Pensamientos encarnizados de tu viejo lo llevan a tocarte. Mala sangre es tu padre y no sabes qué hacer.
Por, El Poeta Ebrio
Con los ojos húmedos miras expectante tus sueños a través de la ventana. Aunque eres muy joven, llevas mucho tiempo perdida en su laberinto.
Las marcas que dejó en tu cuerpo te hacen llorar y sin prisa narran tu historia.
Pensamientos encarnizados de tu viejo lo llevan a tocarte. Mala sangre es tu padre y no sabes qué hacer.
Es muy temprano, sales de tu caja a caminar sin rumbo, buscas un nuevo aire, no llevas prisa.
El vino es tu escape, ahoga tu tristeza y a él te entregas como escape a tu dolor.
Ya es muy tarde, no quieres regresar a casa. Sentada en un parque sabes que se acerca la hora, ya es media noche, debes regresar a ella.
Pensamientos encarnizados de tu viejo lo llevan a desearte. Mala sangre es tu padre y no sabes qué hacer.
Estás en casa, con zozobra y miedo miras a través de la ventana. Le temes al ogro que se esconde detrás de ti.