El Santo HeReje Paganismo Vol. I

‘Paganismo Vol. I’: El Santo HeReje tras los pasos de las músicas del mundo

«Y herida por un sable sin remaches, ves llorar la Biblia junto a un calefón»

‘CAMBALACHE’ (ENRIQUE SANTOS DISCÉPOLO)

(Bogotá D.C.)

Por, Olugna

Se vistieron ―a su manera― para la ocasión. El desprevenido que se conforma con el primer vistazo para hacerse a una opinión dirá que es un recital; el conservador huraño y ―en su mayoría― religioso, interpretará que se trata de una mofa irrespetuosa de las buenas costumbres; las señoras camanduleras se echarán la bendición y dirán: “¡Terribles estos muchachos!”; mientras que otros ―quizás solo unos pocos― apreciarán el concepto que se esconde detrás de la ironía que proyectan seis herejes con una propuesta artística que puede observarse desde la irreverencia o el tributo.

El Santo HeReje Paganismo Vol. I

Cinco de ellos visten con camisas negras de corte recto. Detrás de sus respectivos instrumentos son los encargados de la sonoridad de una propuesta musical que sigue sus propias reglas. Manuel, el sexto apóstata, es el encargado de proyectar, a través de su voz, las líricas de cuatro canciones que lograron instalarse en la cultura popular de diversas latitudes. Su aspecto desprolijo, su puesta en escena y los tonos que usa durante las interpretaciones, rompen la estética de la agrupación y dejan al descubierto que la misma se aleja de pretensiones y es esquiva ―fiel a su nombre― a cualquier imposición.

Son ellos los seis músicos que en la actualidad conforman un proyecto que se dio a conocer hace trece años bajo el nombre de El Santo HeReje; seis artistas que entendieron que el arte debe ser transgresor, que el rock ―en sí mismo― es una expresión jodidamente rebelde y que, para dejar huella ―además del talento― se requiere personalidad y autenticidad. La agrupación formada en la ciudad de Bogotá, presenta en esta ocasión, un adelanto de una placa discográfica que rinde tributo a canciones provenientes de diversas expresiones musicales; obras que no murieron con el tiempo y que lograron instalarse como hitos que definieron épocas y dieron identidad a sus generaciones.

«Es una colección discográfica que rinde tributo a grandes canciones que representan fundamentos, pilares y aspiraciones en el universo de El Santo HeReje», señala el comunicado de prensa.

Bajo esta definición, ‘Paganismo Vol. I’, extrae del inmenso y diverso universo musical de la historia, las composiciones que, a juicio de El Santo Hereje, deberían formar parte de un álbum grabado en vivo; quizás, con la intención de rendir homenaje a esas canciones en ese espacio que ofrece una experiencia auténtica y espontanea: una tarima.

‘Paganismo Vol. I’, también, es un repaso histórico que refresca la memoria; una excusa para acercarse a esos recuerdos que los más viejos vivieron en tiempo real y a lo más jóvenes les fueron narrados ―algunas veces― en blanco y negro. Por ejemplo, la primera canción viajó a la época en la que los hombres vestían de traje y sombrero; mientras que las mujeres lucían faldas largas ceñidas al cuerpo y se recogían el pelo; un poema que reprendió a la sociedad de la época y alzó su voz en contra de los políticos; una epifanía que no necesitó ponerse una chaqueta de cuero para hacer sentir su rebeldía: ‘Cambalache’, tango escrito en 1934 por Enrique Santos Discépolo y cuya versión interpretada por Carlos Gardel, aún se escucha en fondas paisas y rockolas de tiendas barriales.

En ‘Paganismo Vol. I’, El Santo HeReje, la interpreta desde una perspectiva criolla que conserva la esencia de la canción. La letra, adaptada a la realidad que respira Colombia, proyecta el sentimiento de la versión original; la música, en esta ocasión, elige recorrer el camino del rock, pero sus pasos siguen siendo los del tango. No es el mismo ‘Cambalache’, eso es claro; sin embargo, guarda esa indignación que se ha convertido en un sello de identidad que une a Latinoamérica desde Patagonia hasta Tijuana, al fin y al cabo, «el mundo fue y será una porquería (…) en el 510 y en 10.000 mil también».

«Hombres sin coraje, presionan la tierra por su explotación»

‘CAMBALACHE’ (EL SANTO HEREJE)
https://www.youtube.com/watch?v=Z1ZV6Uekqzw

Después de este presente ‘Cambalache’ ―problemático y feroz―, ‘Paganismo Vol. I’, abre paso a ‘Desdén’, pieza musical compuesta por Miguel Paz Reaño; un vals invadido por la nostalgia y atravesado por el abandono de la esperanza cuando se habita un territorio donde la guerra ha dejado huella. Esos versos extraviados del trovero peruano que fueron citados por Mario Vargas Llosa y Manuel Scorza e interpretados por Chavela Vargas, Julio Jaramillo, Helenita Vargas y Olimpo Cárdenas, fueron tomados por El Santo HeReje para transformarlos en una balada que fusiona el rock con la balada romántica.

A diferencia de la versión de ‘Cambalache’, en ‘Desdén’, la agrupación de rock alternativo ha respetado la letra, para interpretarla bajo una nueva identidad, pero sin dejar de lado esa bohemia que invita a escucharla mientras se vacía una botella de licor.

«Desdeñoso semejante a los dioses, yo seguiré luchando por mi suerte; sin escuchar las espantadas voces de los envenenados por la muerte»

‘DESDÉN’ (EL SANTO HEREJE)

«Una plegaria cataclísmica que vive en muchos corazones seducidos por el sonido progresivo», describe la agrupación en la tercera canción de ‘Paganismo Vol. I’, un tributo ―arriesgado si se quiere― de una composición que Tool dio a conocer en 1995: ‘Ænema’; pieza musical compleja e inquietante, que los seis heRejes han interpretando en español, procurando caminar ―así sea por un instante― el trayecto que recorrió la banda norteamericana.

La letra de la composición, en esta reinterpretación, fue adaptada en su totalidad; sin embargo, conserva la atmósfera oscura de desesperación y pesimismo que definieron a la versión original.

‘Mesecina’, pieza gitana escrita por Goran Bregović y que fuera la banda sonora de ‘Underground’, película dirigida por Emir Nemanja Kusturica, es el cuarto adelanto del tributo que El Santo Hereje ha realizado de las músicas del mundo.

Reinterpretada en español, ‘Mesecina’, al igual que versión del compositor serbobosnio, se inspira en el conflicto, en este caso, el sufrido en Colombia a lo largo de su historia. Es una canción sensible adaptada a un lenguaje que la hace más cercana a la realidad del territorio nacional; una luz de luna, una oda de esperanza y resiliencia, que ha sido traída desde el Europa Oriental como un canto universal que se enfrenta ―de manera simbólica―, a la guerra.

https://www.youtube.com/watch?v=ZnJzfmiAXjs

‘Paganismo Vol. I’, bajo la interpretación en las guitarras de Wilson Tivabisco y Sebastián Cogua; del bajo de Sergio Di Doménico y la trompeta de Mauricio Rodríguez; la batería del experimentado Andros Duke y la voz de Manuel Ortiz, recrea atmósferas, tiempos e instantes diferentes. Es una obra musical que pone en aprietos a los rockeros más radicales y acerca a los más jóvenes a otras posibilidades de percibir el Rock ‘n’ Roll.

Algunos celebraron el tributo realizado por la agrupación, otros dejaron saber su inconformismo; sin embargo, más allá de la aceptación o el rechazo, el ejercicio de El Santo HeReje, comprueba que la música, en últimas, es un diálogo entre el artista y el público; un pacto tácito en el que el primero busca ―para bien o para mal― despertar una reacción en el segundo: mover fibras, sacudir recuerdos o ―por qué no― provocar animadversión.

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