Under Threat: un extenso relato en la historia del metal colombiano

Por, Olugna

Una fotografía para la posteridad. En el costado izquierdo del retrato que reúne a todos los integrantes está su nombre, es el primero de los cinco; en el extremo contrario, el de su hermano, es el último. La contraportada del disco es el vestigio del paso de dos colombianos que trazarían un rumbo definitivo en la trayectoria bastante extensa de Bayley Alexander Cook (Blaze Bayley), quien durante cuatro años fuera el frontman de una de las leyendas con más trayectoria del heavy metal: Iron Maiden.

Una llamada para historia. El manager de Bayley se contactaría con David Bermúdez, radicado en ese momento en Estados Unidos, para que formara parte de la grabación de Alive In Poland, producción que el músico nacido en Birmingham estaba preparando para que fuera lanzado en 2006. Era apenas el primer paso. La historia del músico colombiano y la de su hermano en Blaze Bayley, habría de extenderse por cinco años más, dejando a su paso tres trabajos musicales más: The Man Who Would Not Die, Promise and Terror y The Night That Will Not Die.



Sin embargo, la historia de Nicolás y David en Blaze Bayley es antecedida por un relato mucho más extenso y superada por una narración que aún no termina de escribirse. Ellos, dos bogotanos que crecieron en las calles de un barrio de clase media de la capital, cuya existencia fuera atravesada por la cotidianidad que suponía la vida de colegio y la ansiedad constante que provocaba el estado de violencia que azotaba al país, respondieron a esa inquietud que el metal había dejado en ellos, con la formación de Under Threat. Hoy, 23 años después –sin que así lo hubiesen imaginado sus integrantes– continúa escribiendo su memoria y es considerada una insignia en el metal nacional.

Nicolás Bermúdez | Fotografía: Colonia Records

Narrada en retrospectiva, la historia de Under Threat permite comprender que su trayectoria ha sido atravesada por cientos –quizás miles– de anécdotas que han señalado momentos definitivos para la agrupación. Su música, por su parte, ha sido la banda sonora de las vivencias de las generaciones que ha visto crecer al frente de las tarimas; mientras que sus letras han trascendido hacia un concepto inspirado en la construcción de un pensamiento crítico que no se rinde ante la trivialidad.

David Bermúdez | Fotografía: Colonia Records

Sus cinco placas discográficas: Hipostasis, Behind Mankind’s Disguise, Deathmosphere, The Manifested Void y The Prison Within, permiten comprender la evolución que ha tenido la agrupación a lo largo de su existencia. Cada una de ellas, es la voz de una memoria que se ha formado a lo largo de 23 años de historia.


Hipostasis, ese debut logrado en 1999, fue la producción con la que Under Threat ingresaría a Estados Unidos, escenario que habría de convertirse en una sede permanente para la agrupación. La exigencia de una industria musical desarrollada y compleja, sería ese reto que obligaría a sus integrantes a entregarse por completo a una opción de vida en la que no había lugar para las dudas y los miedos.



Cuatro años y cientos de conciertos después, Behind Mankind’s Disguise comprobaría que la agrupación se había adaptado a un camino que muchos desean transitar, pero en el que muy pocos están dispuestos a pagar el precio que significa perseguir un sueño con determinación. En este segundo trabajo, Under Threat explora con sonidos progresivos y juega con diversos matices guturales, mientras que conserva los riffs melódicos y extensos que caracterizaron el trabajo anterior.



Considerado por medios especializados como la mejor producción de la agrupación, Deathmosphere, tercer álbum de Under Threat, sería también el que obligaría a un receso de la agrupación, el cual habría de extenderse hasta 2011 por circunstancias individuales de sus integrantes. Entre ellas, el llamado que realizaría Blaze Bayley a los hermanos Bermúdez para formar parte de su proyecto musical.

«A Blaze le gustó mucho Deathmosphere. Recuerdo que particularmente le gustó Third World Blood. Hasta quería que hiciéramos con la banda una versión de esta canción», expresó Nicolás Bermúdez en una entrevista para Factor Metal.



Un regreso definitivo. Inspirado en tres piezas clásicas de la literatura, The Manifested Void, cuarta producción musical de la agrupación y la primera después de su regreso en 2011, es un trabajo conceptual que, como lo describe Nicolás, «Cuenta la historia del ciclo cosmogónico interminable de la existencia desde la no-existencia». 



El entramado que plantea la existencia, interpretada a través de la ciencia, el pensamiento y el humanismo, como también la necesidad de dejar la religión a un lado, fueron las premisas con las que Under Threat desarrolló el concepto de su más reciente producción, The Prison Within, trabajo que recogería las dos décadas con las que contaba la agrupación para 2017.

«Si en Tormenta Interna de 1999 parecía no haber salida, en A New Myth parecen encontrarse las respuestas que se buscaban hace 20 años», describiría el periodista especializado Alfredo Sánchez para Metallive.



23 años, en ese retrato que ha construido Under Threat de sí misma, no han pasado desapercibidos en la historia del metal en Colombia. Su trayectoria, ha influido la carrera de muchas agrupaciones actuales; su existencia, ha sido narrada desde diferentes perspectivas por periodistas especializados.

Ellos han estado en varios momentos claves del Fortín del Caballero. Recuerdo mucho esa entrevista que hicimos con Javier Barrero (Q.E.P.D), cuando habían sacado el Deathmosphere―, explica Alejandro Barbosa, director del Fortín del Caballero.

Con el cuidado que debe tenerse con una pieza de colección, Nicolás guarda de nuevo en su morral el vinilo de The Man Who Would Not Die. Fue una conversación para la historia.

Under Threat | Redes Sociales


Fiestas del 6 de enero en Río de Oro: una mirada antropozoomorfa

«Hay un momento clave en la performance de este evento, y es precisamente cuando interpretan la matanza del tigre: le pelan el cuero, lo decapitan y levantan con la lanza su cabeza»

(Río de Oro, Cesar, Colombia)

Por, Jorge del Río

15 grados centígrados sofocados en coloridos trajes, impulsados por los más de 35 grados de alcohol que posee el bolegancho (bebida destilada de la caña y la panela, también llamada en otras regiones, chirrinche o tapetusa), y si quieres envolverte en el ritual de la felicidad, no te pierdas del conocido, muy amado y temido bolegancho doble sim card, se trata de una mezcla entre el bolegancho y una alta porción de cannabis.

Alucinemos con los jaguares que muestran con ferocidad sus dientes, advirtiéndonos y recordándonos que estamos pisando en su despojado territorio. Detrás de sus colmillos, de manera agazapada se hayan entredormidos un par de ojos humanizados, como destellos de las luciérnagas en las cuevas del Catatumbo. Esta escena nos permite dudar si el animal se ha tragado al hombre o es el hombre que se ha vestido con la piel del animal, o quizás es el hombre transformándose en jaguar, tal como lo hacen los taitas de la Amazonía después de hacer sus rituales con el yagé. Estos seres híbridos con características antropozoomorfas, nos recuerdan, además, a las evidencias de artefactos, grabados y dibujos precolombinos empleados para los rituales.

Fiestas del 6 de enero en Río de Oro: una mirada antropozoomorfa

Hay un momento clave en la performance de este evento, y es precisamente cuando interpretan la matanza del tigre: le pelan el cuero, lo decapitan y levantan con la lanza su cabeza. Esto me remite al mismo momento en que es elevada la cabeza de un gallo en el carnaval del perdón celebrado por los kamentsá y los Ingas en el Valle de Sibundoy, Putumayo.

6 de enero de 2022, dos años después de la última celebración, revive el carnaval de la Matanza del Tigre en Río de Oro, Cesar. Gracias a la pandemia hubo una pausa, pero esta no fue motivo para apagar la chispa de la fiesta, los riodorenses demostraron una vez más de qué están hechos, fortalecidos por el amor y el trabajo colectivo para darle forma y calidad a tan importante y principal evento de un hermoso municipio con aires coloniales.

Los creadores y su técnica

La piel de sus manos se camufla en el barro, modelando una nueva creación de carácter expresionista un tanto caricaturesca, como si se tratase de la interpretación de un sueño o una pesadilla carnavalera. Es un barro cálido, amarillo naranja, con la que se fabrican los moldes para las máscaras, el mismo con el que se construyen las paredes y tejas de las casas riodorenses. Este material, además, es usado para hacer tinajas que sirven de contenedores de agua, con este también se fabrican tiestos en las que se asan las arepas de maíz molido, este barro lleva encriptado ese bello paisaje de clima agradable, de olor a cultivos de tomate, cebolla, caña y frijol, sabe a bolegancho, tabaco y café, es un material carnoso, mezclado con sudor, fiesta y colores.

Matanza del Tigre

Luego es preciso darle una capa de papel maché al molde en barro, adherida con almidón extraído de la yuca. Paso a seguir, se le aplica un sellante blanco para poder empezar a aplicar los colores vibrantes que realzan la magia de la máscara.

Después de un arduo trabajo, llega el momento de la parafernalia, con indumentarias y máscaras que demuestran la riqueza y belleza imaginativa de cada personaje. Jaguares, marianas, lavanderas, perros cazadores, cazadores barbados con facciones europeas, entre otros. Estos personajes elevan la ceremonia de la historia de un acontecimiento en el que el felino más grande de américa es cazado por un grupo de trabajadores afros y un cazador acompañado de sus feroces perros.

Desde muy corta edad los riodorenses emprenden el camino de la creación de máscaras, aplicando las técnicas tradicionales, empleando imaginación, belleza y color a cada pieza. Johan Sebastián Salazar tiene nueve años de edad, su carrera de artesano comenzó desde los cuatro, gracias a su amado maestro, su padre.

Con la mirada transparente, Johan Sebastián enseña con alegría el molde de su nueva máscara, y él, como todo un artista bondadoso, dona cada año su creación al museo del pueblo para ser parte de la colección de máscaras tradicionales de la Matanza del Tigre.

Ana Carolina Ramírez: transformando vidas a través del arte

Crónica Ad | Fotografía: Angie Gómez y Jasa Rehm

«La vida es tan corta para pretender que uno la viva así siempre si no está en conforme»

Ana Carolina Ramírez

(Fontibón, Bogotá D.C., Colombia)

Por, Olugna

La vida, entendida como ese breve instante que se tiene para respirar, encierra la complejidad de la existencia misma. Inexplicable en ocasiones, logra escapar de la lógica para entregarse al capricho de las emociones; injusta en otras, ha repartido de manera inequitativa sus dificultades y bondades. Benévola o malvada, furiosa o serena, previsible o azarosa, simplemente es un lienzo donde cada uno habrá de dibujar su propio retrato. Quizás, su secreto no esté en entenderla, sino –precisamente– en vivirla.

El arte, definido por una parte de la academia, como una «manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado…», podría interpretarse como una expresión inherente a la esencia de todo ser humano –y por qué no– de la vida misma en todo su esplendor. Libre y etéreo, puede desplazarse a través de los sentidos para entregar sus mejores obras; indescifrable y rebelde, no está sujeto a un lenguaje o forma específica; ajeno al tiempo y esquivo a los paradigmas, está disponible para todos y todas, sin importar condición social, grupo étnico, ideología política, preferencia sexual o creencia religiosa.

Fotografía: Angie Gómez

Ana Carolina, bogotana de nacimiento, ha encontrado en el arte un camino que le ha permitido transitar por la vida transformando la existencia de las personas que han sentido el peso de la angustia, la inclemencia de la tragedia, la injusticia de la sociedad. Ella, diseñadora industrial de profesión y especializada en arteterapia, ha hecho de la creatividad, una expresión que logra cambiar la percepción de la realidad o por lo menos, hacerla más digerible.

Inquieta desde muy niña por el arte, Ana Carolina encontró en la pintura una forma de expresión; además, una manera de canalizar sus emociones. Con el tiempo, también comprobaría que a través de un lienzo, una poesía o una canción, un ser humano podría encontrar calma en medio de la turbulencia de las emociones que de desatan en el diario vivir.

Fotografía: Jasa Rehm

Curiosa –característica innata de la creatividad–, ha explorado las diferentes posibilidades que ha descubierto a su paso, para darle rienda suelta a su talento y hacer de él una forma de vida, al tiempo que le ha permitido superar sus procesos internos y acumular aprendizajes que más adelante habrían de convertirse en una actividad de tiempo completo para beneficio de la comunidad.

Han pasado 15 años desde que Ana Carolina hizo del arte un camino definitivo en su vida, tiempo en el cual se especializó en la Universidad de Bellas Artes de Milán, formación que le permitió, como ella misma afirma: «promover varias instalaciones artísticas inspiradas en estudios de investigación» y acceder a otra culturas para intercambiar experiencias y aprendizajes que desde el 2008 se traducirían en Pausa Creativa, proyecto con el que regresó a Colombia para trazar un camino que rompiera el esquema tradicional que se había posicionado en las empresas bajo el nombre de “pausas activas”.

Pausa Creativa: de alegría en el trabajo a alegra la vida

Fotografía: Angie Gómez

―Los frutos concebidos durante mi proceso de investigación redundaron en la formulación de talleres de arteterapia grupal―, afirma Ana Carolina.

El arteterapia, disciplina asociada a la psicología, fue un de esos frutos que recogió durante su formación en Milán. Con la experiencia adquirida de forma autodidacta y los estudios realizados en la especialización, logró conceptualizar y formular una estrategia enfocada en explorar la parte creativa de las personas, para ponerlas en función de sus propias vidas. Uno de sus ejes fundamentales sería el empresarial, sector que supone retos exigentes en la cotidianidad de los trabajadores.

Fotografía: Angie Gómez

Podría afirmarse que Pausa Creativa innovó en la manera tradicional en la que se realizaban los procesos de bienestar en las grandes empresas, obteniendo resultados comprobables en las compañías con las que ha trabajado, entre ellas SURA ARL, compañía que ha implementado el modelo diseñado por Ana Carolina en el territorio nacional.

Pausa Creativa es un concepto con el cual se propone una dinámica, interactiva y empática que realmente saque a las personas, por unos instantes, de su rutina cotidiana y laboral―.

Radicada en Fontibón, localidad 9 de la ciudad de Bogotá, Pausa Creativa fue ganadora en la beca Es Cultural Local en el marco de la convocatoria realizada por el Instituto Distrital de las Artes -Idartes, para el fomento de emprendimiento a nivel distrital.

El beneficio otorgado dio cuenta de la entrega constante que Ana Carolina ha demostrado en Pausa Creativa, reconoció los resultados del proceso realizado desde el arteterapia en la vida de los trabajadores y es, en sí mismo, un estimulo para que el proyecto escale a nuevas posibilidades y continué favoreciendo a los diferentes actores de comunidad en los que ha podido intervenir.

El pasado 14 de febrero en el Salón Comunal del Barrio La Laguna de Fontibón, Pausa Creativa realizó uno de los procesos más representativos dentro de su portafolio: el taller De Oruga a Mariposa, intervención que «propone un espacio artístico terapéutico significativo de reflexión, expresión artística y bienestar emocional», el cual fue dirigido en esta ocasión al Colectivo Sin Límites, fundación que reivindica a las personas que presentan algún tipo de discapacidad, rescatando el inmenso potencial que tienen para desenvolverse con normalidad en su cotidianidad.

Fotografía: Jasa Rehm

Además de participar en el taller, de expresarse a través del dibujo y de compartir sus experiencias durante la pandemia, los asistentes del Colectivo Sin Límites recibieron de parte de Pausa Creativa, camisetas, gorras, agendas, y esferos personalizados, que formaron parte del proceso de fortalecimiento otorgado en el marco de la beca obtenida.

Fotografía: Jasa Rehm

Rugidos Disidentes –Revista Digital Cultural Alternativa, tuvo la oportunidad de realizar el diseño de la página web de Pausa Creativa, de diseñar la estrategia digital de comunicación, reconocimiento y de marketing de la marca y de acompañar el proceso realizado por Ana Carolina.

Pausa Creativa | Redes Sociales