El próximo 21 de julio convertiremos las fachadas de nuestras casas y ventanas en memoria vida de los registros de las más recientes manifestaciones sociales en Colombia.
De conflictos, perdones y justicias – Iniciativas étnicas de paz en la Colombia transicional
De conflictos, perdones y justicias – Iniciativas étnicas de paz en la Colombia transicional, es un documento necesario y oportuno que nos ayudará a entender las experiencias de las comunidades en torno al conflicto armado y dará argumentos para plantearnos nuevos escenarios de discusión.
Líderes sociales: definición, contexto y mentiras
Los asesinatos en contra de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos, están muy lejos de ser casos aislados presentados en algunas regiones aisladas. ¡Pilas! No es así. Tampoco se lo buscaron y no son delincuentes. Son colombianos que están arriesgando sus vidas por los intereses de una comunidad y simplemente los están exterminando…
Venga, no sea flojo, acérquese, tome asiento, por qué no, coja una pola y acerquémonos un poco a la definición de lo qué significa ser líder social, el contexto y desmintamos un poco las versiones oficiales al respecto.
Por, Aureliano
Zuleta, usted no es impopular, simplemente es pendejo
Gomelos media lengua que desde la arrogancia piensan que por ser pobres somos pendejos, que no tenemos dignidad y que carecemos de inteligencia.
Por, Aureliano
Me da asco aquel que opina desde la comodidad que le da el pertenecer a una élite privilegiada. Me vomito sobre sus conceptos, no porque esté haciendo uso de la libertad de expresión, sino porque con ella pretende aplastar cualquier crítica que vaya en contravía de lo que piensa.
Leí con atención la reciente columna del fulano Felipe Zuleta, Impopulares pero eficientes, en la cual afirma que quienes no aprobamos la gestión de Peñalosa somos unos desagradecidos. Señala este individuo que la opinión pública lo detesta a pesar de que les ha mejorado su calidad de vida de manera sustancial.
Pongamos atención a la línea que resalté: “a pesar de que les ha mejorado su calidad de vida”, básicamente, somos unos pendejos que no entendemos que el alcalde ha actuado por nuestro bien. La frase del tinterillo del periodismo no dista de lo que piensa la élite que tiene el poder y el control de gran parte de la economía de nuestro país, la misma que nos mira por encima del hombro y que desde la prepotencia que otorga el privilegio, se sienta en un escritorio a plantear soluciones estúpidas a necesidades apremiantes de diversos sectores de la sociedad.
Gomelos media lengua que desde la arrogancia piensan que por ser pobres somos pendejos, que no tenemos dignidad y que carecemos de inteligencia. Si bien es cierto, las decisiones electorales les da la razón, también lo es, que dentro de una democracia las voces disidentes tenemos derecho a cuestionar y a exigir que estos hijos de… papi y mami, justifiquen sus millonarios sueldos en acciones que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
¡Zuleta! No sea tan ‘güevón’, haga su labor como periodista, deje la comodidad de estar encerrado en una cabina de radio y vaya a un portal de Transmilenio en horas pico y luche por subirse en un bus todos los días, de lunes a sábado, hasta el otro extremo de la ciudad, para llegar a un lugar de trabajo a ganarse una miseria en una jornada de 9 horas de labores, y ahí sí diga, entonces, que Transmilenio nos mejoró nuestro nivel de calidad de vida.
Vaya a las periferias, vaya y visite las comunidades de las localidades de Usme (5), Tunjuelito (6), Bosa (7), Kennedy (8), Fontibón (9), Engativá (10), Suba (11), Ciudad Bolívar (19) o Sumapaz (20). Hable con la comunidad, trate de desplazarse por “avenidas” estrechas y mámese trancones de 20 minutos en cada semáforo de cada esquina, solamente porque están mal temporizados. Vaya, encuéntrese de frente con la inseguridad, con las calles destapadas, con los parques abandonados o con los centros de salud u hospitales saturados de pacientes.
Madrugue, lleve una cámara, una grabadora y compruebe qué significa ser pobre en una ciudad diseñada para que en las periferias habitemos los estratos uno, dos y tres, los mismos que usted dice en su columna, estamos llenos de odio hacia Peñalosa porque somos unos petristas que estamos jodiendo al resto de la ciudad, por ponerle freno a las propuestas de un simio de dos metros de altura que según usted, el único problema que tiene, es que no sabe comunicarse.
El periodismo, sea considerado profesión u oficio, debe servir como mediador entre el pueblo y el poder. Entre muchas otras de sus funciones está la investigar, interpretar, informar y denunciar. Su ejercicio conlleva una responsabilidad social demasiado alta, la cual corresponde, ante todo, a un principio ético de honestidad y transparencia.
La irresponsabilidad de sus palabras en esa oda que le escribió a Peñalosa el pasado 21 de julio en el diario El Espectador, solo demuestra la mediocridad con la cual es ejercido el periodismo en nuestro país. Usted es uno más de los periodistas faranduleros que lame las botas de aquel que patea al pueblo.
Su labor como periodista es mediocre y corrompe el ejercicio democrático. La Bogotá en la que usted vive es aquella que se desarrolla de Teusaquillo hacia el norte, porque usted, como la mayoría de políticos e instituciones desconocen esa otra Bogotá que se desborda en cotidianidad por las calles de los barrios populares. Su columna de opinión no solamente expresa su pensamiento en particular sobre el burgomaestre, sino que se identifica con los intereses de una clase que no ha conocido la pobreza y que, detrás de un escritorio, se cree con el derecho de decidir sobre el futuro de millones de ciudadanos que habitamos en la ciudad.
¡Zuleta! El mezquino es usted al calificar de petristas a todos los opositores de su amo Peñalosa. Mezquino es usted al degradar los argumentos de ese sector de la opinión pública que no comparte la gestión de Enrique Peñalosa y sus funcionarios. Mezquino es usted al no dedicar, ni siquiera una sola línea, a los escándalos de corrupción que también han rodeado a la presente administración, ni a su falta de coherencia, ni al desprecio que muestra esta por los reclamos que le hacen los ciudadanos.
Mezquino es usted al pretender reducir la mediocridad del gobierno distrital actual en un simple problema de comunicación. Usted, lacayo de Peñalosa, es la viva razón del por qué la sociedad se aleja de los grandes medios de comunicación y de la labor de periodistas que, como usted, degradan un noble oficio.
¡Zuleta! Lo invito a que viva la ciudad que nos toca sufrir a la mayoría.
La era de las catervas
Cada una de estas catervas finge ser más inteligente, más digna, más solidaria y más humanitaria que la otra. La una le critica a la otra que no lee, que no se informa, que no piensa y que se arrodilla ante su líder.
Porque no estamos pintados
Mi nombre es Aureliano, he sido profesor de ciencias sociales por más de 15 años, amo y odio a la política, o más bien, el uso que se le da en este país (más adelante ustedes entenderán el por qué me despierta sentimientos tan opuestos).
Ser del Sur o la imposición de la idea de inferioridad del otro
«Para el caso de la ciudad de Bogotá, en el sur se concentra buena parte de la tragedia configurada en el mundo occidental»
El socialismo como política de Estado
¿Qué hace especiales a los países desarrollados?, ¿acaso tienen una vara mágica que transforma la mente de los humanos? o ¿sencillamente tienen los genes de Odín tan presentes en sus decisiones?
Por, Carolina Vargas Vanegas
¿Qué hace especiales a los países desarrollados?, ¿acaso tienen una vara mágica que transforma la mente de los humanos? o ¿sencillamente tienen los genes de Odín tan presentes en sus decisiones? Pues bien, ni hechizos, ni recetas, sencillamente disciplina y un fuerte sentido del deber es lo que ha llevado a Finlandia a recuperarse de varias crisis financieras durante sus cien años de independencia.
Hoy día, ayuda al mundo recibiendo refugiados por el hecho de pertenecer a la Unión Europea; tiene un sistema político basado en un socialismo demócrata, en el que el pueblo elige al presidente, pero quien toma las decisiones es dictaminado por su Primer Ministro, sin embargo, cada habitante es partícipe de la empresa llamada Nación, es decir, los ciudadanos aportan fuertes sumas de dinero a través de los impuestos, un 24% IVA se ve reflejado en el excelente estado de sus carreteras, sistema de transporte, educación, hospitales, apoyo social, entre otros beneficios, sin duda el gobierno sabe administrar los recursos públicos.
Para los años 2012 a 2014, hubo contracción, con un ligero crecimiento del PIB (2016), debido a la apuesta que le hace el país al consumo privado e inversiones más dinámicas, la tecnología es prácticamente la base de la economía de ese país, y aunque parezca utilitarista los genios de la informática son necesarios para el desarrollo de la nación, ya que las grandes empresas son quienes aportan las mejores tasas de impuestos, al igual que los individuos con mejores salarios; y al no haber clases sociales, se hace un país bastante equitativo, lo que significa que la tarifa salarial no ubica el lugar de residencia , puesto que muchos refugiados conviven en el mismo lugar de empresarios.
Importante es mostrar, que actualmente los nuevos gobiernos han realizado algunos cambios en el comportamiento político y económico de la nación, lo que ha llevado a Finlandia a perder el primer puesto del país menos corrupto en el mundo, las protestas ahora son herramienta de estudiantes, profesores y demás ciudadanos, y aunque no todo es perfecto, los nórdicos dentro de su cultura optan por una política limpia que logra comprometer la población en actos éticos, de calidad y educación para el desarrollo.
Estructura política en el país del Norte
La Asamblea Nacional finesa fue el primer parlamento del mundo en instituir la igualdad, atrás quedó la época de la pobreza, cuando Finlandia era una colonia de Suecia o un Ducado de Rusia, hoy día hace parte de la Unión Europea y es considerado como un país respetado en toda Europa, el poder está en el pueblo y es represento por el Parlamento que se reúne en sesiones y dentro de sus actividades sanciona con leyes, establece presupuesto nacional y aprueba tratados internacionales.
El Presidente o el Jefe de Estado, es elegido por un período de seis años, los consejos municipales cada cuatro años y los miembros del Parlamento Europeo cada cinco años. Esto significa que casi cada año se celebran elecciones, en estos momentos, el Parlamento finlandés cuenta con representación de ocho partidos: el Partido del Centro (49 representantes), Partido de los Verdaderos Finlandeses (38), el Partido Coalición Nacional (37), el Partido Socialdemócrata (34), la Liga Verde (15), e la Alianza de la Izquierda (12), el Partido del Pueblo Sueco (10, incluido un representante del archipiélago semiautónomo de Åland) y el Partido Democristiano (5).
Una característica importante, es que el gobierno es dirigido generalmente por el líder del partido parlamentario más grande, que también hace las funciones de Primer Ministro: Juha Sipilä, es el líder del Partido del Centro. Partido de los Verdaderos Finlandeses y el Partido Coalición Nacional también forman parte del Gobierno de Sipilä.
El Estado ayuda económicamente a los partidos en proporción a los puestos ocupados en el parlamento, con este dinero los partidos pagan una parte de los costos de las elecciones: publicidad en calles, radio, TV y periódicos, los ciudadanos están muy pendientes de los debates entre los presidentes de los partidos y se mantienen informados a través de internet, estos debates no tienen comprometidos escándalos sabrosos, ni gritos, ni acaloradas opiniones tan habituales entre los congresistas de Colombia, defendiendo ideas en su mayoría de índole personal, diríamos que es una cultura lo suficientemente fría y educada que no presenta ninguna alteración emocional, incluso la inauguración de cada período legislativo, a principios de febrero, es una ceremonia formal y solemne para la que la etiqueta exige traje negro.
¿Y el empleo?
Finlandia no muestra un sistema de contratación por concursos de carrera administrativa, y aunque la mayoría de empresas son del Estado, esta figura no aparece. Una vez conseguida la estabilidad laboral se puede continuar en este lugar por el tiempo que lo desee, ¡Por supuesto! lo importante es la calidad de la labor ejecutada; el porcentaje de trabajadores según el Parlamento finés está dado así: servicios (64%), la agricultura (9%) y la industria (27%); así que la industria está concentrada en tecnología, madera y metalúrgica; mostrando una crecimiento económico y bienestar acelerado.
El desempleo es uno de los factores que se manifiesta con una fuerte presencia entre los jóvenes de ese país, así que éstos optan por continuar con sus estudios, los cuales tienen una parte teórica y otra práctica, para esta última, las empresas a través de eventos intentan encontrar nuevos talentos para llevarlos a hacer parte del mundo laboral, la apuesta es grande, ya que las ideas novedosas sin duda generan ingresos, cuando son trabajados con el apoyo de algún magnate de la industria; y es así, como la educación se convierte en una fuerza de trabajo, que apalanca el sistema económico, social y político de una nación; de esta manera las decisiones que se toman en referencia a las políticas de estado están dictaminados por los partidos políticos que conforman el Parlamento.
¿Y Colombia?
Se podría decir: “Muy bonito y todo”, pero … ¿De la cultura norteña, que aspectos le sirven a Colombia?, sin duda un cambio de mentalidad racional, vaciaría un montón de creencias irracionales, como: “Hágase el pendejo, y por debajo de cuerda le pone la cuartada”, o en criollo: “el vivo, vive del bobo, y el bobo de papá y mamá”, pensamientos como esos, tan comunes en el diario vivir, han llevado a nuestra cultura a un atraso y un subdesarrollo considerable, la economía de Colombia ya no puntea Latinoamérica, ahora está en el pico de lo menos evolucionado, sumando la corrupción, la tradición guerrerista, y la apatía, que bien podrían ser las píldoras de una nación fracasada, solo el sabor caribe/pacífico montuno, permite sobrellevar algunos problemas, o lo mejor, la religión hace su trabajo consolando y dando esperanza, y en algunas otras oportunidades sirve como objeto de manipulación de las masas.
También podría decirse, que nos faltan buenos hábitos como la lectura, no solo es importante argumentarse con Paulo Coelho, es necesario darse una vuelta por literatura comunista, capitalista, cultura general, algo de Nietzsche y Schopenhauer, para prostituir la mente, no estaría mal algo de poesía de Sade; puede que no se abarquen todos los temas, pero sin duda dará una visión más amplia que la de alguien que no se ha dado la oportunidad de desempolvar otros rollos; o dejar de conectarse tan seguido para ver pendejadas en el televisor como la Rosa de Guadalupe, que no deja más que el sin sabor de una cultura machista y retrograda en el que la moral tiene la sartén por el mango, ¡pues no!, los finlandeses no tienen esos prejuicios machistas de estar contemplando a la mujer como el vaso frágil que en cualquier momento puede quebrarse.
Mucho debemos aprender de una cultura lo suficientemente organizada y equitativa, en la que el sordo, el mudo, el ciego, el inválido, y aquellos que no tienen ninguna incapacidad física valen igual, hasta los mismos embajadores de otros países caminan por las calles empedradas del centro de la ciudad de Helsinki, toman autobús cuando no desean emplear el automóvil, y no se les caen las extremidades, en otras palabras, el socialismo ha sido tan practicado que un claro ejemplo puede ser que la diferencia social entre las personas no dista mucho de unos euros de más en cada salario, ya que es obligatorio estudiar, y ser lo bastante consciente como para entender que es a través de ella que se progresa como nación.
Nos falta un zarandeo bien sabroso, pues no es con individualismos, competencias envidiosas, y publicidad engañosa que se progresa. Por el contrario, estamos caminando como ciegos guiados por un puñado de lobos que lo único que quieren es inyectarnos más ignorancia, mediante el uso de los medios de comunicación. A lo mejor, nuestro proceder es lo suficientemente conocido por quienes nos dirigen, y de esta manera nos manipulan para que hagamos lo que ellos deseen, programados para obedecer como el burro de carga, sin el derecho a pensar por nosotros mismos. Eso es lo que somos, y no se puede debatir que somos especiales, que si leemos, que somos ingenieros, que somos, que somos, que somos… porque no somos nada. Pregúntese: ¿cuántos idiomas habla? ¿Cuántos países ha visitado? y, ¿Qué prestigiosos intelectuales integran la lista de sus amigos? y si su respuesta no pasa de 3 o 4, me dará la razón, mucho trabajo que hacer y bastantes lecciones que aprender, con humildad ¡por supuesto!
Y por último como cereza para el postre, el temor infundado por la ultraderecha caduca, castrada y obsoleta, que nos lleva de fracaso en fracaso, y si le parecen fuertes mis apreciaciones, péguese una revisadita a la historia desde 1819, porque no quiero pajearlos con la fecha ridícula de 1810, pues bien, el socialismo es una vertiente de bastante demostración en los países nórdicos, la historia cuenta que esos salvajes visitaron América y salieron llorando cuando los enfrentaron sus vecinos nativos, esa furia indígena tan presente en leyendas del Caribe y Amazonas parece que se activa en la gallardía de los jóvenes, Colombia está despertando del sueño opresor, las mentes jóvenes y desarrolladas están creando una revolución política a través de argumentos y eso es: ¡imparable!
Por, Carolina Vargas Vanegas
carolinavargas@rugidosdisidentes.co
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¿Qué tan doctor es un político?
No importa si usted es el Presidente de la República, el Gobernador, el Alcalde o la secretaria, si es funcionario público le dirán “doctor”, así que no se afane en estudiar cuatro o cinco años para lograr este título, si trabaja para el Estado, allí este título es gratis.
No importa si usted es el Presidente de la República, el Gobernador, el Alcalde o la secretaria, si es funcionario público le dirán “doctor”, así que no se afane en estudiar cuatro o cinco años para lograr este título, si trabaja para el Estado, allí este título es gratis; pero si usted es uno de los que emplea esa palabra para buscar que un funcionario lo atienda, o para parecer “educado”, le sugiero, conozca el significado esta palabra; porque tiene su raíz en el latín “docere”, que significa que enseña, o ha sido enseñado, incluso, que tiene la disposición para aprender, así pues, pregúntese si aquella persona a la que ha llamado doctor, realmente muestra la sencillez para ser enseñado. Las respuestas las dejo a su criterio.
El doctorado es uno de los últimos niveles académicos que puede alcanzarse en una universidad, aunque después de ese título, bien podría seguir estudiando y obtener un postdoctoral, lo cierto, es que los doctorados están hechos para formar al estudiante en investigación, por ello, muchos de éstos son de dedicación exclusiva y tan solo se les permite trabajar unas cuantas horas para la institución que los educa.
Colciencias señala: “La cantidad de doctores graduados en un país es el reflejo de sus capacidades instaladas para llevar a cabo labores de investigación y desarrollo y para formar talento humano para realizarlas”, sin embargo, la institución que más apoya la educación superior para postgrado está a punto de desaparecer, debido a la falta de apoyo por parte del gobierno nacional, ¿Triste, no? y ¿por qué? muy sencillo, la distribución del PIB está enfocado a un problema llamado corrupción, por ello, a mayor número de doctores, menos posibilidades de ser manipulado políticamente, pues éstos se convertirían en voceros de un pueblo, claro está, si ellos así lo desean.
Por tanto, no es lo mismo dirigirse a un doctor, que a alguien que le llaman así, solo por cordialidad, aunque esto no desmerita ni acredita en nada a ambas personas, la diferencia radica en el recorrido académico e investigativo de cada quien, aunque esto los significa, son decisiones y oportunidades presentadas para alguien; y a ¿usted le da temor llamarle por el nombre a alguien que viste de corbata y smoking, solo porque es su padrino político, la persona que lo va a ayudar a conseguir un trabajo en alguna institución del estado, o su jefe?
Lo que es muy cierto, es que el país ha incrementado la cantidad de doctores graduados, para la fecha, 8 veces más que en la última década, esto significa que para el 2014, se graduaron 390 doctores, es decir, 8,2 personas por cada millón de habitantes, según datos del Ministerio de Educación Nacional.
No podríamos compararnos con el tío Sam, Estados Unidos, que gradúa aproximadamente 200 doctores por cada millón de habitantes, mientras la India, lo hace con 20,2 doctores graduados por cada millón de habitantes, seguir con la cifra por los países nórdicos, en la que toda la educación es gratuita, tendría usted la oportunidad de sacar un pañuelo, y llorar muy seriamente la precaria situación educativa del país, debido a como los políticos emplean sus estrategias para evadir, este importante tema; para quienes tenga la oportunidad, es hora de iniciar este proceso académico con seriedad, y que aquellos que logran visualizar de manera ética el panorama nacional, sean quienes estén en el poder, y no la ‘doctoritis’ que, aunque, la riqueza natural de la nación es todavía un colchón económico considerable, se continúan presentando escenas de bellos durmientes en el honorable Congreso de la República de Colombia.
Es una verdadera lástima que los “doctores” que gobiernan desde el Capitolio Nacional no desarrollen las funciones por las cuales fueron elegidos, con ética y carácter social, pese a tener un sueldo 40 veces mayor al de un trabajador promedio, las cifras no mienten, y exagerados beneficios económicos tampoco, lo que es característico de la cultura colombiana es opinar en la mayoría de las ocasiones sin mayores argumentos, estoy segura que refutarán cualquier idea ya que la pasión que despierta la política en cualquiera de nosotros tiene un rayo revolucionario, así solo se manifiesten en discusiones y planteamientos en una tienda tomando cerveza, en un partido de fútbol o desde Facebook.
Volviendo al tema, los ministerios, las alcaldías y gobernaciones o los centro de salud, seguirán sufriendo las primiparadas de personas a cargo que no cuentan con formación alguna, Colombia ya no está para ensayos de prueba y error, esto no es un lote para detonar bombas, es una nación que merece respeto y calidad en los procesos de quienes desarrollen actividades de funcionario público; entonces, la ‘doctoritis’ es una enfermedad de índole social que alimenta el ego de quienes son apadrinados por el político de turno, pues es hora de que, a través de su madurez ciudadana, se inicie el proceso de llamarles por el nombre, para algo se esforzaron los padres de estos con el notario cuando lo registraron, o los más tradicionales que hicieron fasta fiesta de bautizo.
Este es un país, con necesidades básicas descubiertas, el absurdo incremento del IVA, una inversión social ausente, poco le interesan a los gobernantes la educación, la vivienda y la salud, entre otros aspectos muy cotidianos, pero bastante olvidados, y como pronóstico de la brillantez intelectual colombiana, llegará otro presidente que nombre otros genios y la mayoría de los ciudadanos tendremos que asumir las consecuencias de esta clase de ¡experimentos!, así que usted podría tener dos opciones, la primera hacerse un doctorado, según sus posibilidades, o dejar de llamar doctor a aquellos que no lo son, ¡Acuérdese!, doctor es aquella persona que tiene la disposición de aprender y ha recorrido un amplio sendero con aras de explorar el mundo del conocimiento, con más disposición y humildad.
Por, Carolina Vargas Vanegas
carolinavargas@rugidosdisidentes.co
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Imagen tomada de Internet: La pluma
Los esclavos del Status Quo
Hoy que podríamos poner a la banca y las grandes corporaciones de rodillas, elegimos arrodillarnos ante ellos; agachar la cabeza y lo único que se nos ocurre es seguir programando marchas y protestas indignadas en redes sociales. Hoy que tenemos acceso a una inagotable fuente de libros y documentales de sociedades que nos dan ejemplo de emancipación moderna, seguimos leyendo y escuchando a los mismos que fracasaron décadas atrás.
Sí, probablemente soy un antiacadémico; reconozco que me aburre la estrechez esquemática de quien siempre busca ser aprobado, refrendado, certificado por alguien. En un mundo de software libre, de tantas oportunidades, me aburre tener que escribir bajo el yugo de las normas APA, me aburre estudiar para que me den un título, me harta de sobremanera no expresar lo que me venga en gana sin que me exijan citar una frase que también se me ocurrió a mí.
Todos quieren ser reconocidos, aceptados, aprobados; “oye ven, apruébame, certifícame, dile a mi patrón que ya estoy preparado, que me estoy preparando”. La academia no sólo es aburrida y obsoleta sino anacrónica. En un mundo donde si quieres un micrófono para expresarte al mundo, ahí lo tienes; si quieres escribir, ahí lo tienes; quieres cantar, ahí lo tienes, quieres inventar, crear…. El cielo es el límite. Pero no, vayamos a que nos certifiquen, a que nos den permiso para pensar, para expresarnos. Alimentemos la mafia del sistema “educativo”; Es increíble por ejemplo, que quienes quieran aprender cualquier idioma aún crean genuinamente que necesitan de una institución (quieren ser certificados); que aún crean que para aprender LO QUE SEA necesitan matricularse en algún sitio. La sobreoferta de estos sitios deberían ser un indicador claro pero pues…
Me aburren también esas discusiones informales donde empiezan a citar filósofos, psicólogos, científicos para justificar sus propias creencias. Porque pues, si Sócrates lo dijo, entonces es verdad… Qué autoestima tan famélica, todavía necesitando la aprobación de un profesor, de un cura, de un pastor, de un filósofo para pensar. El sistema escolar ha hecho su tarea: Crear criaturitas llenas de miedo y culpa, condicionadas para consumir, consumir y consumir; consumir ideas y patrones de izquierda y de derecha. La única diferencia en esta programación es… No, de hecho no hay; los unos han sido programados para combatir, agredir y acabar con los otros, sus hermanos.
La mayor virtud de los intelectualoides de salón es su capacidad para memorizar fechas, nombres de libros, frases “profundas”, películas del cine independiente, como todo nerdo del salón. Se comprometen con todo lo que vaya “en contra del sistema” ignorando que son parte exponencial del Status Quo; hablar mal del país, de los políticos es considerado como señal de refinamiento y sofisticación. Enarbolan libros y frases de cajón como banderas de sus postulados pero nunca producen nada por sí mismos, no se arriesgan a equivocarse y a ser disidentes dentro de sus pequeñas y engreídas comunidades de “filósofos rebeldes”. Qué aburrido encontrarse con estos pequeños burgueses-anti-burgueses. También quieren, buscan desesperadamente encajar dentro de sus pequeñas y aburridas colonias de apóstatas de la libertad.
El mundo, todo cambió; vivimos en la era de las más grandes oportunidades de expansión mental, espiritual, tecnológica, económica que se ha conocido jamás en la historia de la humanidad. Pero, elegimos vivir aún bajo el yugo colonizador de nuestros aprobadores. Hoy más que nunca, que tenemos acceso a la hiperbólica carretera de la información privilegiada, donde el límite se diluye entre lo legal y lo ilegal, nos comprometemos con lo más seguro, con lo mismos lugares comunes del pasado. Hoy que podríamos poner a la banca y las grandes corporaciones de rodillas, elegimos arrodillarnos ante ellos; agachar la cabeza y lo único que se nos ocurre es seguir programando marchas y protestas indignadas en redes sociales. Hoy que tenemos acceso a una inagotable fuente de libros y documentales de sociedades que nos dan ejemplo de emancipación moderna, seguimos leyendo y escuchando a los mismos que fracasaron décadas atrás. Hoy que podemos coordinar acciones de cambios verdaderos, elegimos la acción irrelevante y superficial. Es imperdonable porque la élite ya no puede ocultar esa información, pero como los perros de Pavlov, sólo reaccionamos cuando Ellos chasquean sus delicados dedos y reaccionamos como ellos esperan que lo hagamos.
Por eso y por mucho más me aburre la academia y el mal llamado “sistema educativo”, que no es otra cosa que el máximo reconocimiento a los principales defensores del Status Quo, el botón a mostrar: La Clase Intelectual. Miden la inteligencia con diplomas y diplomas, expedidos por las entidades que después los alimentan; porque si de pensar se tratara, no sería ningún reto intelectual particularmente difícil, darse cuenta de que los amos de la industria de la “educación”, son los mismos dueños de los medios masivos de “comunicación”, y los mismos dueños de la Banca en donde inexorablemente van a ir a vender su alma después. Pero están ocupados estudiando y aprendiendo a duplicar el sistema como para pensar por sí mismos.
Amén.
By, Zê Valdo*
Seudónimo: Zê Valdo
Licenciado en Lenguas Modernas, Psicólogo (No graduado, por supuesto)
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