(Medellín, Antioquia, Colombia)
Por, Olugna
Es un viaje tan ligero como la vida que se esfuma en un último suspiro al frente de unas pastillas, una jeringa, una soga o un abismo. Un recorrido definido por tres estaciones que no son más que relatos cotidianos de aquellos que no soportaron el dolor que provoca la sociedad, el amor o la ausencia. Hijos del barrio que caminaron estas mismas calles, que se sentaron ―como nosotros también lo hicimos― en un andén, distrayendo la tarde detrás de una lata de cerveza y un cigarrillo.
Sus relatos ―pequeños fragmentos de la historia que se escribe en los barrios― son retratos del lado más vulnerable de la ciudad; sus tragedias ―esos golpes de realidad que preferimos ignorar―, dibujan el rostro más agreste de una sociedad que aprendió a distraerse entre el entretenimiento de una pantalla, para evitar el escozor que provoca saber que, en las periferias, cientos de sueños se apagan antes de saber si hubiesen tenido un chance para crecer.
Sr Nowak ―psicólogo, escritor y rapero nacido en Medellín―, nos acerca, a través de las tres canciones ―tres estaciones de realidad― que forman parte de su EP ‘Danzando con la muerte’, a ese diálogo que nos incomoda, pero que está ahí, que nos pide ser escuchado. Una trilogía de tragedias, cuyos protagonistas anónimos, encontraron en el suicidio la salida que en vida les fue negada; un escape no deseado a sus propios infiernos. Lo hace desde la sinceridad de las rimas escuetas del rap; desde el dolor, la melancolía y lo humano.
‘Danzando con la muerte’, canción homónima al EP, es la primera estación a la que nos acerca Sebastián Echeverry Sossa, el hombre detrás del seudónimo Sr Nowak; una historia cargada de dolor desde la primera línea, atravesada por la muerte desde el sample inicial.
«Otro día donde poco pasa y el dolor rebasa / Las ganas de seguir se pierden entre la maleza»
―Es un llamado a escuchar atentamente a quienes nos rodean, pues la muerte, a veces vestida con la máscara del suicidio, acecha siempre en un rincón del salón―, afirma Sr Nowak.
La lírica de ‘Danzando con la muerte’, narra el hastío de una rutina que asfixia y que no encuentra desahogo en ningún lugar. Es el retrato de un rostro que podría ser el de cualquier habitante de las zonas más vulnerables de la ciudad.
«No quiero salir porque el mundo es una amenaza / No hay lágrimas, pero por dentro me quemo entre brasas»
―En muchas ocasiones, solo con escuchar y conectar con el otro, podemos ser esa luz que necesita―, agrega el artista.
Sostenida sobre beats suaves, la canción, sumerge en los coqueteos con la muerte a los que se ve expuesto un individuo que se acerca ―entre el dolor, el miedo y la resignación― a su propio final. Sr Nowak, nos pone de frente ―a través de una voz temblorosa que se agota a medida que la vida del protagonista se extingue―, a los últimos instantes de ese chico que no quiso continuar; mientras que al final, las voces ajenas que no pudieron ―o no quisieron― rescatarlo, parecen sorprendidas por su decisión.
«No me lo esperaba / Yo creí que no lo iba a hacer / ¿Así estaba de mal la cosa?»
Al igual que ‘Danzando con la muerte’, ‘Quédate en mis sueños’, segunda canción del EP, se desenvuelve sobre un sample solemne; pero, en esta ocasión, el bolero ha sido invitado para acompañar la intención de la lírica: un retrato a un duelo que no fue superado. Es una composición de amor, arrepentimiento y lamentos tardíos; un poema de despedida.
«Me duele aceptar que te vas / Que tus manos no me tocarán jamás / En mi mente, latente y presente, tengo tus caricias, tu olor y tu ser»
Interpretada a dos voces, ‘Quédate en mis sueños’, es una balada romántica en la que el protagonista le reprocha a su expareja la decisión de terminar la relación; el desahogo de un hombre que se rindió y que se debate entre la negación y el arrepentimiento.
«Me juzgo y te anhelo / Te odio y te quiero / Me culpo por no haber hecho más / No haber estado en el momento que te fuiste»
Al igual que la primera estación, la segunda parada del viaje por los parajes del suicidio que nos propone el artista, ‘Quédate en mis sueños’, encuentra descanso en la muerte.
‘Me voy contigo’, la última estación de ‘Danzando con la muerte’, es el relato de una madre que sufrió la ausencia de su hijo suicida. Si bien, es una canción matizada con beats un poco más cercanos a la actualidad, está permeada por la melancolía, por la tristeza que se desprende del dolor de la muerte; el retrato del amor más puro de la naturaleza.
«Una madre es aquella que solo sabe de amar / Que se entrega día a día por nunca verte mal»
Una madre lamenta la pérdida de su hijo, llora su ausencia y tiene razones para desear la muerte. Interpretada también a dos voces, ‘Me voy contigo’, es una canción cuya letra cruda, se muestra como una reflexión necesaria en una persona que ve en el suicidio el alivio que necesita.
«Sabía que algo estaba mal / Aunque ocultaras tu tristeza / ¿Qué te faltó de mí? ¿Qué te faltó? / ¿Qué más pude hacer por ti»
Han pasado un poco más de nueve minutos en los que el músico, quien también es escritor y psicólogo, nos muestra un trabajo que recoge las experiencias de una vida dedicada al trabajo social con diversas comunidades de Medellín. ‘Danzando con la muerte’, también, es el nombre del libro que ha sido presentado en simultáneo bajo una premisa: «crear consciencia sobre la problemática del suicidio y generar reflexión sobre la depresión en general», finaliza.