Calavera

I

Pasando por el viejo cementerio

me acerqué con gran misterio

a una tumba que encontré abierta,

estando sobre el cúmulo de tierra

resbale y caí vertiginosamente

al rectangular pozo de la muerte.

II

La tumba estaba vacía,

los restos de una lápida fría

de una mujer llamada Rosa.

un epitafio escrito en verso

que leí con gran esfuerzo;

solo eso había en el fondo de la fosa.

III

No recuerdo bien lo que decía,

pero era algo de esta manera:

Aquí no yace una mujer cualquiera

aunque inerte, yerta y fría

siempre fue fuerte y valerosa

aquí yace Rosa “la hermosa”.

IV

De pronto, una nube cubrió la luna

quedé absorto ante tal penumbra,

y en vano intentaba escalar

las paredes de aquella tumba.

Y sonó el canto de un ave nocturna

como riendo de mí por no poder volar.

V

Y entre uno y otro intento

de mi infructuosa escapada

la pared se desmoronaba;

dejé escapar un lamento

con vos triste y lastimera

¿Hay alguien ahí afuera?

VI

Se hizo más triste mi penuria

al no encontrar respuesta alguna.

Solo un silencio sepulcral

respondió a mi grito de angustia

y unos perros aullando a la luna

hacían de mí un cadáver más.

VII

Sorprendido me quede al observar

que por donde intenté trepar,

se asomaban curiosas las cuencas

de una blanca y yerma calavera;

 y la desenterré con suma cautela

sin desmoronar toda la tierra.

VIII

Y allí, en donde habitan los muertos

hallé el propósito de mi visita,

como si hubiese pactado una cita

con aquel cráneo, blanco y yerto;

entre todo eso, olvidé mi angustia

y quise empezar mi entrevista.

  IX

¿Qué ha pasado con tus ojos?

tu dulce mirada y tus parpados

que adornabas con colores claros

¿Qué ha pasado con tus labios?

que de rojo pasión habías pintado

y a muchos habían enamorado.

X

Porque tú eres Rosa

la dueña de esta fosa

de la lápida y el epitafio

¿Dónde ha quedado tu belleza?

Y una voz me dijo con terneza,

─ “Ha quedado en el espejo”.

XI

─¿Quién responde a mi pregunta?

Dije con voz entrecortada y temblorosa.

─Mucho gusto, mi nombre es Rosa;

Y sí, a mí me pertenece esta tumba

¿Qué haces tú aquí en mis dominios?

Aquí llegan los muertos, no los vivos.

XII

─Caí por error en tu panteón

vine en busca de una aventura,

de un cráneo para poner mi pluma;

por tinterillo tengo mi corazón,

encantado en conocerla,

mucho gusto, soy el poeta.

XIII

─Te atreviste a profanar mi sepultura

y a robar de mi lánguida escultura

el cráneo de un cuerpo ya olvidado,

de un triste espíritu condenado

a vagar aquí y allá sin rumbo

observando lo superfluo de este mundo.

XIV

Gracias a ti, poeta taciturno

bajo este espectáculo nocturno

doy por terminada mi penitencia,

yo te obsequio mi blanca calavera

y te hago partícipe de la sentencia

que por tal atrevimiento te espera.

XV

Cada noche una necrópolis visitaras,

acompañando a las almas en pena

recitando uno a uno tus poemas

de esos que dedicas a la muerte

y que te acompañe la suerte

en tus versos y en tus rimas.

Por, Diego SH

(Funza, Cundinamarca)

Diego Iván Chaparro Ariza –Diego SH

Músico y Escritor colombiano nacido en 1990, de origen Boyacense, me mudé desde muy pequeño y hasta la fecha en Funza Cundinamarca…

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