El pasado fin de semana, 4 y 5 de marzo, se realizó la versión número diecisiete del festival de rock y hip hop de la localidad de Fontibón, dedicando el domingo enteramente al rock.
El pasado fin de semana, 4 y 5 de marzo, se realizó la versión número diecisiete del festival de rock y hip hop de la localidad de Fontibón, dedicando el domingo enteramente al rock y presentando un cartel de agrupaciones con alto nivel que sin duda cumplieron su misión y dejaron en alto el trabajo de quienes, durante estos años, se han esforzado arduamente para darle continuidad a este espacio y que, aún en contra de una tarde de viento y lluvia, logró su cometido con un parque central que se llenó al final y donde el público y las bandas demostraron que es posible realizar conciertos en donde la represión de la presencia policial no es necesaria, dado que los asistentes presentaron un buen comportamiento.
Y así fue en este festival, que debido a diferentes problemáticas con las instituciones locales se había tenido que aplazar. En efecto, esta versión correspondía a la de finales del 2016, evidenciando como los espectáculos donde el rock y el metal, que habían ganado un espacio de difusión en las localidades, se encuentran en riesgo y están perdiendo el apoyo distrital, lo cual dificulta su realización, gracias a políticas y reglamentos poco claros, que conlleva a que los impulsores culturales no logren reunir todos los requisitos que les permita la presentación efectiva de las actividades que ya los rockeros esperamos en la agenda cultural de la ciudad.
Dichos aplazamientos influyeron en que las agrupaciones que encabezaban el cartel inicial; los bogotanos y tradicionales Darkness y los paisas de Perros de Reserva no se pudieran presentar, como incialmente se había pactado. Aun así, se anunció la planificación del festival número dieciocho correspondiente a este 2018, esperamos entonces -ya que no hay mal que por bien no venga- que podamos disfrutar de una nueva versión con la misma calidad en este mismo año.
Así, con todo y todo, la tarima nos presentó un total ocho agrupaciones distritales con diversidad de sonidos en las vertientes del rock que salieron a animar al venerable aforo que no paró de ‘poguear’ desde la primera banda. Sin embargo, y es una lástima, uno de los pocos puntos negros de esta fiesta anual se presenta por parte de un público bogotano y nacional que todavía mantiene, como es costumbre, el no llegar temprano y dejar a las bandas de apertura tocando prácticamente para familiares, amigos y algunos interesados que saben del apoyo que requieren los músicos que se presentan en las primeras horas. Extraña práctica en una capital donde muchos se declaran –True´s– pero que poco apoyo brindan a la escena llocal emergente, cuando asisten a estos festivales gratuitos, esperando exclusivamente a la bandas de mayor difusión o que finalizan el cartel, sin duda aún nos queda camino para crear una cultura realmente rockera.
Deathstrike
Fillsoul
Los encargados de continuar el show fueron los alternativos Fillsoul, agrupación bogotana que desde 2010 viene trabajando en consolidar su propuesta. Cabe resaltar, que pese al cambio de género, la asistencia estuvo atenta a la banda y se pudo rockear, con menos decibeles pero con alta potencia, ya que el conjunto conformado por Brian Fill, vocalista – guitarrista y Chriss Fill, junto con Daniel Felipe Barón en la guitarra y Julián Barón en batería, no se dejaron amilanar por un público mayoritariamente compuesto por metaleros y punkeros con estética bien definida.
Calavero
Con un desarrollo muy puntual siguió este festival con la intervención de Calavero, tremenda banda muy rockanrolera que pegó al instante conectando con el público y haciendo corear temas con contundencia y gran ritmo como su –Maverick– en una onda que recorre la tradición de AC/DC, los Ramones y hasta Judas Priets. Heavy y Punk, a la vez, con esa presencia enorme de su vocalista Marie Monroe, que marcó el inicio de una tarde con varias chicas talentosas en el escenario, fue sin duda de las mejores presentaciones del día a la que le tocó sortear la lluvia pero que con excelentes temas como Brasil o No Hay Final, mantuvieron caliente la plaza. Esta banda conformada desde 2012 cuenta, además, con la participación de Sergio Aldana en la guitarra líder, Leonardo Rodríguez en la guitarra rítmica, Javier Ballesteros en el bajo y Cesar Calderón en la Batería.
Defaced
Los Siguientes en el cartel fueron los South American Death Groove Defaced, realmente potentes con un sonido denso, brutal y bestial como ellos mismos definen que calentaron los pogos, que si bien se dieron desde la primera banda, en este momento alcanzaron otro nivel y ya se comenzaba a llenar completamente la plaza organizándose un Wall of Death. Destacadísima sección rítmica como manda este género pudimos disfrutar de una batería a toda máquina y una banda que funciona sincrónicamente haciendo las delicias de quienes prefieren los ritmos machacosos como pasos de elefante. Agrupación conformada por David Ajiaco en la batería, Oscar Lizcano, en las vocales, Julián Osorio en el Bajo, Andrés y Mariano Núñez en las guitarras.
Mass Destruction
La tarde retornó al Thrash y el sol nos regalaba de nuevo algo de luz con los pelados y poderosos Mass Destruction, agrupación de 2009 que acribillaron literalmente el escenario. Con gran impacto y vestimenta militar e intimidante fue otra de las grandes presentaciones del día y su tema homónimo Mass Destruction arrolló con el ánimo del público, quienes no pararon de ‘poguear’ en toda su presentación. No los veíamos desde el 2015 en su actuación del evento Thrash La Unión 7.0, donde participaron como apertura a los norteamericanos y leyendas Toxic. Especial manera de cerrar su actuación cuando en el penúltimo tema tocaron junto con el guitarrista de la primera banda Deathstrike, Fredy Blanco y en el encore cuando ingresó un quinto componente de la banda con máscara de la muerte incluida, a llenar de fuego balístico al golpe de bombo a cada miembro de la banda, quienes segundos después se incorporaron y devolvieron el fuego cruzado con guitarra y bajo cabalgante, siendo un momento genial que recordó lo importante de la puesta en escena y del manejo del escenario, cosa que las bandas poco practican hoy y les hace perder ese toque particular de personalidad que requieren los front man o los conjuntos en general. Bien por los Mass Destruction conformados por Sergio David Lozano en la voz y guitarra, Sebastián Neuto en la guitarra líder, Diego Valencia al bajo y Alex López en los tarros.
Psicoactivo
A continuación otro giro musical se hizo presente con la banda de rock alternativo Psicoactivo, quienes tampoco perdieron potencia y mantuvieron el interés del público tocando con personalidad y sin restricciones su estilo y sus canciones. Han acompañado algunas presentaciones de su padrino musical y rockerisimo Alfonso Espriella, quien se hizo presente entre el público, sin demeritar su propio trabajo que es muy destacable, apreciándose también en el siguiente homenaje al Titán presentado durante la fecha, con la interpretación versión indie de –Vestido de Cristal– tema donde pudimos apreciar la voz a tope de su vocalista la bella Artemis. Temas en inglés y en español marcaron su presentación donde Alex Juan (guitarra rítmica), Fabián Bernal (bajo), Felipe Hernández (guitarra líder) y Andrés Ramírez (batería) demostraron que la diversidad de subgéneros de rock es suficiente y clara hasta para el público más extremo y no desentona en cuanto a rock se refiere, por lo cual los festivales de este tipo no requieren la inclusión de cumbias, electrónica o estilos lejanos a la vertiente oficial de la mejor música del mundo como señalo Jasa Rehm presentador oficial y uno de los responsables del evento.
Implosion Brain
Para ir cerrando el evento y retomando los sonidos extremos se hicieron presentes los destacadísimos del último año Implosion Brain, quienes vienen cosechando éxitos tras su presentación en Rock al Parque y con el lanzamiento de su álbum debut Qualities of a Simpler Mind. Contaron con el apoyo general del público y haciendo gala de su fuerza movieron las masas que parecían no saber si declinar por la atención a la interpretación virtuosa de su sonido experimental entre el prog, el groove, y el metalcore, o simplemente continuar en el baile ritual metalero que crecía como avalancha. El vocalista Sergio Quevedo no dudo en prender los ánimos saltando a la zona de prensa para acercarse al público y pasar la barrera, lo cual incitó a la concurrencia a elevar el ambiente y que se notara al fin el lleno total del parque central de Fontibón. Alejandro Robles (guitarra, coros), Edson Robles (guitarra), Moisés Leaño (bajo), Julián Robles (batería, coros) son grandes músicos que han sabido capitalizar la banda en beneficio de su propio sonido y por eso fueron escogidos fueron escogidos por Headbangers Latinoamérica en el puesto 62 de su selección anual de 300 mejores trabajos de la región y están nominados al mejor álbum del año 2016, mejor guitarrista (Alejandro Robles) y mejor arte en los premios SUBTERRÁNICA a realizarse en mayo. Para nosotros la mejor banda de este festival y que se proyecta a futuro por su talento y trabajo bien cuidado.
A continuación se hizo la presentación del staff del evento donde se realizó un sentido homenaje y despedida a uno de sus organizadores y fundador del festival, quien por más de 20 años trabajo por la escena hip hop y rock de la localidad, el señor Sandro Acevedo, quien manifestó dejar el espacio abierto para que tomen su batuta las nuevas generaciones y se despidió entre los aplausos y reconocimiento del público y las bandas.
El Sagrado
El cierre definitivo llegó con la noche, donde se presentó la agrupación de Hardcore extremo, El Sagrado, quienes desde el 2002 vienen desarrollando una fructífera carrera. Esta banda liderada por Jhon Jairo Velasco (también vocalista de Ataque en Contra) es si duda una de las agrupaciones más respetadas y con más trayectoria de este género en Colombia. Comenzaron con toda presentado los temas de su tercer álbum –El Consuelo de Los Caídos– grabado el año pasado y donde se destacan esas variaciones de neo metal, punk, heavy y toda la variedad de vertientes sonoras que son capaces de imprimir con su propio estilo, y sobre todo esa buena combinación de la guitarrista Alice junto con Pájaro en el bajo, alineación completada por Rulos en la batería quien ahora también comparte base rítmica junto a unos samplers en vivo. El Sagrado finalizó este festival con un público receptivo y que recibió algunos espectadores que estuvieron presentes especialmente para esta banda cuya estética era plenamente identificable, se podía sentir como si los mismísimos Brujería se fuesen a presentar. Es destacable, además, la buena factura del sónido para la banda, desde la consola de producción, por lo cual otro punto a favor se sumó ante las adversidades del aplazamiento, la lluvia y las bandas que cancelaron, que no se echaron de menos, porque El Sagrado e Implosion Brain cumplieron a cabalidad con su papel protagónico.
Esperamos con ansias la nueva versión del festival y de otros como Metal de las Montañas, que se han aplazado este año y que son fundamentales para el sostenimiento de la escena y el impulso de las bandas, que llenas de juventud, como la mayoría que se hicieron presentes en este Hyntiba 2016 – 17 gritan que el rock en Bogotá está vivo y luchando.
Luis Lopez.
selfmiseri@yahoo.com
Fotografias de Andres Angulo y Luis Lopez