(Los Ángeles, California, Estados Unidos)
Por, Olugna
El golpeteo repetitivo de la batería marca el inicio; poco a poco, las guitarras y el bajo, habrán de acompañar ese compás que, a lo largo de un minuto y medio, se convierten en el preludio de las primeras líneas de una canción ―a mi modo de ver― introspectiva y ―por qué no― catártica, ‘If Darkness had a son’.
Al tiempo que me dejo envolver por ese golpe de percusión atravesado por un riff sencillo y simétrico, reparo en el video que acompaña la canción; en él, imágenes recreadas digitalmente, destellos de luces y otros efectos de edición, comparten un espacio con los cuatro músicos. Es una pieza audiovisual simple; pero, vista con detenimiento, permite identificar e interpretar diversos detalles que forman parte del concepto que Metallica busca transmitir en su nueva placa discográfica, ’72 Seasons’: enfrentar las creencias y los miedos que nos son inculcados durante los primeros años de vida.
Antecedida por ‘Lux Æterna’ y ‘Screaming Suicide’ ―igualmente introspectivas, pero más rápidas―, ‘If Darkness had a son’, es la canción que hasta el momento me ha resultado más llamativa de este nuevo capítulo en esa extensa historia que comenzó a escribirse 41 años atrás en la ciudad de Los Ángeles. Quizás, sea su letra ―una secuencia de frases cortas, simples y filosas― que se acerca a la primera década de Metallica; quizás, sea ese sonido que consiguió la agrupación en trabajos como el ‘Load’ y el ‘Reload’.
La voz de James Heltfield, alejada desde hace mucho de la profundidad que proyectaba en la década de los 80’s, aún conserva esa esencia que permite identificarla sin mayor dificultad; sin embargo, al igual que el músico nacido en 1963, ha envejecido con los años. La furia de aquella época que incitaba a la descarga violenta de energía, desde hace mucho, parece sentirse cómoda con mover la cabeza solamente. No es para menos, él no tiene 20 años, ni nosotros ―los que nos enamoramos del metal gracias a Metallica―, estamos para rompernos el cráneo en un pogo.
Metallica, durante su amplia trayectoria, ha logrado cerrar ciclos y se ha negado a permanecer atada a la nostalgia; todo lo contrario, se ha arriesgado a experimentar con diferentes posibilidades musicales. Quizás, no volvamos a escuchar de la agrupación de Hetlfield, Hammet, Ulrich y Trujillo, una canción que trace una línea definitiva en la historia del rock pesado; sin embargo, quedo tranquilo al saber que aún permanece intacto el deseo de crear y transmitir un concepto en cada disco, en cada composición.
Metallica, más allá del pasado glorioso que la antecede y que muchos extrañamos; sigue siendo ―para bien o para mal― ese referente que nos recuerda que el rock, aunque algunos piensen lo contrario, está lejos de desaparecer.