“Tienes que ser imbécil para querer ser boxeador, casi una garantía para terminar en vago”- Rocky Balboa (Rocky I)
Lo que esconde la ruda figura de un boxeador
Hace unos días me sumergí en la aventura de navegar por el mundo de Rocky Balboa y descubrí cómo se configura el andamiaje y la lucha de una persona que busca llegar a ser alguien en la vida con una profesión poco convencional.
I Round: De vago a boxeador
Suena la alarma del despertador y al mismo tiempo escucho la banda sonora compuesta por Bill Conti, Gonna Fly now. Pone un vaso sobre el refrigerador con tres huevos crudos, luego lo toma de un solo sorbo, sale corriendo de su apartamento dispuesto a entrenar para enfrentarse a Apollo Creed, recorre parque, avenidas y llega al gimnasio La cubeta de sangre, donde Mickey Goldmill, un ex campeón de peso pesado que ahora es su entrenador, lo espera, son largos días de fuertes entrenamientos, horas y horas de sudor y esfuerzo.
Se levanta, sale a caminar por las calles de Filadelfia sin rumbo alguno, por un momento se detiene frente al coliseo Philadelphia Spectrum, donde en unas horas se enfrentará al ganador de los pesos pesados Apollo Creed, entra al cuadrilátero, su mirada es algo tenue e insegura: “Está mal el cartel, usaré pantaloncillos blancos con una banda roja”, no rojos con una banda blanca, dice al promotor del evento, el señor Jergens, quien con una risa un poco burlesca responde: “Eso no importa Rocky, creo que nos darás un gran espectáculo, trata de descansar hijo”. Al regresar a su casa se acuesta junto a Adrian, su esposa, una mujer tímida y valiente, entregada a la vida y a Rocky.
Rocky suspira por un momento… “No lo lograré, a quién voy a engañar, yo no puedo hacer esto, nunca lo lograré”, pero Rocky –lo interrumpe Adrian–Haz trabajado duro… Balboa Solloza por un momento… Pero sabes, “No importa si pierdo esta pelea, tampoco importa si el tipo me abre la cabeza, si la campana suena y aún estoy de pie en ese momento, voy a saber por primera vez en mi vida que yo no era sólo un vagabundo más del barrio”
Comienza el primer asalto, Rocky recibe un gancho zurdo de Apollo, uno y otro más, transcurren unos minutos y mi mente se asombra cuando veo pasar a una modelo vestida de Estatua de la Libertad desfilando cada vez más números: 4°, 5°, 6°, 7°… 14° round, Rocky está tendido en la lona y a decir verdad Apollo no se ve muy bien, está sangrando por la nariz, ha sufrido una grave fractura en su costilla izquierda, pero aun así sigue de pie, quizás por el orgullo de no ser derrotado por un vago, una convicción diferente a la de Rocky, quien no lucha por orgullo, ni ego, sino solo por el hecho de demostrarse a sí mismo que puede ser alguien más en la vida, todo en el coliseo está en silencio, el narrador anuncia…. El ganador por decisión y aún invicto es Apollo Creed.
Sylvester Stallone y su personaje Rocky Balboa lograron conquistar al público, porque con un papel poco convencional sale de su zona de confort para hacer una interpretación en la que sus armas son solo sus puños, su ejército es tan solo su yo interior, las guerras son consigo mismo y no siente temor por ser derrotado, sino por no darlo todo en el ring.
II Round: La revancha
Escucho el sonido de la campana y están de nuevo en la lona Rocky y Apollo, esta vez es la revancha, fue el ego de Creed el que permitió este nuevo encuentro, y no fue fácil para Rocky, ya que a causa del primer combate con Apollo casi pierde su ojo derecho, y ese era el temor de Adrian, quien no estuvo de acuerdo con su regreso al ring, sin embargo aunque una próxima pelea pudiera ser letal, el espíritu de Rocky por el boxeo seguía latente y Mickey estaba dispuesto a ayudarlo.
1, 2, 3… los dos están tendidos en la lona, el primero que se levante será el ganador…y el réferi cuenta 8, 9, 10… Rocky Balboa es el nuevo campeón, ha ganado el combate.
III Round: “De pie hijo de perra, porque Mickey te ama”
Transcurren algunos años para que llegara un luchador temible, se trata de Clubber Lang, un hombre rudo, que está dispuesto a hacer lo que sea necesario para ganar y en el primer encuentro entre Balboa y Clubber, ocurren dos eventos que me dejan sin palabras: primero la derrota de Rocky y segundo la muerte de Mickey.
Con la muerte de Mickey queda un sinsabor, porque gran parte del espíritu de Rocky provenía de sus enseñanzas. Recuerdo a Balboa en la lona entrenando, mientras Mickey extiende su mano y le dice que le tiene un regalo: “Mira esto, ¿Lo ves?, es el objeto favorito que tengo sobre la tierra, Rocky Marciano me lo dio, es un pequeño guante y ahora te lo doy a ti, y va a ser como un ángel que se encuentra detrás de ti, y si alguna vez te hieren y sientes que vas a caer, este ángel te susurrará en el oído, te dirá: De pie hijo de perra, porque Mickey te ama”
IV Round: No tiene el corazón de un boxeador
“Rocky en bancarrota, demanda a su ex contador”, los periódicos divulgan la noticia. Rocky está perdiendo la cabeza, la esperanza de salir de vago cada día es más lejana, pues a esta situación se suma el hecho de recibir su dictamen médico, en el que se le informa que las posibilidades de volver a pelear son casi nulas.
Sin poder pelear las oportunidades para recuperar su dinero son escasas, sin embargo decide arriesgarse a ser entrenador, y es cuando Tommy Gunn, un joven corpulento, intrépido, con puños de acero, le pide que lo entrene.
Con el pasar de los días, todos empezaron a percibir que Tommy no tenía el verdadero corazón para ser un boxeador, su ambición lo llevó por caminos inesperados, su soberbia lo hundió en la desesperación por el triunfo y finalmente terminó convertido en un vagabundo más del barrio.
V Round: La soledad del retiro
20 años después de su retiro, Rocky recuerda con nostalgia sus peleas, por muchos momentos solo deseó que la campana sonara y que todo acabara, pero por más que deseara esto por un instante, el boxeo era su vida y todo lo que tenía, pues tras la muerte de Adrian y su hijo convertido ya en hombre, las noches se convertían en silencio y las aves y tortugas se convertían en su compañía, los días a decir verdad solo eran cubos vacíos.
En las noches era el anfitrión que recibía a los comensales en su restaurante que llevaba el nombre de su esposa Adrian’s, y mientras ellos cenaban, él se divertía narrando sus peleas.
VI Round: Porque si tú peleas, yo peleo
No obstante el regreso de Rocky se aproxima, pero esta vez está detrás del cuadrilátero, y es casi la sombra de Adonis Johnson, el hijo de Creed, un hombre sencillo, humilde y persistente, que le pide a Rocky que sea su entrenador. Balboa acepta y tras unos meses de entrenamiento se da cuenta que Adonis es un gran boxeador, por lo cual consigue una pelea con Ricky Conlan, el Campeón Mundial de peso semicompleto. El legado de Creed revive en Johnson, el narrador de la pelea afirma: «Conlan ha ganado la pelea, pero Creed ha ganado la noche.»
Mientras tanto yo vuelvo a escuchar a Bill Conti con su Gonna Fly now, me recuesto en el sofá, apago el televisor donde veía la película Rocky VII, me quedo ahí por un instante y luego comienzo a escribir.
Me atrevo a decir que siempre había tenido una percepción diferente de los boxeadores, quizás porque no me gustan las peleas, le tengo miedo a la sangre y muchas veces pienso que todo se puede solucionar hablando, pero Rocky es la otra cara de la moneda de un boxeador, inteligente, noble, y bondadoso, que me sumerge en cada una de sus películas y que con cada momento cambia este percepción negativa que sentía al ver una película de boxeo por una de lucha y perseverancia.
Por, Alexandra Torres
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Imagen principal tomada de internet: www.infobae.com
Imagen II tomada de internet: rocky.wikia.com
Imagen III tomada de internet: www.laguaridadekovack.com