El pasado 7 de mayo se llevó a cabo la presentación de las agrupaciones colombianas Dark Side, Random Revenge, Legion of the Damned, de Países Bajos y Extinger de Ecuador, excelente show con mínima asistencia.
Dark Side, Ramdom Revenge, Legion of the Damned y Extinger, en el Subterráneo de Bogotá. Más Underground no se puede
El pasado 7 de mayo se llevó a cabo la presentación de las agrupaciones colombianas Dark Side, Random Revenge, Legion of the Damned, de Países Bajos y Extinger de Ecuador, excelente show con mínima asistencia, que para muchos es una desgracia y para otros, la oportunidad de conservar un recuerdo inolvidable.
Hace unos años asistimos a algunos eventos realizados en el local Subterráneo ubicado en la calle trece con sexta, en toda esquina nororiental de la plazoleta El Rosario, corazón del centro de Bogotá, en esa ocasión pudimos apreciar la presentación de los norteamericanos y leyendas underground del Thrash, Toxic, que recientemente se reunieron de nuevo y cuya carrera musical ha tenido largos baches. En esa ocasión hablábamos de ese evento, como una visión renovada que describe lo que vivieron las agrupaciones pioneras del Metal en los albores de los ochenta, antes de la fama, antes de los títulos, antes de los géneros, antes de la moda, antes de todo.
Locales pequeños, público escaso en un ambiente familiar cercano a las bandas. Integrantes de otras agrupaciones, que se acercaban para ver a sus amigos y tomar algunas ideas. Así se sintió una noche de remembranza del Underground en su estado más puro.
Esta presentación de Legion of the Dammend, por el contario, generó sentimientos encontrados. Por una parte, fue la oportunidad para conocer a la agrupación Dark Side, escuchar de nuevo a Random Revenge que nunca fallan, pues es de una de las mejores agrupaciones nacionales. Vivimos los asistentes, incluso, la interacción desde la frontera inexistente del escenario con el público, la relación con los ecuatorianos Extinger y saludamos a los integrantes presentes Ursus, Charm Designer, entre otros. Y, sin duda, interactuar con Legions of the Dammned, de cerca, fue algo muy grato. Sí, lo sé, apoyo a las bandas nacionales, pero aún me comporto como fan quinceañero y me emociono por conocer a quienes llegan de tierras europeas, porque allí el Metal es casi folklor, cosa que para cualquier amante de esta música, es un privilegio.
Si esto fuera Norteamérica, todos hubiesen hablado de este evento, pagarían el valor que fuera por un espacio tan íntimo con los artistas y sería todo un privilegio haber podido asistir.
Mi primer sentimiento, sin duda, es de orgullo y un recuerdo imborrable que intentaré volver leyenda cada vez que cuente esta experiencia. En unos años diremos: “¿parce, recuerda aquel toque de Legions of the Dammned en Bogotá?, esos manes eran una chimba”. Alguno responderá: “Uy sí (…) pasó tal cosa, pasó tal otra”. No faltará quien replique: “Estos manes si hablan paja, yo no creo que eso fuera así” y otro más agregará: “¡Qué va! Esos tipos que iban a estar ahí metidos, yo nunca supe que vinieran” pero así fue, y así quedó registrado.
Y, a la vez, está ese sentimiento agridulce que nos da la escena últimamente, llegar a un ver una banda internacional y otras grandes nacionales sin encontrar asistentes. Ver el esfuerzo de los realizadores (LemmyProductions), para entregar una gran fiesta de este tipo y tener que regalar tres entradas por el precio de una, ver que se cancelen las presentaciones de la agrupación en otras ciudades por falta de venta. Terribles señales del público, que cada vez es más escaso.
Quizás sea fruto de la recesión económica, la eventual falta de publicidad, o la falta de conocimiento de la agrupación. Tal vez, como se señala desde hace mucho, los metaleros no pagan entradas, porque están acostumbrados a festivales gratuitos y pedir rebaja en bares, inclusive, que la escena bogotana, hace que sólo asistamos a ver a nuestros amigos, cuando forman una agrupación musical, porque ahora existen más bandas que fanáticos. Todo junto o tal vez nada. Sin embargo, es triste ver un evento con menos de 100 personas, para apreciar talento joven y renovado, talento de Metal de verdad. Pero así fue y así quedó registrado.
Más allá de estas paradojas, vale la pena decir, que fue un evento que, en cuanto a lo musical, no tuvo tacha. El Subte, increíblemente y pese a su tamaño, ha albergado artistas de calibre altísimo, y producir un sonido de calidad es fácil, su acústica cerrada, tal vez, permite que resuene con claridad cada acorde de las guitarras y la batería vibra con especial fluidez. Es como estar con Epica o Melechesh (sólo porque son coetáneas de Legions of the Dammned) en un ensayadero y que te agregen lo mejor de las bandas actuales entre el público, para compartir con ellos unas birras (en ese caso sería algo así como que estar The Gathering y de vecinos a los holandeses Pestilence) y, además, que toquen el repertorio, como si estuvieran en pleno Metal Meltdown (uno de los mejores festivales de Países Bajos).
La noche empezó tarde con la presentación de Dark Side, agrupación de Thrash muy, pero muy pesado, que ronda las cercanías del Death y hasta el Gore, pero que mantienen, a su vez, ese toque del Metal ochentero y clásico muy filoso en las guitarras, dieron todo en tarima y presentaron su repertorio de más de una década con fuerza y brutalidad. Ellos son Rogger Silva en la Voz, Howard Avella y Daniel Espitia en las Guitarras, José Luis Agudelo al Bajo y Daniel Pinzón en la Batería.
Posterior a la fuerte apertura, hizo su presentación Random Revenge, que como es costumbre, levantaron la energía y pusieron en un punto muy alto la calidad interpretativa, puso su atención en su sonido, porque, en cuanto a ejecución técnica, esta banda nacional no tiene nada que envidiar a cualquiera europea o norteamericana. Ha tocado con Carcass, Brujería o Coroner y no sienten miedo ante una tarima, precediendo a una banda extranjera. Un Thrash actual con sonido muy propio, pero que recoge una gran escuela de Heavy Metal, es la única manera en que lo puedo definir. Las bandas nacionales, generalmente, se quedan pegadas a lo antiguo o entran a la batalla, sin conocer la historia de la guerra, Random Revenge, demuestra que su academia en cada presentación. Esto sin duda tiene fundamentos.
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Sin mucha demora subió a la pequeña tarima el gigante Legion of the Damned, su nombre indica multitud y grandeza. No defraudaron un ápice a ese apelativo. Contundentes y directos, con un sonido grandilocuente y Thrash Death. Surgida en pleno inicio del milenio, los holandeses, suenan como si llevaran mil años a cuestas, su actitud y altura vikinga que les da esa presencia propia de las bandas extremas nórdicas. Suenan muy compactos, pero con la frescura de ese primer Malevolent Rapture, que ya cuentan con 11 años y atacó a nuestros oídos con verdaderos temazos como Werewolf Corpse o su tema homónimo Legion of the Dammed, realmente un himno que casi nos aplasta en vivo. Recorrieron su discografía a mil por hora, dejaron con ganas de escuchar mucho más, porque rockean como se debe en la vieja escuela, pero que suenan, como si el Thrash se tocara aun en el año 10.000. Así tocan las bandas ahora que quieren mantener el legado, es para ‘trues’, no se equivoquen, aquí no se puede pedir cosas de los big four por que no suenan ni parecidas. Esas son mecánicas mainstream, Aquí el Metal sale con músculo y, ante todo, con la actitud de gozar al máximo, como se puede identificar en las bandas germanas ante todo. Pocas veces tendremos la oportunidad de ver una agrupación así, capaz de maldecir el escenario y luego bajar a tomarse fotos con una sonrisa de oreja a oreja en medio de 100 sudorosos fans. La experiencia, recordemos, viene desde que se nominaban Occult y se dedicaban más al Blackened ¡Grandes! no hay más apelativos.
Para finalizar, quien lo creyera, no fueron los holandeses sino los ecuatorianos, Extinger, una banda de jovencitos que caminan por los pasos de las primeras agrupaciones que hicieron importante este género, son puro y definitivo Thrash Metal. No están para innovaciones, tocar rápido, fuerte y sin contemplaciones. Surgieron a mediados del 2013 y suenan como los demos, crudos y directos. Tienen potencial y están sumando una experiencia importante. Quedamos atentos a su evolución. El subte, pese a su tamaño, ubicación y marcada tendencia a las bajas audiencias, es un generador de buena suerte para las bandas latinoamericanas, lo que llamamos en Colombia, buena espalda, que como hace unos años los Dekapited de Chile, salen directo a no parar de girar.
En definitiva, fue una noche de grandes momentos para la cultura Thrash, aun cuando este género domina nuestra escena y paradójicamente la asistencia fuera tan escaza, las bandas no decayeron en fuerza y actitud; ante todo nos dejaron escuchar y apreciar sus interpretaciones, como si en medio de un día normal, pusiéramos un disco a todo volumen.
Agradecimientos a los organizadores y los amigos de los otros medios, apenas unos cuantos, pero que siguen creyendo en la escena nacional y la validez de estos encuentros, que tienen más para enseñar que muchos espectáculos sin alma o verdadera entrega Heavy. También un saludo especial para Duván Gómez por la invitación, un verdadero fanático, ¡Hell yeah man!.
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Por, Luis A. López