En apoyo y respeto a Leyner Palacios Asprilla
Por, Luis Carlos Velasco Morales —@Velitalc
Colombia es un país lleno de colores, sabores y olores. Reconocido ampliamente por su biodiversidad, sus mares, su inmensa selva y la fraternidad de la gente. La sumatoria de estos elementos hace del territorio nacional un verdadero paraíso tropical adornado con la belleza de sus flores y aromatizado con la exquisitez de su café.
Este paisaje, que parece hecho a mano y con detalle supremo por el mismo Dios, es cuna de escritores, poetas, artistas y músicos que han llevado su trabajo a los confines del mundo dejando el nombre de Colombia en lo más alto.
Y es en medio de este Edén latinoamericano que nace un nombre: Leyner Palacios Asprilla.
Leyner es un hijo de Bojayá que trabaja por la Paz y la reconciliación. Además de ser el ganador del Premio Pluralismo Global 2017 y nominado con otras víctimas al Premio Nobel de Paz. Así como se describe en su Twitter @PalaciosLeyner.
Sin embargo, él es una de las 7.277.408 personas que según datos del Registro Único de Víctimas (RUV) con corte del 30 de abril de 2020, cumplen con los requisitos para acceder a las medidas de atención y reparación establecidas en la Ley 1448 de 2011. Es decir, es una víctima del conflicto armado colombiano.
Su historia se remonta al 2 de mayo del 2002, cuando en medio del conflicto territorial entre paramilitares, ayudados por el Estado, y la guerrilla de las FARC, tiene que huir con su hija para no ser asesinado, como las 79 personas que perecieron estando encerradas en la iglesia del pueblo por la explosión del cilindro bomba lanzado a los adversarios por parte de la guerrilla.
Desde ese día Leyner ha esquivado la muerte en repetidas ocasiones, ha sobrevivido a las amenazas, a los atentados y al silencio del Estado.
Hoy, desde algún rincón de este país hace un llamado a la desobediencia civil por la paz. Y nos unimos porque no queremos más líderes asesinados, no queremos vivir en la política del miedo. No es justo que por presentar el documental Bojayá entre el fuego cruzado haya sido perseguido y desplazado.
Desde estas líneas hacemos un llamado a la Ministra del Interior, Alicia Arango Olmos, para que escuche a los líderes no queremos más ríos de sangre.
Enviamos un abrazo de apoyo y solidaridad a Leyner que como otras víctimas del conflicto hacen hasta lo imposible para que este paraíso vuelva a ser viable para todos y todas y así poder ver a nuestros hijos correr por sus jardines por la alegría de un juego y no por el terror de una bala.
Gracias Leyner por tu trabajo, por tu vida y por tu resistencia. ¡Qué la desobediencia por la paz empiece ya!
