Versos Vagabundos
Poeta Austral
Es una mañana cualquiera y al despertar con los primeros rayos de luz en su rostro, comienza su batalla diaria por sobrevivir, toma su mochilón y guarda sus pertenencias, un diccionario de filosofía, varios cuadernos, algunos lápices y su infaltable abrigo gris de paño envejecido por la mugre, el tiempo y algunas lanillas de paja.
Al descender de la alta barriada del El Rocío, sector ubicado entre las faldas de los cerros Guadalupe y la Peña, lo que hace que sus calles se conviertan en verdaderos laberintos, pasa sus noches en un improvisado refugio cubierto de plásticos, cartones y uno que otro tinto que le sirven de amparo para que el frio penetrante de la noche no le consuma sus huesos.
Así comienza un día en la vida de Juan Erasmo, poeta de la esperanza y la pobreza, en su profesión lleva escribiendo toda la vida, una parte en su patria y otra en Colombia. Comenzó sus estudios en la Provincia de Coquimbo (Chile), lugar de nacimiento y luego se trasladó a Santiago donde terminó sus estudios profesionales de literatura.
Estuvo algunos años en la docencia universitaria, pero no le gustó ser empleado y tampoco permanecer en un solo lugar, entonces inició su propia aventura, viajar por Sudamérica. En 1987 llegó a Cali con unos músicos y artesanos que venían desde el Perú. Allí permaneció cerca de cinco meses y posteriormente se trasladó a Medellín, donde de pueblo en pueblo se ganaba la vida tejiendo búhos en cabuya de fique y algodón.
Desde que llegó a Bogotá se acostumbró al centro de la ciudad en especial al barrio Las Aguas, su zona de trabajo es el Eje Ambiental o la Avenida Jiménez, el lugar de inspiración es la plazoleta de Nuestra Señora de Las Aguas, allí escribe lo que piensa y se imagina, también realiza uno que otro búho que le encargan los jóvenes alumnos.
Sus poemas han acompañado a varias generaciones de estudiantes, especialmente porque son los clientes número uno de sus creaciones. Está radicado en Bogotá desde hace 25 años, aprendió junto a sus compañeros de viaje a interpretar la quena (flauta indígena de los Andes) y a realizar tejidos en fibras, pero en sus aventuras también inició su viaje por las drogas y el alcohol.
El rebusque
Sobre las 8:30 de la mañana pasa por el nacimiento del rio San Francisco, rumbo al Eje Ambiental en busca de algunas monedas que le alcancen para un café y pan. Luego se dedica a escribir algunos pensamientos.
A eso de las diez de la mañana se acerca por los restaurantes del sector, a descargar el mercado que llega de las plazas cercanas, inmediatamente Juan está listo para comenzar a bajar los bultos de alimentos y repartirlos rápido, pues esta es la forma como se gana el almuerzo y el permiso de los propietarios de los negocios para vender sus poemas, aunque él no los ofrece.
Luego de medio día se sienta a hablar con algunos de sus amigos, en la estatua de La Pola, son estudiantes de Antropología, Ciencia Política o Historia, jóvenes con poco que decir pero con mucho que escuchar.
Cerca de las tres de la tarde pasa por su almuerzo y luego a sacar la basura que ha quedado del día de trabajo en los comederos. En la noche dará una conferencia en la Universidad Externado, ya que algunas personas que lo conocen lo invitaron allí para que declame sus poemas y de paso se gane algunos pesos.
Cuenta que la plata que gana en el día es para pagar la dormida y comprarse media botella de Brandy o si fue un buen día una botella de vino chileno, ojalá que sea tinto, que es el que lo ayuda a dormir, también para comprarse unas madejas de cabuya para los búhos y cuadernos para escribir sus versos vagabundos.
Sus días pasan siempre igual, aunque a veces la policía y los vigilantes molestan, ya que desprecian a los indigentes. En más de una ocasión a estado encanado por escándalo en la vía pública. En las noches de los viernes se dirige a los bares del centro de La Candelaria a vender sus creaciones y casi siempre lo logra, aunque su vestuario no le ayuda, por lo general está sucio y mal oliente, pero su acento extranjero es un arma perfecta.
El recuerdo
De vez en cuando se acuerda de su familia, en especial de su señora madre Rosario y de su padre Joaquín, ellos, campesinos dedicados a sus hijos y ahora a sus nietos. Cuenta que tiene tres hermanos uno de ellos es médico rural, el otro profesor y su hermana menor Alicia quien es arquitecta y con quien no habla hace más de siete años.
La última vez que conversó con su madre fue hace como un año y medio, que estuvo por la embajada donde le prestaban asistencia médica y le tratan de ayudar en su adicción al alcohol, cuenta que hace un tiempo le daban dinero para los gastos y alguna que otra cosa que su familia le enviaba. Pero que ese auxilio ya no existe y lo único con lo que le colaboran es con una llamada al semestre y “eso si el Cónsul está de buen genio”.
Sus ojos se llenan de lágrimas y nostalgia al hablar de su familia y de su pasado, pero toma un nuevo aire, respira profundo y agradece estar vivo para poder escribir, leer y beber que es lo que más le gusta hacer en la vida.
Insinúa que ha compartido su existencia con varias mujeres que le han robado el corazón, pero a pesar de andar solo, es un enamorado de las “chicas…(risas…) donde algunas mujeres han compartido mi humilde lecho”. Su compañía permanente son sus poemas y aunque los vende por todo lado, por cualquier moneda o sobrado de comida, nunca ha olvidado su origen, florece de repente en su rostro una mirada melancólica, ya que desearía recitarle algunos de sus más sentidos poemas a su madre doña Rosario.
Fabio Rave Contreras
fravess@gmail.com
Mauricio Salinas Rozo
Fotografía
Orquesta de olores, sabores, sonidos y colores
Crónica de una Primípara en Rock al Parque
Cuando crucé la entrada no pude creer que fuera tan fácil. Ni una requisa, cero advertencias, cero policías, cero represión. Entré en medio una ola de personas que no superaban el 1,70 de estatura, supongo que, o el Rock, como efecto secundario, frena el crecimiento, o todos los bajitos tenemos un gusto en común.
Terminé en Rock al Parque por casualidad, estaba a 3 cuadras del Simón Bolívar, oí las últimas pruebas de sonido y me dije ¿Por qué no? Llegué en medio del asombro por la ausencia de policía y mirando una que otra pinta particular. Empecé por recorrer los escenarios, en Plazame recibió Superlitio, en Eco, Colombia Blues Society y en Bio, la poderosa voz de Ágora. Todo me gustaba, era sonoro y enérgico. Olía a cerveza, aguardiente, marihuana y a tierra, una mezcla que no le es ajena a ningún bogotano, nada del otro mundo.
Pero insisto, mi mayor sorpresa fue ese voto de confianza que depositó la Capital en cada uno de los asistentes: durante la primera parte de la tarde las requisas fueron mínimas (en una ciudad donde le persiguen a uno los bolsillos y la maleta hasta en zonas públicas) y se permitió por primera vez en la historia de Rock al Parque el consumo de cerveza (no en todo el sentido de la palabra, tenía menos de 0.4% de alcohol, pero se abona el primer paso). Mejor aún fue notar que la propuesta fue asumida responsablemente por la mayoría de los asistentes y que se vivió un evento sano y sin mayores contratiempos.
De las bandas ni hablar; calidad y poder musical fue la constante en los tres escenarios. Opté por quedarme en Plaza y matar tres pájaros de un solo tiro (Por fin vería a Krápula, a Molotov y a Aterciopelados). No te va gustar relajó el ambiente y permitió a la masa de cabellos largos y botas militares prepararse para el fin de Rock al Parque- 20 Años. Continuó Doctor Krápula con los clásicos y su último álbum Ama-zonas, un proyecto del Colectivo Jaguar en el que participaron varios artistas latinoamericanos. A la banda colombiana se unieron las voces de Rubén Albarrán de Café Tacvba, Gustavo Cordera de Bersuit Vergarabat y Brancciari de No te va a gustar, todos cantándole a la vida, a la tierra y a la paz. Luego, el glorioso regreso de Molotov que, con su irreverencia, sus ritmos mexicanos y su conexión inmortal con el público abrió las puertas para saltar, pedir Puto a grito herido y vociferar sus particulares letras y, por supuesto, dio paso a los primeros pogos de la noche (que venían reprimidos desde las baladas de No te va gustar y los cantos pacifistas de Doctor Krápula). Un amigo elogiaba el poder del pogo, le encantaba ver cómo se levantaba el polvo, cómo se abría un torbellino en medio del público, primero tímido, luego atrevido y al final, completamente arrollador; insistía en que era esta la única situación en que un desconocido te “muele a pata”, tu le respondes, se miran, se ríen y no pasa nada más, algo así como una violencia con cariño. El ambiente terminó de cargarse justo a tiempo para la salida de Andrea Echeverri y Aterciopelados, la banda de rock más querida por todas las generaciones; no hubo canción que nadie se supiera, todos sabían qué era una Florecita Rockera, qué escondía El Estuche, de qué se llenaba El álbum, a quién dedicarle ese Bolero Falaz y qué pensar de la Baracunata. Desafortunadamente, tuve que salir antes de Anthrax. Un paquete de copias, bastante generoso, de Teorías Audiovisuales me esperaba sobre el escritorio desde hace una semana. En efecto, vi muy poco o nada de Rock al Parque, pero queda la expectativa y compromiso de regresar el próximo año.
Que si me dolieron las piernas, para nada: vivo de pie a toda hora. Que si me molestaron las drogas, mucho menos: es más, me entretuve viendo la pasarela de distribuidores de todo lo que se puedan imaginar, aunque de calidad ligeramente sospechosa–Sería hasta por eso que no pasó nada, tanto cannabis los mantuvo a todos risueños y tranquilos–. Que si me intimidó la gente, tonterías: o perdí el sentido de la prevención o en verdad no había nada de qué preocuparse. ¿Que qué pienso?: que es mejor de lo que había imaginado. El ambiente pesado y agresivo es un mito, el pogo es hasta divertido de ver (de lejos, por supuesto, para los primíparos rockeros como yo), los cantantes eran más que cantantes, estaban dentro y fuera del público, estaban en tarima y en la última fila de espectadores, estaban en las pantallas de las torres y en las de los celulares, eran voces infinitas y de todos los matices. ¿Que qué me quedó? Me quedó el olor de la marihuana impregnado en el cuerpo por los siguientes tres días, el capricho cumplido de ver a Molotov, Krápula y Aterciopelados, la oportunidad de desahogo de los deberes académicos y personales, un rato de locura, la tarea cumplida–por fin había ido a Rock al Parque– y una historia que contar.
Ana Puentes
anapuentes@rugidosdisidentes.co
Cerati: 1.572 días “a un millón de años luz de casa”
Gustavo no respondió a ningún esfuerzo médico, tampoco a las suplicas de sus seguidores, ninguna terapia fue efectiva y hay quienes creen que tan solo puede sobrevivir donde ahora se encuentre a una terapia de amor intensiva
El jueves 4 de septiembre de 2014 Buenos Aires se ve más susceptible, uno de sus hijos a quien le designó ser uno de los íconos del rock latinoamericano, Gustavo Adrián Cerati Clark fallece en su seno, luego de 51 meses y 18 días en coma. El líder vocalista de la legendaria banda de rock en español Soda Stereo, a los 55 años sucumbió a un ataque cardiorrespiratorio que apagó la vida de una de las leyendas más grandes de la música de este lado del continente.
Génesis de un sueño profundo y de un hito musical
El 16 de mayo de 2010 En Caracas Venezuela y luego de un recital como solista Cerati sufrió un accidente Cerebro vascular, lo que originó que el cantante cayera en un profundo estado de coma. Desde entonces ningún esfuerzo terrenal fue suficiente para traerlo de nuevo. Fueron 1.572 días de un sueño rotundo, tiempo en el cual millones de fanáticos alimentaron la esperanza de ver consumada esa frase legendaria “me veras volver” y escuchar de nuevo, con esa voz versátil un lenguaje lírico oculto, rebosante de frases entre líneas.
Un accidente cardiovascular – ACV se origina luego de presentarse una obstrucción en las arterias del cerebro según lo asegura el neurólogo Jorge Moncayo y en el caso de Gustavo, le propicio un impacto directo a los sistemas del cerebro que permiten que una persona permanezca despierta.
El líder de la mítica agrupación inició este sueño en Stereo a principios de la década de los años 80, junto a Carlos Alberto Ficicchia “Charly Albety” y Hector “Zeta” Bossio, a quienes conoció en la universidad cuando cursaba estudios de publicidad. Poco a poco y con la inminente influencia de grupos musicales anglo como The Police el trío bonaerense fue forjando una leyenda y un hito en la evolución del rock latinoamericano, en medio de una coyuntura histórica, marcada por el fin de la guerra fría y la manifestación de inclinaciones políticas, culturales y sexuales. No solo dejó huella, sino que también marcó un plan de vuelo para agrupaciones de rock de habla hispana emergentes, lograron un desbordante éxito en países como México, Venezuela, Colombia e incluso España, conquistando a su vez los residentes latinos en Norteamérica.
“Si algo está enfermo está con vida”
Gustavo no respondió a ningún esfuerzo médico, tampoco a las suplicas de sus seguidores, ninguna terapia fue efectiva y hay quienes creen que tan solo puede sobrevivir donde ahora se encuentre a una terapia de amor intensiva. Y es precisamente esta pieza de su colección la que asegura que si algo está enfermo aún se encuentra con vida y se acomoda a la controversia suscitada por quienes, en un momento determinado, aseguraron que Cerati no estaba en coma sino que tenia muerte cerebral.
A dos años de su accidente cerebro vascular, una urdimbre de conjeturas se tejieron alrededor de la verdad del estado de salud del vocalista, tocando la delgada línea extrema de la muerte cerebral. Sin embargo su madre Lilian Clark le salió al paso controversial del momento. Y propio de una familia que experimenta la amarga hiel del sufrimiento salió a desmentir las afirmaciones indolentes “Gustavo esta entero y está, no tiene muerte cerebral y eso nos alienta a continuar”, aseguró Clark a algunos medios argentinos, un día antes de cumplirse dos años del profundo sueño del cantante.
Así como Cerati navegó las oscuras aguas turbulentas de una lucha continua para regresar, Soda Stereo También ingresó a la unidad de cuidados intensivos. Las diferencias en criterios netamente musicales obligaron a la banda a tomarse un receso, una bocanada de oxígeno para despertar y continuar la leyenda. En ese momento era una historia con un final inconcluso. En un sueño inconsciente no podía quedarse éxitos de la talla de Trátame suavemente, Nada personal, Cuando pase el temblor, Ciudad de la furia, Corazón delator, entre otros que marcaron un derrotero para otras agrupaciones y grabaron toda una enciclopedia musical en el corazón de sus seguidores.
“Gracias Totales”
La incansable lucha cesó y un par de semanas antes de iniciar la Primavera (0) de este 2014 en el cono sur, su vida se apagó, cuando las esperanzas retornaban a ese cofre de optimismo de sus fans y su familia. Paradójicamente días antes Cerati había manifestado Signos… Su parte insegura bajo una luna hostil… Pero no fue suficiente, intentó despertar para manifestar esa célebre frase “gracias totales”.
Y es precisamente con esta frase, con la cual el eterno grupo musical se despidió en 1997 en el mítico estadio de River. Pronunciada desde la voz inolvidable del líder vocalista de Soda Stereo, Gustavo Cerati quien cerró con tintes imborrables el ciclo de una de las bandas más legendarias en el ámbito del Rock hispano.
Se fue un maestro de la lírica, aquel de los mensajes ocultos en letras indescifrables. Partió desde su natal ciudad de la furia, aquella que caminó “por las calles al azar, por las calles vacías Buenos Aires, Buenos Aires húmeda”. Sin embargo, en lo terrenal incrustó un sin número de piezas musicales para la posteridad, que ahora sus seguidores tan solo podrán ver a través de su persiana americana.
Jorge Simbaqueba
jorgesimbaqueba@rugidosdisidentes.co
Cuarta Edición
El Rock, Motor de transformación cultural y social
“La música tiene un poder transformador en el ser humano”– Manolo Bellon
El rock, en sí mismo, es un rugido que nació a mitad del siglo pasado y su aparición sacudió a una sociedad, cuyos adultos conservadores y moralistas, procuraban guiar a sus jóvenes por un camino que, por llamarlo de alguna manera, fuera políticamente correcto. El rugir de aquel engendro no solo ignoró valores, traspasó fronteras, se atrevió a hablar en el idioma de los adolescentes, desafió a los grandes monopolios de las comunicaciones, se propagó como pólvora e, innegablemente, se abrió paso en la historia y permaneció en ella de manera tan decidida que ya hoy, puede ser uno de los géneros más globalizados.
“La música tiene un poder transformador en el ser humano”, así lo señala Manolo Bellon, hombre de radio y una de las voces más especializadas y reconocidas del género en Colombia. No se equivoca, pues en el caso particular del rock, no solo transformó al ser humano; modificó las costumbres de toda una sociedad y le abrió un nuevo mercado a la industria, que encontró en esta ola de adolescentes rebeldes y sedientos de nuevas experiencias, el capital perfecto que tradujera una pasión en millones de dólares. No obstante, esta misma circunstancia, también le permitió a las guitarras sonar mucho más fuerte.
Así es el rock, una pasión, un rugido, una forma de vida. Con los años sus límites creativos se hicieron más difusos y sus herederos musicales lograron, también, su lugar en la historia de la música como corrientes autónomas. Su paso conquistador fue mucho más efectivo que las grandes invasiones que han dejado su registro violento en la humanidad, fue mucho más romántico y, por qué no, difusor de un mensaje de paz.
Colombia no fue ajena a este fenómeno, ni se mostró esquiva a la seducción del rock, tanto así, desde su llegada a nuestro territorio forjó un camino en nuestro país y ciudades capitales fueron cuna de nuevos artistas que al día de hoy son los pioneros criollos en el género, con un origen humilde y en muchos casos empírico, han servido de inspiración para sonidos muchos más elaborados y diversos.
Un experimento se dio lugar hace 20 años, Bogotá fue el laboratorio, 43 bandas las seleccionadas y alrededor de 80.000 almas el público privilegiado. Durante 4 días en un número igual de escenarios una propuesta inició, sin tener certeza de ello, un largo camino que en 20 años ha evolucionado, ampliado su cobertura y su calidad le ha dado reconocimiento internacional.
Ya son 20 años, que el mes anterior de manera merecida tuvieron una celebración memorable. De acuerdo con información oficial del Instituto Distrital de las Artes – IDARTES esta edición contó con la participación de 87 bandas, 27 de las cuales fueron internacionales, 31 nacionales y 29 distritales, y se estima que asistieron al evento alrededor de 400.000 personas, además, entre otras particularidades, se organizaron distintas jornadas académicas, se convocó una maratón de cronistas, fotógrafos y camarógrafos entre los cuales se entregó una premiación de 40.000.000 de pesos, como también se realizaron distintas alianzas realizadas con otros festivales distritales.
Cifras generales que permiten pensar en la actualidad que, definitivamente, el rock logró cambiar la cara de la ciudad capital y que ofreció una alternativa cultural que ha dado identidad a Bogotá y que, sin lugar a dudas, nos transformó.
Rugidos Disidentes
tuopinion@rugidosdisidentes.co
Fanpage: Rugidos Disidentes
@RDisidentes
Fotografía: Ana Puentes
El Siguiente Programa: un retrato criollo
(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Andrés Angulo Linares
Un formato novedoso logró abrirse espacio en la televisión colombiana con un estilo irreverente, una dosis de humor inteligente, algo de burla de ellos mismos y de la idiosincrasia colombiana, se ganó el tan difícil espacio de los viernes a las 10:45 de la noche.
En corto tiempo, Martín de Francisco y Santiago Moure se hicieron merecedores del cariño del público más joven, no así de los adultos más conservadores, pues su mensaje transgredió muchos valores de la sociedad de aquella época y su lenguaje «inapropiado» para algunos, rebelde y sincero para otros, alcanzó grandes niveles de sintonía y los llevó a alcanzar un Premio India Catalina en el año 1997.
El Siguiente Programa reflejó en sus cuatro temporadas, la sociedad de finales de la década de los años 90, caricaturizó la farándula criolla, la Selección de fútbol, la clase política y fueron crudos con los medios de comunicación a quienes también criticaron de manera directa.
La llegada de los canales privados marcó el fin del seriado animado, no obstante, es recordado de grata manera entre quienes disfrutaron de las aventuras de Moure, De Francisco, Doña Anciana, El Cerdo, entre otros personajes con cada episodio.
La actualidad de la televisión colombiana ha dado una participación muy escasa a las producciones que desde el humor cuestionen la realidad nacional, ofrezcan otra versión de la habitualmente mostrada desde los grandes medios de comunicación y fomenten la construcción de una verdadera opinión pública.
Investigación, testimonio y muerte: el doloroso caso Garzón
Los confusos hechos que rodean la investigación y las muertes de los testigos que pudieron esclarecer uno de los crímenes más indignantes para la opinión pública
Durante los últimos 15 años un manto oscuro y difuso ha sido lo que ha rodeado la investigación de los hechos del 13 de agosto de 1999, que derivaron en la muerte del periodista y humorista Jaime Garzón. El crimen que consternó en su momento el ambiente político y de opinión en Colombia, década y media después sigue aún sin esclarecerse, producto de dudosas estrategias para desviar la investigación de un crimen, que indignó a toda la sociedad.
Hay quienes aseguran que el “asesinato de Jaime Garzón fue un crimen de Estado”, tal como lo declaró Alirio Uribe, abogado de la familia Garzón, hace un año al periódico El Espectador de manera contundente, al mismo tiempo que insinuó la existencia de maniobras, cuyo propósito directo es desviar la investigación y de no dirimir el asesinato del periodista.
Esta hipótesis parece tomar fuerza al profundizar en los hechos y, específicamente, en la situación de quienes han sido vinculados a la investigación, así como el lúgubre desenlace de algunos de ellos que, en circunstancias aparentemente sospechosas, han terminado con un destino Fatal.
El funesto final de algunos testigos claves del caso Garzón
Al parecer cada que alguien es involucrado a la investigación y posee datos relevantes para esclarecer el crimen es asesinado y el proceso es desviado de dirección. La primera víctima fue el detective de DAS Juan Simón Quintero Baena, quien por medio de su investigación buscaba sindicar a Alias ʻBochasʼ y ʻToñoʼcomo los presuntos autores materiales del homicidio del humorista, gracias a las declaraciones de Wilson Javier Llano caballero alias ʻel profeʼ. De acuerdo con un informe de inteligencia del DAS del 24 de septiembre de 1999, un mes después del asesinato de Garzón el detective Quintero acompañó a ʻel profeʼen sus primeras declaraciones en contra de los presuntos sicarios que habrían perpetuado el atentado.
Sin embargo, a finales de 1999 Quintero Baena fue asesinado en la ciudad de Medellin, dejando sin argumento la acusación en contra de ʻBochasʼ y ʻToñoʼ, quienes posteriormente fueron desvinculados del caso.
Pero no solo estos hechos vinculaban a estos dos personajes al caso del humorista, Luis Guillermo Velasquez alias ʻmemoʼ,presionado por ʻel profeʼtambién intentó inculpar a ʻToñoʼy ʻBochasʼ del crimen, pero este fue asesinado en sospechosas circunstancias en Medellin el 9 de mayo de 2001 cuando adelantaba reuniones con detectives del DAS.
Por otra parte hay quienes aseguran que el verdadero autor material del crimen de Garzón es alias ʻYiyoʼ, integrante de la oscura banda delincuencial La Terraza, quien habría perpetuado el atentado por órdenes, presuntamente explicitas, del jefe paramilitar Carlos Castaño. ʻYiyoʼ, luego de conocerse las sospechas, fue asesinado en confusos hechos en el departamento de Antioquia seis meses después.
Así mismo varios presuntos delincuentes sometidos a la justicia, buscaron obtener beneficios a través de testimonios vinculados a la investigación del atentado en contra de Garzón, uno de ellos fue el narcotraficante Angel Gaitán Mahecha, quien ofreció testimonio referente al caso, pero también fue asesinado en septiembre de 2001 dentro de la cárcel La Picota de Bogotá.
Igual suerte corrió el guerrillero desmovilizado Robinson Ramírez Peña alias ʻel Chuloʼ,quien en su versión aseguró tener en su poder grabaciones y testimonios que señalaban a los responsables del crimen de Jaime Garzón, sin embargo, antes de presentar las presuntas pruebas ante los entes investigativos fue asesinado el 18 de octubre del 2000 en la cárcel Picaleña de la ciudad de Ibagué.
Estos son algunos de los vinculados al proceso, quienes han encontrado la muerte de diversas maneras y que aseguraron poseer información verídica que hubiese permitido esclarecer el doloroso asesinato de Garzón. Muertes que logran dilatar la investigación y camuflar las verdaderas razones del crimen. Lo cierto es que hoy, 15 años después de este funesto episodio de la historia de Colombia, se teme por la vida de los recién implicados en la investigación, tales como el coronel Jorge Eliécer Plazas Acevedo, quien permanece recluido por razones de seguridad en los calabozos de la Fiscalía y el General (r) Rito Alejo del Río, quien además es recordado por sus presuntos nexos con paramilitares. Estas son las dos piezas claves restantes, con las cuales la Fiscalía pretende, de una vez por todas, establecer los hechos que derivaron en la muerte de uno de los más queridos y recordados humoristas y periodistas de nuestro país.
Jorge Simbaqueba
jorgesimbaqueba@rugidosdisidentes.co
Imagen principal tomada de internet: http://es.wikipedia.org/wiki/Jaime_Garz%C3%B3n
60 años de la televisión en Colombia
Omar Gerardo Rincón, Profesor Asociado y Director del Centro de Estudios de Periodismo de la Universidad de los Andes – CEPER, ensayista, periodista y analista de las relaciones entre medios, cultura, política y tecnología y crítico de televisión del periódico El Tiempo, en entrevista con Rugidos Disidentes nos habla de lo que han significado estos 60 años de la televisión en nuestro país.
Entre otras impresiones, cita a Jesús Martín Barbero: «…dos cosas que son alucionantes: Una, que ha pasado más país, o sea Colombia ha pasado más por las telenovelas y las series, que por los noticieros de televisión…acá ha habido más Colombias en la ficción que en los noticieros y eso habla entonces…que la novela es el espacio de opinión pública, y otra…gracias a la telenovela la diversidad cultural que se aceptó en la Constitución del 91 pudo ser posible, fue la novela la que anunció que eramos diversos…»
«Hay una cantidad de programas que a mi no me gustan, Sábados Felices no me gusta para nada, pero es un programa que lleva 40 años, más de 40 años…entonces lo que me toca preguntarme es ¿Por qué es exitoso y que tiene de colombiano ese programa?, ¿Qué tiene de Colombia ese programa?, ¿Qué Colombia pasa por ahí?..»
Rugidos Disidentes agradece al profesor Rincón su participación en esta edición dedicada a los 60 años de la televisión en Colombia.
Edward Carrillo Sáenz
Cámara y edición: Entrevista
edwardcarrillo@rugidosdisidentes.co
Andrés Angulo Linares
Entrevista
andresangulo@rugidosdisidentes.co
Imagen tomada de internet: https://www.youtube.com/channel/UC3rUw6GgYZoTuwgXVUW7QDg
Un día de gloria, 60 años de televisión y uno más de olvido
Colombia celebra los 60 años de la llegada de la primera imagen televisiva a los hogares colombianos. En 1954 la televisión aterrizó en territorio colombiano y vino bajo una sola consigna: quedarse un largo…largo tiempo. Bajo el mandato del General Rojas Pinilla se prendió la pantalla mágica, dándole a nuestra nación la oportunidad de disfrutar de ella, logrando así ser el sexto país a nivel de Suramérica en acceder al milagroso invento, El 7 de junio se instaló la primera antena repetidora, esta se encontraba ubicada en el Nevado del Ruíz y el 13 de junio se realizó la primera emisión de la televisión colombiana: Himno Nacional de la República de Colombia, muy emotivo por cierto, el discurso del General Rojas ante las cámaras, TeleNews, un recital de violín con Frank Preuss, El niño del pantano – un cuento de Leonardo Romero Lozano, Estampas colombianas, Reportaje con colombianos en Nueva York, Ballet de la academia de Kirilis Pikieris, el fin de esta emisión cerró con el Himno Nacional y tuvo una duración de tres horas y cuarenta y cinco minutos.
Desde ese momento empieza una carrera ascendente por llegar cada día a más hogares colombianos, la llegada de la televisión permitió también que aquella fantasía que todo tiene de ser astronauta se emitiera el 20 de julio de 1969, en el marco de la Guerra Fría y ante la expectativa de más de 500 millones de personas que en todo el mundo siguieron el acontecimiento por televisión, el hombre pisó por primera vez la Luna, aquel día en el que el ser humano soñó con llegar más allá de sus confines fue una realidad, y en Colombia también se vio la gran hazaña humana, se instalaron televisores en los pueblos y en las plazas para transmitir masivamente la llegada del hombre a la luna en simultánea con el resto del mundo, dicha señal fue directamente emitida desde Houston, un gran salto para la humanidad, un paso gigante para el humano.
Para 1979 la televisión también dio un salto grande, el blanco y negro de la caja mágica cambió, llegó el color a los hogares colombianos y dejamos de ser monocromáticos para ver la realidad en otro matiz por así decirlo, el 1 de enero se instaló la gama de colores en la caja mágica y hasta la fecha se quedó con nosotros, curiosamente era más costoso seguir emitiendo en blanco y negro; series, novelas, documentales, concursos y realities fueron llegando de a poco a la programación habitual, enriqueciendo la variedad de la televisión colombiana y aumentando el volumen de televidentes, es la historia de 60 años en un rápido recorrido, pero la principal pregunta y razón fundamental de este escrito es: ¿Dónde están los artistas de antaño?, aquellos que trajeron sonrisas, llantos y alegrías a muchos televidentes que en tardes de sábado se sentaban después de un día laboral para ver un poco de humor, un tanto de drama y algo más de acción. He aquí un repaso de lo que se encontró y de una triste realidad: el abandono, la soledad y el olvido en que muchos de ellos murieron y en que otros aún viven en condiciones difíciles.
Es curioso ver como la fama puede golpear desde diferentes ángulos y el poder que tiene en algunos de llevarlos a su máximo potencial, para luego dejarlos caer con tal fuerza que el levantarse es algo aún más duro. Para los años 70 y 80 muchos de estos actores estaban en la cúspide de sus carreras, logrando mantenerse durante buena parte de los 90, pero es bien claro que cuando el glamour del estrellato llega muy joven, con dinero, fiestas, alcohol y drogas, y el acoso de los fanáticos que ven en su ídolo un reflejo de lo quieren ser es fatal para la integridad, la salud y en ocasiones también la vida. Una época en la que la competencia no existía y las ofertas eran amplias, pues solo habían dos canales estatales en la televisión que adjudicaban espacios a programadoras privadas como RTI, Caracol y Producciones PUNCH, una época en que la tecnología no atropellaba como lo hace actualmente, era la época en que no había señal de televisión por cable, ni descargas de internet, ni mucho menos el DVD pirata, probablemente, una época más apta para caer sin saber que se cae.
De esta manera era más factible que rostros de estos actores colombianos fueran conocidos como los protagonistas de series extranjeras. Su talento era empírico y notable por cuanto muchos de los programas eran en vivo y en directo, incluso las telenovelas, por lo que, al inicio, eran realmente mucho más actores y actrices que muchos de los que hoy disfrutan de las ventajas de la tecnología que les recuerda sus parlamentos y que permiten repetir aquellas escenas que salen mal.
Del estrellato al abismo
Una víctima reconocida cayó, la fama lo abrumó y los excesos lo llevaron a dar un salto, no precisamente de fama, más bien, uno fatídico: el actor Diego Álvarez, conocido por sus papeles en El Chinche, Romeo y Buseta y Los pecados de Inés de Hinojosa. Las drogas y el alcohol lo arrinconaron y la sombra de lo que pudo ser un buen actor, quedó estrellada contra el pavimento de sus demonios, Diego atravesó el vidrio de su apartamento, el 301 del edificio de la calle 30 No. 3A-09 B, cerca de la plaza de toros de la Santamaría, el año 1993, 30 de abril y murió instantáneamente a una temprana edad.
Año 1993, fin del programa musical el Show de Jimmy, aquél que desde 1971 Jaime Alberto Salcedo Tafache iniciara y que fatídicamente, en 1992, murió. Jimmy Salcedo era un personaje de la actualidad farandulera de ese entonces, también conocido por sus excesos y parrandas la muerte lo encontró en estado vegetal, caído en la sala de su casa en medio de sus pianos y solo.
Bailarina hermosa y encantadora, prominente estrella artística que alcanzó su sueño y tocó las estrellas por así decirlo, Heidi Liliana Iregui, era parte de las bailarinas del Show de Jimmy, ella acompañaba a los artistas con sensuales coreografías que hacían del deleite de los televidentes de la época. Para ese entonces Heidi contaba con escasos 17 años, y de seguro muchos hombres suspiraron al verla moverse al ritmo de la música y cantar “En…el…Show…de…Ji…mmy”. Para el año 2011 de Heidi no quedaba nada, su belleza, sus hilos dorados corriendo por su bello cuerpo no eran más que un reflejo, su angelical rostro era testigo de los estragos que hacen la droga y el alcohol, nuevamente la fama al verla de frente golpea con tal fuerza que deja caer su hermoso telón para acabar con la función de alguien más. Heidi fue encontrada en la Calle del Bronx en Bogotá, convertida en indigente, de aquel pasado glorioso nada quedó, solo un rostro ajado y desdentado. Gracias a la Alcaldía de Bogotá Heidi se rehabilitó, infortunadamente murió a los 47 años víctima de un cáncer y de los estragos de la droga.
Hernando ‘el Culebro’ Casanova, humorista y actor reconocido fue parte de grandes series de antología como Embrujo, El caballero de Rauzán, Una vida para amarte, Manuelita Sáenz y El Chinche. ‘El Culebro’, como era conocido, reconocía que esos días de gloria, fama y locura le dejaron los riñones como uvas pasas y el corazón como un Buick modelo 32, su vida término a los 57 años en la Clínica Cardio Infantil de Bogotá en el año 2002, su corazón no resistió los años de abuso y le falló. Sus escasos papeles lo mantuvieron en televisión e incluso un año antes de su muerte se le pudo ver en Amor a Mil, pero el abandono y la situación económica rompieron su cuerpo, ya trajinado por el tiempo.
Por la vida del ‘El Culebro’ Casanova, pasaría una bellísima joven de 29 años de ojos verdes brillantes y de rostro firme y alegre, María Eugenia Dávila, con quien compartió escena. Dávila tuvo momentos de fama y gloria, para la época era la preferida de los directores no solo por su belleza sino también por sus actitudes histriónicas que la llevaron a protagonizar un gran número de telenovelas como Hato Canaguay, La mala hierba, Pero sigo siendo el rey, El bazar de los idiotas, Quieta Margarita, El buen salvaje, María, Hojas al viento, El diario de una enfermera, Castigo divino y Señora Isabel, las cuales dejaron en la memoria de los colombianos la capacidad de la diva.
María Eugenia vio como su carrera se derrumbaba por la droga y el alcohol, una vida llena de rumba que la llevo muy cerca de la indigencia. Su gran belleza, por la que se le reconoció se vio notablemente afectada, para el 2004 en declaraciones al diario El Tiempo dijo que no quería actuar más y expresó la necesidad de lograr una pensión para no tener que pedirle a ninguno de sus amigos o familiares dinero, sin embargo volvió a actuar, en el seriado Amor en Custodia en 2010, mas sus excesos le pasaron factura en el 2011, cuando estuvo entre la vida y la muerte en la Fundación Cardio Infantil. Sus malos hábitos no le dieron chance a un cuerpo ya sobrecargado por los abusos, problemas renales y pulmonares, la dejaron en una cama casi a punto de morir, pero de su guerra contra la muerte salió airosa, la luz no se apagó y el show continuó. Todavía se escucha hablar de las cualidades de la diva, de su risa cantarina que despertaba ecos insospechados entre quienes la oían, mientras sus ojos, de un verde de matices de ensueño, eran capaces de hipnotizar.
De una casa para un retiro a un rincón para el abandono
Muchos otros actores pasaron por la Casa del Artista, algunos no sacaron nada de la venta, por no decir que ninguno. Salieron cual desplazados con historia triste y un final incierto, algunos se fueron con sus familias, otros a casas de reposo y de otros, simplemente no se tiene razón. Los curiosos dicen que la casa se vendió y el tema entre la actriz que representaba los valores de la fundación, María Eugenia Penagos y los actores que vivían en la casa aún continúa y de acuerdo con una publicada en la página de internet del Canal RCN, la actriz responde vía correo electrónico: “La Fundación por los artistas mayores no es sólo los que viven en la casa, hay otras personas más a quienes se les ha ayudado y se les ayuda, viviendo allá o no. El primer paso fue determinar liquidar la fundación”
Lavivienda es una casa blanca, ubicada en los cerros orientales de Bogotá y que según dicen fue donada por un empresario para los actores mayores que carecen de recursos, como lo menciona el mismo artículo desde la donación del inmueble María Eugenia Penagos concibió la fundación para el artista mayor y la casa fue escriturada para tal fin, no obstante, los actores que en esta habitaban, recibieron una carta en donde se les pedía desalojar la vivienda,noticia que activó la alerta de sus habitantes, quienes inmediatamente buscaron la ayuda de un abogado que representara sus intereses.
Hoy solo cabe el recuerdo y testimonio de algunos vecinos que en anécdotas jocosas relatan cómo los artistas olvidados, como los llamaban, llegaban al hogar, algunos con rostros tristes por un día más dinero, otros viendo a la diva con sus excesos, y algunos más que no salían de la casa por miedo a la crítica, Humberto Arango, Inés Correa, Carlos J. Vega, Rey Vásquez, hacían parte de la nómina que resguardaba la casa, para algunos de ellos el olvido es eventualmente inevitable. Todo artista tiene un fin en su carrera: ser olvidado o recordado, sin embargo, para el caso de estos virtuosos de la pantalla chica se le recordará por papeles fundidos en la historia y no por su actualidad artística. ¡Arriba el telón! ¡Qué salgan los artistas!, pues la función debe continuar.
Edwin Páez
akirarochi@gmail.com
http://www.canalrcnmsn.com/noticias/reconocidos_actores_de_la_televisi%C3%B3n_colombiana_no_pasan_por_un_buen_momento
Fotografía principal tomada de internet: http://es.wikipedia.org/wiki/Ruido_(v%C3%ADdeo)
Herejía para una nación
Al cielo se eleva una poesía,
en la tierra, llorando, se arrastra un hombre.
Un corazón destrozado,
una sociedad hecha pedazos.
El llanto de un niño,
el lamento de un anciano.
La sombra transeúnte de la muerte,
la ausencia permanente del amor.
Un ángel, cualquier ángel,
cometió un error, ahora pide perdón.
Su grito, un grito de dolor,
envuelto en sangre se revuelca un corazón.
En su tierra, llorando, cae el cuerpo de un hombre,
mueren con él las ilusiones de un pueblo,
reina la oscuridad, gobierna el horror.
¡Oh! ¡Ciega justicia!
¡Oh! ¡Libertad ausente!
¡Oh! ¡Maldita opresión!
En la tierra, muere un hombre,
muere un niño,
muere un cantor.
Se ahoga una voz,
deja de latir un corazón.
Mudo un pueblo llora, llora de dolor.
Triste un país sepulta la esperanza,
triste país que el amor desecha.
En el cielo, ha muerto Dios.