento helado al observar tremenda irreverencia.

Perplejos buscaron de manera tranquila la salida comentando lo que habían vivido y luego en sus respectivas casas vieron como las nalgas de Antanas Mockus trascendieron no solo en las noticias locales, sino en las internacionales en lo que se convirtió en “un verdadero oso mundial”.

César Augusto Sutachán Daza

Editor en jefe Revista Mundo