‘Lamento Trance’, de Animaleja: tras el rastro de la identidad

«¿Cuál es mi origen?», pregunta que plantea Animaleja en ‘Lamento Trance’ y que busca responder a través de la música

Por, Olugna

Naturaleza, percusiones, coros, un sonido cadente que rinde tributo a los ancestros, a la montaña, al origen. No es una producción que se pudiese clasificar en una categoría específica, tampoco importa. Al fin y cabo, al igual que la vida misma, la música se ha hecho para que disfrutemos de ella, aunque no siempre obtengamos la respuesta que buscamos.

Alejandra Cárdenas, el rostro detrás de Animaleja, es una mujer artista que ha combinado la música, la investigación y la docencia para desarrollar un concepto musical en el que la exploración sonora con diversos elementos es el punto de partida y la expansión artística un horizonte.

En tres años de trayectoria, Animaleja se ha proyectado como una propuesta auténtica en la que el folclor danza son las posibilidades de la música electrónica. «La intención de su propuesta musical se basa en generar una identidad sonora, visual y conceptual en donde la mezcla de elementos tradicionales y naturales hacen una simbiosis con elementos urbanos y callejeros», describió Colectivo Sonoro.

«Este proyecto invita a la celebración de la diversidad en todos sus aspectos, al disfrute del movimiento libre de los cuerpos sin censura, a apreciar todo lo raro y mutante ya que mi música es un medio para disfrutar y habitar desde el encuentro y la diversidad», señala Animaleja.

En ‘Lamento Trance’, el lenguaje audiovisual complementa el concepto que Animaleja desea transmitir. El video que acompaña la canción, nace del sentimiento que provocó en la cineasta Luisa Betancur la canción de la artista colombiana; fue así, cómo, entre las dos, desarrollaron una idea que pudiera expresar el ritual de un lamento de liberación.

 «Incluimos dos bailarines que representaran la dualidad y la diversidad, queríamos que el agua fuera un elemento importante y, por esto, gran parte del video gira en torno a un pequeño pozo de agua el cual, literalmente, fue ambientado desde una piscina inflable con la ayuda de la directora de arte Paulina Henao, quien nos ayudó a crear todo un ecosistema con tierra, helechos y plantas para hacer realidad el estanque de agua». Explica la artista.

No se equivoca Animaleja, al fin y al cabo, cada paso que damos sobre el asfalto es  una huella que se desprende de esas raíces ancestrales, aunque así muchos pretendan rechazar esta premisa.

Básicamente, «Animaleja es la maleza que crece en las agrietadas calles».


‘Lamento Trance’ | Plataformas musicales

Animaleja | Redes Sociales

La misión no ha terminado: el mensaje que Yulian Marín entrega en ‘Llamando a Houston’

«Soy, soy, soy un mundo en colisión; soy, soy, soy sobredosis de emoción»

Llamando a Houston (Yulian Marín)

(Bello, Antioquia, Colombia)

Por, Olugna

52 años atrás Jack Swigert, astronauta nacido en Colorado, observaría una luz de emergencia encendida. No era solo el destallo de un bombillo, era la señal de que algo, definitivamente, no andaba bien: una explosión en los tanques de oxígeno del Apolo 13 amenazaba el éxito de una misión espacial y la vida de Swigert y sus dos compañeros de tripulación, Jim Lovell y Fred Haise.

Habían pasado solo dos días desde el despegue del Apolo 13, el 11 de abril de 1972, Jack Swigert, sin imaginarlo, dejaría su nombre inmortalizado como un héroe y una frase inscrita en la historia, una llamada que, con el tiempo, habría de convertirse también en metáfora: «Ok, Houston. We’ve had a problem here».

La misión, quizás, podría interpretarse como un fracaso; sin embargo, sus tres protagonistas tuvieron la oportunidad de narrar de su propia voz los instantes de angustia que vivieron en espera de un rescate ‒ese sí‒ definido por la historia como un éxito.

De nuevo la presente. El paso marcado por una batería, la densidad de un bajo distorsionado, una voz que interpreta las primeras líneas de un mensaje que nos invita a no dejarse caer: «El tiempo nunca, nunca para, te enseña a avanzar». Es un llamado insistente; quizás, también un grito de alivio. La misión no ha terminado.

Cinco décadas después, a miles de kilómetros de distancia, un joven músico colombiano nacido en Bello (Antioquia), Yulián Marín, presenta su sencillo más reciente bajo el título de ‘Llamando a Houston’, un grito que todo ser humano necesita en algún instante de su existencia para despertar, para buscar dentro de sí mismo ese amor propio y la fuerza que necesita para no rendirse.

«Llamar a Houston es un grito a sí mismo, un canto de rescate para no dejarnos caer», explica Yulián Marín.