La zona V.I.P en Rock al Parque se convirtió en un pasaje farandulero de la alfombra roja bogotana, en la que una cantidad no pequeña de privilegiados, disfrutan de las presentaciones de las agrupaciones más reconocidas a solo unos metros de la tarima.
La zona V.I.P en Rock al Parque se convirtió en un pasaje farandulero de la alfombra roja bogotana, en la que una cantidad no pequeña de privilegiados, disfrutan de las presentaciones de las agrupaciones más reconocidas a solo unos metros de la tarima.
A estos privilegiados no les interesan las bandas nacionales, por supuesto que no, no les asiste el menor compromiso con los jóvenes músicos que se esforzaron durante las convocatorias distritales, para ganarse un cupo en las tan anheladas tarimas del festival.
Para ellos solo es importante disfrutar en una zona exclusiva de los conciertos de artistas como Angra, Sodom, Fito Páez, Juanes, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, entre otros. No realizan cubrimiento alguno, no apoyan, solo estorban el paso de los periodistas y fotógrafos que intentamos tomar una captura de la intervención de determinada agrupación, incluso, algunos de aquellos privilegiados, aprovechan para embriagarse, drogarse e incluso, irse a los golpes como ha sucedido en versiones anteriores.
Rock al Parque celebró hace dos semanas 25 años de existencia, fue una gran celebración, en la que las bandas nacionales fueron protagonistas y la programación permitió que varias de ellas se presentaran en medio de artistas de talla internacional, lo cual permitió que miles de asistentes apreciaran el talento nacional, en el intermedio de las grandes agrupaciones invitadas. Organización que resaltamos, porque es el principal propósito del festival: visibilizar los procesos que llevan a cabo las bandas locales.
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Sabíamos de antemano que la jornada del día lunes estaría atestada de público. La asistencia fue brutal, desde la zona de comidas miles de personas fueron testigos de las presentaciones de Pornomotora y Estados Alterados. En el escenario principal, luego de la participación de Tappan y Southern Roots, la zona de prensa o V.I.P se convertiría en un lugar en el que desplazarse resulta imposible. Para las presentaciones de Juanes, Fito Páez y la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la gran cantidad de “privilegiados” V.I.P, nos privó a varios de los medios de realizar cubrimiento de dichos conciertos, mientras que la zona de ruedas de prensa, contaba con la presencia solo de algunos periodistas.

Determinar con exactitud quiénes forman parte de la zona V.I.P. y cómo llegan a obtener los beneficios que ofrece no es una tarea sencilla y las inquietudes aumentan, cuando la cantidad de manillas ofrecidas a los medios —por lo menos a los alternativos—, es bastante reducida.
Como medio de comunicación queríamos cubrir el cierre emblemático a cargo de Orquesta Filarmónica, pero la gran mancha multicolor de carpas impermeables, nos hizo comprender que no pertenecemos al selecto grupo de “privilegiados”. Si bien es cierto, nuestra prioridad eran los artistas emergentes, el show especial, por lo que representaba, también era uno de los propósitos. ¿Por qué los privilegiados V.I.P no atestan las presentaciones de artistas nacionales como si lo hacen con los más reconocidos? ¿Será que su condición de privilegiados solo les permite lagartear eventos gratuitos, porque si deben pagar el costo de la boleta, ahí sí brillan por su ausencia?
La mayoría de medios alternativos realizamos nuestra labor con equipos sencillos, trabajamos muchas veces con las uñas y lo hacemos con orgullo, porque amamos lo que hacemos, respetamos Rock al Parque y le damos valor al trabajo de las bandas más jóvenes, porque en ellas está el futuro del movimiento rockero local. Trabajamos de la mejor forma con las herramientas que tenemos a disposición. Ojalá, al menos el 10% de los privilegiados en V.I.P, hicieran algo por apoyar el rock nacional, ojalá les motivara realizar algún tipo de labor para fortalecer eso que algunos llaman escena, ojalá valoraran el trabajo de quienes estamos apoyando el talento emergente.
Claro, no podemos exigirle a un evento musical un comportamiento equitativo, cuando la sociedad colombiana encontró en las malas prácticas su zona de confort, cómo vamos a pedirle a esos privilegiados que no disfruten de los beneficios que trae consigo el pertenecer a una rosca, si en últimos reza la “sabiduría” popular que lo malo de la rosca es no estar en ella.
Como medio de comunicación que ha cubierto cinco festivales consecutivos de Rock al Parque, siempre con la misma preocupación por los artista locales, queremos plantear una distribución diferente para esa zona V.I.P, para que aquellos que pertenecen a tan selecto círculo, puedan disfrutar de sus artistas favoritos, tomarse las selfies que alimentarán su ego y puedan embriagarse, drogarse, poguear y hasta buscar pelea, sin interferir con el trabajo de los medios de comunicación, sin revolverlos con las miles de personas, que muy juiciosas hacen las filas, se aguantan las requisas y otras incomodidades, para observar a las agrupaciones de su predilección, porque si algo dejó en claro ese gran grupo de “privilegiados”, es que no son como el resto de personas que asistimos al festival.
Rock al Parque y los demás festivales que organiza el Distrito son propiedad pública y no de unos cuantos privilegiados. No permitamos que una zona gris, opaque las memorias de un festival que ya completó un cuarto de siglo.
Desde hace mucho tiempo me di cuenta de lo mismo y es algo que no puede seguir recurriendo, el sábado desde las 2 llegue y me quede en el escenario plaza, por desfortuna mía no pude quedar adelante como quería sin mencionar que la cámara central nos tapaba a muchos el escenario y si me movía de ahí obviamente iba a quedar más atrás. Mientras yo vivía así mi día de rock al parque viendo a buitres y power insane (grandes bandas) otros «privilegiados» solo llegaron para ver a tarja y se fueron en tenebrarum que ofensa. Que gran post y un gran cubrimiento de RaP
¡Excelente comentario sobre Rock al Parque! Estoy totalmente de acuerdo, ¿De dónde salieron todas esas personas «VIP» que nunca se aparecieron ni por equivocación a ver a las bandas emergentes? Los fotógrafos no podían realizar su labor y quienes si fuimos a trabajar tuvimos que ver a las bandas de cierre de lejos, puesto que debíamos movernos por las 3 tarimas… Ojalá para la próxima edición esto cambie. ¡Gracias por el artículo! Comparto.