El día del Rock fue, ante todo —sólo para quienes asistimos—, un recuentro con la historia del Rock nacional. Por primera vez, vimos a mucha gente pagar por una boleta y estar de acuerdo con que aquí el Rock sí existe y que, de una u otra forma, tiene futuro.
Este año ha sido drástico en la escena del rock y metal nacional, la infortunada pérdida del titán Elkin Ramírez fue algo que todavía nos acongoja y nos hace pensar constantemente para dónde va este asunto, para muchos la única estrella de rock real del país, para otros, el inicio de una nueva época en la que el rock ya no es lo que fue en la época de Kraken.
Por otra parte, así como si nada, dos de las agrupaciones más tradicionales, reputadas y de trayectoria del país anunciaron su final, Neurosis y Darkness, prácticamente padres y artífices del metal en Bogotá.
Pero también han llegado los grandes descubrimientos y bandas emergentes que renuevan esa escena, Implosion Brain y Blazing, son, sin duda, dos ejemplos claros. Por otra parte están las que resurgen como Herejía, Morfonía y La Pestilencia. Un panorama convulso, propio del cambio de los tiempos, que trastoca al público, a los músicos, como a sus propias expectativas.
Y así como así, durante el año y en medio de la espera tradicional de Rock al Parque como máximo exponente de las bandas con una gestión del Estado y del Distrito bastante discutidas en temas de la organización del Festival, apareció un cartel anunciando un Día del Rock Nacional, nos cuestionamos y emocionamos, luego dudamos y así y así. ¿Qué quien lo convoca?, ¿es privado?, ¿por qué el 12 de agosto?, ¿quién dice que ese es el día del rock nacional?, y ¿por qué esto y por qué lo otro? Pero pronto se nos despejaron las dudas y no las vamos a resolver una por una, pues lo más importante fue el día en sí mismo, una apuesta privada por reunir los artistas con más trayectoria y reconocimiento. Una fecha que sin duda rompió las expectativas y fue un gran éxito, y ya.
El día del Rock fue, ante todo —sólo para quienes asistimos—, un recuentro con la historia del rock nacional. Por primera vez, vimos a mucha gente pagar por una boleta y estar de acuerdo con que aquí el Rock sí existe y que, de una u otra forma, tiene futuro. Es por eso que queremos contar nuestra experiencia en una maratónica jornada de más de 15 horas de pura música colombiana, de puro rock, rockcito suave, ska, punk, industrial y metal.
No podemos hablar banda por banda, porque correr de un escenario a otro y tomar apuntes, como se suele hacer —periodísticamente hablando—, no permitía disfrutar de la alegría con la que el público estaba impregnado. Sí, nos declaramos culpables, nos lo gozamos, fuimos espectadores de la fiesta y rumbeamos antes que trabajar y no nos dieron opción, la zona de prensa lateral no era muy eficiente, esta vez no había privilegios para medios, o te hacías frente a la tarima con el público o no hacías nada.
Básicamente el evento dentro del auditorio de lo que ahora es el Centro de Eventos de la Autopista Norte, justo después del peaje donde se acaba esta ciudad, consistía en que cada agrupación de las 31 convocadas, tocaría en promedio de 30 a 45 minutos en dos tarimas dispuestas una frente a la otra. Durante todo el día no hubo descanso, así que, como un festival real, mucha gente no tuvo más opción que escoger que bandas quería ver y en cuales descansar, ir a tomarse una cerveza, comer, jugar tejo y otros deportes tradicionales, pasar por las carpas de las bandas, tomarse fotos con los músicos o devolverse al concierto que en general posibilitaba una buena vista desde cualquier punto. Quienes quedaban atrás en una banda, eran los primeros en la siguiente presentación. Nosotros jugamos a cambiar de puesto antes de que terminara cada una.
Pues bien, a lo que fuimos y vimos; tras las bandas de apertura que como siempre no tuvieron el público a reventar, pero que dejaron todo en la tarima, Hackmed (Rock Alternativo Moderno), Código Rojo (Skate Punk), K-93 (Punk) y Árbol de Ojos (Rock and Roll, alternativo medio ‘revival’), la cosa se fue acondicionando, cambios de sonido y arreglos de las consolas fueron notorios. Sin embargo, sin duda, estas agrupaciones con un promedio de 10 años de existencia cada una, dan cuenta de la movida independiente y de la cual, a veces, nos cuesta ponernos al día con todas las producciones que salen por mes en cuanto a rock nacional se refiere. Ninguna de estas bandas era novata. Para muchos, desconocidas, para otros, muy sonadas en sus propios círculos. Lo único que podemos decir, es que les sobra calidad y que escenarios así, son más que necesarios para continuar impulsándolas. No propias para los rockeros más tradicionales de los sonidos hard.
Un gran coro del público acompañó a Mario cuando interpretaba una de las canciones más representativa de Dr. Krápula: La Fuerza del amor
Llegó el turno para Dr. Krápula, llevábamos mucho tiempo sin escucharlos en vivo. Tras una presentación de 40 minutos, cerraron con una de las canciones que mueve más emociones dentro del público: La Fuerza del Amor. Durante su show, la banda hizo un recorrido por su discografía con temas revolucionarios y cargados de mensajes de resistencia. Un escenario a reventar cuando apenas el reloj marcaba la 1:15 de la tarde.
El Ska contagia de energía y baile. Es, quizás, la vertiente más alegre de los derivados de la familia del rock. Así lo demostró Krápula, la cuarta banda que se presentó en el Día del Rock Colombiano. Allí, mientras nuestro director Andrés Angulo se tomaba una ‘selfie’, confirmamos que la gente quiere mucho a las bandas, que éstas mueven y que en nuestro país sí se hace rock. En contraposición de aquellos que lo niegan, sí está vivo y sí tiene público.
Una canción, cambió de sonido radical y de opiniones
Luego de Dr. Krápula, se presentaron Popcorn, Nawal, Lo Ke diga el dedo, Revolver Plateado y Los de Adentro.
Popcorn continuó con la buena energía que dejó arriba la agrupación de Mario, ‘pogos’, cánticos en el escenario B y un público que, definitivamente, iría hasta el final.
Nawal, le apuesta a un sonido más suave. Así lo ratificó y la gente no brincó, pero sí cantó, acompañó y bailó en su sitio. Esta una de las agrupaciones más recordadas de nuestro Reggae, que todavía no admitimos los más puristas como rock, pero que estamos familiarizados con su sonido y los gozamos sin reproche.
Media hora después, Lo ke diga el dedo estalló la energía de los asistentes, quienes de nuevo, saltaron, cantaron y ‘poguearon’ toda la presentación. De nuevo el Ska fue el encargado de un desfogue de adrenalina.
Revolver Plateado tiene su estilo y su público, es una de las bandas más sólidas en vivo, es más para apreciar que para saltar, exploran muy bien los sonidos alternativos hard del Rock. Mientras Lo ke diga el dedo ponía a saltar a su público, se realizaba la adecuación del escenario contrario para escuchar a la agrupación bogotana de rock alternativo. Doble reto tenía, no dejar apagar el ánimo del público y abrirle a Los de Adentro.
Recién escuchamos —hace unos 12 años— a la agrupación Barranquillera Los de Adentro, en ese entonces no nos gustó, porque sus videos o hits eran muy ‘poperos’. Les perdimos de vista hace mucho y el 12 de agosto fue un reencuentro con la banda, le dimos la oportunidad y lo admitimos, nos gustó. Es que una cosa es ver edulcorante en un video y otra es ver una descarga de buen rock en vivo. Lleno total de tarima a tarima para los barranquilleros. La percepción no era lo misma de hace unos años. Ver al público emocionado cantar uno a uno sus temas, nos hizo recordar uno de los clásicos del rock en español que es un himno adolescente. Nubes Negras encendió al púbico, Una canción, llamó a quienes, afuera de la carpa, tomaban una cerveza, comían, jugaban tejo o se hacían un tatuaje temporal. Nuestro director estaba cantando a grito herido y con su ‘air guitar’ le seguía los pasos a esa canción pegajosa, que en su momento fue un éxito en las emisoras del país. Qué buena agrupación, lo admitimos.
Folclore, vieja guardia y nuevas generaciones
Jorge Velosa es uno de los artistas folclóricos de mayor recordación en nuestro país, la carranga, gracias a él, cruzó fronteras y gracias a Velo de Oza, trasgredió géneros. Tras su gira por Europa, la banda arribó a Colombia para presentarse en el Día de Rock Colombia, el folclore se vistió de rock y contagió a los asistentes que venían de cantar las baladas de Los de Adentro.
10 años desde su formación no han pasado en vano y así lo demostraron sus integrantes en el escenario. El mundo conoció la carrangarock —nombre que ellos dieron a su propuesta— y ese sábado, Velo de oza, se tomó de ruana la tarima. Casi que son una contraposición a Los Rolling Ruanas, que actualmente están de moda. Los Velo, son mucho más interesantes y mucho más rock, parten de una exploración más llamativa que la de adaptar algunos clásicos a la raspa, mucho respeto por esta banda.
Galería fotográfica Día del Rock Colombia: Velo de Oza
En el sector opuesto, The Hall Efect, liderado por Óscar Correa, hizo un recorrido por sus tres álbumes, el público respondió de manera efusiva y acompañó a la banda tanto en sus canciones en inglés como en español.
Estados Alterados es, quizás, una de las bandas más extrañas que hemos escuchado, verlos allí con su propuesta electrónica, fue evocar los sonidos de moda a principios de los noventa, eso que dio en llamar synth pop, una variación del rock más cercana a la música electrónica. Dieron cuenta de la diversidad y la calidad del rock nacional en época en la cual hablaba —por fin— del auge del rock colombiano.
Entre quienes escribimos esta crónica —editor musical y director— la discusión será eterna frente a este tipo de bandas, sólo podemos decir que no defraudaron y que tanto escenario como público fueron suyos, aún sin Tato Lopera, fundador y mítico teclista compositor de ese riff de sintetizador tan conocido como es Muévete. En efecto, la agrupación, ahora es dirigida solo por don Elvis.
Recorrieron sus cinco álbumes, canciones como Nada, Seres de la Noche hasta llegar a Seguridad y su más reciente trabajo, Intruso Armónico, tema que cantó Elvis junto con Dilson Díaz de La Pestilencia. Dilson tendría más tarde otros cameos, sin duda fue uno de los artistas que más se gozó el día.
Galería Fotográfica Día del Rock Colombia: Estados Alterados
A continuación, se presentó V for Volume con esa líder vocal que nos impregna de buena vibra y ese sonido actual tan variado y guitarrero de las tendencias más contemporáneas del rock, casi inclasificables.
Luego llegó Telebit, complementando así la atmósfera que con Estados Alterados ya había empezado a tornarse un poco más tranquila. Estas dos agrupaciones bogotanas, formadas en los años 2008 y 2011 respectivamente, con un rock alternativo continuaron con la parte más joven de la jornada.
El repunte llegó de nuevo con el hard blues de The Black Cat Bone, la agrupación encendió la energía del público, que no paró de saltar durante la presentación de la banda bogotana. Un retorno desde que los vimos por última vez en el concierto de Deep Purple. Nunca defraudan, sonido potente de las orillas del Misisipí, pero con la fuerza que hoy por hoy exploran artistas tan disímiles como Black Label Society o en nuestras tierras Southern Roots. Esta es una de las bandas más tradicionales de Colombia y que esperamos no sólo haya retornado para este evento.
Seis Peatones y su blues rock permitió al público disfrutar del sonido armonioso y de los largos acordes de la guitarra de Juan Amaya, otra apuesta por el sonido sureño y negro que destila wiski e invita a apreciar la guitarra. Menos conocidos pero de gran trayectoria.
De Décimo Grado a Marinero
Tr3s de corazón, con 15 años de historia, es una de las agrupaciones más sólidas de nuestro país. 5 álbumes, 1 recopilatorio de sus presentaciones en vivo, 14 años de gira por el continente, dos premios Shock, un premio Subterránica y un libro conmemorativo de sus primeros 10 años de carrera así lo demuestran. Eran casi las 7 de la noche y la banda de Medellín subió a la tarima. Su hardcore y ante todo punk en un escenario a reventar y sus canciones más representativas provocaron una favorable reacción del público. El cover de Décimo Grado fue emotivo, pero además nos fueron preparando para el homenaje al Titán, con ese genial tema que es La estupidez de este mundo demente. Casi que escuchábamos los versos cantados desde el cielo, la espera para Kraken se hacía más ansiosa.
Así llegó The Mills con una fuerte e impresiónate acogida, más que todo de los más jóvenes. La fanaticada es muy numerosa para esta propuesta. Temas como Guadalupe, Amor Depredador y el cover de Lobo hombre en París fueron acompañados por las voces del público que, al contrario de perder energía, a medida que la noche avanzaba, ganaba en energía y entusiasmo, aún con el cambio de decibeles, tras los enérgicos Tr3s de corazón. Todavía pensábamos que Diego Cadavid era su baterista, pero ante el coreado general, nadie se ha preguntado por los cambios de los miembros de una banda.
A continuación, hizo su aparición una agrupación pionera, SHIP, cuya formación se dio a principio de los años 80, una oportunidad excepcional para que las generaciones más jóvenes pudieran ver, al lado de los artistas actuales, a las leyendas del género en nuestro país, porque ellos fueron los que realmente abrieron el camino. Bajo el comando de Jorge Barco, la banda tocó esos temas tan cadentes y llenos de arreglos sofisticados, enérgicos, progresivos y muy actuales. Nos recordó esa gran época de los ochenta. Se nos hizo corto el tiempo, pero fue por sus largas canciones. Aunque interpretó el clásico Cali Girls, pensamos que faltó Night in the Neighborhood y su más reciente sencillo Love´s Face, que es uno de los temas del año.
Una de las bandas más esperadas fue recibida por un escenario que otra vez estaba a punto de reventar. Don Tetto, el anfitrión del día junto con Aida Hodson —bella mujer que tiene una trayectoria larga en esto de los conciertos de Rock y la líder de esta tan invaluable empresa de conciertos de bandas nacionales— asomó y en una presentación de 40 minutos demostró cuán importante es esta agrupación bogotana para la escena actual en nuestro país y para las generaciones más jóvenes. Canciones cortas, poder en el escenario y letras sencillas que fueron coreadas de principio a fin por los asistentes.
Y así llegamos hasta el arribo de 1.280 Almas, con sus 25 años de historia, subió al escenario y puso a brincar, cantar y ‘poguear’ a los asistentes que llenaron en su totalidad la carpa, otra vez, de tarima a tarima. Sus canciones de mensajes políticos y la energía de Fernando del Castillo y compañía, elevó el ánimo del público. Sus temas más representativos nos recordaron porque esta agrupación bogotana es un referente para la escena en nuestro país. Entre otras, las Almas tocaron Marinero, Surfiando en Sangre y Tu Sonrisa. En la guitarra estuvieron acompañados por otra leyenda, el señor Francisco Nieto, veinte mil veces recordado por haber sido parte fundamental en el origen de La Derecha, Neurosis y La Pestilencia.
El Pre-cierre
Rocka, una de las bandas más innovadoras de la jornada, conformada en el 2011 por dos exintegrantes del Sie7e: Julián Orrego en la voz y Sergio Suzarte en la guitarra, quienes aportan a la agrupación más de 10 años de experiencia musical. Temas como Quimera y Veneno tuvieron gran acogida. Su nómina se completa con la participación de Camilo Torres en el bajo y Marcos Rodríguez en la batería. Amigos de la escena, de las bandas y del público. Rocka es una de las mejores agrupaciones del género del país en la actualidad, ¿por qué? Por eso mismo, por que suena a puro y jodido rock.
A continuación llegó el turno de Superlitio. El Rock fusionado con otros géneros, es la principal característica de esta agrupación caleña que inició su trayectoria en 1996 y tiene una gran acogida entre el público más joven. Canciones como Te Lastimé y Viernes Otra Vez fueron las más coreadas.
Otro clásico y leyenda del rock en nuestro país es La Pestilencia, que se presentó después de Rocka. El turno, en esta ocasión, fue para los más veteranos, que movieron la cabeza y cantaron las canciones más emblemáticas de la agrupación de punk rock interpretadas por Dilson Díaz, Isabel Valencia, Marcelo Gómez y Carlos Marín. Disfrutamos de un recorrido por su discografía hasta llegar a su último trabajo Paranormal. Dilson mueve la gente a pesar de los años y La Peste es, sin duda, una de las bandas más queridas del público, este evento no hubiese sido lo mismo sin ella.
Nostalgia, expectativa y el adiós
¡Mierda! La primera vez que veíamos a Kraken sin Elkin. Nos perdimos de los eventos del Tour Kraken un Homenaje Real, pero en juego largo hay desquite y aquí gracias a los dioses del trueno y del metal y de Aida Hodson, quien incluyó en último minuto a Kraken, el Kraken de la alineación final de Elkin, su último comando, que esta vez traería una sorpresa no vista en el tour.
Una vez inició la descarga musical supimos que el Titán sí estaba allí. Sonido de fondo con la voz de Elkin, todos los músicos, menos Rubén Gélvez (teclado) que se encuentra fuera del país.
Así arrancó el desfile de voces, la hermosa Miranda, Diego Pulecio de Don Tetto y al final, cómo no, Andrés Arce. De repente, en Vestido de Cristal llegó la interpretación de Andrés Ramírez, el hijo de Elkin, acompañado en los altos de Miranda. Su presencia cargó el ambiente de mística y sentimiento. Andrés no defraudo, es tal vez su primer intento y lo superó con creces, aún puede mejorar, pero el camino está labrado, tiene un rango que puede llegar a convencer, sin ser una copia de la voz de su padre. El momento del día, sin duda. Para quienes estábamos cerca a la tarima el sonido estuvo perfecto, como si desde el más allá, Elkin manejara la banda. Gran parte del público soñó con Andrés, como si vieran a su padre.
Un tema interpretado musicalmente por los integrantes de la banda, acompañado con la voz Elkin de fondo, provocó las lágrimas de los músicos. Emotivo sin lugar a dudas. Una presentación que se extendió alrededor de una hora y que rindió un sentido homenaje a la máxima leyenda del Heavy Metal en nuestro país. Si un día de Rock de Colombia no tuviera en cuenta a Kraken, no sería realmente el Día.
Las canciones de Kraken tienen vida propia, qué importaba que las voces de quienes interpretaron los temas elegidos para la presentación no alcanzaran los tonos de Elkin, si el público cantaba con mayor fuerza cada uno de ellos. Un escenario que recibió a la banda con aplausos, un público que esperó hasta casi la media noche para ver por primera vez la presentación de Kraken sin su voz líder. Por algún motivo la banda sonó de forma muy, muy, muy potente, la falta del teclado hizo seguramente que la armonía pasara del progresivo al power.
Nosotros hemos presenciado este año por lo menos diez homenajes a la banda y el legado de su líder, no existe, sin duda quien pueda superar el realizado por el mismo grupo.
Gran parte del público se marchó al finalizar la presentación de Kraken, otra parte salió de la carpa a tomar un descanso, pues aún faltaban las presentaciones de cinco bandas más: Consulado Popular, I.R.A, Ataque en Contra, Koyy K Utho y Nepentes.
Consulado Popular, entre la fusión de ritmos y la parodia permitió a los asistentes un momento mucho más tranquilo con un escenario mucho más desocupado. I.R.A, demostró porque es una de las bandas pioneras del punk en Colombia, la energía, la adrenalina y el ‘pogo’ regresaron de nuevo a la carpa. Ataque en Contra, conformada en 1995, con su Hardcore, mantuvo la energía del público que, aunque cansado, aún mantenía la energía. Realmente era casi anti-voluntad mantenerse con la misma energía, pero las tiendas estuvieron siempre abiertas, el café y el licor entre el público, logró mantener el motor prendido. A esas alturas muchos estaban tirados en el pasto durmiendo. No pasó nada, fue genial. Hubo mucha tranquilidad en el ambiente, la atención de los baños siempre fue excelente y se nota la diferencia entre un evento privado y uno masivo, ojalá que esas cosas no fueran factores diferenciales.
Respeto y admiración total para las personas que permanecieron hasta las presentaciones de Koyy K Utho y de Nepentes. Los primeros, leyendas; los segundos, la sangre nueva.
El Rock Industrial de Koyy da peso a su trayectoria. Se puso su ‘corpse pain’ necromantico y rompió con todo, levantó de nuevo el ánimo, la gente no se despegó del escenario, llenó de nuevo y se comió la tarima. Como invitado especial estuvo, de nuevo, Dilson. La agrupación Toteó con industrial y juego de soldadura. No sabíamos cómo hacer para tomar una foto, se movían por todas partes. Zero lucia más alto de lo que es y fueron de los gigantes del día. Para nosotros el concierto acabo ahí.
No es que Nepentes carezca de calidad, pero tal vez la única pega es que después de 15 horas continuas de presentaciones, tras escuchar en la noche a La Pestilencia, Kraken y Koyi, era muy difícil mover a la gente. Aun así, Nepentes tiene fuerza y un público que lo sigue. Un gran ‘pogo’ dio por finalizada una jornada de puro Rock n’Roll.
Afuera de la carpa grupos de pelados acostados, otros conversando, comiendo o bebiendo algo, dio cuenta de que el Día de Rock Colombiano, más allá de una presentación continua de bandas, fue un verdadero festival. Una fecha que marcó un nuevo hito en nuestro país. Nos dejó una alegría increíble, una sensación de crítica frente a eventos similares que recurren a artistas extranjeros para llenar un escenario y demostró que sí es posible crear un evento monumental de gran calidad, en el que se pueda apreciar lo nuestro, no es un ánimo de expresión nacionalista, en verdad, la calidad de las bandas habla por sí misma.
Más allá del día y de cómo apareció en esta fecha, semejante evento, nos quedaron dudas a futuro: ¿Tendremos otro festival para el próximo año? ¿Después de este gran cartel, qué bandas serán las convocadas? ¿Aterciopelados, Killcrops, Alerta Kamarada, Highway, Kronos, entre otras? ¿Una entrada de alrededor 70 ‘lukas’ es lucrativa para 30 agrupaciones? ¿Mejorará el sonido algún día en Colombia? ¿El público responderá del mismo modo? No sabemos nada, pero sin duda, después de este cubrimiento podemos decir que, con cansancio, una sonrisa de oreja a oreja y mucha música retumbando aún en la cabeza, que el Rock Colombiano tuvo su Día. Muchas gracias a quienes lo hicieron posible, tenemos fe en el futuro.
Galería fotográfica I Día del Rock Colombia
Galería fotográfica II Día del Rock Colombia
Crónica: Luis Alfredo López y Andrés Angulo (Editor Urbania Rock y Director)
Fotografía: Paola Rozo, Jhonattan Vargas ‘Tatán’, Luis Alfredo López y Andrés Angulo
Eventos relacionados
Festival RockInc: dos días de autogestión y esfuerzo por la escena local