Un Poco Tarde

Un poco tarde – (Crónica de un vago)

Tristes segundos que en la noche se hicieron años

Por, Las Letras del Poeta Ebrio

De noche en la ciudad salí a caminar por las calles de mi barrio como siempre: solo.

En la soledad de mis pensamientos, en el mismo parque, en el mismo banco de madera, debajo del mismo árbol me senté.

Sin más ni más me fumé el primer cigarrillo. Sin más ni más, me fumé otro cigarrillo.

En el mismo banco de madera, debajo del mismo árbol, en el mismo parque me fumé otro cigarrillo.

Cigarrillo tras cigarrillo.

Debajo del mismo árbol, en el mismo parque, en el mismo banco de madera.

Cigarrillo tras cigarrillo.

Noche tras noche. En el mismo viejo banco de madera, del mismo parque, debajo del mismo árbol, me senté y me fumé el último cigarrillo, deliciosa tentación que me ofreció la última moneda de mí maltratado jean.

Sentado allí, lo de siempre; con más barba y menos sueños; pensé, medité, reflexioné en lo que había pasado; sin emociones permanecí, porque aquí nada había pasado.

Cigarrillo tras cigarrillo. Año tras año. Cigarro tras cigarro.

En aquel banco, fiel amigo silencioso, aún nada había pasado.

¡Mierda! El cigarrillo terminé y aún nada había pasado. En el mismo parque, en el mismo banco de madera, debajo del mismo árbol, más viejo, con más barba y ya sin sueños me senté y me fumé el último cigarro.

Miré hacia el piso, vi su sombra acercarse, podía sentir su presencia, podía percibir su perfume.

Poco a poco, sin afán, levanté lentamente mi mirada, le miré a los ojos,  escuché su voz.

Tristes segundos que en la noche se hicieron años. Tantos cigarrillos, tantas noches, tanta espera y solo me preguntó:

¿Amor, llevas mucho tiempo aquí esperando?

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *