Muy temprano cada uno de los actores y estudiantes de la Compañía Teatral Goyenechus llegaron con total disposición, para adecuar sus personajes y transformar los rostros cotidianos en divertidos clowns, que con sus enormes narices rojas se robaron decenas de sonrisas
La tropa de la alegría Goyenechus alegró los corazones de decenas de niños durante un día de labor social
Los actores de Compañía Goyenechus visitaron dos fundaciones de apoyo a niños vulnerables en Bogotá.
El punto de encuentro fue el segundo hogar de todos los que se sumaron a esta maravillosa jornada, muy temprano cada uno de los actores y estudiantes de la Compañía Teatral Goyenechus llegaron con total disposición, para adecuar sus personajes y transformar los rostros cotidianos en divertidos clowns, que con sus enormes narices rojas se robaron decenas de sonrisas en un domingo diferente.
Cuando la tropa de la alegría estuvo lista, abordó los tres vehículos que voluntariamente prestaron algunos de los actores y el director. El primer destino fue la Fundación Búsqueda y Rescate en la localidad de Suba, luego de dar algunas vueltas y recurrir a la herramienta de moda en estos temas: el waze, para ubicar la dirección, el grupo llegó a una pequeña casa de paredes blancas para encontrar el primer conjunto de niños, quienes en un principio se mostraron introvertidos y tal vez prevenidos frente a los payasos que invadían su espacio con canciones y alegría. En este lugar llamó la atención Andrés, un pequeño que interrumpía permanentemente la actividad, rehusándose a la diversión pero que al final se confundió en abrazos con los personajes de Shakespeardún que encabezaban la tropa.
El príncipe Shakespeardúncon su guitarra puso a cantar a los niños, entre tanto Cabeza, Cola y la tropa de la alegría repartían fuertes abrazos llenos de cariño con los que conmovieron los corazones de los pequeños.
La travesía continuaba, en realidad no era sencillo, desde Suba el camino los dirigía hasta el otro extremo de la ciudad en el sector del Mochuelo en Ciudad Bolívar, cerca de dos horas y una compleja búsqueda que superó la tecnología los llevó a la Fundación Palagus “Sembradores de Esperanza”, en donde los esperaban ansiosos cerca de treinta niños que se reunían ese domingo con la ilusión de esperar a Goyenechus, luego de una gestión adelantada por su directora que se había enterado de la labor social del grupo de teatro a través de una nota de televisión de un canal nacional.
Superando todos los obstáculos de distancia y tras reducir su transporte a dos vehículos porque uno de los que llevaban no logró superar las empinadas vías, la tropa de la felicidad irrumpió las instalaciones de la Fundación Palagus con sus canciones al estilo de Shakespeardún “Para ser feliz se necesita entregar el corazón entero el alma y la bondad”, fue uno de los coros más repetidos durante la jornada.
Sin embargo, tres mensajes claves dejó Compañía Goyenechus en el alma de los niños: el primero, que el secreto de la felicidad esta en sus propios corazones, el segundo, que debemos abrazar a los demás para entregar nuestro cariño y el último la importancia de conservar nuestro planeta.
Los clowns de Goyenechus se fundieron en abrazos y sonrisas con sus espectadores quienes con seguridad vivieron un momento inolvidable con la esperanza de revivirlo muy pronto. Para el director Mauricio Goyeneche la experiencia traduce lo que con su trabajo espera lograr “Sembramos alegría en los corazones y nada llena más el alma de un artista”.