Para que la amaras siendo dios,
y todo tu amor reservado para el mundo, fuera, entonces, solo para ella.
Oprobio a la muerte del poeta
Dulces lamentos de ángeles impuros que ayer se atrevieron a amar. ¡Bella canción!,
Cierra tus Ojos
¡Ciega mi mirada! No miro nada alrededor. Con los ojos abiertos, aún inundados por las lágrimas,
no miro nada alrededor.
Senos pequeños, senos dorados
Senos pequeños, que una noche de tormenta se hicieron mujer. Senos dorados, que una noche de tormenta los quiso contemplar el diablo.