La música no era nuestro territorio, pero no nos importaba, teníamos 20 años, éramos locos y estábamos borrachos.
(Rock al Parque 2019, Bogotá D.C., Colombia)
Por, Olugna
El escenario Plaza se llenó desde muy temprano. Dos bandas nacionales se encargaron de encender la energía de un público que recibió bastante bien la propuesta musical de Tappan y Southern Roots, dos presentaciones dignas de la tarima de un gran festival.
Luego del preludio de rock nacional, estaba al frente de nosotros una leyenda viva del Rock ‘n’ Roll latinoamericano: Alex Lora con su banda El Tri.

De pantalón rojo a rayas, botas, chamarra de cuero, bufanda y gafas negras; con su pelo largo y un acento mexicano de provincia, Alex Lora, saludó a las miles de almas que nos encontrábamos el 1 de julio en el escenario principal de Rock al Parque, para contemplar la que sería una de las presentaciones más esperadas del festival.
La sencillez y el estilo desparpajado que tiene Alex para conectarse con el público desde el primer instante, evidencian la pasión del artista por la música, un hombre que con casi 70 años de edad y 50 de trayectoria, ha dado todo por el Rock ‘n’ Roll.
Cómo no conectarse con El Tri, cuando desde Mente Rockera, primer tema en su presentación de Rock al Parque, Alex, dio rienda suelta a las palabras: «Les voy a pedir a estos maestros que le bajen de huevos a la música, yo sé que tocan un chingón, pero bájenle de huevos, porque lo que quiero ahorita es oír a la raza que está aquí en el parque Simón Bolívar». Eso fue la presentación de la agrupación mexicana: un canto a la raza latina.
Hay obras que descubren la esencia de un artista, en el caso de Alex, podría ser Todo sea por el Rock n’ Roll la rola que lo define. El rock lo sedujo a los 15 años de edad y, desde allí, aún con el riesgo de morir de hambre, con amor por la música y con la fe puesta en la virgen, emprendió un camino que, quizás, no imaginó fuera a completar 50 años de trayectoria ininterrumpida.
La primera página de esta historia se escribió el 12 de octubre de 1968 con Three Soul in my Mind y aquel lunes, cinco décadas después, bajo el nombre de El Tri —nombre que Alex dio a la banda en 1968—, estaba escribiendo con nosotros una hoja más en la en la larga trayectoria de la agrupación.

Con un lenguaje directo, sin pelos en la lengua, El Tri, le rinde tributo a la calle, al amor, a los sueños, a la vida misma. El acento ronco de Alex, dota de melancolía a sus canciones, sus letras apasionadas y descarnadas motivan a corearlas y muchas de ellas componen la banda sonora de las generaciones que han crecido acompañadas de su música. Pobre Soñador y Todo lo que hago está mal, son dos de ellas y así se vivió en Rock al Parque.
Todo lugar se hace hermoso cuando se comparte con la persona que es capaz de amarte y seguirte hasta donde vayas, no importa que aquel lugar sea un escenario a reventar en pleno concierto. Allí, en medio de la interpretación que hacía El Tri de su tema Nostalgia, apareció en escena Chela Lora, manager de la agrupación y domadora del rebelde Alex.

El amor entre la pareja armonizó con la música de la agrupación y con la nostalgia transmitida con cada tema. Chela, de pelo rojo, blusa negra y minifalda dorada, también se entregó al público durante el tiempo restante de la presentación.
Un minuto de desmadre por aquellas personas que ya no están con nosotros, fue uno de los momentos más emotivos durante la presentación. Con voz temblorosa, Alex recordó a su mamá Eloisa Serna, quien dejó este mundo el 25 de septiembre de 2012, un sentido preludio de Cuando tú no estás, cuya letra, música e interpretación, le dio el toque solemne al concierto ofrecido por la banda mexicana y dejó en más de uno, una pequeña lágrima.
Podría asegurar que aquella tarde cantamos junto a Alex Lora y El Tri, no hubo un solo instante en el que el músico no interactuara con nosotros, no era un concierto más en el que el artista se para sobre una tarima a dar cuenta de su talento, sino fue un encuentro íntimo con 90 mil almas que no dejamos de cantar, gritar, brincar y aplaudir cada uno de los temas de la agrupación.

Próximo al cierre del El Tri, Alex Lora, a capela dejó escapar un tarareo emblemático: «Turu tuturu turu tururu, tururu». A mi mente llegaría el momento en que en una tarima improvisada, abrazado en compañía de mis amigos, cantaba a grito herido: «Las piedras rodando se encuentran, y tú y yo algún día nos habremos de encontrar. Mientras tanto cuídate y que te bendiga Dios, no hagas nada malo que no hiciera yo». La música no era nuestro territorio, pero no nos importaba, teníamos 20 años, éramos locos y estábamos borrachos.
Las Piedras Rodantes no solo es un clásico del rock latinoamericano, es una canción que encierra las más sentidas escenas de varias generaciones que encontraron en el rock una forma de vida y que, aquella tarde en el Parque Metropolitano Simón Bolívar, se convirtió en el cierre perfecto de una presentación que celebró los 25 años de Rock al Parque y rindió culto a los 50 años de El Tri.
Cinco décadas de música no se pueden reducir en 50 minutos de concierto, una presentación no es suficiente para rendirle culto suficiente a la nostalgia, pero fueron suficientes para comprobar que quien escucha rock no envejece.
«Recuerden que el rock es un deporte: ¡Practíquenlo!» – Alex Lora

Crónica: Olugna
Fotografía: ‘Tattán’ Vargas / Andrés Angulo Linares