Indiferencia

Es mi culpa que sus manos estrujaran mi cuerpo hasta la muerte ¿por qué para quién es mi cuerpo sino para ellos?

(Santa Rosa de Osos, Antioquia)

Por, Daniela Pérez Taborda y Andrea Peláez López

Daniela Pérez Taborda y Andrea Peláez López, en el marco de la clausura del Taller de Literatura Rayuela, realizado en el municipio antioqueño Santa Rosa de Osos, entregaron el video Indiferencia, con el cual, a partir de cuatro desgarradores poemas, entregan un mensaje a la sociedad en contra del abuso y el maltrato hacia la mujer.

Es mi culpa

Autora: Daniela Pérez Taborda

Es mi culpa,

es culpa de las palabras que no llegaron a tiempo,
es culpa de querer conocer el canto de la noche,
es culpa de mi falda alta,
del escote en mi pecho,
de mi jeans holgado o ajustado,
es culpa mía haber estado en casa, en el colegio,
en la universidad, en el trabajo, en la calle,
es mi culpa que sus manos estrujaran
mi cuerpo hasta la muerte
¿por qué para quién es mi cuerpo sino para ellos?,
es mi culpa ser mujer
y que el dolor de los siglos
reverbere en mis huesos como una condena,
es mi culpa no morir para que no me creyeran,
es mi culpa no tener un porqué que avale a los chivos expiatorios,
es mi culpa no tener la edad suficiente para ser veraz,
es mi culpa haber destruido las jaulas,
¡y no importa que me des la espalda y solo te vuelvas cuando digo que es mi culpa!
¡Seguí dándome la espalda por desprestigiar a los buenos hombres!
¡Por no decir que quise ser desgarrada!
¡Seguí dándome la espalda!
¡Qué nosotras seguiremos alzando la voz
hasta destruir los dogmas
que ponen en tela de juicio la dignidad!
¡Seguí dándome la espalda!
¡Y si te pasa a vos, a tu hija, a tu madre, a tu hermana
nos levantaremos en los huesos del fuego!
¡Seguí dándome la espalda!
Pero lamento que mi grito fragmente tu cuerpo
como el silencio que estalla.

(Sin título)

Autora: Andrea Peláez López

Hoy el silencio se rompe
con los gritos de las que aún estamos,
gritos que claman justicia
por las que ya no están.
Son plegarias que dicen
que ya fueron suficientes cuerpos
en bolsas, en caño, en el río.

Nuestros puños se alzan
diciendo no más al miedo,
pidiendo sentirnos seguras
estudiantes, trabajadoras, niñas, amantes.

A pesar de todo
hoy hay una nueva desaparecida.

(Sin título)

Autora: Daniela Pérez Taborda

Un animal aborigen de la culpa
se acurruca en mis dientes,
deshago su cuerpo en cada mordida,
mi lengua se hace desierto;
su flora eclosiona
como lanzas que cazan el dolor.

Dime

Autora: Andrea Peláez López

Dime
¿Sentiste placer y tocaste la gloria mientras pasabas tus labios por mi boca o quedaste tan vacío como antes?


Dime
¿Fue mi cuerpo suficiente o cuántas más pasarán por tus manos para que quedes satisfecho?

Dime, por favor que mis gritos no fueron en vano,
que los escuchaste y te dio algo de miedo.

Dime que sentiste mi cuerpo tensarse y luchar contra ti
ahí donde posabas tus manos.

Dime por qué lo hiciste,
si yo ni siquiera te miré al cruzar la calle.

Porque yo solo sentía dolor:
las mejillas sucias por las lágrimas desesperadas,
la garganta desgarrada por los gritos mudos,
los nudillos ensangrentados por los puños inservibles.
Sangre y piel entre las uñas.
Y luego…
todo mi cuerpo era rojo y ya no podía moverme más.

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