Hubo dos conciertos, el de Ancón en Antioquía y el de Melgar en Cundinamarca, a comienzo de los años 70, en ambos se presentaron las bandas que había en este momento. Terron de sueños, Caja de Pandora, Merlín, Albatros, Columna de Fuego, entre otras…
La historieta del rock colombiano del siglo pasado a mi manera: parte I
El rock nacional desde su génesis fue mediocre. No por los músicos que luchan por recrear ese género musical, ni más faltaba, sino por la hipocresía y los intereses que rodearon el nacimiento y evolución de este movimiento.
Día de Rock Colombia 2018: ¡Al rescate del rock nacional!
El primer paso siempre será el más difícil, el segundo es la demostración que sí se pudo, pero que el camino será largo y que el tercer paso está a la vuelta de la esquina.
Por, Arturo Coloray Lara, Luis López y Andrés Angulo Linares
El pasado sábado 15 de septiembre se llevó a cabo la segunda versión de Día de Rock Colombia, que el año pasado rompió todas las expectativas y esta vez no se quedó corto, la experiencia logró nuevamente el éxito y se transformó en uno de los mayores escaparates dedicados al género y se vislumbra que, de continuar, será todo un movimiento.
El rock nacional ha ido desarrollando festivales auspiciados principalmente por el Estado, que han convertido al rockero de a pie y escucha en un fan a favor de lo gratuito, esto sumado a la transformación del mercado del disco y a la sustitución del interés mediático de la música hacia el reguetón, han llevado al letargo la sostenibilidad económica y la difusión de las agrupaciones nacionales dedicadas a crear rock.
Sin embargo, el rock ha sobrevivido. Siguen y siguen apareciendo bandas que participan en festivales desarrollados en diferentes espacios: bares, parques y casas culturales, entre otros. En diferentes ciudades, colectivos artísticos y comunales intentan por todos los medios, sostener una cultura más allá de las modas y de los intereses comerciales. La proliferación de propuestas de todos los subgéneros y lugares del país es impresionante, no sorprende que se esté considerando por parte de la prensa, que Colombia tiene uno de los mayores potenciales de exportación rockera de Latinoamérica, si no el mayor.
Frente a este panorama aparece el Día de Rock Colombia, liderado por la agrupación Don Tetto y la experta en eventos, Aida Hodson, quienes apostaron de forma única y sin precedentes a dedicar un evento monumental al rock colombiano, el cual no se realizará por caridad, por patrocinio estatal o por causas filantrópicas –sí, entendemos que luchar por el rock en este país es, en sí misma, una causa demasiado altruista–, pero es que el propio género, las bandas nacionales, el público y esta cultura, no encontrarían mejor fundamento que demostrar que aún el rock colombiano vive y puede ser rentable.
Lo primero que queremos destacar es que el Día de Rock Colombia no duró un día. En realidad comenzó hace tres meses aproximadamente en alianza con algunos de los bares más reconocidos de la escena bogotana como Food and Rock, La Hamburguesería, The Music Hall, Stones Bar y The Grange Bar, en los cuales se iniciaron actividades bajo el título “Circuito Rock”, con un montón de agrupaciones jóvenes y pujantes que sin duda darán de qué hablar próximamente. Ejemplos como Mandingasea o Los Huérfanos, que representan el rock independiente y contemporáneo, desde diferentes sonoridades, están ingresando en el contexto de la renovación. Las bandas tradicionales siempre llaman, pero es moviéndose en los bares, teniendo contacto directo con el público, donde se debe retomar el trabajo. Hoy vemos que se están programando de nuevo artistas nacionales en los play list de los locales.
Las universidades no se quedaron atrás. La U. de la Sabana, por ejemplo, abrió tardes de rock en el marco de Circuito Rock. La visualización por todos los medios posibles, que inundaron la ciudad, es una de las formas de recordación que se venían trabajando desde el inicio del año hasta la última semana, donde el Día de Rock se hizo presente en el BOOM (Bogotá Music Market), en el cual se postularon dos nuevas bandas que completarían el total de 32 agrupaciones, que se darían cita finalmente en el Centro de Eventos de la Autopista Norte.
Desde el lanzamiento oficial del día de rock se expuso el objetivo para esta segunda entrega: combinar las mejores agrupaciones del año pasado con las nuevas, pues era claro que para lograr la asistencia esperada, se requería de bandas conocidas que convocarán al público más fiel a la tradición y así, de esta manera, presentar a las nuevas, exponiéndolas al mismo nivel.
Aspectos por mejorar, críticas, visiones y demás, claro que siempre surgen, pero cuando se comprenden los esfuerzos, las dificultades, lo complicado que es apostarle al rock en este país y en este momento, lo positivo sobresale y nos deja sin palabras. Personalmente espero el tercero y, sabiendo de antemano la calidad humana y de gestión de sus organizadores, solo presento una sugerencia: un poco más de Heavy y, al menos, una banda de metal extremo. La diversidad de sonidos que se describen más abajo, sin duda, dará cuenta que el festival le puede dar cabida a estos sonidos.
Luis López, editor musical Urbania Rock (Rugidos Disidentes)
Inmersos totalmente en la experiencia Día de Rock Colombia
El Día de rock es una experiencia de muchos sentidos, sobre todo para quienes no están acostumbrados a los festivales grandes y se han quedado con Rock al Parque, por ello describimos como se vivió al máximo este día de punta apunta, teniendo en cuenta que nuestra labor como revista cultural es dejar una memoria escrita de lo que significan estos eventos dedicados al rock de nuestro país.
El escenario, bastante retirado de la ciudad, no fue impedimento, como tampoco lo fue la lluvia, para que a la cita fueran llegando los asistentes a la celebración del Día de Rock.
Dos tarimas, una en frente de la otra, preparadas para recibir en ráfaga 32 bandas, con las cuales podríamos hacer un breve recorrido por 30 años de historia de rock colombiano. La acústica del escenario cubierto fue apropiada y permitió que el sonido de las bandas fuera óptimo. En esta edición tuvimos la fortuna de contar con zona de prensa.
Comida, cerveza, zona comercial, sillas de descanso y diversos espacios en los que los asistentes podíamos descansar, conversar, comer, compartir una cerveza y una conversación.
El primer paso siempre será el más difícil, el segundo es la demostración que sí se pudo, pero que el camino será largo y que el tercer paso está a la vuelta de la esquina.
Porque esto es importante, porque marca un hito claro que demuestra que el género, como corriente cultural, es rentable para el sector privado, que genera un impacto importante analizando las cifras de alcance, que reúne grupos poblacionales de diversas edades y condiciones en torno al rock, que fomenta la convivencia y el respeto por las diferencias, que demuestra, también, que es posible organizar un evento donde la logística y la producción se destaquen por su calidad y el excelente servicio, con todas las necesidades de los asistentes, claramente, cubiertas en una tarifa que consideramos baja, en comparación a la experiencia que ofrece el evento, y que trasciende más allá de las presentaciones artísticas.
Una correcta presencia de las marcas patrocinadoras con actividades y espacios de entretenimiento, y lo que consideramos aún más fuerte que todo lo anterior, el contacto de los asistentes con los artistas, quienes se pasearon tranquilos y muy abiertos por todos los espacios del festival, lo que generó una experiencia realmente de evento VIP a los asistentes. La facilidad de poder hablar, capturar en una foto un momento o disfrutar de una cerveza en compañía de los artistas sin duda fue un factor diferenciador del festival y una oportunidad de acercar al público con estas importantes agrupaciones que están haciendo un trabajo titánico en la escena rock colombiana.
La escena rock nacional y sobre todo la bogotana, cuenta con una gran cantidad de eventos mensuales, liderados por iniciativas de gestores en las localidades e incluso de los mismos artistas que buscan dar a conocer su propuestas y fomentar la cultura Rock. Existen también Rock al parque, Altavoz, el Concierto Radiónica entre otros, que se consolidan como los más reconocidos y en los cuales se mayor afluencia de público, gracias al arrastre de agrupaciones internacionales invitadas.
Sin embargo un festival 100% de rock colombiano, el cual logra movilizar a más de 10.000 personas en torno a un evento sin la necesidad de artistas internacionales invitados, que abre espacio para las propuestas de hoy, de ayer, conocidas, y emergentes, por supuesto que es destacable.
Cabe destacar un factor fundamental que aportó el evento al panorama de festivales del rock nacional, y fue el precio de adquisición de la boletería, dando un costo al evento y transformando la costumbre de no pagar por una escena local; hecho que genera una valoración en el trabajo de las bandas que se esfuerzan día a día por crear música de calidad.
Los artistas
Arturo Coloray Lara, docente de la Fundación Jóvenes Talentos de Colombia y Andrés Angulo Linares, director de Rugidos Disidentes, narraron la experiencia vivida en las presentaciones de las agrupaciones durante la jornada.
Hablemos de los artistas. La agrupación La Sociedad de la Sombrilla, que viene ganando reconocimiento con un trabajo nuevo y que crea su música de la manera que le gusta a los rockeros, o dicho de otra manera, con bajo, guitarras y batería en bloque hacia la misma dirección (sobre todo bajo y guitarras). Es decir, unísonos que le da una sensación de ser compacta en sus arreglos y riffs, sin mucha complejidad pero con solos muy puntuales, todo esto muy bien organizado; como sus letras, en las que usa muchas veces el sarcasmo como premisa, otorgando una personalidad característica a su propuesta.
Debo decir que al conocer la distribución de los espacios, quedó en evidencia la buena organización y previa planeación del evento. Encontrar el apoyo de la gente, los medios, y las óptimas condiciones para que muchas de las bandas que no tocarían en el festival asistieran al mismo, da fe de que Día de Rock Colombia llegó para quedarse.
Galería fotográfica: La sociedad de la sombrilla
La siguiente banda que escuchamos fue Pop Corn, una propuesta claramente enfocada hacia el Neo Punk. Este estilo se reconoce porque siempre cuenta con un baterista que posee buena técnica y es veloz, las guitarras son un poco más rítmicas, no siempre cuenta con solos y si los tiene son cortos y poco complejos. Es un grupo bien ensamblado que ofrece un sonido de calidad a la altura del festival.
A destacar fue también la propuesta de La Doble A. Lo que primero llama la atención es que la mayor parte de la responsabilidad vocal recae en el baterista, algo que siempre es interesante de apreciar. Aun así, todos los integrantes se apropian de varias de las secciones, dándole más personalidad a las letras, que son claramente un mensaje de la actualidad social, política y cultural del país. En cuanto a la música, como ha caracterizado las bandas hasta el momento, no escucharás complejas líneas interpretativas, pero si riffs muy rítmicos y que complementan bien el bajo y la batería. Es música muy disfrutable, realmente se siente como un buen Rock And Roll que te gozas de principio a fin.
Galería fotográfica: La doble A
Ahora bien, cabe resaltar una de las propuestas más interesantes del festival, ciertamente puede decirse que la fusión que hacen es muy poco usual pero que vale la pena conocer, hablo de Chimó Psicodélico. Esta banda toma ritmos y formas de la música llanera, agregando el estilo rockero que da por resultado un sonido particular. En su mayoría, se puede percibir la música llanera puesta, desde luego, por el bajo que marca las líneas características del género; el arpa y el cuatro lo complementan, manteniendo así la base llanera. Al entrar a jugar la batería y la guitarra eléctrica, se entiende la fusión que buscan y que han venido logrando. Algo que me parece importante destacar es su sonido en vivo, que no se encuentra aún al buscar su música en la red, definitivamente vale la pena escucharla.
En su mayoría, las bandas presentes en el festival poseen un reconocimiento, tal es el caso de agrupaciones como The Mills, Superlitio, Don Tetto, La Derecha, Kronos, Seis Peatones y, por supuesto, el reencuentro de Poligamia. Todas cuentan con muy buenas presentaciones que esperamos contarles. Los invitamos a que sigan apoyando este increíble festival, ya que sin duda, es maravilloso todo lo que ha podido lograrse con Día de Rock Colombia’, nos ofrece muy buenas expectativas para lo que viene. Sigan apoyando la escena local, nos veremos para seguir Rockeando.

Nepentes fue la última banda que vi en la versión anterior y era la segunda banda que observaba en esta edición. Su energía es inigualable, Nano, su vocalista se conecta desde el primer segundo con el público, baja del escenario, cruza las barreras, brinca junto con los espectadores, los abraza. La música de la agrupación, formada en el Barrio de Manrique en Medellín a finales de la década de los noventa y que en el 2010 fue telonera de Korn, es una descarga de energía que se siente en la respuesta del público a cada canción.
Imperdible el animal, la fiera, la bestia desatada sobre el escenario, apenas hace un mes se presentaba en Rock al Parque y ya estaba frente a miles de personas en un evento de gran impacto. Alfonso Espriella se ha consolidado con un sonido propio y bien logrado, fruto de su trabajo y de su calidad musical. Sus letras son contundentes y en sus videos el concepto, el simbolismo y los objetos juegan un papel importante. En síntesis, es una producción impecable la que el artista deja notar en su trabajo musical que es muy sensitivo, pero que en el escenario tiene una fuerza tremenda.
Galería fotográfica: Alfonso Espriella
Come Perro y Te lastimé son los temas que más disfruto de la agrupación caleña Superlitio. La fusión musical de la banda dio un oxigeno diferente a la jornada. Con un escenario lleno, debo reconocer que disfruté tanto de todas las canciones interpretadas que el tiempo pasó volando.
Galería fotográfica: Superlitio
Cuando menos lo pensé ya se estaba en la tarima contraria Don Tetto, una de las organizadoras de Día de Rock Colombia. Tras 15 años de trayectoria se ha consolidado como una de las agrupaciones de mayor reconocimiento en el país. Su público, en su mayoría joven es fiel a ella y ese día quedó demostrado en el escenario.
El Día de Rock Colombia combina en música, zona de comidas y bebidas, de juegos, de otras actividades y de emprendimiento, en la cual tuvimos la oportunidad de cruzarnos con Mónica y con Viola, padres de la leyenda del punk colombiano, I.R.A., que se encontraban en el stand de la banda, promocionado su mercancía, entre la cual estaba su libro Aguante y toda serie de accesorios como botones y parches.
En el escenario la energía que despiertan sus integrantes, a través de canciones cortas y contundentes, desencadena ráfagas de pogos en el público. El punk está vivo y sus seguidores respondieron de manera satisfactoria a la acostumbrada disposición de la banda en tarima.
Cordero Arrepentido es, quizás, una de las canciones de ‘La Peste’, que más me mueve emociones. Bordeaban las 11 de la noche y el cansancio era más que evidente, aun así, había fuerzas para mover la cabeza, para cantar y, en el caso del público, para poguear.
La Pestilencia también estuvo presente en la primera versión de Día de Rock Colombia, cómo no iba a estarlo, si es una de las bandas de sonido pesado más representativas del país. Dilson cerró su presentación con Soldado Mutilado y daba paso, de esta manera, a La Derecha, la gran ausente del año anterior.
Galería fotográfica: La Pestilencia
“En un bosque de la china una chinita se perdió, y cómo yo estaba perdida nos encontramos los dos”. Mario, sobre la mitad de su presentación cantó a acapella el estribillo de esta ronda infantil de los 80.
Si algo me gusta de los conciertos de La Derecha, es la relación de Mario con el público, habla, hace una que otra broma y crea una atmósfera de familiaridad como si tanto él como el público, estuviesen en una tertulia en la sala de un amigo. Cinco Pistolas, de su álbum, En polvo eres, fue el primer tema.
Durante la primera mitad Te busco, El puñal, su clásico Sombras y Ruido, acompañado con frases de Joaquín Sabina que Mario recitó de memoria, dio a su presentación un toque bohemio.
La segunda mitad fue un poco más confusa, solo salvada por la participación de Julián Urrego en Ay qué dolor. El ex integrante del Siete y hoy líder de Rocka, interpretó el clásico de La Derecha con un estilo actual y renovado. El estilo desparpajado de Mario opacó la presentación de la agrupación que era una de las bandas más esperadas. Una vez terminó, una proporción enorme de asistentes abandonaron el lugar.
Galería fotográfica: La Derecha
En verdad, fue una presentación que dejó mucho qué desear, pues se percibe un hastío por los temas más pesados. Sombras y Ay, qué Dolor parecen no entusiasmar a Mario tanto como al público. La Derecha genera mucha expectativa, pero seamos sinceros, más allá del divertimiento de ver al frontman relajado, musicalmente no lo salvaron ni los veteranos que lo acompañan.
Era la primera vez que veía a Poligamia en vivo, era la primera vez que veía a Andrés Cepeda en tarima y era la primera vez —juro que no me lo esperaba— que veía a Marbelle, quien acompañó a la banda en el tema Desvanecer. Fue un momento emotivo y debo reconocer que la voz de la artista de música popular no desentonó. Por supuesto, la banda cerraría con Mi generación, mientras que en la pantalla posterior se proyectaba el video de la canción.
Ver a Andrés Cepeda re-encontrándose con Poligamia en una tarima, es prueba de que el rock en nuestro país tiene una historia que ha marcado a más de una generación, tuvo un pasado, tiene un presente y se augura un futuro en el que los más jóvenes serán los que tracen un nuevo rumbo.
Galería fotográfica: Poligamia
Ya finalizando la clásica Kronos, liderada por Jorge Fresquet y David Corkidi, levantó el público restante, pese al cansancio, la gente sabe el valor de estas leyendas, que demostraron una excelente decisión de los organizadores, pues ya habiendo pasado Kraken el año pasado por la tarima, solo podía llegar Kronos a continuar con la cuota heavy hard. El paso de los años no ha hecho meya en la banda y por el contrario la madurez de los mismos, le ha entregado el poder en el escenario, con clásicos como Igual que ayer –potencializado con tonos mas duros– o el nuevo y potente Camino a la Gloria, canciones donde Fresquet ha adaptado su voz, que suena más fuerte rasgada y agresiva de lo que hacia desde los años ochenta, un maestro sin duda. En teclados los acompañó Víctor Hugo Santafé de Atta, uno de los músicos más interesantes de la actualidad en el país.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de Grito y Skampida, el ska intentó mantener la fiesta hasta el final y aunque pasaban las dos de la mañana, la dieron toda, comprometidos con la cita y a los guerreros valientes que se quedaron hasta el final. Tiempo tras nos dejaba sin aliento Grito, realmente un Hardcore poderoso, tremenda banda que no deja cabeza quieta y que despuntó el cierre con la furia necesaria para demostrar que este género también tiene un potencial enorme en el país, como el rock, como nuestra música, que no es solo eso, es nuestra cultura, es nuestra forma de vida y por eso, si nos dan 20 horas, también estaríamos allí apoyando.
Arturo Coloray Lara, docente de la Fundación Jóvenes Talentos De Colombia
Andrés Angulo, director Rugidos Disidentes
Galería fotográfica: Koyi K Utho
Galería fotográfica: Los Makenzy
Galería fotográfica: The Mills
Agradecimientos especiales a Aida Hodson por su especial trato antes, durante y después del festival.
Rugidos Disidentes Cubrimiento Dia de Rock
Eva María Useche, videografía y redes sociales
Ana María Martínez, fotografía
Zul de la Mochila, fotografía
La Hamburguesería: una fiesta de 15 memorable
“… Es la hora de intentar esta carta personal, este asunto tan sospechoso. La verdad no sé por dónde empezar, no sé cómo decirte dónde está el paisaje. No hay tiempo para inventar, hay secretos, hay desvelos…”
Llevaba alrededor de media hora de presentación, cuando sonaron los primeros acordes de El Puñal, primer corte del álbum Polvo eres de La Derecha, el público presente, que disfrutaba de una jornada repleta de música, respondió de inmediato y unísono acompañó en las voces la canción de la banda liderada por Mario Duarte.

Era la primera agrupación de la noche y una de las más esperadas. Definitivamente, 15 años en la vida son un acontecimiento que no pueden pasar desapercibidos, La Hamburguesería, celebraba ese 24 de febrero 15 años de existencia y ofreció un espectáculo que no tenía nada que envidiarle a los mejores festivales de rock celebrados en Colombia.
“Los rockeros no gustan del vallenato”, pregonan muchos, sin embargo esa tarde La Derecha, con su estilo propio, interpretaba lo que sería la versión rock de Simulación, conocida canción del cantautor Diomedes Díaz, con el acompañamiento de los asistentes que respondieron de manera entusiasta y cantaron a todo dar, al tiempo que tomaban fotografías y grababan la presentación de la banda.
26 años de historia se sienten en tarima y La Derecha demostró por qué es una de las agrupaciones más representativas del rock nacional.
La jornada
El rock siempre será un buen plan, más aún cuando incluye la presentación de 19 agrupaciones, comida y cerveza. Si bien es cierto no todo era rock, pues también formaron parte del cartel Los Rolling Ruanas, Pernett, La 33, Systema Solar y Burning Caravan, sí era el género protagonista del festival.

El Club Bellavista de Colsubsidio fue el lugar elegido para la presentación, que aunque lejano a la ciudad, brindó un escenario cómodo, con un césped muy bien cuidado, gradas cómodas, una amplia zona de baños y carpas de comidas y bebidas. Dos escenarios, uno junto al otro, daban a entender que sería una jornada intensa, pues no había recesos, mientras una banda realizaba su espectáculo, en la tarima contigua la otra se preparaba y así el público sin necesidad de desplazarse podía observar las presentaciones, sin perder sus lugares.
Los Rolling Ruanas, conformada en el 2014, llama la atención, tiene personalidad y realiza un show que tiene una buena acogida. Su sonido toma raíces de ritmos campesinos, para combinarlas con el rock. Su presencia en Rock al Parque causó bastante polémica, sin embargo es una agrupación que seguirá siendo invitada a festivales del género. En su joven trayectoria ha grabado un EP, (Origen) y en su primer álbum, La balada del carranguero, lanzado el año anterior, cuenta con la participación de otros artistas, como Edson Velandia y la Tigra y de Catalina García de Monsieur Periné.
Era la tercera agrupación de la jornada y abrirían paso a la clásica Hora Local en la actualidad integrada por Juan Pablo García, Ricardo Jaramillo, Fernando Muñoz, Pedro Roda, Gonzalo de Sagarmínaga, Nicolás Uribe y Eduardo Arias, quien en teclados, también hizo algunos acompañamientos en las voces.

Fue la primera banda de vieja guardia que se presentaría esa tarde. Conformada en 1986, Hora Local ha tenido intermitencias durante su trayectoria musical, sin embargo no pierde el estilo de sus primeros años.
Sigue siendo Bogotá es una de las canciones más representativas del rock capitalino, un estilo fresco, voces claras, es una oda a la ciudad, una canción que despertó nostalgia entre el público. Así fue la presentación de Hora Local, una banda clásica, en medio de los sonidos más jóvenes.
Llegaría el momento del ska, toda la energía que este género transmite contagió a los asistentes que de principio a fin de la presentación de Los Elefantes, no pararon de saltar, bailar y cantar a ritmo de canciones como Mira qué buena estás, Se va la vida, Opium Street y, por supuesto, Boca e’ Caimán.
Los Elefantes, conformada en 1998, es uno de los íconos más representativos del ska en Bogotá y su sonido hace mucho cruzó fronteras.
La tarde comenzaba a calentarse, los amagos de lluvia desaparecieron y Los Elefantes dejaron el nivel de la energía bastante alto.
1.280 Almas subió a la tarima, al frente de ellos, más de 2.000 cuerpos dispuestos a seguir descargando energía a través de la música, los esperaba. No decepcionó, todo lo contrario, si con la banda anterior el público no paró de bailar, con las almas, no pararía de ‘poguear’.
La fuerza que la agrupación conformada en 1989, no mengua con los años, el afecto que los bogotanos sentimos por ella se siente en cada concierto. Estrenó su nuevo álbum el pasado diciembre y durante su presentación interpretó varios de sus cortes, los cuales fueron intercalados por los clásicos Surfeando en Sangre, Marinero, entre otros.
Casi treinta años y la banda permanece fiel a ese estilo que la posicionó entre la cultura rock de la ciudad. Fernando del Castillo descarga toda la energía en la tarima como le es posible y no deja que los ánimos se calmen.
1.280 Almas antecedía a Doctor Krápula, Subcomadante Mario hizo su aparición en tarima, acompañado de David Jaramillo en el bajo que se presentó el pasado 11 de marzo, en las elecciones al Senado de la República.

Para esa hora el evento ya había valido la pena y aún faltaba una larga jornada. Krápula sería la cuarta banda clásica de la tarde y como ya es una sana costumbre, en sus presentaciones el escenario estalló en energía. Mario es un tipo que causa simpatía entre el público, interactúa muy bien con éste y bajó del escenario a interpretar las canciones de la agrupación con su gente. ‘Pogos’, gritos, saltos y mucha energía estuvieron presentes durante el concierto de la banda bogotana conformada en 1998.
Un recorrido musical que por los clásicos que a lo largo de su historia la banda ha lanzado, hizo vibrar el parque del Club Bellavista.
El turno llegó para Humberto Pernett, uno de los pioneros de la música fusión en nuestro país, hacia el 2003, año en el que fundó Pernett, proyecto con el cual combinó ritmos tradicionales colombianos con sonidos actuales, lo que él define como folclor progresivo. Su presentación permitió un espacio de tranquilidad en el público, luego del desfogue de energía de las bandas anteriores.
¿Que los rolos no sabemos de salsa?
Se acercaba la noche y la jornada que desde muy temprano ya era un éxito, había puesto vibrar a los asistentes, gente por aquí, por allá, en las casetas de comida, de bebida, o sentadas en el prado disfrutaban de un evento, cuya protagonista fue la música en una diversidad de sonidos, digna de grandes festivales.

Era el turno de la salsa, 11 integrantes liderados por Sergio Mejía. La 33 iniciaba su presentación con la canción homónima a la banda. Tímidos en un principio, los espectadores presentes, poco a poco, dejaron que la salsa los contagiara y pusiera a mover sus pies al ritmo que imponía la orquesta.
No obstante las dificultades de sonido, que fueron solucionadas, La 33 demostró porque es una de las agrupaciones más destacadas de su género en Colombia. Sus temas clásicos como Pantera Mambo y Te lo voy a devolver se integraron a la perfección con la jornada músical.
Ya fuesen que bailaran o no, los asistentes se gozaron el espectáculo de La 33, comandada en las voces por David Cantillo ‘Malpelo’ y Guillermo Celis.
La distribución del escenario permitía degustar una hamburguesa, un perro caliente, un sándwich u otra comida, sin dejar de disfrutar de la música.

En el caso de nosotros, una hamburguesa y una cerveza (sí, nuestro trabajo nos permite una cantidad mínima de alcohol en los cubrimientos que realizamos), serían los acompañantes perfectos para disfrutar de la música de Los Makenzy y de Fatso, agrupaciones que rock y rock/blues respectivamente, continuarían con la descarga de emociones en la celebración de los 15 años de La Hamburguesería.
A Mario Duarte, en parte, le debemos que Bogotá cuente con uno de los festivales de rock más importantes del mundo: Rock al Parque.
¿Cómo no sentir admiración por La Derecha, si su música fue parte de la banda sonora de la adolescencia de muchos de nosotros? Ay qué dolor, Si te busco, Simulación —que fue interpretada por Mario Duarte con guacharaca en mano—, El Puñal, entre otros pusieron a cantar al público desde la primera canción hasta la última.
The Hall Efect, con más de 10 de experiencia, es una de las bandas de la nueva generación con más solidez y personalidad, ha conquistado a un público y en su presentación, hizo un recorrido por sus cuatro álbumes y su más reciente EP Become.
Carlos Reyes, Odio a Botero y Superlitio también hicieron lo propio, mantuvieron la energía de los asistentes que, pese a las muestras de cansancio evidentes, habían estado activos, algunos desde muy temprano, y no dejaron de respaldar a las agrupaciones que se hicieron presentes en la extensa jornada musical.
Los Petitfellas sería la última banda rock de la noche y la encargada de abrirle al sonido pacífico, electrónico y alternativo de Systema Solar, que le dio de nuevo al público una excusa para rumbear y prepararlo para el cierre a cargo de Burning Caravan, agrupación colombiana liderada por el chileno Francisco Marti y formada en el 2012.
Estábamos lejos de casa y mientras en la tarima Burning Caravan interpretaba La Historia de los hombres, nos despedíamos de la mejor fiesta de 15 a la que nos han invitado.
Galería fotográfica | La Hamburguesería: una fiesta de 15 memorable
Crónica: Andrés Angulo Linares
Fotografía: Jhonatan ‘Tatán’