La zona V.I.P en Rock al Parque se convirtió en un pasaje farandulero de la alfombra roja bogotana, en la que una cantidad no pequeña de privilegiados, disfrutan de las presentaciones de las agrupaciones más reconocidas a solo unos metros de la tarima.
Editorial |Expresiones ciudadanas en la era digital
Somos autómatas, al tiempo que la información circula de manera masiva en cuestión de segundos, hemos perdido la capacidad de análisis, nos guiamos por la primera impresión y sobre ella reaccionamos.
Cauca: el pueblo nasa continúa la resistencia
El cubrimiento mediático fue el mismo; el micrófono en función de la institucionalidad en cabeza de la ministra Patricia Gutiérrez y de la Fuerza Pública
Por, Laura Cala Mejía
Cauca: De la Cacica Gaitana, Quintín Lame y Benjamín Dindicué, el pueblo Nasa continúa la resistencia
“El 15 de septiembre de 2004, cerca de 70.000 indígenas, campesinos y afrocolombianos marcharon en dirección norte por la carretera Panamericana, camino a Cali, para protestar, entre otras cosas, por las negociaciones bilaterales con Estados Unidos en torno al Tratado de Libre y Comercio. Se convirtió en la punta de lanza de lo que terminaría siendo una movilización nacional de amplia base popular, que clama por un cambio en las prioridades del gobierno, en lo que concierne a las políticas de seguridad y desarrollo. Los medios hegemónicos por lo general presentan dichas situaciones como actos criminales enfatizando su tendencia a actuar por fuera de la ley – bloquear las carreteras, ocupar tierras de manera “ilegal” etc., para manifestar sus quejas y agravios.” Tomado del texto Un tejido de comunicación: medios comunitarios y planes de vida en el norte del Cauca, Mario Alfonso Murillo.
Así como en el 2004, los indígenas y afros salieron en el 2019 a la vía Panamericana que conecta el centro con el suroccidente del país a protestar por el incumplimiento de los Acuerdos de Paz, las constantes amenazas por parte de grupos armados, el asesinato de líderes y lideresas sociales que continúa en aumento, entre otras razones. También una vez más, el cubrimiento mediático fue el mismo; el micrófono en función de la institucionalidad en cabeza de la ministra Patricia Gutiérrez y de la Fuerza Pública, estigmatizando a los marchantes argumentando que la protesta estaba infiltrada por disidencias de las FARC, que “existía un tinte político en la protesta”, reduciendo la mirada de la audiencia a las pérdidas económicas producidas por la minga, desconociendo el recrudecimiento de la violencia que están viviendo muchos territorios del país.
Mi querido César me dijo una tarde: “Laurita, el pueblo nasa es un pueblo berraco, que la lucha y la suda, siempre está en pie”. Retumbaron en mi cabeza las palabras del compadre Astiano, ese indio patirrajado y flaco de cabello negro que participó en una “minga de corte” por tres semanas, “aquí se volea machete parejo, cortar esa caña alta es bravo, comadre, ahí vamos dándole sin descanso”. Esa labor es llevada a cabo en la Hacienda La Emperatriz, o ‘La Empera’, como la llaman coloquialmente.
Decidí ir al Cauca por convicción. En la tarde de aquel diciembre pisé su suelo y me encontré con la sonrisa arrolladora de Isa, lideresa nasa, madre de dos hijos, con una mirada fuerte y decidida. A su lado, estaban Julián y “Neco”, un payanés y un huilense, que dedican su vida a ilustrar y pintar.
“Inmensas legiones de esclavos vinieron de África para proporcionar, al rey azúcar, la fuerza de trabajo numerosa y gratuita que exigía: combustible humano para quemar. Las tierras fueron devastadas por esta planta egoísta que invadió el Nuevo Mundo arrasando los bosques, malgastando la fertilidad natural y extinguiendo el humus acumulado en los suelos”. Este relato de Eduardo Galeano en su libro Las Venas Abiertas de América Latina refleja la situación actual del norte del Cauca.
Antes de llegar a este territorio encontramos miles de hectáreas de monocultivo de caña de azúcar que se extienden por los municipios vallecaucanos de Tuluá, Buga, Palmira y El Cerrito, pertenecientes a las familias adineradas de la región como Ardila Lulle y monopolios de la industria azucarera de larga tradición. Se requieren grandes cantidades de agua para su mantenimiento, el glifosato y otros agroquímicos, se irrigan por estos cultivos, afectando notablemente el suelo y las parcelas cercanas. Los camiones y máquinas trabajan día y noche al servicio de la industria azucarera y de los biocombustibles.
El norte del Cauca no ha escapado de la imposición de este modelo agroindustrial que se posicionó en la región. Este territorio habitado por campesinos, campesinas, indígenas y afros, evidencia un cambio del paisaje, debido a que los cultivos de cacao, maíz, yuca, entre otros, han sido reemplazados por miles de hectáreas de caña de azúcar, custodiadas por la Fuerza Pública y grupos paramilitares, tal como lo han denunciado las comunidades indígenas y afros, ante la comunidad nacional e internacional: “dos días después del asesinato de JAVIER OTECA, indígena del resguardo de Corinto ocurrido el día miércoles 22 de Marzo de 2017, por grupo armado al servicio del ingenio Incauca, reaparece en la zona una nueva amenaza paramilitar de las Águilas Negras. Recordamos a la opinión pública y a los órganos de justicia del Estado colombiano, que son ya 6 los panfletos amenazantes en este año que circulan y que alrededor de estos se han dado, seguimientos, atentados y asesinatos contra comuneros indígenas afros y campesinos”.
- Lee la denuncia completa aquí: Amenazas de grupos paramilitares en el Norte del Cauca, dos día después del asesinado de Javier Oteca
Ante la violación de derechos humanos, el incumplimiento de una sentencia de restitución de tierras tras la masacre del Naya, donde miembros del pueblo nasa murieron a manos de grupos paramilitares y narcotraficantes, una serie de incumplimientos por parte del gobierno nacional y la distribución inequitativa de la tierra; los hombres y las mujeres nasas se han organizado para defender la Madre Tierra, como ellos y ellas la reconocen, “ella les da el agua, la tierra para trabajarla y tener sus propios alimentos del territorio”, así lo han expresado de manera oficial, pero solo se puede lograr cortando la caña de azúcar, limpiando esa tierra contaminada por agroquímicos, para sembrar la comida, que será dada a sus hijos y las futuras generaciones.
“Hoy nos movemos entre sueños y esperanzas, crisis y conflictos. Somos pueblos que continuamos en resistencia. Hemos atravesado un largo camino y acumulamos siglos de lucha que nos han permitido defender el territorio. Pero aún estamos sometidos por la arrogancia, el egoísmo, la ignorancia y el irrespeto disfrazado de distintas maneras. Han caído sobre nosotros con mentiras y engaños, con el poder de las armas, con normas y leyes que nos traen miseria, explotación, dolor, sometimiento y muerte. Por eso debemos echar mano de nuestras raíces y sabiduría colectiva ancestral, para realizar nuestros compromisos de sembrar, proteger y abrir caminos de vida digna.” Fragmento de la Liberación de la Madre Tierra.
En diciembre de 2017, se llevó a cabo un encuentro de tres días llamado Desalambrándonos, organizado por los mismos liberadores y liberadoras de la Madre Tierra. En estos encuentros predomina la autogestión de la mano de los procesos organizativos de varios territorios del país y gracias al voz a voz, personas de Argentina, Francia, País Vasco también se han acercado al proceso.
Desde las cuatro de la mañana la guardia indígena despierta a los asistentes con el sonido de la tecnocumbia, un género musical alegre y animoso, que mezcla el sonido de teclados, guitarras y sus letras evocan el arraigo, el amor y el territorio. Las y los asistentes ayudan en la preparación de los alimentos como la carne, el zapallo, la yuca, la papa y el plátano, nadie olvida las masitas hechas por las indígenas nasas, son crocantes y de gran tamaño, acompañadas con agua de panela.
Todos los asistentes participaron del proceso de armonización, un ritual en el cual se ‘mambea’ la hoja de coca y se busca equilibrar la energía, se dispone el alma y el cuerpo para escuchar y aprender. Posteriormente inició la conversación que busca desalambrar la palabra, fortalecer el tejido, pensar con el corazón, contar con sonidos, dibujar lo vivido y relatárselo al país y al mundo.
Hay elementos en común para reunirse, como la amenaza del modelo minero-energético sobre los ecosistemas que habitan las comunidades, los monocultivos de caña de azúcar y palma aceitera, las semillas certificadas, la privatización del agua, el asesinato de compañeros y compañeras por parte de actores armados y la violación de derechos humanos. Surgen propuestas como la transición hacia energías renovables, la soberanía y autonomía alimentaria, productos comunicativos que surgen al finalizar cada jornada de este encuentro, como galerías fotográficas, programas radiales, vídeos y relatorías, también disfrutamos las puestas en escena organizadas por los jóvenes, niñas y niños nasa guiados por Maíalalinda y Vivilú, mujeres con el corazón y pensamiento puesto en el norte del Cauca.
Reconociendo que el proceso de la liberación de la Madre Tierra no puede ser cooptado por la institucionalidad, la comunicación propia y la unión entre procesos, son factores que garantizarán a la pervivencia de las comunidades en el territorio colombiano.
Uno de los momentos más significativos fue sembrar en territorio libre de caña. A Astiano y a Dalila, una mujer nasa que siempre lleva una jigra de color café y beige y un chumbe (tejido de colores hecho por las mujeres), los unía el trabajo de la tierra para cosechar la vida. Margarita y Sole, dos mujeres citadinas provenientes de Bogotá, limpiaban con rastrillo, mientras unos se encargaban de marcar el espiral, esa forma tradicional de sembrar para los indígenas nasa. Las semillas de maíz, zapallo y frijoles, se sembraron con alegría y la esperanza de verlas crecer.
Al final de este encuentro se divirtieron en un bailoteo, una gran fiesta con tecnocumbia, el tradicional chirrincho, acompañados de la chicha caucana que amenizó la alegría del reencontrarse. Su trabajo terminará “hasta que se apague el sol”, como lo afirman las organizaciones indígenas. Nos despedimos entre abrazos, besos y miradas para un próximo encuentro y en la consola de radio escuchábamos: “De Quintín a Benjamín, de Benjamín pa´delante, todos haciendo parte de un ejército sin fin”.
La paradoja del policía triste y el periodismo arrodillado
En ningún momento se identifica en la oda redactada por el periodista algún acercamiento a la fuente, ni un análisis estricto del contexto de la situación, solo una descarga emocional alrededor del patrullero.
La victoria de Álvaro
Al parecer, todos los problemas de nuestro país se solucionan de manera inmediata al mencionar detonantes como: Guerrilla, izquierda y Venezuela.
Editorial | Escribir, una cuestión de lectura, inspiración y disciplina
Aquel que perece en ese primer intento, confesará que en algún momento deseó escribir una historia.
Editorial | Más allá de la piel
Eso es un tatuaje: una obra de arte y como tal, tiene la capacidad de trascender y de permanecer en el tiempo, concediéndose a sí mismo y a su autor el don de la inmortalidad.
Por, Rugidos Disidentes
Es verdad, muchas veces nos equivocamos y terminamos rindiéndole homenaje a la Nayibe o al Milton Yésid con un tatuaje que nos acompañará para siempre, aunque la relación con cualquiera de estos dos personajes se haya ido al traste a las tres semanas.
Podemos, también, con un trazo sobre nuestra piel, quedarnos con una frase motivacional que nos recuerde que la “Vida no es fasil” y así quedar atados para toda la vida a un mamarracho mal escrito que nos recordará todos los días la importancia de contar con un diccionario a mano.
El camino del arte no es –lo que se dijera– sencillo. Tampoco es para todos, pues este nace del alma y es transformado gracias a un talento, en algo maravilloso. Sin embargo, todo talento requiere cultivarse y nos exige esfuerzos y sacrificios, para demostrar que en verdad es nuestro camino, que vivimos para ello y estamos dispuestos a pasar hambre antes que abandonarlo. Básicamente, ser artista es de valientes.
Eso es un tatuaje: una obra de arte y como tal, tiene la capacidad de trascender y de permanecer en el tiempo, concediéndose a sí mismo y a su autor el don de la inmortalidad.
Quizás sea uno de las artes más complicados que existe, pues cobra vida en la piel ajena. En manos de un artista exponemos nuestro cuerpo con un solo fin: tener una huella imborrable de un momento, un lugar, un sueño, una persona. Aunque, no necesariamente estemos buscando otorgarle a aquel trazo un significado especial, simplemente podemos corresponder a ese derecho que tenemos de decidir sobre nuestro cuerpo sin dar explicaciones a nadie del por qué o del cómo. No obstante, por insulsa que sea la razón, debemos comprender que estaremos atados a aquel tatuaje hasta el final de nuestros días, básicamente, nos lo llevaremos a la tumba, salvo que alguna circunstancia aparatosa, como una mutilación o quemadura, así lo impida.
Es una práctica ancestral y, aún así, sus orígenes no se han definido de manera precisa. Ha transgredido culturas, ha permanecido perenne en el tiempo, se ha movido a su antojo por todo el mundo y ha servido de inspiración para la creación en otras manifestaciones artísticas.
Con ese trazo se adquiere una conexión simbólica en la que se conjuga al mismo tiempo, estética, sentimiento del tatuado y la interpretación que haga el artista de estas dos, dejando al mismo tiempo su sello personal.
Los prejuicios no han menguado el interés que el Tattoo despierta, alrededor de él existe una verdadera tradición de culto. Ha sido, también, objeto de estudio por parte de la academia para buscar, por lo menos, un acercamiento con sus orígenes y a algunas de las múltiples interpretaciones que permitan explicar el poder que este ha tenido en la humanidad. ¿Qué tanto podemos acercarnos a una interpretación medianamente acertada? No lo sabemos y quizás ahí radique su verdadero encanto, que es indescifrable, pues puede ser un acto de rebeldía cuando su motivación es contrariar a la institución o bien puede ser una manifestación de obediencia, cuando se hace requisito para ser aceptados en un movimiento religioso, militar o político.
En esta edición nos acercaremos a este mundo maravilloso que es el Tattoo, no con la pretensión de descifrarlo, pero sí con el fin de comprender, aunque sea un poco, su lenguaje.
¡Bienvenidos!
El país de los siete E y la manzana del Edén
… carguen sus tarritos de agua, siempre que vayan a cualquier instancia judicial”
Por, Jessica Yulieth Chávez Molina
Pasados los días del oso mundial que “hicimos en París” gracias a nuestro jefe de Estado, el honorable enanito –¡perdón, perdón!, no hablo de Uribe–, ni más faltaba, les hablo de Duque y su entonada lírica (que aprendió muy bien después de su reunión con Maluma), ante la UNESCO, en la que el presidente electo de Colombia explicaba los principios fundamentales de la economía naranja: “siete notas musicales, siete artes, siete enanitos, mejor dicho hay muchas cosas que empiezan por siete”. Así lo manifestó, faltándole mencionar puntos como los sietes apóstoles, y la palabra principal que lo describe a ÉL, al ENANO ‘paraco’ y machista que maneja los hilos, ustedes ya saben de quién, ni más faltaba propiciar mi muerte con su mención.
Es increíble que se pretenda sustentar ante el mundo algo tan complicado y de muchísimo cuidado como la economía naranja, que al término, y en la jerga costeña sería algo así como: “economía naranja, para exprimirnos y jodernos” ¿Así o más claro el funcionamiento de este mecanismo que propicia los juegos del hambre en la República de Colombia?, aquella tan temida, para muchos, con que se convirtiera en una segunda Venezuela. Pero les informo, hoy no somos como el país vecino, sino como Colombia, una Colombia más jodida que ayer. ¿Se percatan de la importancia que tiene el voto popular y la experiencia en cargos públicos, sumado a estudios, que como bien se lo dijeron “no se realizan doctorados en 10 días”, para evitar precisamente que el país caiga en manos de incompetentes y gente tan recalcitrante como la que tenemos en los altos mandos?
A más de 100 días del mandato de Duque, Colombia se encuentra en un Estado de conmoción interna a cuenta de los paros nacionales organizados por las diferentes universidades públicas del país, exigiendo que se les garantice mayor financiamiento para optimizar el derecho a la educación, y Duque de rumba con Maluma, ¿bonito país, no?, ¿y la reunión con los estudiantes para cuándo? ¡Ah!, y por si fuera poco, María Fernanda Cabal sale a relucir su célebre frase: “¡Estudien vagos”!, tras preguntársele qué le tenía que decir a los estudiantes respecto a las marchas pacíficas que están llevando. Imposible sostener la cordura en este país de locos.
Ahora bien, hay otro punto inquietante por estos días del cual muy poco han hablado los medios de amplia circulación en Colombia: la muerte de los testigos en el caso de Odebrecht en nuestro querido país. El caso más reciente fue la muerte del testigo clave, el Ingeniero Jorge Enrique Pizano, quien presuntamente muere por un paro cardíaco el 8 de noviembre de 2018, ¿hasta aquí todo parece normal, cierto?, pero remontémonos un poco a la historia para saber quién era este señor, nada más y nada menos, que uno de los auditores del carretero Ruta del Sol II, en el que están involucrados consorcios colombianos y la empresa constructora brasileña Odebrecht, él buscaba la calidad de testigo especial por parte de EE.UU, a cambio de entregar información y material probatorio que incrimina de forma grave a diferentes presidentes, expresidentes y altos funcionarios en Latinoamérica, lo curioso es que Pizano resultara muerto. Aún se desconocen las causas de su deceso, puesto que, al parecer, fueron “naturales”. No obstante, esta teoría del caso dio un giro inesperado tres días después de su fallecimiento, en su escritorio se encontró una botella de agua saborizada que contenía cianuro y su hijo Alejandro Pizano la tomó, perdiendo también la vida, pero por envenenamiento.
Si bien es cierto que para muchos turistas Colombia es el Edén por sus mágicos paisajes, no resulta menos cierto, que todos aquellos testigos claves que comen de la manzana, resultan muertos, y no precisamente por entrar en el pecado (…) Porque aquí, en el país del nunca jamás, se está tecnificando la criminalidad, ya eso de decapitaciones extrajudiciales, masacres, desapariciones forzadas, bombas, y muchos actos de terror (quedan estos como exclusivos para el proletariado), pasaron a la historia. Ahora el cianuro es el “hit” para silenciar a todos aquellos que puedan tocar a los intocables e indestructibles.
Aún tengo muchos interrogatorios más allá de toda duda razonable, ¿Qué hace aún bajo el cargo el Fiscal General de la Nación, el Dr. N. Humberto Martínez?, ¿Qué seguridad jurídica se puede presentar en Colombia, donde el fiscal que investiga a los corruptos es uno más de ellos, y ni hablar de sus subalternos? Todo esto resulta como la teoría del árbol envenado, una manzana daña al resto y deben ser excluidas por completo de toda investigación. En este orden de ideas, este señor se debe declarar impedido y Asonal debe ejercer la presión necesaria para que este renuncie. Así se mostraría, por primera vez en la historia, un ejemplo de coherencia y transparencia en una correcta administración de justicia.
Me llama la atención, en gran medida, el cinismo con el que habla el fiscal, en los siguientes puntos:
- El fiscal afirma: “Mis amistades no están por encima de la constitución”, yo le pregunto: ¿Por qué no denuncio este acto de corrupción grave, del cual tenía conocimiento de antemano?, y donde según él, sus amistades no están por encima de la constitución, ¿Qué intereses lo “obligaron” a olvidar tan grave situación?
- En la conversación vía telefónica que sostuvo con Pizano, este le decía que había unas irregularidades, es decir hablaba de unas coimas, a lo que el señor fiscal afirmó: “que se trataba de un asunto grave”, pero ya conocemos la historia, nuestro fiscal general sufre de Alzheimer selectivo (…). Es un peligro para la vida y la integridad meterse con los intocables, ya se sabe la suerte que tienen aquellos que comen de la manzana con cianuro (…) Por eso muchos optan por ser, al mejor estilo de Shakira, ciegos, sordos y mudos, no precisamente por no tener los pantalones que ameritan estos casos, sino porque el Estado es un incompetente para garantizar seguridad de quienes la ameriten, Colombia es un país gobernado por paracos al que le queda grande, en este orden de ideas, garantizar derechos. Aquí no nos encontramos en un Estado social de Derecho, sino en la peor de las dictaduras de la historia de nuestro país, disfrazada de un folclore de “paz”, una paz sin garantías, ni derechos para las víctimas.
No resulta extraño que sigan apareciendo muchos más muertos relacionados con el caso de Odebrecht, sin olvidar a nuestros líderes sociales. Por eso les hago una muy sentida invitación: carguen sus “tarritos” de agua, siempre que vayan a cualquier instancia judicial.
¡Ya uno aquí en Colombia, no sabe ni porque lo quieren matar!
Por, Jessica Yulieth Chávez Molina
(Sincelejo-Sucre)
Abogada en curso
Corporación universitaria del caribe Cecar
Jessica.chavezm@cecar.edu.co
Fusa dijo ¡NO!
Fusagasugá dijo ¡No! al fracking, a la extracción de hidrocarburos y a la minería a gran escala en la consulta popular del 21 de octubre.
Por, Andrés Felipe Ortiz Gordillo
Este triunfo contúndente fue fruto de una ardúa y larga labor por parte de las comunidades y líderes ambientales habitantes del municipio que ocupa el antiguo territorio de los indígenas Sutagaos.
Acompáñanos en este recorrido multimedia, en el cual podremos entender cómo se llevó a cabo dicho proceso, que sirve de ejemplo para otros territorios y comunidades con problématicas similares.
Accede al contenido multimedia: Fusa dijo ¡No!
Viviendo una burbuja
A pocos metros de ese centro de poder, en la carrera décima con avenida Caracas, se puede encontrar la mala fortuna a manos del más hábil cuchillero
Por, César Augusto Sutachán Daza
Carlos y José es un par de amigos con muchas aspiraciones de querer cambiar la dura realidad del país, pero a decir verdad, con muy pocos logros. Su terruño, es un pueblo ubicado en la Costa Atlántica colombiana, región corroída por la corrupción y donde la actividad política está basada muchas veces en la práctica de los delitos más comunes contra el sufragio. Un voto allí puede ser pagado con una tarifa que va desde los 10 mil a los 200 mil pesos.
Por azares de la vida los dos compadres fueron invitados a la posesión de los Congresistas el 20 de julio de 2018, un evento que para la ocasión resultó histórica a raíz de que ex guerrilleros de las FARC se posesionaron de 10 curules, con base en lo acordado en el Acuerdo de Paz suscrito en la Habana.
Ese día Carlos y José, acostumbrados a su vida austera, estrato 2, vieron como en el Congreso de la República, se vive en una gran burbuja que contrasta con la pobreza, violencia y desigualdad social que se vive a menos de 500 metros de las puertas del Capitolio, y se extiende por toda la Colombia real.
Y comenzó el show…
A Carlos y José lo que más le resultó difícil, a decir verdad, ese día festivo de la democracia, fue vestirse de paño y corbata, debido a su carácter caribe e informal, pero sabían que la formalidad en el vestir era clave para dar una buena impresión. No querían pasar de «lagartos», como se conoce a quienes se acercan a los políticos sólo con el fin de conseguir un trabajo o un privilegio.
No obstante optaron, entonces, por vestir de paño: blazer y pantalón oscuro complementado de camisa formal, pero no sabían a ciencia cierta si la corbata era obligatoria, recordaron el sonado caso del extinto narcotraficante Pablo Escobar en 1982, cuando fue elegido como Representante a la Cámara, a quien casi no lo dejan entrar a posesionarse de su curul por falta de corbata.
Escobar solucionó el impasse 36 años atrás usando la corbata de su conductor y Carlos y José, optaron en 2018, llevándola en el bolsillo, «por si las moscas».
Al llegar al Congreso al par de amigos les impresionó el fuerte operativo de seguridad, más de 3.500 policías cuidaron la zona acordonada que representaba 30 cuadras del centro de la ciudad y les produjo un alto impacto ver la Plaza del Bolívar solitaria, solo con la presencia de las palomas que acostumbran visitarla, lucía hermosa por la arquitectura que data de siglos atrás y el radiante sol que reinó durante la jornada. Se sintieron personas VIP (Very Important Person), porque no todo el mundo podía entrar allí, a la burbuja.
Ingresaron, pasaron por el detector de metales, fueron explorando ese mundo desconocido para ellos, de grandes pasillos, pisos de mármol, columnas de arquitectura republicana y neoclásica, grandes espacios que evocan la historia con vistosos murales, estatuas y cuadros de los próceres de la República.
Aunque pudieron entrar sin corbata, porque los tiempos han cambiado, se sintieron un poco intimidados cuando caminaron entre personas que lucían costosos paños y modernos vestidos, bonitas mujeres que denotaban elegancia, glamour, y unas fragancias de perfume profundamente deliciosas.
Era otro mundo, muy distinto al de la Colombia real que comienza a pocos metros del centro de poder.
Carlos y José pudieron apreciar a políticos que ostentan su fama, otros que hacen alarde de sus ilustres apellidos y los menos conocidos y recién llegados, felices, porque habían coronado su meta a pesar de lo costoso que resultó el proceso.
Llegar al Congreso no es fácil. De 2.957 inscritos en las listas, la victoria la lograron 268. Unos como José Obdulio Gaviria del Centro Democrático que fue anunciado como gran derrotado en el pre-conteo el día de elecciones, exigió revisión voto a voto de los escrutinios y se salvó, obtuvo su curul.
La sombra de la corrupción
No es un secreto, en Colombia hacer política cuesta, por los gastos de publicidad, las lechonas, los tamales, las rumbas, las reuniones, el transporte, las brigadas, en fin, para conquistar el “favor” popular se necesita de mucho dinero. No faltan los candidatos que buscan seducir con golpes de opinión pero ya pasó esa época de que emboladores, celadores y hasta actores conquistaban una curul, la maquinaria política los arrasó.
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Hay quienes advierten que muchos de los políticos al lograr ganar una curul, llegan comprometidos con sus patrocinadores que en ciertos casos invierten en el negocio de la contratación pública, lo que puede terminar en corrupción. En los corredores del Congreso se respira poder y la sed por ese poder, mal manejada, ha sido uno de los principales cánceres de nuestra sociedad.
El par de costeños impresionados por la historia y el lugar caminaron los diversos rincones del Congreso, había muchísima gente esperando en salones llenos la trasmisión por televisión. Con un pequeño engaño, nuestros protagonistas, pudieron ingresar a los palcos donde ya no había cupo, porque invitados precavidos madrugaron para tener el honor de ver la instalación del Parlamento, cómodamente sentados y atendidos muy bien por los encargados del protocolo, “… a quien madruga, Dios lo ayuda”.
Desde el palco observaron la majestuosidad del recinto, el cuadro gigante del maestro Obregón presidiendo el salón, los congresistas en pleno en las curules luciendo cómodos en muebles elaborados con madera fina. Las pantallas de computador instaladas en cada uno de los escritorios dieron cierto toque modernista al escenario.
La combinación de todos los elementos constituían una panorámica única y espectacular, estaban absortos de ver con sus propios ojos donde se define el destino de millones de colombianos, emocionados estaban hasta cuando dos policías les aguaron esa fiesta visual y solicitaron a Carlos y José que salieran del palco, el engaño solo les surtió efecto durante 15 minutos.
La alfombra roja
Un tanto frustrados, luego de haber sido removidos del palco, los dos amigos continuaron su exploración y se encontraron algo mejor, la entrada al recinto principal. Allí comenzaron a reconocer a todas personalidades de la política colombiana actual, sin darse cuenta, llegaron a la alfombra roja del evento.
Los medios de comunicación cazaban entrevistas, los más solicitados fueron los primíparos del naciente partido de las Farc, la ex senadora Claudia López, a quien le encanta “mojar” prensa y que aprovechó la elección de su pareja sentimental, la representante Angélica Lozano, para darse su palomazo mediático a pesar de ya no hacer parte del Congreso. Así también lo hizo una de las más controvertidas figuras del uribismo, María Fernanda Cabal y su esposo el dirigente Gremial, del mismo modo controversial, José Félix Lafaurie, Enrique Robledo, Antanas Mockus, Álvaro Velasco, en fin, la constelación de estrellas políticas criollas desfilaban uno tras otro para llegar al recinto de instalación.
El ex candidato Gustavo Petro, quien ganó el derecho a una curul por ser el segundo en las elecciones presidenciales, un «regalito» que le dejó Juan Manuel Santos al nuevo Gobierno con la nueva ley de equilibrio de poderes, no aceptó entrevistas, pero sí accedió a tomarse selfis con las empleadas del aseo del Congreso.
Una mujer nueva en el Congreso, la hija del asesinado Carlos Pizarro León Gómez, María José, fue también blanco de los medios de prensa. Todos esperaban al senador Álvaro Uribe, quien no aceptó preguntas y entró al salón elíptico con una rapidez desmesurada en compañía de casi toda su bancada.
Un hecho llamó poderosamente la atención de Carlos y José: alrededor de la “alfombra roja” estaban dos personajes que en su región son enemigos declarados. Sin embargo, ese día parecían los mejores amigos entre abrazos y sonrisas.
Al saber que una prueba de esta conveniente amistad sería una bomba noticiosa para sus paisanos, Carlos se acercó, sacó su celular a una discreta distancia y lanzó un fallido disparo fotográfico, al cual el DR. XXXX supo responder hábilmente haciéndole una verónica de novillero, al taparse el rostro con una de sus manos, con una astucia inusitada. La emotiva amistad y compinchería de dos archienemigos de la costa, que “supuestamente” se odian como los que más, no pudo quedar registrada.
La conclusión que Carlos y José sacaron ante este hecho se resume en la frase: «la política en Colombia es dinámica», algo cierto y conveniente para explicar algo tan inverosímil.
La Colombia real
268 congresistas elegidos por mandato popular más los doce que fueron añadidos entre el partido de Farc y las minorías, le cuestan al país más de 6.500 millones de pesos en diferentes rubros al año.
Cada honorable “Padre de la Patria”, vale mucho dinero al Estado en viajes, viáticos, primas, vehículos, comidas, escoltas, etc., se sabe que sOlo el dispositivo de seguridad que protege al ex Presidente y senador Álvaro Uribe cuesta anualmente 4.116 millones de pesos.
Muchos observadores determinan las anteriores montos como un despilfarro, pero así están las reglas de juego, cifras que analistas piden en parte se destinen a la inversión social en la Colombia real.
Paradójicamente, a 880 metros de la emblemática Plaza de Bolívar donde está ubicado el Congreso y la Alcaldía de Bogotá y que goza de una alta seguridad, se desmanteló la famosa calle del Bronx, que por décadas fue un verdadero infierno donde operaba el tráfico de drogas, la trata de blancas y toda clase de crímenes atroces.
A pocos metros de ese centro de poder, en la carrera décima con avenida Caracas, se puede encontrar la mala fortuna a manos del más hábil cuchillero y hasta de familias enteras de delincuentes que con gran descaro atracan a transeúntes, roban espejos de carros aprovechando la ausencia de autoridad.
En esa Colombia real, a pocos metros del Parlamento, están los vendedores ambulantes y los fotógrafos que obtienen por sus trabajos, ingresos menores al salario mínimo legal vigente, se valen de su perseverancia, con la angustia entre las uñas, para buscar un bienestar para ellos y sus familias ante la falta de oportunidades que ofrece el Estado.
Esa es la Colombia que con cierta ingenuidad quieren cambiar Carlos y José, la misma que todos los senadores y representantes elegidos dicen que aliviarán con leyes justas previstas en el seno del Parlamento… ¿será verdad tanta belleza?
El desenlace
La ceremonia oficial comenzó. El mandatario de turno Juan Manuel Santos, a las tres de la tarde instaló el Congreso y mientras todo trascurría en lo que se llama una práctica normal en el parlamento, que mientras los oradores hacen sus discursos no todos escuchan, el senador Mockus bastante afectado ante el irrespeto de sus colegas por Efraín Cepeda, presidente saliente del organismo estatal, no dudó , a pesar de sus 66 años de edad y el Parkinson que padece, ir a la parte baja de la mesa directiva, bajarse los pantalones como lo hizo hace 20 años ante un auditorio de estudiantes, para mostrar las nalgas en señal de protesta a sus colegas.
Fue un momento de pocos segundos, hubo quienes ni se dieron cuenta por estar en otras cosas pero los que sí, sintieron un viento helado al observar tremenda irreverencia.
Perplejos buscaron de manera tranquila la salida comentando lo que habían vivido y luego en sus respectivas casas vieron como las nalgas de Antanas Mockus trascendieron no solo en las noticias locales, sino en las internacionales en lo que se convirtió en “un verdadero oso mundial”.
César Augusto Sutachán Daza
Editor en jefe Revista Mundo