(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Olugna
Con el tiempo, ese sujeto de cresta, taches y de aspecto desafiante, se convertiría en un caminante más de las calles del barrio. Su presencia, con el paso de los años, se hizo habitual en parques, tiendas, bares y otros espacios del territorio. Su temperamento fuerte y, a ratos soberbio, no fue impedimento para que, a medida que iba creciendo, se hiciera amigo del skato, el metalero y el rockero. Ya lo hemos dicho antes: su nombre es ‘Punk’ y ha respondido al estigma con dignidad, ha dejado una huella extensa en la metrópolis y su voz ―visceral, cruda y enfadada― ha sido, también, la de esa ciudad que se ha desmoronado en medio de su propia precariedad.
La Bogotá de los 90, aunque pueda parecer distante a la de la actualidad, no ha sido capaz de superar la inequidad, la violencia, la indiferencia y otros males que la han convertido en una urbe agreste. Sin embargo, ante el deterioro constante, una parte de sus habitantes, encontraron en los sonidos extremos del rock ―y más cercanos al barrio― la mejor forma de responder a la desidia de las instituciones y una manera de construir un contrarrelato de esa ciudad, que muy pocas veces aparece en los textos históricos.
En esa Bogotá del 93, en el sur de la ciudad, tres pelados encontraron en el rock una inquietud y en el punk una influencia directa, para coincidir bajo un mismo nombre: Diarrea, el cual no tardaría en ser cambiado hasta llegar a uno definitivo ―y quizás― más amigable y directo: Desarme Rock Social.
―En el transcurso del año se cambia a Desarme Rock Social, inspirado en ‘Sonidos de Guerra’, canción de Eskorbuto que expresa: «Hablan y hablan del desarme, pero nadie se desarma»―, explica Daniel Mora, fundador y vocalista de la agrupación.
Al igual que los chicos de la época, la realidad para Alex, Jair y Daniel, no pasaba desapercibida; todo lo contrario, sería la base de su identidad musical, la inspiración para sus letras y la excusa para desarrollar una propuesta que trascendiera más allá de la creación musical, para acercarse a procesos sociales, libertarios y culturales.
Han pasado tres décadas, cuatro álbumes, un sinnúmero de escenarios en los que ha dejado una huella y una gran cantidad de anécdotas que han correspondido a esa intención de involucrarse con otras iniciativas y expresiones culturales: banda sonora de la película ‘Un tal Alonso Quijano’, composición de piezas musicales contestatarias, creación de montajes para diversos procesos sociales y contraculturales, entre otras actividades, forman parte de esa historia que comenzó a escribirse con las posibilidades que ofrecía la industria musical de entonces.
‘Un tal Alonso Quijano’, fue la primera película producida por la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de Colombia
Mientras converso con Andrés, guitarrista de la agrupación desde el año 2020, escucho una a una, las canciones que integran la discografía de la agrupación y reparo en las líricas bajo las cuales fueron compuestas. Encuentro en ellas, el reflejo que Desarme Rock Social ha buscado transmitir a lo largo de tres décadas y el deseo de fijar una posición política. No es para menos, la generación que vivió ―y sufrió― la Colombia de los 90, aprendió a formar un pensamiento crítico y filosófico frente a la realidad.
Perteneciente a la placa discográfica homónima presentada en 2014, ‘Yo Digo Vida’, es la primera canción que menciona Andrés. Es una composición enérgica en la que el punk y el gypsy coinciden, para crear una pieza atravesada por los sonidos vertiginosos de ambos géneros. Reparo en su letra, un poema de Erik Arellana Bautista, un breve himno combativo que le canta a la libertad y a la dignidad que hay detrás de un individuo que, más allá de las dificultades de entorno, se reivindica a sí mismo para gritar: «Y digo que soy libre, aunque construyan barreras, muros, cárceles fronteras, e impongan mil condenas».
Es el turno para la segunda canción elegida por el guitarrista de Desarme Rock Social: ‘Las Premisas’. Es una pieza diferente. En esta ocasión, la agrupación se acerca al punk/rock melódico e involucra otros elementos sonoros que refuerzan el contenido político que busca entregar en la canción, la primera de la placa discográfica ‘Yo Digo Vida’.
‘Las Premisas’, recrea diversas atmósferas. Es una canción dinámica que aprovecha sus cuatro minutos y medio de duración, para desplazarse por un paisaje sonoro que da cuenta de la inquietud que tiene la agrupación por explorar diferentes expresiones musicales sin perder la esencia que la ha definido a lo largo de su historia.
―Surge del apoyo realizado por la banda a una organización ambientalista de la localidad 6 de Bogotá que trabaja por el humedal y el río Tunjuelito. ―Explica el vocalista y agrega―. La letra y el videoclip giran alrededor de esa idea.
Es una canción reflexiva y combativa. El discurso, en esta ocasión, es una crítica directa al establecimiento; no obstante, ‘Las Premisas’, se aleja de la victimización y del pesimismo, para asumir una postura reivindicatoria en la que el ciudadano se asume como un sujeto que es capaz de creer y trabajar «porque otro mundo puede ser posible».
‘El baile contra la motosierra’, referencia que todo colombiano entiende el cruento significado que encierra, es la tercera canción que menciona Andrés. Al igual que ‘Las Premisas’, es una composición que recorre diversas atmósferas. En ella, el punk se encuentra con el country, para crear una pieza musical divertida, irónica; pero, de principio a fin, contestataria.
Su lírica, por supuesto, aborda los crímenes de Estado en contra de chicos que fueron engañados por el ejército, para luego ser asesinados y vestidos como guerrilleros con el fin de exhibirlos como resultados positivos ―falsos y crueles― de una seguridad que un expresidente definió como democrática.
‘El baile contra la Motosierra’, además, aborda la realidad de los jóvenes asesinados por las fuerzas del Estado: falta de oportunidades, desempleo, inequidad, entre otros demonios que han habitado en el territorio colombiano. Dos minutos y medio, son más que suficientes para entender e interpretar el mensaje que busca dejar Desarme Rock Social con la undécima canción de ‘Yo Digo Vida’.
El camino que ha señalado el rock para las agrupaciones independientes en Colombia, ha traído consigo innumerables tropiezos. Transitar en él, significa, ante todo, tomar una decisión de vida, más cuando se desea dejar una huella propia definida por autenticidad y guiada por la convicción de corresponder a una filosofía.
El ‘Punk’ ―ese chico de cresta, taches y de aspecto desafiante―, sin perder su esencia, ha logrado dejar su huella y escribir un extenso relato en las ciudades colombianas. Desarme Rock Social, ha hecho de él un derrotero. Hoy, la agrupación, puede afirmar que está preparada para escribir otras tres décadas en su larga historia.
‘Yo Digo Vida’ completo: https://desarmerocksocial.bandcamp.com/album/yo-digo-vida
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Desarme Rock Social | Integrantes
- Voz: Daniel Mora
- Guitarra: Diego León
- Guitarra: Andrés Murcia
- Bajo: Raúl Casas Valencia
- Batería: Mario Suárez