Por primera vez el COMIC–CON en Bogotá

Del 8 al 11 de junio se llevará a cabo en Corferias, la convención del cómic y de la industria del entretenimiento más importante del mundo, el COMIC–CON.

Por, Rugidos Disidentes

Del 8 al 11 de junio se llevará a cabo en Corferias, la convención del cómic y de la industria del entretenimiento más importante del mundo, el COMIC–CON.

La convención más importante de la cultura pop y de la industria del entretenimiento más importante del mundo, se dará cita en Bogotá los próximos 8, 9 y 10 de junio en Corferias.

Son 48 años de historia desde la primera versión del COMIC–CON o Convención Internacional de Cómics de San Diego, realizada por Sheldon Dorf en el Estado de California en el U.S. Gran Hotel, la cual atrajo la atención de aproximadamente 300 espectadores, que durante tres días disfrutaron de un escenario que con los años se convertiría en el más importante a nivel mundial.

El COMIC-CON es llevado a cabo en Estados Unidos, España, México, Argentina, Chile y Colombia, país en el cual se han organizado cinco versiones y que este año, por primera vez visitará a Bogotá.

Gracias al esfuerzo conjunto de la COMIC–CON Colombia y de Corferias, Bogotá será ciudad sede de la convención más importante a nivel mundial en su género y, de esta manera, entra al selecto grupo de ciudades que reciben el evento.

Del 8 al 11 de junio la cita será en la capital del país en la sede de Corferias y del 16 al 18 de noviembre en Medellín en Plaza Mayor.

De acuerdo con Alejandro Caballero, director del COMIC–CON Colombia, los asistentes encontrarán la más amplia oferta de las industrias del comic y del entretenimiento, podrán disfrutar de experiencias virtuales y de participar en los foros académicos organizados para el evento.

Entre las empresas más destacadas que estarán presentes en el COMIC–CON se encuentran Nickoledeon, Sony Pictures, DC Comics, Warner e MTV. Dentro de las atracciones que causa más expectativa, es la del Batimovil que se usó en la película La Liga de la Justicia.

Boletería

8 de junio: $ 25.000

9, 10 y 11 de junio: $ 42.000

Full Pass (4 días): $ 120.000

Mayor información

COMIC–CON

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Los retos de la reincorporación: viejos retos, nuevas experiencias

P8_Como la Cigarra…

Un programa para conocer cómo se mueven los movimientos sociales. Las voces de la gente que se mueve por la paz

En esta oportunidad conversamos con excombatientes que estuvieron o se encuentran en proceso de reincorporación (colectiva, para el caso de las FARC) a la vida civil y política nacional. Se propone establecer un balance sobre los aprendizajes, los aciertos y dificultades del proceso, y del impacto que éste tiene en personas, comunidades y territorios.

Bienvenidos a Como la cigarra…

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Como la cigarra… es una iniciativa colectiva de organizaciones de la sociedad civil: Proyecto CEIS, Medios al Derecho – MAD, SubLiteratura, el semillero de investigación Emergencias y el portal web alternativo Rugidos Disidentes.

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Las luchas de los trabajadores: 200 años del natalicio de Marx y Primero de mayo

P7_Como la cigarra…

Un programa para conocer cómo se mueven los movimientos sociales. Las voces de la gente que se mueve por la paz

Bienvenidos a Como la cigarra… en esta oportunidad estaremos conversando sobre los 200 años del natalicio de Carlos Marx, la vigencia de su pensamiento y su relación con las luchas obreras del siglo XX, expresadas en eventos como la conmemoración del día internacional de los y las trabajadoras…

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Como la cigarra… es una iniciativa colectiva de organizaciones de la sociedad civil: Proyecto CEIS, Medios al Derecho – MAD, SubLiteratura, el semillero de investigación Emergencias y el portal web alternativo Rugidos Disidentes.

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Carta abierta a Vanessa de la Torre Sanclemente

Lo más perverso del texto es la manera como usa la historia real de Gustavo Petro como lienzo sobre el que construye de manera magistral su propio personaje

Por, Hugo Villegas

La lectura de su texto titulado «Petro» me despertó mil sentimientos encontrados. Hace tiempo que no leía algo tan brillantemente escrito que fuera a la vez tan profundamente perverso.

La última vez que leí algo tan sobrecogedor con un estilo tan impecable, capaz de capitalizar todos los temores con una narrativa tan cautivadora, fue cuando leí la primera parte de Mein Kampf, de Adolfo Hitler, en la sección titulada «Reflexiones sobre mi vida en Viena», en la que se dirige a la dinastía austriaca de los Habsburgos, culpándolos por la decadencia de su imperio. Y luego el discurso, de talante muy parecido, dirigido al Reichstag en 1939, a propósito de la «amenaza judía» y lo que él llamó la «bolchevización de Europa».

Eran estos textos, así como el suyo, regaños desgarrados llenos de indignación y de dolor patrio, que exacerbaban la culpa en el lector desprevenido, llenando su alma de una peligrosa mezcla de odio y pánico, caldo de cultivo perfecto para el establecimiento del Tercer Reich, en las banderas, en la tierra y en los corazones y mentes del pueblo.

Usted tiene mucho talento para el thriller. El día que se decida a escribir una novela seré el primero en comprar un ejemplar porque sé que será excelente de principio a fin, no solo por su vívida imaginación sino por la excelente factura de sus textos.

Lo más perverso del texto es la manera como usa la historia real de Gustavo Petro como lienzo sobre el que construye de manera magistral su propio personaje, un proyecto de Führer criollo, astuto como ninguno, capaz de contaminar las mentes de los débiles y doblegar la voluntad de los poderosos, todo con tal de llevar a cabo su plan, que a juzgar por el pavor, la impotencia y la congoja que se lee entre líneas, debe ser diabólico, por decir poco.

Este alter-ego Hitleriano que surge de su indudablemente poderosa imaginación «le habla al oído» a los necesitados para usar su indignación, su rabia y su frustración como combustible inagotable para su proyecto personal de nación, mientras ellos, los «eternamente ignorados», estos «excluidos que no han tenido voz o han sido silenciados» son solo mencionados por usted como víctimas inocentes de las supuestas y terribles artimañas de un hábil hechicero, mientras al mismo tiempo su misiva se dirige al corrupto, asesino y abusivo establecimiento colombiano con la misma ternura de una hija amorosa que regaña a su padre cuando se ha equivocado.

Compara a quienes vemos las propuestas de Petro como una alternativa real con la gleba que de manera irracional sorprendió al mundo con el Brexit y la puesta de Trump en la casa blanca aduciendo sus mismas razones y su misma euforia, dando por sentado que una eventual victoria del candidato sería una catástrofe de similares proporciones, pero omitiendo hábilmente una mención expresa de esto.

Y me imagino que al lector desconcentrado se le escapa la traicionera nostalgia que salpica todo el texto, esa que deja entrever la imagen tutelar, casi paternal que usted parece tener de las castas políticas que se han auto-otorgado la dirección, sino la propiedad, de este inmensamente rico territorio que llamamos «Colombia».

Todos aquellos cuya pretendida sangre azul corre por sus venas mestizas como los Lleras, los Pastranas, los Gavirias y Samperes, los Turbay, los Betancur, los Barco y los Santos, y con ellos los levantados como Uribe y otros tantos hijos bastardos de reyes imaginarios, se visualizan a sí mismos como los padres afectuosos de una enorme familia, que a veces pueden equivocarse, o ser muy duros con ella, pero que todo lo hacen «por su bien» y dan a cualquiera que ose desafiar su divina autoridad el nada deseable título de «usurpador», opcionalmente sustituido por expresiones más modernas y efectistas como «dictador» o «populista».

Usted, señora De La Torre, llama «arrogante» a quien le habla de tú a tú a los pretendidos jefes de esta inmensa tribu, megalómanos incurables, sociópatas que decretan salarios de hambre para millones de compatriotas con la misma naturalidad con la que niegan las decenas, los cientos de masacres perpetradas para defender su permanencia en sus respectivas parcelas de poder, evidenciando una lamentable reverencia para con esa ralea inmunda de criminales, esos sí usurpadores, genocidas, traficantes de drogas, de influencias y de conciencias.

Y aunque su excelente diatriba merezca de mi parte quitarme el sombrero por su factura, de la misma manera debo, por respeto a mi propia conciencia, escupir sobre esa evidente oda al sistema de clases, a los prejuicios étnicos, a la barbarie hecha establecimiento.

Porque esas dinastías de sicópatas no son de ninguna manera «instituciones», sino meramente impostores. La única institución verdadera aquí es el pueblo, el que ha puesto el sudor, la sangre y las lágrimas para construir con llagas en sus manos y cicatrices en sus espíritus lo poco que hemos logrado edificar como país, no gracias a esos supuestos líderes sin ninguna legitimidad, sino a pesar de ellos.

Así no le guste que se lo digan, señora De La Torre, lo cierto es que usted y yo, y el presidente Santos, y Gustavo Petro, y Rodrigo Londoño, y Claudia López, y el señor de la panadería, y la señora del aseo, y el profesor de la escuelita en el pueblito de nunca jamás, y Álvaro Uribe, y el raterito callejero y la enfermera y el abogado y el conductor del bus SOMOS TODOS IGUALES.

Ninguno de nosotros, pueblo raso y lleno de callos, le debemos ninguna pleitesía a ninguna corbata, vieja o nueva. Sentimos el mismo frío, el mismo amor, el mismo miedo, el mismo dolor y merecemos el mismo respeto.

Hablarle de tú a tú a usted o al mismísimo presidente de la república no hace «arrogante» a ninguno de nosotros, la chusma, los que venimos del barro con la furia de doscientos años de promesas incumplidas comenzando por la original, la de los próceres de la independencia que le gritaban «¡libertad!» a la indiamenta que lideraban como si alguna vez hubieran pensado cumplir este sagrado juramento.

Estafadores originales, traidores del pueblo que les dio la victoria y luego esclavizaron para su propio beneficio.

Ninguna división social. Todo lo contrario: lo que se busca, y se está logrando, es cohesión con claridad y unidad de propósito.

Estoy seguro de que a cualquier político le va a encantar contratarla para que le escriba sus discursos por su facilidad de palabra y su impecable estilo, y hasta se agradecería, a ver si nos dejan en paz con sus pueriles cantitos de las «farrrr», de Venezuela y el ridículo ‘castrochavismo’.

Le digo la verdad, disfruté mucho leyendo su escrito. Ojalá algún día llegue yo a tener esa habilidad con las letras.

Lástima que sea falso.

Por, Hugo Villegas*

 

*Docente en Escuela de Música y Audio Fernando Sor y Profesor en SAE Institute Bogotá

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Thrash liberador para alienígenas terrestres: Earthliens, nuevo álbum de Perpetual Warfare

Earthliens no es un álbum conceptual, pero gira de cierta forma sobre una preocupación particular: el sentimiento de manipulación social o individual

Por, Luis Alfredo López

Earthliens es la nueva placa de la agrupación bogotana de Thrash Metal, Perpetual Warfare, sin duda, la banda más potente y a la vanguardia del movimiento ‘thrasher’ en el país.

Earthliens es un disco esperado en la escena nacional, pues el ascenso de Perpetual Warfare ha sido lo suficientemente impactante para crear expectativa. Como pocas bandas en el país, han sabido manejar sus redes, utilizar los espacios más significativos para realizar sus videos y presentar, tema tras tema, adelantos del álbum, de tal forma que ya estamos asociados a su sonido y quienes estábamos al tanto de la movida, sólo aguardábamos entender el concepto general del mismo.

De este álbum se han liberado 4 temas previos en video: Earthliens, filmado durante su presentación en Rock al Parque 2016; A.C.A.B. (Total Hate), realizado en animación, dirigido y animado por Christian Giusseppe Zaparrata y Mauricio Nieto, que participó además en el Festival de Cortos de Bogotá Bogoshorts 2017; The Megalodon, captado en vivo durante su apertura en el concierto de Slayer en la carpa Corferias y Las Venas Abiertas, con imágenes de homenaje y recuerdo de su gira en Suramérica en 2015, la cual contó con presentaciones en Perú, Ecuador, Chile, Argentina Bolivia y Venezuela. Son realizaciones de gran calidad audiovisual, que dan cuenta del entendimiento sobre el mercadeo actual de la música y la manera profesional con que la banda imprime su sello a cada producto.

Hablando del álbum en sí, se puede decir que es uno de los mejores discos de Thrash nacional facturados hasta el momento, un apartado gráfico destacable, formato físico que vale la pena coleccionar y un libreto despegable con mini poster en el cual se nos otorga el control sobre la nave que realiza este viaje a redescubrir, con ojos de extrañamiento, el planeta.

Comenzando con un intro instrumental, Hallucinations, medio tiempo de riff cadente y sólo ascendente que, sin embargo, deja oír voces con alguna letanía extraterrestre o infernal, nos invita perfectamente a la apertura de un disco veloz y muy Heavy.

Earthliens no es un álbum conceptual, pero gira de cierta forma sobre una preocupación particular: el sentimiento de manipulación social o individual. Temas como la canción que titula el disco, Alienación, Sueño de un Maniquí, Hum-Antz y A.C.A.B, expresan con determinación la sensación de opresión social y dominación que diferentes fuerzas imprimen sobre el individuo; ya sea el poder político, el abuso policía o la propia mente. Sin estar afianzado al pensamiento marxista el disco plantea como somos extraños en nuestro propio mundo, indiferentes al control que se ejerce sobre nosotros y que nos aleja del grito de libertad necesario para mantenernos realmente humanos.

El tema Las Venas Abiertas mantiene el planteamiento general, pero evidencia el impacto en la banda de su recorrido por el hemisferio sur y su acercamiento tanto al publico como a la tierra, no tiene referencias directas al libro homónimo de Eduardo Galeano, pero su espíritu se mantiene en cuanto al mensaje especifico, la religión impuesta y el desangre de la colonización, aunque también es un saludo fraterno a los amigos captados en el camino y una bitácora interesante de sus actividades durante la mencionada gira.

El impacto de las tierras ancestrales sin duda marcó el imaginario creativo del cuarteto y a punto de cerrar el álbum nos regalan otro instrumental, el destacable The Return of Kalasasaya, dedicado al llamado el Templo de las Piedras Paradas en Tiahuanaco Bolivia. Tiene ese aire místico y cautivante de los lugares milenarios, es un tema suave y reiterativo que denota sensibilidad en medio del caos y la furia que caracterizan este trabajo.

El álbum se completa con The Megalodon y Los Hijos de la Evolución, ejercicios de puro Thrash en su onda clásica y guitarrera, con sonidos que transitan entre las influencias americana y alemana, a camino entre unos Whiplash y Kreator por referir algunas de las influencias perceptibles.

El sonido propio de la banda está consolidado y es, precisamente, un factor que permite entender su propuesta, sin desmarcarse de los elementos que ha tomado para crear lo que identifica a la agrupación. Por allá en los ochenta, el Thrash naciente surgía reuniendo elementos de la NWOBHM, la actitud punk y el speed metal, a los cuales recurre con frecuencia Perpetual Warfare, sin caer en el revival o demasiada nostalgia con el pasado, pues practica un Thrash con compromiso en su estilo, suficientemente técnico para dotarlo  de personalidad propia y conjugando temas en español e inglés, que le permite ampliar su exposición en el mercado nacional e internacional, un espacio donde el Thrash es uno de los géneros con más acogida en la actualidad y en el cual resulta difícil competir.

Pocas veces la calidad instrumental se puede percibir en un estilo que busca la velocidad sin límites y la despreocupación por la mezcla, pero Perpetual Warfare evidencia sus ganas de continuidad, de trascendencia, de no quedarse en el camino y logra acertar en su estrategia, su mirada al presente sin descuidar la escuela, su sonido y estética, un apartado vocal destacable, además, por su buena interpretación del idioma inglés, (personalmente me gustan más sus temas en dicho idioma) por lo cual, no cabe dudas, Eartlhiens se posicionará como uno de los mejores discos del presente año en todo el continente.

Earthliens corrió con la producción de Gustavo Adolfo Valderrama y Perpetual Warfare, mezclado por Jesse Gander en los estudios Rain City de Vancouver con ingeniería de Christian Giussepe y el señor Matthias Krieger de Pocket estudio en Bogotá.

Firma de autógrafos The Grange Bar

 

Por, Luis Alfredo López

 

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Bogotá: Capital del Mundial del Libro, FILBo 2018

El turno este año en la edición número 31 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá –FILBo es Argentina, país que ha realizado un gran trabajo editorial con más de 750 editoriales y más de 30 mil títulos por año.

Por, Rugidos Disidentes

El turno este año en la edición número 31 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá –FILBo es Argentina, país que ha realizado un gran trabajo editorial con más de 750 editoriales y más de 30 mil títulos por año.

FILBo 2018 – Argentina, país invitado – Programación

Bogotá fue designada en el 2007 como la Capital Mundial del Libro. No es para menos, pues gracias a FILBo, que se celebra desde 1988 la ciudad es epicentro de la literatura a nivel mundial. Un esfuerzo conjunto entre la Cámara Colombiana del Libro y Corferias que edición tras edición se convierte en el evento cultural más esperado del año.

FILBo inició desde el pasado 17 de abril y estará abierta al público hasta el próximo 2 de mayo

Consulte aquí la programación del FILBo 2018

Recuerde los horarios de Feria

Lunes a jueves: 10:00 a.m. a 8:00 p.m.

Viernes y sábado: 10:00 a.m. a 9:00 p.m.

Domingos y festivos: 10:00 a.m. a 8:00 p.m.

Valor de la Boletería

Adultos (13 años en adelante): $ 8.500

Niños (De 5 a 12 años): $ 5.000

Estudiantes con carné vigente: $ 6.500

Multibono (Válido para tres días): $ 20.000

Página oficial FILBo 2018

A propósito de La Causa Nacional, el nuevo libro de Jacobo Celnik

Son historias y por tanto existen otras por contar; son historias y por tanto existen otras versiones de las mismas; son historias y por ello, es una invitación general a seguir escarbando en la historia misma.

Por, Luis Alfredo López

Historias del Rock Colombiano

Iniciamos con un dato que no es para nada anecdótico, de hecho, representa una pieza fundamental en la construcción de una historiografía aún por desarrollar: el primer Rock and Roll que sonó en la radio colombiana fue en el programa Radiolente, en la cadena La Voz de Antioquia que pertenecía a Caracol Radio, y quien pinchó esta música por primera vez fue un hombre llamado Hernán Restrepo Duque. Si quiere saber más, nada qué hacer, compre el libro La Causa Nacional, Historias Del Rock en Colombia de Jacobo Celnik, que trae junto a éste, muchas referencias del mismo calibre.

Para esta fecha, casi tres meses después de su salida, ya se ha escrito bastante sobre este libro, pero hasta que no lo devoré, procesé y hasta repetí, no pude realizar esta reseña con gusto. De hecho, aún creo que la cantidad de datos y música por escuchar tras su lectura no me dejan digerirlo completamente, es una verdadera arqueología del rock colombiano, frase que utiliza reiteradamente el propio Jacobo, y que es el esfuerzo más significativo que hasta el momento se ha hecho por describir el proceso histórico, en el que se fue desarrollando la creación artística musical del género más trascendente del siglo XX –después del jazz– en el mundo.

Con un conversatorio en el Festival del Libro Parque 93, una rueda prensa y hasta el momento dos fechas en un ciclo de conferencias organizadas por la Biblioteca Nacional de Colombia, este recuento de nuestro rock se posiciona como uno de los lanzamientos imperdibles del año y a conseguir en la próxima Feria Internacional del Libro –FILBo, donde será uno de los protagonistas.

Jacobo Celnik es una autoridad en cuanto a rock se refiere, sus libros precedentes Rockestra junto a Andrés Duran y Satisfaction, son una colección entrevistas con las grandes leyendas del género (conversaciones que son joyas como las de Ian Anderson, Ian Gillan, Steve Hackett, Andrew Loog Oldham, Jack Bruce, Brian Eno o Geddy Lee)  y donde se devela, entre líneas, el gusto del autor por el rock progresivo inglés y de cierta forma insinúa el método de La Causa Nacional, la historia contada por sus propios protagonistas.

Causa NacionalEn Bob Dylan a Las Puertas Del Cielo junto con Carolina Sanín, se describe la trayectoria del Premio Nobel de 2016 en apenas 20 canciones selectas y explica a muchos colombianos alejados tanto del rock como de la literatura, porque un cantante del género merecía tal galardón. Sobra recordar el extenso trabajo del autor en radio y prensa que hablan por sí mismos.

Sobre las ventajas, aciertos, desaciertos, gustos personales o lo que algunos consideran omisiones en el libro no puedo tomar partido, los comentarios que ya se han ido postulando en diferentes medios, opiniones sobre el por qué tal o cual banda no se encuentra, qué se considera rock o no, o si cierto dato o narrativa es correspondiente a los recuerdos que tiene cada uno de los momentos que se cuentan en el libro, son irrelevantes, ante todo porque el mismo autor, de forma estratégica y con lógica consciente, adelantándose al problema, tituló el libro en plural Historias Del Rock y otorgándose así, no uno, sino tres puntos a favor: son historias y por tanto existen otras por contar; son historias y por tanto existen otras versiones de las mismas; son historias y por ello, es una invitación general a seguir escarbando en la historia misma.

Indiscutiblemente es el libro más completo que hasta el momento se ha escrito sobre el tema en el país, particularmente ofrece ventajas como su bibliografía que nos abre las puertas a una visión del contexto latinoamericano, el acercamiento a la historia de la radio y la distribución musical en el país, el tratamiento por décadas característico del análisis de los cambios del rock a nivel mundial, una narrativa personalista muy amena, una confrontación directa con los pioneros,  y un CD compilatorio con clásicos no muy difundidos y reliquias de la discografía colombiana (Nostalgia de Columna de Fuego, Sonata N° 7 a la Revolución de Malanga, Dulce y Bella Estrella de Miguel Muñoz, o Candelaria de Distrito, son algunas de las fresas que decoran el pastel) estos y más, son puntos a favor que he encontrado en el libro.

Pero más allá y lo que más me entusiasma de esta investigación, es la compilación de mitos que intenta resolver junto a la gran cantidad de nuevas preguntas y posibilidades que plantea. En definitiva, es una invitación a explorar y recapitular nuestra experiencia con la música moderna, con la música más allá del folclore y de la música tropical, es una relación de Colombia con el mundo, a que se haga con el mismo rigor una historia del R.A.P, del jazz, del blues nacional (recientemente el propio Andrés Duran anunció este último), a realizar nuevos aportes acerca de una historia de la cual todavía no sabemos mucho, porque de cierto imaginario, es reciente en nuestra cultura.

La Causa Nacional nos recuerda ese principio fundamental de la filosofía que es el extrañamiento de lo que nos está en frente, de lo que consideramos como obvio, de lo que creemos completo o ya hecho, pero que en realidad cambia constantemente y que se sigue escribiendo día a día.

¿Una bibliografía básica del rock colombiano?

Causa NacionalSi realizamos una búsqueda rápida por el catálogo en línea de la Academia Colombiana de Historia y escribimos la palabra “Rock”, el único texto que aparece es Imaginarios Sociales, Política y Resistencia: Las Culturas Juveniles de la Música «Rock» en Argentina y Colombia Desde 1966 Hasta 1986 de Hernando Cepeda Sánchez, un excelente documento académico que compara la escena argentina y colombiana, las cuales no distaron mucho en sus primeros años, pero que sólo logró consolidarse en el país del sur, sin embargo es una análisis es específicamente sociológico.  

Es decir, si tenemos en cuenta que los primeros temas y agrupaciones de rock realizado en Colombia datan de los primeros 60, lo que se ha escrito de manera oficial es muy poco, o muy poco se ha clasificado y reunido, ademas tal como el texto citado, generalmente se ha referido a periodos específicos o sectorizados por géneros. La importancia de la investigación de Jacobo no admite replicas, casi sesenta años de rock que han sido escasamente organizados, aclarados y justificados.

Es claro entonces que era una necesidad imperante, tanto porque es una apuesta por entender el surgimiento y establecimiento del género en el país, tropical y vallenatero (cosa que además determinó involuntariamente parte del sonido rock nacional y siendo uno de los aspectos más interesantes que el lector pude explorar en La Causa Nacional. Segundo dato; las ecualizaciones de los primeros álbumes, como no, eran para vallenato), porque de cara al futuro siempre debemos entender el pasado.

Si bien para muchos esta compilación de historias puede sonar cercana o conocida en algunos momentos, y no faltará el torpe que quiera señalar que sabe más del tema, como si fuere una competencia de las que son propias entre los melómanos, es sin duda, el más importante ejemplo de historiografía sobre rock, que de hecho viene a recuperar los ejercicios y esfuerzos anteriores.

En literatura

Al continuar revisando los textos alrededor de lo que ha sido la incursión, la aceptación, la explosión, la difusión o la producción musical del rock en el país, existen algunos que podríamos llamar fundamentales, pero no todos se refieren a lo mismo. Tenemos así textos literarios, investigaciones sociológicas, artículos de prensa compilatorios, biografías de bandas, revistas especializadas o de entrevistas. Los siguientes son algunos que considero sobresalientes, podremos analizar un panorama interesante acerca de nuestra bibliografía de rock. Quisiera así recordar a propósito de La Causa Nacional algunos de ellos:

Antes de cuestionarnos acerca de la propia música nacional, los escritores decidieron en primera instancia narrar algunos de los hechos, anécdotas, reales o ficticias, de sus relaciones personales con el rock, de manera alegórica, y, ante todo, entrelazada a sus propias vivencias o sus propias afinidades, aunque en algunos casos más cercanos al género en sí. Tenemos así el clásico ¡Que Viva la Música! de Andrés Caicedo con sus referencias a los Rolling Stones entre otros, o El Atravesado con el mítico momento donde se proyectó por primera vez Al Compás Del Reloj (Rock Around The Clock, 1956 de Fred F. Sears) en Cali.

Muchas referencias a bandas reales o ficticias las encontramos en obras de Efraín medina Reyes con su Érase Una Vez el Amor, Pero Tuve Que Matarlo, Música de los Sex Pistols y Nirvana, por ejemplo, u Opio en las Nubes de Rafael Chaparro Madiedo, ejercicios de literatura nihilista, cínica, maldita, y hasta costumbrista de las urbes locales que retoman grandes clásicos del género, en los ambientes marginales o nocturnos, una de las formas en las que muchos se han acercado al rock teniendo en cuenta su variable difusión

También tenemos la fundamental obra de Sandro Romero Rey (amigo personal de Jacobo Celnik) con libros como Clock around the rock (crónicas de un fan fatal) o Las Ceremonias del Deseo, el clásico donde nos cuenta el improbable, mítico y bochornoso evento EcoMundo 92, donde a costa de la importancia de Chucho Merchán, el músico de rock colombiano más histórico a nivel internacional, se presentaron por primera vez en Colombia Roger Daltrey de The Who y David Gilmour de Pink Floyd, junto con otros grandes nombres de la industria ante un público mayoritariamente salsero y con una pésima producción, o también Piedra Sobre Piedra. Confesiones de un Adicto a Los Rolling Stones y la biografía Mick Jagger: El Rock Suena Piedras Trae, donde atestiguamos su  fascinación erudita por la legendaria y longeva banda.

Imperdibles son también la colección de poemas Diabulus In Música de Henry Alexander Gómez (admirado compañero de estudios de Ciencias Sociales en UD de quien escribe) y la novela La Nostalgia Del Melómano de Juan Carlos Garay. El primero recoge una selección de versos inspirados por Jon Lord, Jim Morrison, Cliff Burton o Stevie Ray Vaughan, el argentino Pappo Napolitano o nuestra leyenda local Humberto Monroy, el segundo es un ejercicio novelístico donde se mezclan perfectamente el rock, la salsa, el ambiente y la intimidad de coleccionista en una historia que aún nos cuestiona, o convence, que Eric Clapton grabó con Cheo Feliciano.

En Historia y Sociología

Aparte del ya mencionado Las Culturas Juveniles de la Música «Rock» en Argentina y Colombia, los acercamientos académicos a esta música nos traen algunos libros realmente valiosos, pero que a estas alturas son muy difíciles de conseguir.

En primera instancia los dos textos auto-publicados del profesor Carlos Reina, pionero de las clases universitarias sobre rock en Colombia, donde se trataban el rock, punk, metal, tribus urbanas o identidades juveniles en la Universidad Distrital y que cursamos con el escritor Henry Alexander Gómez así como muchos músicos actuales de la escena metalera. Cuando el Rock Iza su Bandera en Colombia (2004) y Bogotá Más Que Pesado, Metal Con Historia (2009), son dos investigaciones, prácticamente piezas de coleccionista, no solo históricas con bandas como Darkness, Killcrops, Neurosis, Ursus, Hangar 27, Escape, Herejía, también la sociología acerca de la configuración del metal como subcultura, contracultura, espacio de identificación y generación de identidad para los jóvenes desde finales de los años ochenta, concediendo su explosión con el auge del movimiento mediático del rock en español, pero manteniéndose principalmente en el llamado Underground.

Bogotá Epicentro del Rock Colombiano Entre 1957 y 1975, Una Manifestación Social, Cultural y Juvenil (2007) de Umberto Pérez, un antecedente evidente para La Causa Nacional y que se acerca al estudio de la cuestión de la juventud y su relación con el rock en la capital como reflejo de la producción del género en sus primeros años, hasta la llegada de la decadencia cuando la fuga de talentos al extranjero y el entusiasmo inicial del género decayeron casi hasta desaparecer. Este libro tuvo una edición muy limitada de ejemplares, pero se puede consultar en PDF dando click aqui; Bogotá, epicentro del rock colombiano entre 1957 y 1975. Una manifestación social, cultural, nacional y juvenil.

Música Para Oídos Zurdos, Rock y Rap de Resistencia en Bogotá (2015) de Diego Sánchez González, es una aproximación a la identificación ideológica y política de la producción musical juvenil desde los años sesenta, teniendo en cuenta tanto el rock tradicional, el punk anarco y de izquierda casi por igual o la denuncia vivencial de la calle característica de la cultura hip hop, a partir tanto de sus líricas como de su contexto social.

Finalmente, Medellín en Canciones “El rock Como Cronista de la Ciudad” (2014) de Diego Londoño, quien es tal vez el único que se aleja especialmente del contexto bogotano y trata específicamente a una ciudad que Jacobo Celnik, nos descubre como más cercana al rock en los primeros años y que en sus palabras “Pego Primero”. La ciudad de Rodrigo D No Futuro, la ciudad de grandes leyendas nacionales como Kraken, Masacre, I.R.A, Estados Alterados, La Pestilencia y Mutantex (hoy en día Peste Mutantex, una sola Banda). El autor también ha publicado el valiosísimo Los Yetis, Una Bomba Atómica A Go Go, La Historia De Los Abuelos de Nuestro Rock (2014).

Prensa

Cabe resaltar que algunos periodistas como Karl Troller, Eduardo Arias, Félix Riaño o Andrés Ospina han participado deforma más que directa en la historia del nacional, no sólo porque sus textos para diferentes medios, una cantidad muy importante disponible en la web, son escritos que resaltan apartes fundamentales de la escena colombiana, también y principalmente porque han sido protagonistas de la misma, ya que participaron o aún lo hacen con sus propias agrupaciones: Hora Local, Banda Sonora y Contrabanda  respectivamente.  Así que en realidad mucho de lo que se podía leer acerca de nuestro rock viene de medios independientes o de alcance nacional que abrieron sus puertas a contar lo que las bandas iban sacando.

En este aparte se destaca el libro del periodista colombo argentino Pablito Wilson: Rock Colombiano 100 Discos 50 Años (2013), una recopilación de reseñas que rescata algunos clásicos incunables pero olvidados, así como su visión personal del rock donde plantea, con polémica abordo, lo que denomina como otras formas de construir el rock (La Etnia y Ataque del Metano) y algunos innombrables (La Tierra del Olvido de Carlos Vives), casi un Rock al Parque en libro.

La cantidad de blogs, medios especializados y páginas de internet dedicadas a hablar de rock colombiano ya son casi incontables, de diferente calidad , profundidad y hasta veracidad, hacen que sea muy difícil escoger algunas para recomendar, lo cierto es que muchas fallas son presentes en la mediatez del internet y hacen difícil discernir que es cuento o realidad, sin embargo es interesante que con la explosión de medios digitales de distribución y promoción, el rock nacional se encuentra en un momento muy complejo de sobrevivencia.

CODA

Para 1989 la editorial Planeta presentó bajo la dirección del historiador Alvarado Tirado Mejía la enciclopedia Nueva Historia de Colombia, con ocho tomos que pretendían renovar nuestra historiografía y actualizar no sólo la visión de esta ciencia en el país, además presentar aspectos fundamentales de cara a la modernidad, la cultura, la mujer y hasta el humor.  El octavo tomo cuenta con un capítulo sobre la música y otro sobre la cultura popular en el siglo XX, en ninguno se nombra el rock a pesar de que para entonces el país ya se aproximaba a unos treinta años de historia rockera. El próximo proyecto de esta envergadura deberá contar con más de un capítulo dedicado al mismo, al propio Jacobo Celnik no le alcanzó con La Causa Nacional y ha prometido el segundo volumen para seguir contando las historias de este arte, en un país tropical y vallenatero.

Por, Luis Alfredo López

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Un Mundo Indiferente

No conocía La palabra paz desde que tenía memoria, existieron miles de verdugos a su alrededor, cada uno dejando una huella en el lapso de tiempo que estuvo en su vida, aunque hubo más testigos mudos de todos  los acontecimientos.

Por, Yajaira Rodríguez

Cada noche lloraba sus desgracias, su almohada era el único testigo de las heridas que dejaban en su corazón aquel rechazo y palabras hirientes de personas que ni conocía, peor aún las acciones de aquellos a quienes tanto amaba. Miradas de burla y asco, risas que atormentaban sus momentos de soledad. No conocía La palabra paz desde que tenía memoria, existieron miles de verdugos a su alrededor, cada uno dejando una huella en el lapso de tiempo que estuvo en su vida, aunque hubo más testigos mudos de todos  los acontecimientos. Un mundo cegado por la indiferencia  atestiguó  cómo poco a poco se terminaba con la vida y el amor de un ser inocente, que aún no entendía que la realidad puede ser bastante cruel y aterradora. Se moría de miedo cada vez que alguien se acercaba, pues su cuerpo e inconsciente ya guardaban una historia  que relataba todo su horror.

Año tras año fue pasando, en cada uno de ellos se quedaba una parte de su alma, hasta llegar al punto de quedarse totalmente vacío, era un zombi que caminaba por las calles, en este ser que un día fue todo amor y esperanza, quedó congelado todo  sentimiento o emoción, convirtiendo en un gran trozo de hielo su corazón.

Gritó cada día por auxilio, lo demostraba en sus palabras, en sus acciones, en aquellos ojos tristes y esa sonrisa inexistente, cada persona a la que rogó por ayuda sólo miró con lástima la situación, pero en cuestión de segundos volteaba la cara y seguía su camino. Muchos otros le culparon asegurando que sólo era su imaginación, lograron hacer dudar a su mente, creyó ser responsable del dolor.

Aborreciendo su existencia creó una razón para seguir, destruir por completo lo que quedaba de su persona. Ya no era mucho, sólo aquel cuerpo que mantenía su vida. Así, con una decisión clara, se enfundó en una gran armadura de hierro, dejando los espacios necesarios para su  tortura. Se despreció y maldijo, castigándose de toda manera posible como pago por  todos sus errores, entre ellos el principal fue su existencia.

Un día sintiéndose sin fuerza alguna para buscar más maneras de torturarse y viendo que la armadura se había esfumado, con una gran tristeza en su corazón, tomó una última decisión, no sentía merecer el aire, ni los rayos de luz del sol, no quería estorbar más, prefería dejar de ser una carga para el mundo, sufría porque sabía que lo había intentado con toda su fuerza, hizo lo que pudo, pero jamás nada funcionó.

Cerrando sus ojos a la claridad, el llanto retenido oprimiendo su garganta, sintiendo como el aire ya no entraba bien a sus pulmones, en sus pensamientos la frase “se acabó”.  Dejando así su último suspiro, erradicó lo único que quedaba de su existencia en este mundo, su cuerpo.

Sus seres queridos lloraron y lamentaron su partida, no entendían su decisión, pero eso era algo hipócrita, pues estos fueron verdugos en su vida, y a la vez  se volvieron testigos silenciosos de su dolor, sólo obviaron su existencia, convirtiendo a una persona necesitada de ayuda en invisible, confirmando así que esa era la mejor decisión.

Esa alma dolida con aquellos que no supieron reconocer su valor, ya descansa de todos sus tormentos, encontrando  la paz que jamás tuvo, se fue sin ningún rencor, sólo la culpa de no haberlo hecho mejor, esperando que si existe otra vida, en esta pueda ser feliz.

 

A estas alturas de la vida no alcanzamos todavía a entender que nuestras acciones y palabras pueden llegar a cobrar vidas, en ocasiones no es nuestra intención lastimar, pero no sabemos que carga estamos poniendo en la espalda de los otros, no cuesta nada ser amable, brindemos nuestros brazos a aquellas personas necesitadas de consuelo, demos un rayo de luz y esperanza a aquellos en tinieblas, no hay nada más hermoso y gratificante que ver a una flor muerta renacer, como una flor de loto…

 

                                                                                               Por, Yajaira Rodríguez.

Jalisco (México).

 

 

Reseña del Autor

Mi Nombre es Eréndira Yajaira Figueroa Rodríguez,  tengo 23 años, soy mexicana, estudié derecho, pero mi pasión es la psicología. En realidad no tengo mucho que contar de mí, no quiero que me conozcan, mi intención es hacer que un mensaje llegue.

 

Revisó: Erika Molina Gallego (Editora Narraciones Transeúntes)

 

“Un texto que nos invita a la reflexión, la situación de miles de personas que, tal vez, sólo necesitan una sonrisa”.

La Alborada: ¿tradición o vergüenza?

El primero de Diciembre del año pasado volvió a suceder, era de esperarse. A pesar de las múltiples campañas realizadas por la alcaldía y diferentes entidades públicas  y privadas, a la media noche Medellín estalló de nuevo, como ya es costumbre desde hace unos 14 años.

Por, Erika Molina Gallego

El primero de diciembre del año pasado volvió a suceder, era de esperarse. A pesar de las múltiples campañas realizadas por la Alcaldía y diferentes entidades públicas y privadas, a la media noche Medellín estalló de nuevo, como ya es costumbre desde hace unos 14 años.

Antioquia por lo general ocupa el primer lugar en número de quemados con pólvora durante las fiestas decembrinas, no aprendemos. No funcionan las prohibiciones, las multas, ni la vigilancia, porque como cosa rara, la policía se hace la de la vista gorda. Que somos los más emprendedores, los más innovadores y los más “verracos”  tal vez sí, tal vez no, depende de muchas cosas. Lo que sí es claro, es que de memoria estamos muy mal y que si la intención es demostrar poderío, ésta definitivamente no es la forma.

Campañas como No le metas fuego a la Navidad y la Huellatón no fueron escuchadas y aunque para muchos esta práctica ha menguado, la verdad es que la última noche de noviembre sigue siendo una pesadilla, una noche larga para una gran cantidad de personas, en especial para quienes tienen en sus casas niños pequeños y mascotas.

Aunque muchos de los que se divierten ruidosamente con este penoso evento piensan que es una “tradición” que ha estado desde siempre en Medellín, la realidad es que no es así, y su origen en lugar de ser motivo de celebración, debería ser motivo de vergüenza y tendría que ser erradicado por completo y de raíz, como muchas de las cosas que hacemos en Colombia casi por inercia, sin tener en cuenta de dónde vienen, cuándo nacieron o quiénes fueron sus creadores.  La Alborada no nos identifica, lo hace con aquellos que quisieron sembrar en nosotros la sombra del mal, y que tristemente, lo lograron.

En 2003 Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’ llenó a Medellín de pólvora para celebrar la desmovilización del bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas Unidas de Colombia ―AUC. Las explosiones fueron largas y ruidosas y tristemente se han repetido año tras año hasta la actualidad. Somos un país sin memoria, no sabemos o no queremos saber, y a pesar de todas las razones de peso que existen para dejar de lado esta penosa herencia que nos dejó el paramilitarismo, seguimos disfrazándola de fiesta, de tradición, casi de patrimonio. La hipocresía nos consume, mientras nos indignamos porque en el exterior no nos bajan de “traquetos” y nos tratan con toda clase de improperios y todos los días nos quejamos, de la delincuencia, de la violencia, de la corrupción, de todo, hacemos apología al delito en cuanta ocasión encontramos.

En esta práctica de bienvenida al mes de diciembre, no hay distinción entre jóvenes, adultos, e incluso niños, las emergencias no se hacen esperar y los quemados van a parar a urgencias amargando la navidad de ellos y de sus familias. Las excusas son muchas, la más escuchada: “diciembre sin pólvora no es diciembre”. Las redes sociales son inundadas de imágenes y videos de luces y explosiones por toda la ciudad, se presumen con orgullo, como si fuera un logro, una medalla, un reconocimiento, algo digno de mostrar.

Los quemados no son las únicas víctimas, los animales y el medio ambiente son los más afectados. Las mascotas se estresan, se desesperan y hasta pueden llegar a sufrir paros cardiacos, pues su capacidad auditiva es mayor a la del ser humano, las aves se desorientan, huyen de sus nidos y en muchos casos no regresan,  y el aire de Medellín, ya bastante deteriorado, se cubre de tóxicos, mismos que van a parar a los pulmones de todos los ciudadanos, incluso de aquellos que odiamos la bendita alborada.

La quema de pólvora además de ser dañina y peligrosa, es ilegal, y esto todos lo sabemos, pero aquí todos somos “muy vivos” y no falta el vecino, el amigo y hasta el “tombo” que la consigue, eso es lo de menos. El placer y la adrenalina que genera lo prohibido nos consumen, y las explosiones más que para celebrar, retumban con fuerza para demostrar a las autoridades que al final, siempre hacemos lo que nos plazca.

Esto no es Medellín, al menos no es lo que siempre fue, no debe ser lo que aprendan las nuevas generaciones, ni lo último que recuerden los viejos antes de morir.  Medellín es belleza, calidez, amabilidad, solidaridad, un lugar en donde todos se sienten como en casa, es el chocolate de la abuela, y sus interminables historias, es campo y ciudad, debe ser civismo y educación, y aunque ya hemos logrado mucho después de años de estar sumidos en un terrible lodazal, terminar con prácticas como La Alborada sería un paso más hacia la libertad que tanto añoramos, una real, sin restos de la anticultura que nos dejó el paramilitarismo.

Por, Erika Molina Gallego

@Erikamolina122