¿Y qué nueva vida ésta?

¿Y qué nueva vida ésta? Una guía pública exhibida.

La ventana de la crítica que, con nombre propio, se instaló y ventiló la vida de todos los usuarios.

Enmarcados en un paisaje digital, luciendo sus mejores rostros (tras es lente) Y queriendo pretender que son, o pidiendo un amén a manera de exigencia.

Insoportables huéspedes en su sala de espera maniatados y amordazados a un teclado que se expresa por ellos.

Tan involucrados, que no pueden palpar el aire y desconocen el valor de una gota de rocío.

Tan ellos, que no pueden moverse con libertad pues están atrapados en la red que un día tejieron.

 

Por, Juan Carlos Duarte

Bogotá  (Colombia)

 

Reseña del Autor

Soy Juan Carlos Duarte, así me llaman. Tengo 51 años, nací en Manizales y vivo en Bogotá. Tengo tres hijos, dos nietos, una esposa, una suegra, un gato y otras mil razones para ser feliz.

Escribo desde siempre y para todos con un solo propósito: que mis palabras generen empatía en quienes las destripen literalmente, que sean un eco universal sin nombre propio y con el signo de todos. Inicié estudios en los ochenta, en la U.N y la Pedagógica. No tengo un título asignado, pero sí mil experiencias concebidas.

Disfruto de toda manifestación de arte, la pintura, la música, lo escrito y lo leído.

 

Revisó: Erika Molina Gallego (Editora Narraciones Transeúntes)

 

“Una radiografía simple, pero real, de la vida digital que nos engulle diariamente”. 

¿Libertad?

¿Libertad?

Independencia ¿Libertad? Hoy estás tranquilo, feliz, eres independiente, libre, o al menos, eso crees ¿no?

¿Cómo proclamar que tienes libertad cuando la consciencia de otro es la que determina tu propio actuar?

Si tu placer viene con términos y condiciones, si tu tranquilidad se reduce a momentos cortos en los que te aíslas de tu realidad, si tu pensar no te pertenece , si tu criterio lo generó alguien que  tampoco lo tenía.

¿En qué momento te darás cuenta de que tienes algo más, de que hay un mundo más allá del que te han pintado, de que existen opciones,  de que puedes explotar tu creatividad y de que en tu cabeza hay un mundo por crear aparte del que conoces?

¿Cuándo verás que no va a existir algo más plácido que disfrutar de algo propio y que se te ocurrió a ti, y no algo que te dijeron o hicieron pensar que necesitabas? entiendo que no sepas qué pensar, si otros han pensado por ti, toda tu vida.

Pregúntate ahora ¿Cómo quieres crear?

Por, Alejandro Obando Trejo

Reseña

Mi nombre es Alejandro Obando Trejo, actualmente soy estudiante de Contaduría Pública y curso el quinto semestre. Me gusta mucho escuchar música y pasar tiempo de calidad con mis seres queridos, es lo que más valoro y amo en este mundo.

Conoce más de Alejandro

Nota de la editora

Una invitación a pensar en qué es lo que realmente mueve nuestras vidas, y a atrevernos  tomar nuestros propios riesgos.

 

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Literatura, un salto hacia la aventura

¿Qué sería de nosotros sin el encanto del olor de un libro, sin la emoción de las ferias, sin las historias que por algún tiempo tomamos como propias?

Por, Erika Molina Gallego

La literatura ha sido siempre uno de los grandes regalos que la humanidad se ha hecho a sí misma. Perdidos en un mundo de complicaciones y superficialidad, la literatura se ha convertido en un camino hacía una felicidad íntima, un portal con entrada en la realidad, pero con salidas infinitas, que igual puede llevarnos a los calabozos de un castillo, al comedor de un aristócrata, a un campo cubierto de trigo o de algodón, o a un pequeño cuarto donde minutos antes fue cometido un asesinato.

Una historia descubierta en unas cuantas hojas, puede hacernos llorar de tristeza, como saltar de felicidad, puede hacernos temblar de miedo, rabia o impotencia, como puede también hacernos enamorar. Abrir un libro es conectarse a una pequeña máquina del tiempo, que nos transporta lejos, ya sea al pasado o al futuro de nuestra fría y, a veces, aburrida realidad. Y es que aquí no existen los gigantes, no hay fiestas con vampiros, ni anillos misteriosos, los bailes ya no son ceremoniales, las torres han sido reemplazadas por vidrio y no hay dragones ni varitas mágicas.

¿Qué sería de nosotros sin el encanto del olor de un libro, sin la emoción de las ferias, sin las historias que por algún tiempo tomamos como propias? No seríamos más que autómatas vacíos, sin nada en qué pensar que no fuera el trabajo, las obligaciones, las aburridas reuniones, la economía y la guerra.

Aprender a leer, es pues, el salto hacia un mundo infinito, es aprender a soñar con los ojos abiertos, a vestir la piel de seres extraños y misteriosos. Es llenar nuestros cerebros de palabras desconocidas, descubrir verdades más allá de las que vemos y abrirnos paso por caminos de los cuales ya nunca vamos a querer regresar.

La lectura es tal vez una rareza en vía de extinción, una piedra preciosa que ya muy pocos ven, a causa de las superfluas distracciones que encuentran en el camino. Está entonces en nuestras manos no dejarla morir, seguir haciendo estallar la chispa que propague el fuego de la literatura, hacer que los más jóvenes encuentren su paraíso, abrir la puerta del ropero, llevarlos a la estación y permitirles saltar a la aventura.

Poner un libro en manos de un niño es salvarle la vida, es un laberinto maravilloso del cual ya no saldrá y un hermoso regalo que jamás olvidará.

Por, Erika Molina Gallego

Editora Narraciones Transeúntes