Cuando era niño solía sonreír; pero la sociedad, con el tiempo, me enseñó sus colmillos y aprendí, como ella, a odiar.
Sin título
¡Vamos! Abre los ojos, desprende tu raíz sagrada. Arde la cárcel, arde la vida.
(Bogotá D.C., Colombia)
Por, María Teresa Ramírez Tique
Aquí, donde arde el principio y el fin sin timidez.
Aquí, desde la floreada hoguera de mi cuerpo frío
olas que no golpean lo suficiente
esa muralla de cristal.
¡Vamos! Abre los ojos,
desprende tu raíz sagrada.
Arde la cárcel, arde la vida.
Aquí, donde el silencio capta nuevos respiros.
Aquí, donde la nieve y el fuego combatirán
y se abrazarán.
Abre, ¡abre!
Aquí se concentran colores que pintan precipicios,
donde el agua reconocerá su identidad
y sin autoridad fluirá, hasta evaporarse, una vez más.
Aquí donde el grito de un jamás no reclamará la realidad,
desnuda tus retinas, aún en la oscuridad,
Porque ahí me reconocerás.
“Un canto a la liberación, una invitación a encontrar esa llama interna”
–Equipo Narraciones Transeúntes
María Teresa Ramírez Tique

Soy nacida bajo el signo géminis un 7 de junio de 1993, en la ciudad de Bogotá, país Colombia.
Estudiante de antropología, enamorada de la música y la fotografía, pero desde hace algunos años descubrí mi pasión por la letras, tomando cursos de escritura con IDARTES y leyendo más, buscando algo que aún no encuentro por completo, siendo esta, tal vez la razón, para querer leer y escribir mejor.
He aprendido de las artes siempre como de esperar, sin embargo en esta ocasión quiero presentar algo de lo que libero generalmente en poesías y ya no esperar que se pierdan las hojas o las horas.
Mi sueño terminó
Perpleja aquella noche, en la que sin quererlo, tuve que dormir sin poder soñarte, porque tus sueños, tu corazón y tu conciencia pertenecían a él.
Oprobio a la muerte del poeta
Dulces lamentos de ángeles impuros que ayer se atrevieron a amar. ¡Bella canción!,
Cierra tus Ojos
¡Ciega mi mirada! No miro nada alrededor. Con los ojos abiertos, aún inundados por las lágrimas,
no miro nada alrededor.