(Concepción, Chile)
Por, Olugna
Su obsesión por la sangre no se manifestaba al beberla del cuello de sus víctimas, pero sí en la crueldad que presumió durante su gobierno. Ajeno a los poderes que las leyendas populares le otorgaron y que han sido retratadas ―y exageradas― a través de los trazos surrealistas de la pintura o de las líneas profanas de la literatura, era un hombre poderoso que se regocijaba con la muerte lenta y dolorosa de sus adversarios. Vlad III Draculea ―o Vlad el Empalador― hizo de su nombre un ícono inmortal que se ha mantenido vigente desde el siglo XV; la representación de lo macabro, desde los relatos de sus enemigos, o el salvador de la cristiandad rumana, según algunas crónicas que exaltan los métodos del príncipe de Valaquia [1].
«He matado a hombres y mujeres, a viejos y jóvenes, desde Oblucitza y Novoselo hasta Samvit y Ghigen. Hemos matado a 23.884 turcos y búlgaros», escribió Vlad a Matías Corvino, rey de Hungría, en una carta que le había enviado, junto a sacos llenos de partes humanas después de su campaña en 1462.
Vlad el Empalador fue el Drácula original. ‘Drácula’, novela que escribiera Bram Stoker en 1891, fue la obra que fundó la obsesión por los vampiros. Con el tiempo, el libro del autor irlandés, se convirtió en un referente de la literatura gótica, del terror y la ficción. Desde allí, el despiadado conde, ha sido llevado al arte pictórico, al comic, al cine y la música.
Von Dippel, solista chilena de larga trayectoria en el hard rock, junto a Franco Gabelo, vocalista y multiinstrumentista del país austral, presenta ‘Vampiros’, canción inspirada en la obra de Bram Stoker y probablemente influenciada de manera inconsciente por los sonidos de Gerard McMahon en su composición ‘Cry Little Sister’ y ‘Bloodletting’ de ‘Concrete Blonde’.
«Son canciones que vengo escuchando desde siempre. No me basé en ninguna de ellas, pero como están en mi inconsciente…», señala la solista chilena.
Ambientado en la ciudad, ‘Vampiros’, narra la historia de dos artistas ―Von Dippel y Franco Gabelo― que convierten una audición en un escenario de muerte y sangre. Aprovechándose de la ingenuidad de los músicos que llegaron a la cita, las dos criaturas no muertas, succionan de sus cuellos el alimento que necesitan para sobrevivir.
Dos momentos definen la narrativa del videoclip. La primera, ofrece el contexto de la historia: la llegada de los músicos a la bodega en la que se realizará la audición y el ensayo que les permitirá demostrar su talento; la segunda, por su parte, a partir del cambio en la fotografía de la pieza audiovisual, recrea un escenario lúgubre donde los dos vampiros llevan a cabo su macabro plan.
Musicalmente, ‘Vampiros’, también recorre diferentes momentos. La energía del hard rock, presente desde el principio, se convierte en un diálogo en el que participan Von Dippel y Franco Gabelo: un contraste de voces que le dan dinamismo a la canción y preparan el segmento en la que la composición se acercará a atmósferas góticas, tocando de manera sutil la teatralidad.
En la letra del lanzamiento, formada por tres versos y un mismo número de intervenciones corales, se incluyó una estrofa en latín que acompaña el momento en el que los vampiros succionan la sangre de los músicos en la audición.
«’Vampiros’ es un rock nostálgico con pasajes líricos cargados de poesía que hacen alusión a la obra de Bram Stoker, ‘Drácula», señala el equipo de prensa de Von Dippel.
De esta manera, “La baronesa del rock”, como es conocida la artista chilena, continúa con la historia artística que ha construido desde los 17 años y que han hecho de Paola Dippel (su nombre de pila), un referente del rock chileno.
[1] Frente a los otomanos se encontraban el reino de Hungría y los principados en los que entonces se dividía la actual Rumanía: Valaquia y Moldavia, junto a Transilvania, territorio autónomo perteneciente a Hungría. Tomado de Vlad Tepes el Empalador, el Drácula históríco.