Aida Hodson, protagonista en la escena del rock colombiano, está preparada para escribir un nuevo capítulo en su extensa historia
«Cuando ese consumo sólo se da o se oferta a partir de la gratuidad hay un mal transversal» Aida Hodson
Conversamos con Aida Hodson sobre la actualidad que atraviesa el rock en nuestro país y cómo se puede fortalecer la industria alrededor de él.
Emergente – Convergente: una apuesta por el rock colombiano
«Trabajamos día a día por fortalecer el rock colombiano, por afianzarnos como industria y por entregar herramientas eficaces para el crecimiento de la misma»
Energía pura: el poder del frontman
«Más que una palabra, soy “energía pura” -Morris (Blas D Lezo)
Aida Hodson: rebeldía, pasión y entrega por nuestro rock
El rock «es trabajo, disciplina, pasión; es extremo, es un poco de demencia y de locura; es oscuro y también es luz» –Aida Hodson
Derrotero: la primera travesía de Crew 90
La composición de cada canción que la banda ha escrito, tiene una identidad propia y detrás de sus líricas hay una historia que trasciende y ha sido inmortalizada por Crew 90 en una fusión de sonidos que navegan entre el rock ‘n roll y los géneros alternativos.
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Día de Rock Colombia 2018: ¡Al rescate del rock nacional!
El primer paso siempre será el más difícil, el segundo es la demostración que sí se pudo, pero que el camino será largo y que el tercer paso está a la vuelta de la esquina.
Por, Arturo Coloray Lara, Luis López y Andrés Angulo Linares
El pasado sábado 15 de septiembre se llevó a cabo la segunda versión de Día de Rock Colombia, que el año pasado rompió todas las expectativas y esta vez no se quedó corto, la experiencia logró nuevamente el éxito y se transformó en uno de los mayores escaparates dedicados al género y se vislumbra que, de continuar, será todo un movimiento.
El rock nacional ha ido desarrollando festivales auspiciados principalmente por el Estado, que han convertido al rockero de a pie y escucha en un fan a favor de lo gratuito, esto sumado a la transformación del mercado del disco y a la sustitución del interés mediático de la música hacia el reguetón, han llevado al letargo la sostenibilidad económica y la difusión de las agrupaciones nacionales dedicadas a crear rock.
Sin embargo, el rock ha sobrevivido. Siguen y siguen apareciendo bandas que participan en festivales desarrollados en diferentes espacios: bares, parques y casas culturales, entre otros. En diferentes ciudades, colectivos artísticos y comunales intentan por todos los medios, sostener una cultura más allá de las modas y de los intereses comerciales. La proliferación de propuestas de todos los subgéneros y lugares del país es impresionante, no sorprende que se esté considerando por parte de la prensa, que Colombia tiene uno de los mayores potenciales de exportación rockera de Latinoamérica, si no el mayor.
Frente a este panorama aparece el Día de Rock Colombia, liderado por la agrupación Don Tetto y la experta en eventos, Aida Hodson, quienes apostaron de forma única y sin precedentes a dedicar un evento monumental al rock colombiano, el cual no se realizará por caridad, por patrocinio estatal o por causas filantrópicas –sí, entendemos que luchar por el rock en este país es, en sí misma, una causa demasiado altruista–, pero es que el propio género, las bandas nacionales, el público y esta cultura, no encontrarían mejor fundamento que demostrar que aún el rock colombiano vive y puede ser rentable.
Lo primero que queremos destacar es que el Día de Rock Colombia no duró un día. En realidad comenzó hace tres meses aproximadamente en alianza con algunos de los bares más reconocidos de la escena bogotana como Food and Rock, La Hamburguesería, The Music Hall, Stones Bar y The Grange Bar, en los cuales se iniciaron actividades bajo el título “Circuito Rock”, con un montón de agrupaciones jóvenes y pujantes que sin duda darán de qué hablar próximamente. Ejemplos como Mandingasea o Los Huérfanos, que representan el rock independiente y contemporáneo, desde diferentes sonoridades, están ingresando en el contexto de la renovación. Las bandas tradicionales siempre llaman, pero es moviéndose en los bares, teniendo contacto directo con el público, donde se debe retomar el trabajo. Hoy vemos que se están programando de nuevo artistas nacionales en los play list de los locales.
Las universidades no se quedaron atrás. La U. de la Sabana, por ejemplo, abrió tardes de rock en el marco de Circuito Rock. La visualización por todos los medios posibles, que inundaron la ciudad, es una de las formas de recordación que se venían trabajando desde el inicio del año hasta la última semana, donde el Día de Rock se hizo presente en el BOOM (Bogotá Music Market), en el cual se postularon dos nuevas bandas que completarían el total de 32 agrupaciones, que se darían cita finalmente en el Centro de Eventos de la Autopista Norte.
Desde el lanzamiento oficial del día de rock se expuso el objetivo para esta segunda entrega: combinar las mejores agrupaciones del año pasado con las nuevas, pues era claro que para lograr la asistencia esperada, se requería de bandas conocidas que convocarán al público más fiel a la tradición y así, de esta manera, presentar a las nuevas, exponiéndolas al mismo nivel.
Aspectos por mejorar, críticas, visiones y demás, claro que siempre surgen, pero cuando se comprenden los esfuerzos, las dificultades, lo complicado que es apostarle al rock en este país y en este momento, lo positivo sobresale y nos deja sin palabras. Personalmente espero el tercero y, sabiendo de antemano la calidad humana y de gestión de sus organizadores, solo presento una sugerencia: un poco más de Heavy y, al menos, una banda de metal extremo. La diversidad de sonidos que se describen más abajo, sin duda, dará cuenta que el festival le puede dar cabida a estos sonidos.
Luis López, editor musical Urbania Rock (Rugidos Disidentes)
Inmersos totalmente en la experiencia Día de Rock Colombia
El Día de rock es una experiencia de muchos sentidos, sobre todo para quienes no están acostumbrados a los festivales grandes y se han quedado con Rock al Parque, por ello describimos como se vivió al máximo este día de punta apunta, teniendo en cuenta que nuestra labor como revista cultural es dejar una memoria escrita de lo que significan estos eventos dedicados al rock de nuestro país.
El escenario, bastante retirado de la ciudad, no fue impedimento, como tampoco lo fue la lluvia, para que a la cita fueran llegando los asistentes a la celebración del Día de Rock.
Dos tarimas, una en frente de la otra, preparadas para recibir en ráfaga 32 bandas, con las cuales podríamos hacer un breve recorrido por 30 años de historia de rock colombiano. La acústica del escenario cubierto fue apropiada y permitió que el sonido de las bandas fuera óptimo. En esta edición tuvimos la fortuna de contar con zona de prensa.
Comida, cerveza, zona comercial, sillas de descanso y diversos espacios en los que los asistentes podíamos descansar, conversar, comer, compartir una cerveza y una conversación.
El primer paso siempre será el más difícil, el segundo es la demostración que sí se pudo, pero que el camino será largo y que el tercer paso está a la vuelta de la esquina.
Porque esto es importante, porque marca un hito claro que demuestra que el género, como corriente cultural, es rentable para el sector privado, que genera un impacto importante analizando las cifras de alcance, que reúne grupos poblacionales de diversas edades y condiciones en torno al rock, que fomenta la convivencia y el respeto por las diferencias, que demuestra, también, que es posible organizar un evento donde la logística y la producción se destaquen por su calidad y el excelente servicio, con todas las necesidades de los asistentes, claramente, cubiertas en una tarifa que consideramos baja, en comparación a la experiencia que ofrece el evento, y que trasciende más allá de las presentaciones artísticas.
Una correcta presencia de las marcas patrocinadoras con actividades y espacios de entretenimiento, y lo que consideramos aún más fuerte que todo lo anterior, el contacto de los asistentes con los artistas, quienes se pasearon tranquilos y muy abiertos por todos los espacios del festival, lo que generó una experiencia realmente de evento VIP a los asistentes. La facilidad de poder hablar, capturar en una foto un momento o disfrutar de una cerveza en compañía de los artistas sin duda fue un factor diferenciador del festival y una oportunidad de acercar al público con estas importantes agrupaciones que están haciendo un trabajo titánico en la escena rock colombiana.
La escena rock nacional y sobre todo la bogotana, cuenta con una gran cantidad de eventos mensuales, liderados por iniciativas de gestores en las localidades e incluso de los mismos artistas que buscan dar a conocer su propuestas y fomentar la cultura Rock. Existen también Rock al parque, Altavoz, el Concierto Radiónica entre otros, que se consolidan como los más reconocidos y en los cuales se mayor afluencia de público, gracias al arrastre de agrupaciones internacionales invitadas.
Sin embargo un festival 100% de rock colombiano, el cual logra movilizar a más de 10.000 personas en torno a un evento sin la necesidad de artistas internacionales invitados, que abre espacio para las propuestas de hoy, de ayer, conocidas, y emergentes, por supuesto que es destacable.
Cabe destacar un factor fundamental que aportó el evento al panorama de festivales del rock nacional, y fue el precio de adquisición de la boletería, dando un costo al evento y transformando la costumbre de no pagar por una escena local; hecho que genera una valoración en el trabajo de las bandas que se esfuerzan día a día por crear música de calidad.
Los artistas
Arturo Coloray Lara, docente de la Fundación Jóvenes Talentos de Colombia y Andrés Angulo Linares, director de Rugidos Disidentes, narraron la experiencia vivida en las presentaciones de las agrupaciones durante la jornada.
Hablemos de los artistas. La agrupación La Sociedad de la Sombrilla, que viene ganando reconocimiento con un trabajo nuevo y que crea su música de la manera que le gusta a los rockeros, o dicho de otra manera, con bajo, guitarras y batería en bloque hacia la misma dirección (sobre todo bajo y guitarras). Es decir, unísonos que le da una sensación de ser compacta en sus arreglos y riffs, sin mucha complejidad pero con solos muy puntuales, todo esto muy bien organizado; como sus letras, en las que usa muchas veces el sarcasmo como premisa, otorgando una personalidad característica a su propuesta.
Debo decir que al conocer la distribución de los espacios, quedó en evidencia la buena organización y previa planeación del evento. Encontrar el apoyo de la gente, los medios, y las óptimas condiciones para que muchas de las bandas que no tocarían en el festival asistieran al mismo, da fe de que Día de Rock Colombia llegó para quedarse.
Galería fotográfica: La sociedad de la sombrilla
La siguiente banda que escuchamos fue Pop Corn, una propuesta claramente enfocada hacia el Neo Punk. Este estilo se reconoce porque siempre cuenta con un baterista que posee buena técnica y es veloz, las guitarras son un poco más rítmicas, no siempre cuenta con solos y si los tiene son cortos y poco complejos. Es un grupo bien ensamblado que ofrece un sonido de calidad a la altura del festival.
A destacar fue también la propuesta de La Doble A. Lo que primero llama la atención es que la mayor parte de la responsabilidad vocal recae en el baterista, algo que siempre es interesante de apreciar. Aun así, todos los integrantes se apropian de varias de las secciones, dándole más personalidad a las letras, que son claramente un mensaje de la actualidad social, política y cultural del país. En cuanto a la música, como ha caracterizado las bandas hasta el momento, no escucharás complejas líneas interpretativas, pero si riffs muy rítmicos y que complementan bien el bajo y la batería. Es música muy disfrutable, realmente se siente como un buen Rock And Roll que te gozas de principio a fin.
Galería fotográfica: La doble A
Ahora bien, cabe resaltar una de las propuestas más interesantes del festival, ciertamente puede decirse que la fusión que hacen es muy poco usual pero que vale la pena conocer, hablo de Chimó Psicodélico. Esta banda toma ritmos y formas de la música llanera, agregando el estilo rockero que da por resultado un sonido particular. En su mayoría, se puede percibir la música llanera puesta, desde luego, por el bajo que marca las líneas características del género; el arpa y el cuatro lo complementan, manteniendo así la base llanera. Al entrar a jugar la batería y la guitarra eléctrica, se entiende la fusión que buscan y que han venido logrando. Algo que me parece importante destacar es su sonido en vivo, que no se encuentra aún al buscar su música en la red, definitivamente vale la pena escucharla.
En su mayoría, las bandas presentes en el festival poseen un reconocimiento, tal es el caso de agrupaciones como The Mills, Superlitio, Don Tetto, La Derecha, Kronos, Seis Peatones y, por supuesto, el reencuentro de Poligamia. Todas cuentan con muy buenas presentaciones que esperamos contarles. Los invitamos a que sigan apoyando este increíble festival, ya que sin duda, es maravilloso todo lo que ha podido lograrse con Día de Rock Colombia’, nos ofrece muy buenas expectativas para lo que viene. Sigan apoyando la escena local, nos veremos para seguir Rockeando.

Nepentes fue la última banda que vi en la versión anterior y era la segunda banda que observaba en esta edición. Su energía es inigualable, Nano, su vocalista se conecta desde el primer segundo con el público, baja del escenario, cruza las barreras, brinca junto con los espectadores, los abraza. La música de la agrupación, formada en el Barrio de Manrique en Medellín a finales de la década de los noventa y que en el 2010 fue telonera de Korn, es una descarga de energía que se siente en la respuesta del público a cada canción.
Imperdible el animal, la fiera, la bestia desatada sobre el escenario, apenas hace un mes se presentaba en Rock al Parque y ya estaba frente a miles de personas en un evento de gran impacto. Alfonso Espriella se ha consolidado con un sonido propio y bien logrado, fruto de su trabajo y de su calidad musical. Sus letras son contundentes y en sus videos el concepto, el simbolismo y los objetos juegan un papel importante. En síntesis, es una producción impecable la que el artista deja notar en su trabajo musical que es muy sensitivo, pero que en el escenario tiene una fuerza tremenda.
Galería fotográfica: Alfonso Espriella
Come Perro y Te lastimé son los temas que más disfruto de la agrupación caleña Superlitio. La fusión musical de la banda dio un oxigeno diferente a la jornada. Con un escenario lleno, debo reconocer que disfruté tanto de todas las canciones interpretadas que el tiempo pasó volando.
Galería fotográfica: Superlitio
Cuando menos lo pensé ya se estaba en la tarima contraria Don Tetto, una de las organizadoras de Día de Rock Colombia. Tras 15 años de trayectoria se ha consolidado como una de las agrupaciones de mayor reconocimiento en el país. Su público, en su mayoría joven es fiel a ella y ese día quedó demostrado en el escenario.
El Día de Rock Colombia combina en música, zona de comidas y bebidas, de juegos, de otras actividades y de emprendimiento, en la cual tuvimos la oportunidad de cruzarnos con Mónica y con Viola, padres de la leyenda del punk colombiano, I.R.A., que se encontraban en el stand de la banda, promocionado su mercancía, entre la cual estaba su libro Aguante y toda serie de accesorios como botones y parches.
En el escenario la energía que despiertan sus integrantes, a través de canciones cortas y contundentes, desencadena ráfagas de pogos en el público. El punk está vivo y sus seguidores respondieron de manera satisfactoria a la acostumbrada disposición de la banda en tarima.
Cordero Arrepentido es, quizás, una de las canciones de ‘La Peste’, que más me mueve emociones. Bordeaban las 11 de la noche y el cansancio era más que evidente, aun así, había fuerzas para mover la cabeza, para cantar y, en el caso del público, para poguear.
La Pestilencia también estuvo presente en la primera versión de Día de Rock Colombia, cómo no iba a estarlo, si es una de las bandas de sonido pesado más representativas del país. Dilson cerró su presentación con Soldado Mutilado y daba paso, de esta manera, a La Derecha, la gran ausente del año anterior.
Galería fotográfica: La Pestilencia
“En un bosque de la china una chinita se perdió, y cómo yo estaba perdida nos encontramos los dos”. Mario, sobre la mitad de su presentación cantó a acapella el estribillo de esta ronda infantil de los 80.
Si algo me gusta de los conciertos de La Derecha, es la relación de Mario con el público, habla, hace una que otra broma y crea una atmósfera de familiaridad como si tanto él como el público, estuviesen en una tertulia en la sala de un amigo. Cinco Pistolas, de su álbum, En polvo eres, fue el primer tema.
Durante la primera mitad Te busco, El puñal, su clásico Sombras y Ruido, acompañado con frases de Joaquín Sabina que Mario recitó de memoria, dio a su presentación un toque bohemio.
La segunda mitad fue un poco más confusa, solo salvada por la participación de Julián Urrego en Ay qué dolor. El ex integrante del Siete y hoy líder de Rocka, interpretó el clásico de La Derecha con un estilo actual y renovado. El estilo desparpajado de Mario opacó la presentación de la agrupación que era una de las bandas más esperadas. Una vez terminó, una proporción enorme de asistentes abandonaron el lugar.
Galería fotográfica: La Derecha
En verdad, fue una presentación que dejó mucho qué desear, pues se percibe un hastío por los temas más pesados. Sombras y Ay, qué Dolor parecen no entusiasmar a Mario tanto como al público. La Derecha genera mucha expectativa, pero seamos sinceros, más allá del divertimiento de ver al frontman relajado, musicalmente no lo salvaron ni los veteranos que lo acompañan.
Era la primera vez que veía a Poligamia en vivo, era la primera vez que veía a Andrés Cepeda en tarima y era la primera vez —juro que no me lo esperaba— que veía a Marbelle, quien acompañó a la banda en el tema Desvanecer. Fue un momento emotivo y debo reconocer que la voz de la artista de música popular no desentonó. Por supuesto, la banda cerraría con Mi generación, mientras que en la pantalla posterior se proyectaba el video de la canción.
Ver a Andrés Cepeda re-encontrándose con Poligamia en una tarima, es prueba de que el rock en nuestro país tiene una historia que ha marcado a más de una generación, tuvo un pasado, tiene un presente y se augura un futuro en el que los más jóvenes serán los que tracen un nuevo rumbo.
Galería fotográfica: Poligamia
Ya finalizando la clásica Kronos, liderada por Jorge Fresquet y David Corkidi, levantó el público restante, pese al cansancio, la gente sabe el valor de estas leyendas, que demostraron una excelente decisión de los organizadores, pues ya habiendo pasado Kraken el año pasado por la tarima, solo podía llegar Kronos a continuar con la cuota heavy hard. El paso de los años no ha hecho meya en la banda y por el contrario la madurez de los mismos, le ha entregado el poder en el escenario, con clásicos como Igual que ayer –potencializado con tonos mas duros– o el nuevo y potente Camino a la Gloria, canciones donde Fresquet ha adaptado su voz, que suena más fuerte rasgada y agresiva de lo que hacia desde los años ochenta, un maestro sin duda. En teclados los acompañó Víctor Hugo Santafé de Atta, uno de los músicos más interesantes de la actualidad en el país.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de Grito y Skampida, el ska intentó mantener la fiesta hasta el final y aunque pasaban las dos de la mañana, la dieron toda, comprometidos con la cita y a los guerreros valientes que se quedaron hasta el final. Tiempo tras nos dejaba sin aliento Grito, realmente un Hardcore poderoso, tremenda banda que no deja cabeza quieta y que despuntó el cierre con la furia necesaria para demostrar que este género también tiene un potencial enorme en el país, como el rock, como nuestra música, que no es solo eso, es nuestra cultura, es nuestra forma de vida y por eso, si nos dan 20 horas, también estaríamos allí apoyando.
Arturo Coloray Lara, docente de la Fundación Jóvenes Talentos De Colombia
Andrés Angulo, director Rugidos Disidentes
Galería fotográfica: Koyi K Utho
Galería fotográfica: Los Makenzy
Galería fotográfica: The Mills
Agradecimientos especiales a Aida Hodson por su especial trato antes, durante y después del festival.
Rugidos Disidentes Cubrimiento Dia de Rock
Eva María Useche, videografía y redes sociales
Ana María Martínez, fotografía
Zul de la Mochila, fotografía
Día del Rock Colombiano: la jornada más emblemática del rock nacional en el 2017
El día del Rock fue, ante todo —sólo para quienes asistimos—, un recuentro con la historia del Rock nacional. Por primera vez, vimos a mucha gente pagar por una boleta y estar de acuerdo con que aquí el Rock sí existe y que, de una u otra forma, tiene futuro.
Este año ha sido drástico en la escena del rock y metal nacional, la infortunada pérdida del titán Elkin Ramírez fue algo que todavía nos acongoja y nos hace pensar constantemente para dónde va este asunto, para muchos la única estrella de rock real del país, para otros, el inicio de una nueva época en la que el rock ya no es lo que fue en la época de Kraken.
Por otra parte, así como si nada, dos de las agrupaciones más tradicionales, reputadas y de trayectoria del país anunciaron su final, Neurosis y Darkness, prácticamente padres y artífices del metal en Bogotá.
Pero también han llegado los grandes descubrimientos y bandas emergentes que renuevan esa escena, Implosion Brain y Blazing, son, sin duda, dos ejemplos claros. Por otra parte están las que resurgen como Herejía, Morfonía y La Pestilencia. Un panorama convulso, propio del cambio de los tiempos, que trastoca al público, a los músicos, como a sus propias expectativas.
Y así como así, durante el año y en medio de la espera tradicional de Rock al Parque como máximo exponente de las bandas con una gestión del Estado y del Distrito bastante discutidas en temas de la organización del Festival, apareció un cartel anunciando un Día del Rock Nacional, nos cuestionamos y emocionamos, luego dudamos y así y así. ¿Qué quien lo convoca?, ¿es privado?, ¿por qué el 12 de agosto?, ¿quién dice que ese es el día del rock nacional?, y ¿por qué esto y por qué lo otro? Pero pronto se nos despejaron las dudas y no las vamos a resolver una por una, pues lo más importante fue el día en sí mismo, una apuesta privada por reunir los artistas con más trayectoria y reconocimiento. Una fecha que sin duda rompió las expectativas y fue un gran éxito, y ya.
El día del Rock fue, ante todo —sólo para quienes asistimos—, un recuentro con la historia del rock nacional. Por primera vez, vimos a mucha gente pagar por una boleta y estar de acuerdo con que aquí el Rock sí existe y que, de una u otra forma, tiene futuro. Es por eso que queremos contar nuestra experiencia en una maratónica jornada de más de 15 horas de pura música colombiana, de puro rock, rockcito suave, ska, punk, industrial y metal.
No podemos hablar banda por banda, porque correr de un escenario a otro y tomar apuntes, como se suele hacer —periodísticamente hablando—, no permitía disfrutar de la alegría con la que el público estaba impregnado. Sí, nos declaramos culpables, nos lo gozamos, fuimos espectadores de la fiesta y rumbeamos antes que trabajar y no nos dieron opción, la zona de prensa lateral no era muy eficiente, esta vez no había privilegios para medios, o te hacías frente a la tarima con el público o no hacías nada.
Básicamente el evento dentro del auditorio de lo que ahora es el Centro de Eventos de la Autopista Norte, justo después del peaje donde se acaba esta ciudad, consistía en que cada agrupación de las 31 convocadas, tocaría en promedio de 30 a 45 minutos en dos tarimas dispuestas una frente a la otra. Durante todo el día no hubo descanso, así que, como un festival real, mucha gente no tuvo más opción que escoger que bandas quería ver y en cuales descansar, ir a tomarse una cerveza, comer, jugar tejo y otros deportes tradicionales, pasar por las carpas de las bandas, tomarse fotos con los músicos o devolverse al concierto que en general posibilitaba una buena vista desde cualquier punto. Quienes quedaban atrás en una banda, eran los primeros en la siguiente presentación. Nosotros jugamos a cambiar de puesto antes de que terminara cada una.
Pues bien, a lo que fuimos y vimos; tras las bandas de apertura que como siempre no tuvieron el público a reventar, pero que dejaron todo en la tarima, Hackmed (Rock Alternativo Moderno), Código Rojo (Skate Punk), K-93 (Punk) y Árbol de Ojos (Rock and Roll, alternativo medio ‘revival’), la cosa se fue acondicionando, cambios de sonido y arreglos de las consolas fueron notorios. Sin embargo, sin duda, estas agrupaciones con un promedio de 10 años de existencia cada una, dan cuenta de la movida independiente y de la cual, a veces, nos cuesta ponernos al día con todas las producciones que salen por mes en cuanto a rock nacional se refiere. Ninguna de estas bandas era novata. Para muchos, desconocidas, para otros, muy sonadas en sus propios círculos. Lo único que podemos decir, es que les sobra calidad y que escenarios así, son más que necesarios para continuar impulsándolas. No propias para los rockeros más tradicionales de los sonidos hard.
Un gran coro del público acompañó a Mario cuando interpretaba una de las canciones más representativa de Dr. Krápula: La Fuerza del amor
Llegó el turno para Dr. Krápula, llevábamos mucho tiempo sin escucharlos en vivo. Tras una presentación de 40 minutos, cerraron con una de las canciones que mueve más emociones dentro del público: La Fuerza del Amor. Durante su show, la banda hizo un recorrido por su discografía con temas revolucionarios y cargados de mensajes de resistencia. Un escenario a reventar cuando apenas el reloj marcaba la 1:15 de la tarde.
El Ska contagia de energía y baile. Es, quizás, la vertiente más alegre de los derivados de la familia del rock. Así lo demostró Krápula, la cuarta banda que se presentó en el Día del Rock Colombiano. Allí, mientras nuestro director Andrés Angulo se tomaba una ‘selfie’, confirmamos que la gente quiere mucho a las bandas, que éstas mueven y que en nuestro país sí se hace rock. En contraposición de aquellos que lo niegan, sí está vivo y sí tiene público.
Una canción, cambió de sonido radical y de opiniones
Luego de Dr. Krápula, se presentaron Popcorn, Nawal, Lo Ke diga el dedo, Revolver Plateado y Los de Adentro.
Popcorn continuó con la buena energía que dejó arriba la agrupación de Mario, ‘pogos’, cánticos en el escenario B y un público que, definitivamente, iría hasta el final.
Nawal, le apuesta a un sonido más suave. Así lo ratificó y la gente no brincó, pero sí cantó, acompañó y bailó en su sitio. Esta una de las agrupaciones más recordadas de nuestro Reggae, que todavía no admitimos los más puristas como rock, pero que estamos familiarizados con su sonido y los gozamos sin reproche.
Media hora después, Lo ke diga el dedo estalló la energía de los asistentes, quienes de nuevo, saltaron, cantaron y ‘poguearon’ toda la presentación. De nuevo el Ska fue el encargado de un desfogue de adrenalina.
Revolver Plateado tiene su estilo y su público, es una de las bandas más sólidas en vivo, es más para apreciar que para saltar, exploran muy bien los sonidos alternativos hard del Rock. Mientras Lo ke diga el dedo ponía a saltar a su público, se realizaba la adecuación del escenario contrario para escuchar a la agrupación bogotana de rock alternativo. Doble reto tenía, no dejar apagar el ánimo del público y abrirle a Los de Adentro.
Recién escuchamos —hace unos 12 años— a la agrupación Barranquillera Los de Adentro, en ese entonces no nos gustó, porque sus videos o hits eran muy ‘poperos’. Les perdimos de vista hace mucho y el 12 de agosto fue un reencuentro con la banda, le dimos la oportunidad y lo admitimos, nos gustó. Es que una cosa es ver edulcorante en un video y otra es ver una descarga de buen rock en vivo. Lleno total de tarima a tarima para los barranquilleros. La percepción no era lo misma de hace unos años. Ver al público emocionado cantar uno a uno sus temas, nos hizo recordar uno de los clásicos del rock en español que es un himno adolescente. Nubes Negras encendió al púbico, Una canción, llamó a quienes, afuera de la carpa, tomaban una cerveza, comían, jugaban tejo o se hacían un tatuaje temporal. Nuestro director estaba cantando a grito herido y con su ‘air guitar’ le seguía los pasos a esa canción pegajosa, que en su momento fue un éxito en las emisoras del país. Qué buena agrupación, lo admitimos.
Folclore, vieja guardia y nuevas generaciones
Jorge Velosa es uno de los artistas folclóricos de mayor recordación en nuestro país, la carranga, gracias a él, cruzó fronteras y gracias a Velo de Oza, trasgredió géneros. Tras su gira por Europa, la banda arribó a Colombia para presentarse en el Día de Rock Colombia, el folclore se vistió de rock y contagió a los asistentes que venían de cantar las baladas de Los de Adentro.
10 años desde su formación no han pasado en vano y así lo demostraron sus integrantes en el escenario. El mundo conoció la carrangarock —nombre que ellos dieron a su propuesta— y ese sábado, Velo de oza, se tomó de ruana la tarima. Casi que son una contraposición a Los Rolling Ruanas, que actualmente están de moda. Los Velo, son mucho más interesantes y mucho más rock, parten de una exploración más llamativa que la de adaptar algunos clásicos a la raspa, mucho respeto por esta banda.
Galería fotográfica Día del Rock Colombia: Velo de Oza
En el sector opuesto, The Hall Efect, liderado por Óscar Correa, hizo un recorrido por sus tres álbumes, el público respondió de manera efusiva y acompañó a la banda tanto en sus canciones en inglés como en español.
Estados Alterados es, quizás, una de las bandas más extrañas que hemos escuchado, verlos allí con su propuesta electrónica, fue evocar los sonidos de moda a principios de los noventa, eso que dio en llamar synth pop, una variación del rock más cercana a la música electrónica. Dieron cuenta de la diversidad y la calidad del rock nacional en época en la cual hablaba —por fin— del auge del rock colombiano.
Entre quienes escribimos esta crónica —editor musical y director— la discusión será eterna frente a este tipo de bandas, sólo podemos decir que no defraudaron y que tanto escenario como público fueron suyos, aún sin Tato Lopera, fundador y mítico teclista compositor de ese riff de sintetizador tan conocido como es Muévete. En efecto, la agrupación, ahora es dirigida solo por don Elvis.
Recorrieron sus cinco álbumes, canciones como Nada, Seres de la Noche hasta llegar a Seguridad y su más reciente trabajo, Intruso Armónico, tema que cantó Elvis junto con Dilson Díaz de La Pestilencia. Dilson tendría más tarde otros cameos, sin duda fue uno de los artistas que más se gozó el día.
Galería Fotográfica Día del Rock Colombia: Estados Alterados
A continuación, se presentó V for Volume con esa líder vocal que nos impregna de buena vibra y ese sonido actual tan variado y guitarrero de las tendencias más contemporáneas del rock, casi inclasificables.
Luego llegó Telebit, complementando así la atmósfera que con Estados Alterados ya había empezado a tornarse un poco más tranquila. Estas dos agrupaciones bogotanas, formadas en los años 2008 y 2011 respectivamente, con un rock alternativo continuaron con la parte más joven de la jornada.
El repunte llegó de nuevo con el hard blues de The Black Cat Bone, la agrupación encendió la energía del público, que no paró de saltar durante la presentación de la banda bogotana. Un retorno desde que los vimos por última vez en el concierto de Deep Purple. Nunca defraudan, sonido potente de las orillas del Misisipí, pero con la fuerza que hoy por hoy exploran artistas tan disímiles como Black Label Society o en nuestras tierras Southern Roots. Esta es una de las bandas más tradicionales de Colombia y que esperamos no sólo haya retornado para este evento.
Seis Peatones y su blues rock permitió al público disfrutar del sonido armonioso y de los largos acordes de la guitarra de Juan Amaya, otra apuesta por el sonido sureño y negro que destila wiski e invita a apreciar la guitarra. Menos conocidos pero de gran trayectoria.
De Décimo Grado a Marinero
Tr3s de corazón, con 15 años de historia, es una de las agrupaciones más sólidas de nuestro país. 5 álbumes, 1 recopilatorio de sus presentaciones en vivo, 14 años de gira por el continente, dos premios Shock, un premio Subterránica y un libro conmemorativo de sus primeros 10 años de carrera así lo demuestran. Eran casi las 7 de la noche y la banda de Medellín subió a la tarima. Su hardcore y ante todo punk en un escenario a reventar y sus canciones más representativas provocaron una favorable reacción del público. El cover de Décimo Grado fue emotivo, pero además nos fueron preparando para el homenaje al Titán, con ese genial tema que es La estupidez de este mundo demente. Casi que escuchábamos los versos cantados desde el cielo, la espera para Kraken se hacía más ansiosa.
Así llegó The Mills con una fuerte e impresiónate acogida, más que todo de los más jóvenes. La fanaticada es muy numerosa para esta propuesta. Temas como Guadalupe, Amor Depredador y el cover de Lobo hombre en París fueron acompañados por las voces del público que, al contrario de perder energía, a medida que la noche avanzaba, ganaba en energía y entusiasmo, aún con el cambio de decibeles, tras los enérgicos Tr3s de corazón. Todavía pensábamos que Diego Cadavid era su baterista, pero ante el coreado general, nadie se ha preguntado por los cambios de los miembros de una banda.
A continuación, hizo su aparición una agrupación pionera, SHIP, cuya formación se dio a principio de los años 80, una oportunidad excepcional para que las generaciones más jóvenes pudieran ver, al lado de los artistas actuales, a las leyendas del género en nuestro país, porque ellos fueron los que realmente abrieron el camino. Bajo el comando de Jorge Barco, la banda tocó esos temas tan cadentes y llenos de arreglos sofisticados, enérgicos, progresivos y muy actuales. Nos recordó esa gran época de los ochenta. Se nos hizo corto el tiempo, pero fue por sus largas canciones. Aunque interpretó el clásico Cali Girls, pensamos que faltó Night in the Neighborhood y su más reciente sencillo Love´s Face, que es uno de los temas del año.
Una de las bandas más esperadas fue recibida por un escenario que otra vez estaba a punto de reventar. Don Tetto, el anfitrión del día junto con Aida Hodson —bella mujer que tiene una trayectoria larga en esto de los conciertos de Rock y la líder de esta tan invaluable empresa de conciertos de bandas nacionales— asomó y en una presentación de 40 minutos demostró cuán importante es esta agrupación bogotana para la escena actual en nuestro país y para las generaciones más jóvenes. Canciones cortas, poder en el escenario y letras sencillas que fueron coreadas de principio a fin por los asistentes.
Y así llegamos hasta el arribo de 1.280 Almas, con sus 25 años de historia, subió al escenario y puso a brincar, cantar y ‘poguear’ a los asistentes que llenaron en su totalidad la carpa, otra vez, de tarima a tarima. Sus canciones de mensajes políticos y la energía de Fernando del Castillo y compañía, elevó el ánimo del público. Sus temas más representativos nos recordaron porque esta agrupación bogotana es un referente para la escena en nuestro país. Entre otras, las Almas tocaron Marinero, Surfiando en Sangre y Tu Sonrisa. En la guitarra estuvieron acompañados por otra leyenda, el señor Francisco Nieto, veinte mil veces recordado por haber sido parte fundamental en el origen de La Derecha, Neurosis y La Pestilencia.
El Pre-cierre
Rocka, una de las bandas más innovadoras de la jornada, conformada en el 2011 por dos exintegrantes del Sie7e: Julián Orrego en la voz y Sergio Suzarte en la guitarra, quienes aportan a la agrupación más de 10 años de experiencia musical. Temas como Quimera y Veneno tuvieron gran acogida. Su nómina se completa con la participación de Camilo Torres en el bajo y Marcos Rodríguez en la batería. Amigos de la escena, de las bandas y del público. Rocka es una de las mejores agrupaciones del género del país en la actualidad, ¿por qué? Por eso mismo, por que suena a puro y jodido rock.
A continuación llegó el turno de Superlitio. El Rock fusionado con otros géneros, es la principal característica de esta agrupación caleña que inició su trayectoria en 1996 y tiene una gran acogida entre el público más joven. Canciones como Te Lastimé y Viernes Otra Vez fueron las más coreadas.
Otro clásico y leyenda del rock en nuestro país es La Pestilencia, que se presentó después de Rocka. El turno, en esta ocasión, fue para los más veteranos, que movieron la cabeza y cantaron las canciones más emblemáticas de la agrupación de punk rock interpretadas por Dilson Díaz, Isabel Valencia, Marcelo Gómez y Carlos Marín. Disfrutamos de un recorrido por su discografía hasta llegar a su último trabajo Paranormal. Dilson mueve la gente a pesar de los años y La Peste es, sin duda, una de las bandas más queridas del público, este evento no hubiese sido lo mismo sin ella.
Nostalgia, expectativa y el adiós
¡Mierda! La primera vez que veíamos a Kraken sin Elkin. Nos perdimos de los eventos del Tour Kraken un Homenaje Real, pero en juego largo hay desquite y aquí gracias a los dioses del trueno y del metal y de Aida Hodson, quien incluyó en último minuto a Kraken, el Kraken de la alineación final de Elkin, su último comando, que esta vez traería una sorpresa no vista en el tour.
Una vez inició la descarga musical supimos que el Titán sí estaba allí. Sonido de fondo con la voz de Elkin, todos los músicos, menos Rubén Gélvez (teclado) que se encuentra fuera del país.
Así arrancó el desfile de voces, la hermosa Miranda, Diego Pulecio de Don Tetto y al final, cómo no, Andrés Arce. De repente, en Vestido de Cristal llegó la interpretación de Andrés Ramírez, el hijo de Elkin, acompañado en los altos de Miranda. Su presencia cargó el ambiente de mística y sentimiento. Andrés no defraudo, es tal vez su primer intento y lo superó con creces, aún puede mejorar, pero el camino está labrado, tiene un rango que puede llegar a convencer, sin ser una copia de la voz de su padre. El momento del día, sin duda. Para quienes estábamos cerca a la tarima el sonido estuvo perfecto, como si desde el más allá, Elkin manejara la banda. Gran parte del público soñó con Andrés, como si vieran a su padre.
Un tema interpretado musicalmente por los integrantes de la banda, acompañado con la voz Elkin de fondo, provocó las lágrimas de los músicos. Emotivo sin lugar a dudas. Una presentación que se extendió alrededor de una hora y que rindió un sentido homenaje a la máxima leyenda del Heavy Metal en nuestro país. Si un día de Rock de Colombia no tuviera en cuenta a Kraken, no sería realmente el Día.
Las canciones de Kraken tienen vida propia, qué importaba que las voces de quienes interpretaron los temas elegidos para la presentación no alcanzaran los tonos de Elkin, si el público cantaba con mayor fuerza cada uno de ellos. Un escenario que recibió a la banda con aplausos, un público que esperó hasta casi la media noche para ver por primera vez la presentación de Kraken sin su voz líder. Por algún motivo la banda sonó de forma muy, muy, muy potente, la falta del teclado hizo seguramente que la armonía pasara del progresivo al power.
Nosotros hemos presenciado este año por lo menos diez homenajes a la banda y el legado de su líder, no existe, sin duda quien pueda superar el realizado por el mismo grupo.
Gran parte del público se marchó al finalizar la presentación de Kraken, otra parte salió de la carpa a tomar un descanso, pues aún faltaban las presentaciones de cinco bandas más: Consulado Popular, I.R.A, Ataque en Contra, Koyy K Utho y Nepentes.
Consulado Popular, entre la fusión de ritmos y la parodia permitió a los asistentes un momento mucho más tranquilo con un escenario mucho más desocupado. I.R.A, demostró porque es una de las bandas pioneras del punk en Colombia, la energía, la adrenalina y el ‘pogo’ regresaron de nuevo a la carpa. Ataque en Contra, conformada en 1995, con su Hardcore, mantuvo la energía del público que, aunque cansado, aún mantenía la energía. Realmente era casi anti-voluntad mantenerse con la misma energía, pero las tiendas estuvieron siempre abiertas, el café y el licor entre el público, logró mantener el motor prendido. A esas alturas muchos estaban tirados en el pasto durmiendo. No pasó nada, fue genial. Hubo mucha tranquilidad en el ambiente, la atención de los baños siempre fue excelente y se nota la diferencia entre un evento privado y uno masivo, ojalá que esas cosas no fueran factores diferenciales.
Respeto y admiración total para las personas que permanecieron hasta las presentaciones de Koyy K Utho y de Nepentes. Los primeros, leyendas; los segundos, la sangre nueva.
El Rock Industrial de Koyy da peso a su trayectoria. Se puso su ‘corpse pain’ necromantico y rompió con todo, levantó de nuevo el ánimo, la gente no se despegó del escenario, llenó de nuevo y se comió la tarima. Como invitado especial estuvo, de nuevo, Dilson. La agrupación Toteó con industrial y juego de soldadura. No sabíamos cómo hacer para tomar una foto, se movían por todas partes. Zero lucia más alto de lo que es y fueron de los gigantes del día. Para nosotros el concierto acabo ahí.
No es que Nepentes carezca de calidad, pero tal vez la única pega es que después de 15 horas continuas de presentaciones, tras escuchar en la noche a La Pestilencia, Kraken y Koyi, era muy difícil mover a la gente. Aun así, Nepentes tiene fuerza y un público que lo sigue. Un gran ‘pogo’ dio por finalizada una jornada de puro Rock n’Roll.
Afuera de la carpa grupos de pelados acostados, otros conversando, comiendo o bebiendo algo, dio cuenta de que el Día de Rock Colombiano, más allá de una presentación continua de bandas, fue un verdadero festival. Una fecha que marcó un nuevo hito en nuestro país. Nos dejó una alegría increíble, una sensación de crítica frente a eventos similares que recurren a artistas extranjeros para llenar un escenario y demostró que sí es posible crear un evento monumental de gran calidad, en el que se pueda apreciar lo nuestro, no es un ánimo de expresión nacionalista, en verdad, la calidad de las bandas habla por sí misma.
Más allá del día y de cómo apareció en esta fecha, semejante evento, nos quedaron dudas a futuro: ¿Tendremos otro festival para el próximo año? ¿Después de este gran cartel, qué bandas serán las convocadas? ¿Aterciopelados, Killcrops, Alerta Kamarada, Highway, Kronos, entre otras? ¿Una entrada de alrededor 70 ‘lukas’ es lucrativa para 30 agrupaciones? ¿Mejorará el sonido algún día en Colombia? ¿El público responderá del mismo modo? No sabemos nada, pero sin duda, después de este cubrimiento podemos decir que, con cansancio, una sonrisa de oreja a oreja y mucha música retumbando aún en la cabeza, que el Rock Colombiano tuvo su Día. Muchas gracias a quienes lo hicieron posible, tenemos fe en el futuro.
Galería fotográfica I Día del Rock Colombia
Galería fotográfica II Día del Rock Colombia
Crónica: Luis Alfredo López y Andrés Angulo (Editor Urbania Rock y Director)
Fotografía: Paola Rozo, Jhonattan Vargas ‘Tatán’, Luis Alfredo López y Andrés Angulo
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