Una celebración de amistad con música y buena comida

El próximo 24 de febrero Bogotá tiene una cita inaplazable con la música, la comida y la diversión, todo en un mismo lugar, La Hamburguesería.

Por, Rugidos Disidentes

La Hamburguesería celebra sus 15 años con todo el poder del rock y de los sonidos alternativos.

El próximo 24 de febrero Bogotá tiene una cita inaplazable con la música, la comida y la diversión, todo en un mismo lugar, La Hamburguesería.

No es cualquier ocasión. 19 bandas locales se reúnen para la celebración de los 15 años de La Hamburguesería.

Un evento en el que se unen el sabor de la buena comida y el mejor rock local, con dos tarimas dispuestas para un público ávido de buena música. Una combinación que hará de ésta una noche inolvidable.

Si te gusta La Dulce Juana de 1.280 Almas, El Puñal de La Derecha, Sin Oficio de Systema Solar, La Fuerza Del Amor de Doctor Krápula, te gusta la buena comida y te gusta disfrutar de espacios espectaculares para compartir con tu familia y amigos, alista tu mejor pinta, guarda tu más feroz apetito y prepárate para disfrutar a lo grande.

Artistas

Systema SolarPernettLa DerechaLos ElefantesVulgarxitoDoctor Krápula1.280 AlmasCarlos ReyesOdio a BoteroFatsoLos MakenzySuperlitioThe Hall EffectLosPetitFellasLa 33Hora Local, Burning CaravanLos Rolling Ruanas y No soy un robot.

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La Alborada: ¿tradición o vergüenza?

El primero de Diciembre del año pasado volvió a suceder, era de esperarse. A pesar de las múltiples campañas realizadas por la alcaldía y diferentes entidades públicas  y privadas, a la media noche Medellín estalló de nuevo, como ya es costumbre desde hace unos 14 años.

Por, Erika Molina Gallego

El primero de diciembre del año pasado volvió a suceder, era de esperarse. A pesar de las múltiples campañas realizadas por la Alcaldía y diferentes entidades públicas y privadas, a la media noche Medellín estalló de nuevo, como ya es costumbre desde hace unos 14 años.

Antioquia por lo general ocupa el primer lugar en número de quemados con pólvora durante las fiestas decembrinas, no aprendemos. No funcionan las prohibiciones, las multas, ni la vigilancia, porque como cosa rara, la policía se hace la de la vista gorda. Que somos los más emprendedores, los más innovadores y los más “verracos”  tal vez sí, tal vez no, depende de muchas cosas. Lo que sí es claro, es que de memoria estamos muy mal y que si la intención es demostrar poderío, ésta definitivamente no es la forma.

Campañas como No le metas fuego a la Navidad y la Huellatón no fueron escuchadas y aunque para muchos esta práctica ha menguado, la verdad es que la última noche de noviembre sigue siendo una pesadilla, una noche larga para una gran cantidad de personas, en especial para quienes tienen en sus casas niños pequeños y mascotas.

Aunque muchos de los que se divierten ruidosamente con este penoso evento piensan que es una “tradición” que ha estado desde siempre en Medellín, la realidad es que no es así, y su origen en lugar de ser motivo de celebración, debería ser motivo de vergüenza y tendría que ser erradicado por completo y de raíz, como muchas de las cosas que hacemos en Colombia casi por inercia, sin tener en cuenta de dónde vienen, cuándo nacieron o quiénes fueron sus creadores.  La Alborada no nos identifica, lo hace con aquellos que quisieron sembrar en nosotros la sombra del mal, y que tristemente, lo lograron.

En 2003 Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’ llenó a Medellín de pólvora para celebrar la desmovilización del bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas Unidas de Colombia ―AUC. Las explosiones fueron largas y ruidosas y tristemente se han repetido año tras año hasta la actualidad. Somos un país sin memoria, no sabemos o no queremos saber, y a pesar de todas las razones de peso que existen para dejar de lado esta penosa herencia que nos dejó el paramilitarismo, seguimos disfrazándola de fiesta, de tradición, casi de patrimonio. La hipocresía nos consume, mientras nos indignamos porque en el exterior no nos bajan de “traquetos” y nos tratan con toda clase de improperios y todos los días nos quejamos, de la delincuencia, de la violencia, de la corrupción, de todo, hacemos apología al delito en cuanta ocasión encontramos.

En esta práctica de bienvenida al mes de diciembre, no hay distinción entre jóvenes, adultos, e incluso niños, las emergencias no se hacen esperar y los quemados van a parar a urgencias amargando la navidad de ellos y de sus familias. Las excusas son muchas, la más escuchada: “diciembre sin pólvora no es diciembre”. Las redes sociales son inundadas de imágenes y videos de luces y explosiones por toda la ciudad, se presumen con orgullo, como si fuera un logro, una medalla, un reconocimiento, algo digno de mostrar.

Los quemados no son las únicas víctimas, los animales y el medio ambiente son los más afectados. Las mascotas se estresan, se desesperan y hasta pueden llegar a sufrir paros cardiacos, pues su capacidad auditiva es mayor a la del ser humano, las aves se desorientan, huyen de sus nidos y en muchos casos no regresan,  y el aire de Medellín, ya bastante deteriorado, se cubre de tóxicos, mismos que van a parar a los pulmones de todos los ciudadanos, incluso de aquellos que odiamos la bendita alborada.

La quema de pólvora además de ser dañina y peligrosa, es ilegal, y esto todos lo sabemos, pero aquí todos somos “muy vivos” y no falta el vecino, el amigo y hasta el “tombo” que la consigue, eso es lo de menos. El placer y la adrenalina que genera lo prohibido nos consumen, y las explosiones más que para celebrar, retumban con fuerza para demostrar a las autoridades que al final, siempre hacemos lo que nos plazca.

Esto no es Medellín, al menos no es lo que siempre fue, no debe ser lo que aprendan las nuevas generaciones, ni lo último que recuerden los viejos antes de morir.  Medellín es belleza, calidez, amabilidad, solidaridad, un lugar en donde todos se sienten como en casa, es el chocolate de la abuela, y sus interminables historias, es campo y ciudad, debe ser civismo y educación, y aunque ya hemos logrado mucho después de años de estar sumidos en un terrible lodazal, terminar con prácticas como La Alborada sería un paso más hacia la libertad que tanto añoramos, una real, sin restos de la anticultura que nos dejó el paramilitarismo.

Por, Erika Molina Gallego

@Erikamolina122

El libreto

Un nuevo embarazo en la familia, la noticia se esparce rápidamente, la alegría y el jolgorio no se hacen esperar. Desde ya todos empiezan a adivinar “¿qué será?” niño o niña, si la ropa será rosa o azul, si se va a parecer a la madre, al padre…

 Por, Erika Molina Gallego

El principio de todos los males

Un nuevo embarazo en la familia, la noticia se esparce rápidamente, la alegría y el jolgorio no se hacen esperar. Desde ya todos empiezan a adivinar “¿qué será?” niño o niña, si la ropa será rosa o azul, si se va a parecer a la madre, al padre…

La criatura no ha empezado a formarse y ahí está todo el mundo, decidiendo su vida, cómo se llamará, a qué escuela irá, en cuál dios creerá. Lo han imaginado perfecto, educado, bonito, decente y obediente, sobre todo obediente.

Ha nacido niña, tiene vagina, así que eso la hace niña; al menos así debe ser, tendrá que comportarse como toda una dama, perfectamente femenina, aprenderá a sentarse con las piernas cerradas, a tender su cama, a quedarse callada, a jugar con muñecas, a ser madre.

Ha nacido niño, tiene pene, eso lo hace niño; al menos eso quieren creer, tendrá que aprender a ser “macho” a jugar con carros, a no llorar, a ser fuerte, todo un “varón”.

Los primeros años son una maravilla, risas, juegos, mimos y principios rectores, pura felicidad, pero en cuanto la criatura empieza  a pensar, todo cambia. Llegan las peleas, los castigos, la imposición, la dictadura. Y es que para una sociedad en la que la obediencia es sagrada, atreverse a pensar diferente es un verdadero pecado.

La adolescencia llega y todo es un conflicto, se empieza a salir del camino, de lo que han planeado para él, y se desata el caos. Ya no le gusta la música de sus padres, ni la ropa que ellos le ponían, cuestiona sus órdenes y pensamientos, todo se descontrola y la felicidad que antes proporcionaba se va al carajo.

La ley de la vida

Una gran parte de la población de nuestra amada Colombia tiene la misma percepción de la vida, la misma visión, las mismas expectativas, y es que, tristemente, basados en nuestra idiosincrasia, el machismo, la religiosidad y el conservatismo que nos ha caracterizado, han implantado en nosotros un chip, un formato, un libreto, que nos dice exactamente cómo tenemos que vivir, los roles que nos corresponden según nuestro género y hasta la edad en la que debemos tener un trabajo, casarnos, y la cereza del pastel: tener hijos.

Alguien que decidió vivir su vida libre de los preceptos establecidos; ese que nunca maduró, nunca sentó cabeza, aquel que se atrevió a perseguir un sueño, quien dejó de hacer lo que su familia hizo toda la vida o aquel que simplemente no permitió que decidieran por él, es tildado de loco, vago, descarriado, para él hay una lista interminable de adjetivos, y no precisamente positivos.

Pero ningún “pecado” es tan grande, ninguno ofende tanto, nada hace hervir más la sangre de todo nuestro amado entorno, que el hecho de no querer tener retoños.

Para la mayoría de las personas, de todos los estratos, de todas las edades, creencias y posiciones políticas o religiosas, tener hijos debe ser un hecho casi inamovible, que tendría que estar en los planes de hombres y mujeres. Las razones son muchas, preservar el apellido, darle nietos a los padres, llevar al punto máximo la esencia y motivo de nuestra existencia, no estar solos en la vejez: “los hijos son la base de la familia” “¿entonces uno para quien trabaja?”…

Puedo quedarme citando cientos de frases que a diario se escuchan por aquí y por allá, razones sin sentido que simplemente se han dedicado a repetir como disco rayado, de generación en generación, hasta el punto de crear en la mente de quienes las escuchan la convicción de que tener hijos es casi una obligación con la sociedad. “¿Qué le vamos a hacer? Esa es la ley de la vida”.

Todos al ataque

La presión se ejerce desde todos los frentes, el primero de ellos es la familia. Las reuniones familiares se convierten en una pesadilla para aquellas parejas que desean disfrutar de su vida felizmente sin chiquillos gritando por toda la casa. Su “situación” es el tema central y los comentarios infortunados no se hacen esperar, las preguntas incomodas son el plato fuerte y la frasecita “les hace falta un niño” hace que corran del lugar en la primera oportunidad. ¿Cómo carajos saben lo que les hace falta? Tal vez sólo necesiten unas cuantas cervezas más en su refrigerador.

El segundo cañón es disparado en el trabajo, no es sino que sea el día de la madre, del padre, de la virgen del Carmen, del árbol… cualquier día es bueno para sacar a relucir los logros y travesuras de los hijos de todos los compañeros –lo cual está perfecto– si no fuera por el pequeño detalle de que al final te dicen simpáticamente: “¿para cuándo los tuyos?”, “ya estás en edad, te está dejando el tren”, “¿es que no te gustan los niños?”

La presión es realmente asfixiante y llega al punto de que la “víctima” en cuestión, termina peleando con todo el mundo o aislándose, casi completamente, para no tener que soportar los dardos llenos de veneno.

Las explicaciones nunca son suficientes y aunque se tengan miles de razones –que por supuesto no tendrías que recitar– ellos jamás entenderán.

Los datos

Según cifras preliminares del Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, en 2017 se han reportado  311.972 nacimientos y según el Banco Mundial, a 2016 Colombia tenía 40 habitantes por kilómetro cuadrado, 29 más que hace 50 años. La población crece de una manera descontrolada, como también lo hacen la contaminación, la violencia y la descomposición social, mientras se reducen los recursos hídricos, el espacio y la tranquilidad.

La economía de las familias cada vez es más precaria, muchos gastos, muchos impuestos, muchas facturas, muchas preocupaciones, y claro, muchos hijos, niños que no irán a la universidad, que no cumplirán sus sueños, que seguramente tendrán que trabajar, como sus padres, en lo primero que encuentren para poder sobrevivir, mentes en las cuales implantarán los mismos preceptos, el mismo ciclo de vida: naces, creces, te reproduces, te reproduces, te reproduces, mueres.

Las verdaderas razones

Por supuesto, nadie piensa en esto, o por lo menos, no la mayoría, y los que nos atrevemos a pensar un poco en que la vida es mucho más que tener un chiquitín entre los brazos, somos duramente atacados.

Ahora, mientras contempla la cara de sus hijos, sobrinos, nietos o cualquier niño que tenga cerca, piense, vale la pena detenerse un poco y reflexionar en el futuro que les espera. No se trata de satanizar la reproducción, por eso estamos aquí, se trata de hacer una elección libre y consciente, sin presiones, sin seguir ese libreto que otros han escrito por nosotros, esos que no van a solucionar nuestras vidas. Tampoco se trata de que odiemos los niños, al contrario, se trata de que los que lleguen, lo hagan bien, y no de llenar el mundo de criaturas infelices, simplemente porque “esa es la ley de la vida”.

Empecemos a entender que cada quien es libre de elegir, de tatuarse, de viajar, de no querer estar encerrado en una oficina, de estudiar música, arte o literatura, y sí, también contaduría, derecho o teología.

Que es igual de respetable querer tener un niño, un perro o un gato, y que debe ser una decisión consciente, es hora de tener una visión más amplia, de salir del molde, de romper los esquemas, de dejar de pensar en el que dirán. Nuestra responsabilidad con la sociedad no es llenar el mundo de habitantes, es tratar de que, los que ya estamos, vivamos mejor.

Por, Erika Molina Gallego

erikamolina@rugidosdisidentes.co

Memorias de Rock al Pueblo 2017, mucho más que un Concierto

Los días 3 y 4 de noviembre se llevó a cabo Rock al Pueblo, festival realizado en La Mesa Cundinamarca, siendo una apuesta diferente y con un gran sentido pedagógico que se expandió para llevar el rock donde nunca antes.

Por, Luis Alfredo López

“Formando público nuevo y llevando el Rock donde nunca antes”

Los días 3 y 4 de noviembre se llevó a cabo Rock al Pueblo, festival realizado en La Mesa Cundinamarca, siendo una apuesta diferente y con un gran sentido pedagógico que se expandió para llevar el rock donde nunca antes.

Más que un concierto tradicional, el Festival busca la formación de un nuevo público en los municipios de la región del Tequendama, retomando el discurso comprometido del Rock para la formación de un pensamiento crítico y social, principalmente en los jóvenes.

Gestado originalmente por un grupo de maestros que querían brindar un nuevo espacio cultural a los jóvenes de La Mesa, y asimismo poder tocar un poco de rock con sus propias bandas, ya fuere de propuestas nuevas o covers, e intentando llevar esta música a un lugar donde los géneros populares como la ranchera, el corrido, el reguetón y el vallenato son dominantes.

La característica principal este año fue el crecimiento del Festival, que si bien alcanzó su cuarta edición, en el presente se fortaleció logrando un cartel mixto de agrupaciones amateur, profesionales de la escena bogotana y la inclusión de la leyenda nacional Ekhymosis, que se presentaba en la región por primera vez, pasando de ser una oferta exclusiva para los habitantes del municipio, atrayendo a los rockeros de Bogotá principalmente.

Rock al PuebloSin embargo, el objetivo se centró en la acción pedagógica con los jóvenes, desde los esfuerzos conjuntos de la Red Educativa para la Calidad Regional de la Enseñanza y el Aprendizaje (R.E.C.R.E.A), la Alcaldía Municipal de La Mesa y la incorporación para este año de la Fundación Jóvenes Talentos de Colombia, que se ha propuesto incentivar la formación musical desde el Rock en el pueblo y apoyar a diferentes agrupaciones de niños y jóvenes en la profesionalización musical, así como el intercambio de experiencias.

Es claro que en un terreno donde se mantienen los estereotipos acerca del rockero y la sociedad aún mantiene criterios moralistas clásicos e incluso plenamente católicos, acerca de los conceptos de la música rock y metal, el trabajo de preparar un festival de este tipo es una lucha contracorriente, pero  desde el inicio sus organizadores han visto un marco de posibilidades, antes que una suma de dificultades.

Día Uno

Para el día viernes tres de noviembre se concentraron en el teatro municipal, más de trescientos estudiantes con los cuales se programó toda una jornada pedagógica que los llevó a explorar, tanto los sonidos, como los mensajes que el rock puede comprometer a nivel cultural, social y personal, siendo todo un éxito en cuanto a la participación de niños y jóvenes de los diferentes colegios del municipio.

La jornada inicio con la presentación de la conferencia “El Rock Nuestra Forma de Vida” por parte de quien escribe, señalando algunos prejuicios sociales que los medios de comunicación transmiten de personajes con vidas y desenlaces trágicos, contrarrestando con la revisión de algunas biografías ejemplares de grandes músicos de rock, que permitieron a los estudiantes ampliar el panorama respecto a la vida personal de un músico y la oportunidad que brinda la música en general para ser también un vehículo que los lleve a cumplir sus propios sueños. Bruce Rock al PuebloDickinson de Iron Maiden, Brian May de Queen, Bod Dylan, Dexter Holland de The Offspring, Art Garfunkel de Simon & Garfunkel, fueron algunos ejemplos de los temas tratados, que fueron recibidos con entusiasmo entre los presentes. Asimismo, se escucharon algunos apartes de entrevistas a la leyenda nacional, el “Titán” Elkin Ramírez, hablando acerca de las posibilidades que la vida, el trabajo duro y los sueños pueden generar para de ser dioses en esta tierra, en general un mensaje de compromiso con la vida. Valga decir que la presencia y el recuerdo de nuestro rockstar nacional se sintió durante los dos días con sendos homenajes, iniciando con el Coro del Colegio Americano Menno, que hizo un sentido cover de Lenguaje de mi piel, mismo que se hizo viral en Youtube y Facebook como tributo para Elkin, quien nos dejó tristemente este año.

Lo segundo fue la presentación de las agrupaciones juveniles Cave Myth, Isikhova e Hysterisis, quienes lograron conquistar al público, interactuando con sus experiencias personales sobre la preparación, la puesta en escena, los escenarios donde han podido presentarse y su relación personal con la música.

La recepción entre los jóvenes, quienes no dudaron en subirse a la tarima para tomarse fotos y hablar directamente con las bandas, fue más que grata. Cave Myth es una propuesta que inició este año, producto de la labor de la Fundación Jóvenes Talentos de Colombia y que ha logrado un avance significativo en poco tiempo, contando con presentaciones prácticamente desde su inicio y capacitándose directamente con algunas figuras de gran peso en la escena nacional, la fundación ha contado con el apoyo de músicos respetados como el guitarrista Tom Abella, Ricardo Chica de Herejía o Salvatore Casandro de la clásica agrupación Escape. Mientras que Isikhova e Hysterisis son dos propuestas fuertes que tocan sus propios temas y destacan por una gran puesta en escena, así como por un profesionalismo e innovación que se plantan al mismo nivel que bandas de trayectoria, nos recordaron que el rock fue por mucho tiempo música de adolecentes críticos y comprometidos.

Rock al PuebloEspecialmente Hystéresis ha tomado una relevancia que vale la pena tener en cuenta, este año hicieron parte de varios festivales distritales como Rock al Kennedy, Rockademia y  Rock INC, Organización que también se vinculó a Rock al Pueblo. Precisamente, para cerrar la jornada académica los integrantes de la agrupación NOXOS, una de las agrupaciones del ramillete de la organización Rock INC (Rock Industria Nacional Colombiana),  hablaron acerca del compromiso social y el trabajo en territorios que ellos mismos gestan. Charlas con jóvenes y niños, presentaciones en colegios, programas como Los Perros Ricos con mascotas rescatadas de la calle, son algunos ejemplos del trabajo de esta banda que implementa la acción más allá del discurso.

El resultado fue una mañana increíble de rock con estudiantes que marcaron en su rostros sonrisas y una actitud que nos da esperanzas para quienes amamos este género musical, pues fue evidente la aceptación, el divertimento y el cambio de pensamiento que los asistentes demostraron. Sin duda el mayor logro de este año para el festival fue la incursión de esta experiencia que servirá de ejemplo para la renovación de festivales que se están ampliando por los municipios.

Rock al Pueblo 2018 Jornada Pedagógica galería fotográfica

Día Dos

Para el día sábado cuatro, nos enfrentamos a una jornada extensa de música que contó con 17 agrupaciones. Los encargados de abrir fueron Omnia, una propuesta del trabajo del profesor Alex Rodríguez en las veredas del Rock al PuebloTequendama como La esperanza, San Javier y San Joaquín, quienes con algunos covers mostraron como el rock es un instrumento que potencia y permite procesos pedagógicos. Asimismo Cave Myth dio cuenta del trabajo de la fundación que como parte de los anfitriones, se encargaron de ir animando al público. Durante el día se fue generando la expectativa por la presentación del documental “No soy un Mito Soy un Rockero” que tiene como protagonista al guitarrista de esta formación.

La sección plenamente juvenil continúo con Isikhova, quienes ya tenía una parte del público ganado por la intervención del día anterior y estaban siendo esperados por los más jóvenes. Una formación mixta, con chicas al mando de una potente voz líder y una bajista que transmite pura energía y se llevaron las palmas al lado de un joven guitarrista que puntea como virtuoso.

Lo siguiente fueron las presentaciones de Angel DelDucca, quien con una propuesta fusión, nos habló acerca de su trabajo con niños que sufren de cáncer, acercándonos a una labor social interesante de la cual fueron representantes dos niñas en dicha condición y a quienes Ángel lleva ratos de alegría. En adelante fue Cruzio, agrupación joven de propuestas hardcore, luego llegaron los Alarahk, integrada por los docentes de R.E.C.R.E.A, quienes fueron Rock al Puebloimprimiendo el discurso social y eje principal del día dándole introducción a los NOXOS una de las bandas de mayor trabajo con comunidades y compromiso en la escena, cuyos integrantes entraron ataviados con ropa folclórica y maquillaje conceptual, levantaron al público de la gradería, invitaron a mover el cuerpo, al ‘pogo’, al baile y tocaron su RockCore Foundation con toda la garra, marcando también recordación entre los asistentes, una de las mejores del día, sin dudas.

Pasamos a bandas de tributos y covers, que de igual forma nos fueron dejando algunos temas propios y que mantuvieron la atención mientras transcurría la tarde, Exodica, Cyclothymia, Tributo Rock, Rock & Rolos que presentó su sencillo Thrash Milenio y logró gran acogida con temas clásicos que fueron coreados todo el tiempo, se destacó de sobremanera Natural Tribute, banda en homenaje a Pink Floyd, que la define como una de las mejores del país en este tema.

El plato fuerte de la noche comenzaba con Hysteresis, siendo de la más esperada, supo aprovechar de nuevo el Rock al Puebloespacio, dándola toda con el show creativo que maneja y su Hard Heavy de aire fresco, impresiona que siendo una agrupación, cuyos integrantes son bastante jóvenes, ya tengan un sonido propio, pero también la puesta en escena sea tan clara y dinámica, uso de efectos, trampolín y sobre todo buena música justificó claramente su horario.

Para el cierre Age Of Reborn tocó su Speed Thrah Metal como la banda más pesada del día y que ya había sido parte del festival, dando cátedra desde lo extremo, directos y sin concesiones puso el último peldaño antes de la esperadísima Ekhymosis, pero antes llegó el turno del documental anunciado, donde se nos relata cómo es la experiencia de un primer Rock al Parque para un joven de la Mesa, que hasta hace unos meses veía imposible si quiera ser parte de un grupo de Rock. Mensaje de personajes como los periodistas Pablo Wilson y Santiago Rivas hicieron parte del corto No Soy Un Mito Soy Un Rockero, expresando la importancia del papel crítico de la música y el aporte cultural que pueden hacer los jóvenes que se vinculan con la música, tanto para cambiar sus contextos como para aportar con su propia producción a la escena nacional. Conmovedor momento que logró la atención de los asistentes y de los familiares del protagonista que con orgullo y sentimiento aplaudieron generosamente. El ver que su municipio y sus jóvenes eran parte de esta producción es algo que los motiva a “seguir impulsando el festival y a continuar apoyando los programas que se realizan en la región”, comentó la alcaldesa de La Mesa.

Después de casi 10 horas continuas de música llegó finalmente la tan esperada agrupación Ekhymosis,  que en efecto tocó dando un show espectacular y centrado específicamente en su primer álbum Niño Gigante y su última producción Paz con Cadenas, álbumes dedicados al Heavy Thrash de contenidos contestatarios y de sonidos guitarreros donde la nueva formación dirigida por el bajista Andrés García “Andy” como único miembro original, se ha encargado de orientar el que fue el criterio original de la banda, mucho antes de la fama alcanzada cuando se vincularon en ese periodo de los noventa a la llamada corriente del “rock en español”.

En efecto muchos asistentes menos interesados en el heavy se extrañaron y hasta abandonaron la concha acústica de La Mesa, no faltó la señora que dijo “esa banda no es ni sombra de lo que fue con Juanes” y quienes disfrutamos de este género agradecemos y decimos menos mal que no. Ekhymosis produjo y nos presentó uno de los mejores álbumes del 2016 y 17, mismo que nos gozamos esa noche entre quienes se quedaron hasta el final y pudimos hasta cantar al lado del vocalista Luis Duque, actual frontman de la banda, quien no dudó en mezclarse con el público y ganarse a los más jóvenes, los protagonistas del evento y a quienes estaba dirigido. Ellos resistieron hasta las doce de la noche demostrando que para renovar la escena del rock y metal nacional, hay que devolverle el contenido al sector juvenil, pues muchos de los que consumen esta música por lo general ya pasan de la treintena.

Los aspectos que quedaron para mejorar y para que el evento siga creciendo, es que es necesario realizar una difusión organizada hacia los municipios aledaños y Bogotá, con mayor tiempo de anterioridad, incluso al interior del pueblo. Una cosa que se debe tener en cuenta, es que la fecha no coincida con festivales nacionales importantes como Altavoz de Medellín, lo cual disminuye la cantidad de asistentes interesados que podrían haber acudido. Los mismos músicos vieron que la inversión y el prestigio que se ganó este año permitirán realizar audiciones por concurso para las próximas bandas, pues el prestigio que se alcanza crea expectativa por tocar en La Mesa, con ello el número de bandas de covers y en general la cantidad de agrupaciones a presentarse se puede disminuir y ampliar el tiempo en el escenario de quienes sean seleccionadas. Finalmente la asociación con el sector turístico para que quienes viajan de Bogotá puedan acceder a hoteles, transporte y recreación adicional son un punto clave a tener en cuenta si se continúa con la presentación de bandas nacionales como lo fue Ekhymosis.

En definitiva el festival fue un éxito sin precedentes para la población de la Mesa Cundinamarca, cabe destacar el fabuloso backline por parte de Global Entertainment, gran staff que permitió prácticamente cero problemas de sonido durante el día, asimismo la buena actitud de la bandas para dar un gran show y la de los organizadores para mantener un gran ambiente. La apuesta por el trabajo con la juventud y el factor pedagógico son un plus que no sólo garantiza público, además abre la oportunidad de crear mercado y que las bandas puedan ofrecer su merchandising, por ello, en resumen creemos que este festival se puede transformar en uno de los mejores eventos de rock  y liderar la oferta que desde los municipios está creciendo, más allá de los conciertos de las localidades en la ciudad.

Galería Rock al Pueblo 2018

Galería Fotográfica Fundación Jóvenes Talentos  

Crónica: Luis Alfredo López

Fotografía: Luis Alfredo López y Andrés Angulo Linares

 

Desde El Público: Así vivimos el Festival del Diablo III

Festival del diablo, la reiterada gran promesa de la música pesada en Colombia, volvió a hacer sus proezas. Desde su segunda versión quedó la ansiedad entre el público de la música extrema a nivel nacional, por la espera deuna nueva entrega.

Por, Duvan Gómez

Festival del diablo, la reiterada gran promesa de la música pesada en Colombia, volvió a hacer sus proezas. Desde su segunda versión quedó la ansiedad entre el público de la música extrema a nivel nacional, por la espera de la nueva entrega, y como el diablo no decepciona, nos trajo toda una horda infernal de bandas meritorias, a pisar el escenario del averno ya conocidas por toda la legión, las tarimas Súcubo e Incubo, y como si fuera poco, el majestuoso decidió incorporar una nueva tarima alterna, la tarima del Hardcore/Punk, porque el diablo complace a su legión.

A continuación les contamos todo lo que aconteció en esta sede del averno ubicada en medio de las poderosas montañas y pinos de la vía a la Calera, que protegieron la legión de cualquier distracción que la alejara del sendero del diablo.

La embarcación al averno

La partida hacia el averno la tomamos por parte de las chivas infernales a disposición en la calle 74 con cra 11, donde la legión, con su buen comportamiento, se organizó en filas para tomar su respectivo transporte hacia la tierra del metal prometida por el diablo y donde nos encontramos dentro de la embarcación a los integrantes de la agrupación Riptor, quienes serían los encargados de continuar la celebración luego del cierre de las bandas principales con un karaoke lleno de mucha cerveza, así que se podía observar la predisposición y compromiso con el festival, además de la cita con las bandas nacionales ya que fuimos la primera embarcación en partir, a las 11:30 am aproximadamente, en un trayecto tranquilo y desconcertante en cuanto al recibimiento que nos iba a tener el maligno.

Llegada al averno  

Luego de un trayecto amenizado por los bellos paisajes de las afueras de Bogotá, llegamos al acontecido lugar en menos de lo que canta un diablo, nos encontramos con la sorpresa de que ya había llegado toda una horda con legiones de distintas partes del país y uno que otro extranjero de países vecinos. Vimos miembros de bandas que habían participado en versiones anteriores del festival como Guerra Total y Random Revenge, escuchábamos las conversaciones de las distintas regiones del país, identificando acentos del eje cafetero, de Santander, Boyacá, y alrededores de Cundinamarca.

Al bajar por el sendero del maligno, pasamos los filtros sin problemas, hasta llegar a la puerta principal, donde, al mirar sobre las rejas, podíamos ver lo que nos esperaba dentro, las dos tarimas Súcubo e Incubo a la espera de deleitar los exigentes oídos de los metaleros que venían con altas expectativas.

Al ingresar al averno, lo que primero nos llamó la atención fueron las tarimas donde se viviría uno de los días más esperados del año para el público metalero. Fue entonces cuando nos dimos cuenta  que se había incluido una gran pieza de metal en medio de las dos tarimas, con el rostro del bajísimo (no pudimos evitar pensar en la gran osamenta de vaca que siempre está presente en el Wacken open air), como señal de que siempre íbamos a estar vigilados para tener la mejor experiencia al ritmo de guitarras estruendosas, baterías pulsantes, bajos aplastantes y voces llenas de ferocidad y euforia.

Apertura a la fiesta infernal

Festival el Diablo IIILuego de un chequeo por el lugar, pasando por la zona de merchandising donde vimos tiendas como Maniac Shop y Rolling Disc presentes, nos acercamos a la tarima Incubo para escuchar a Patricio Stiglich Project, (también en Indio y últimamente Black Cat Bone) quienes con su rock/metal técnico/progresivo darían rienda suelta a las proezas del diablo, en medio de un sol picante, sorprendiéndonos con los riffs tocados al punto, una serie de solos de guitarra llenos de virtuosismo al estilo shred que caracteriza la banda, una batería llena de movimiento y el característico sabor en el bajo de Khaterine Arévalo –mejor conocida como Mad Katt– quien con unas sonrisas picarescas alentaba al público para disfrutar de la banda, mientras Patricio amenizaba la interpretación melódica con una voz tranquila y entusiasta que encajaba con ese estilo de música de altibajos emocionales. Tras cada aparición de un virtuoso solo de guitarra salía a relucir lo que había hecho la academia y lo que son actualmente, para merecer el puesto en el Festival.

Soulburner, la liberación de la bestia

El DiabloLuego de la cálida aparición de Patricio, aparecería inmediatamente, en la tarima Súcubo, la bestia Soulburner, quien tomaría las almas de los asistentes para quemarlas bajo las llamas incandescentes de la poderosa y desgarradora voz de Diego Melo, que junto con la brutal velocidad de la batería de Alejandro Rojas dejarían aparecer el trono del Armagedón a través de una serie de canciones de toda la trayectoria de la banda, mostrando toda la furia del Soulburner en acción, posicionándose como un referente del Death Metal colombiano en todo su esplendor.

Larita’s Hell’s Kitchen

Como la jornada de metal que se venía era bastante fuerte, decidimos ir a visitar las calderas del averno para probar la gastronomía que el diablo nos tenía preparada. Encontramos allí una serie de bocados infernales, de los cuales optamos por la black burguer. Por fortuna hallamos que esta hamburguesa preparada por la Colombiana Lara Gallegos radicada en Estado Unidos, vendría siendo un manjar para los paladares, hambrientos de exquisiteces infernales. Tuvimos la dicha de probar una hamburguesa hecha con ingredientes traídos directamente de la plaza de mercado de Paloquemao, con carne koller bañada en salsa del averno, queso amarillo, tocineta frita, tomate y lechugas frescos, todo en medio de pan negro, que hicieron de la tarde algo más llevadero al no sucumbir por el hambre.

Más tarde durante el Festival, se crecieron las filas de manera descomunal, a pesar de tener 3 puntos de venta de tickets para la compra de alimentos y bebidas, llegando a haber filas que parecían interminables, pero más que algo negativo, lo percibimos como algo bueno, ¡Se le había crecido el chuzo al diablo!, por lo cual veíamos nuevas proyecciones colosales para las siguientes ediciones de este festival, que en su tercera versión ya estaba en boca de los grandes medios del país y dentro de los destinos de los metaleros extranjeros en busca de grandes festivales de música extrema que hay en el mundo. Una vez más, el diablo había hecho de las suyas, ampliando su legado y posicionándose como referente internacional.

Underthreat y la Triada Bermúdez 

El DiabloLa aparición de la mítica banda Underthreat fue el detonante para la aparición masiva del público. No nos queríamos perder a una de las bandas más influyentes de la escena colombiana, quienes en ese momento se estaban tomando todo el festival en el lanzamiento de su nuevo trabajo discográfico titulado The Prison Within, a través de tremenda formación compuesta por Alejandro Rojas en la batería (el mismo responsable de liberar al Soulburner), Juan Burbano (que estaba de cumpleaños aquel día) en la guitarra y los hermanos David Bermúdez en el bajo y Nicolás Bermúdez en la guitarra y voz. La triada Bermúdez se tomaba el Festival ya que alterno a Underthreat, se encontraba tocando la banda Ataque de Pánico en la tarima Hardcore/Punk, donde las líneas del bajo estaban a cargo de Lina Bermúdez, hermana de Nicolás y David.

El show de Underthreat fue todo un éxito, el público se encontraba lleno de adeptos a la banda que conocían bien su trayectoria y trabajo discográfico, sabiendo así mover la cabeza al ritmo de las canciones de esta banda, que con bastante agresividad en la voz y unas guitarras devastadoras, estaban haciendo sus estragos en la tarima; un puesto merecido en el festival por el legado y trascendencia para la escena en el país y por la representación que David y Nicolás habían hecho de Colombia en su paso por la banda del reconocido vocalista Blaze Bayley (ex-Iron Maiden) con quien grabaron un par de discos, singles y DVD en Europa.

Chite y su Punk canchoso

Chite estuvo demorado en cuadrar su sonido, pero luego, se montaron a hacer un show con los mismos aires de estar en un toque de barrio con el público que los frecuenta, soltando así un repertorio lleno de contenido político canchoso, llevando alegrías a los perros viejos que fueron a verlos en la tarima Hardcore/punk ubicada en una pequeña plaza de toros, donde la arena se haría notar en medio del ‘pogo’ mientras los integrantes de Merauder, dentro del público, tanteaban el terreno donde tocarían más tarde, tomándose una que otra foto con los asistentes mientras pasaba el revuelo de Chite hasta finalmente explotarla con su clásico Harry plones.

Los viscerales Krueger

El Diablo

Más tarde fuimos a ver a Krueger de Venezuela, quienes venían a saldar la deuda que tenían con el Festival ya que en la versión pasada habían sido convocados pero no habían podido tocar por un imprevisto de último momento en el que se tuvo que operar la retina del ojo del vocalista, cancelando así su compromiso para el público colombiano. En esta ocasión Krueger decidió venir muy visceral, incluyendo imágenes sangrientas y de contenido gore en las pantallas de las tarimas, con contenido de sus producciones musicales, donde se podían observar alusiones a la película The human centipede, contagiando así a los asistentes de una neurosis colectiva tras cada sangrentada al público por parte de la banda y vaya sorpresa, tenían dos mujeres en sus líneas, Amelia Nieves en la guitarra y la colombiana Katherine Arévalo, sí, Mad Kat, (también en Patricio Stiglich Project y quien lanzó este año su proyecto propio Bent), demostrando así que la cuota femenina se estaba haciendo notar en las ligas del metal pesado, visceral, neurótico.

Criminal

Festival el Diablo IIIHabía llegado la hora de ver a los Chilenos Criminal, quienes tuvieron un percance por la típica congestión vehicular de la ciudad, causando que su vocalista Anton Reisenegger, luego de llegar al aeropuerto, llegara 30 minutos tarde al show, pero sin ser esto un impedimento, dejaron ver de que estaban hechos, mostrando los dientes y lanzando una ola de brutalidad del Death/Groove Metal suramericano que causaba estruendo entre la gran masa que estaba ya presente, luego, recordándonos su último paso por Colombia en Rock al Parque, para la gira promocional de su disco Dead Soul lanzado en 1997 y sin más que decir, sino más show que dar, fueron lanzando clásicos como Rise and Fall que alentaba al público a gritar sus canciones, mostrando de que estaba hecho el Metal sudaca.

 

 

El fiasco, Terrorizer

En cuanto a Terrorizer, una de las bandas más esperadas del Festival, en especial por la participación de Pete ‘Commando’ Sandoval, quien fue parte de la legendaria banda de Death Metal Morbid Angel, y a quien se le atribuye ser el pionero del subgénero Grind, tuvo percances severos. Tras una larga espera de una hora en la tarima Incubo, los asistentes no sabíamos si ausentarnos para ir a las calderas por algo de comida o si ir a la cantina del infierno por unos tragos o cervezas, la ansiedad nos invadía, así que decidimos seguir esperando mientras veíamos como el montaje de Witchery estaba más que listo, hasta que pudimos ver como se terminaban los ajustes del drumm set de ‘Commando’. Ya con la energía lista para lo que se venía, empezamos a percatarnos de que el show no iniciaba por discusiones tras bambalinas, podíamos ver a ‘Commando’ discutiendo con el roadie y con los ingenieros de sonido, a los cuales se les veía tranquilos al tener todo listo para el show, pero aun así no arrancaban.

Tras cada intento por empezar el concierto, se veía como el sonido fallaba, por lo que ‘Commando’ enfurecía y trataba de abandonar el show, pero su compañera sentimental (colombiana), lo calmaba para que regresara a la tarima. Aun así los problemas con el sonido persistían y se notaba una tensión cada vez mayor en el escenario, donde se veía a los organizadores del Festival tratando de arreglar la situación, entonces es cuando se decide acortar la presentación de la banda a sólo 5 canciones por el retraso en el tiempo estipulado. La agrupación dio rienda suelta, con un sonido pésimo, sin los speakers encendidos o con muy baja potencia, donde a duras penas se podía escuchar lo que la banda tocaba. Luego de esas 5 desastrosas canciones que parecieron más un intento de probar sonido, Pete Sandoval abandona el escenario completamente enfurecido con la organización, no sin antes expresar unas palabras de inconformidad por el micrófono y pidiendo disculpas al público por lo sucedido. Después de esto se baja por la parte frontal del escenario y abandona el lugar, mientras el guitarrista, Lee Harrison, expone una bandera de Colombia con el logo de la Terrorizer.

Algunos rumores dicen que la banda no llevaba ingeniero de sonido y que los ingenieros proporcionados por el Festival no dieron abasto para el rider técnico de la banda. Otros rumores no confirmados hablan de que ‘Commando’ llegó en un estado de alicoramiento alto. No tenemos la verdad pero puede ver aquí el comunicado oficial emitido por Pete ‘Commando’ Sandoval, acerca de la presentación de Terrorizer en el Festival del Diablo.

Witchery: Metal sueco embrujado y esquelético

Había llegado ya el momento de ver a Witchery, quienes muy entusiasmados por su visita al país, subieron a Monserrate, fueron a beber en Hacienda Santa Bárbara y se sintieron muy bien atendidos por la organización del festival, que les brindó una cálida estadía en un buen hotel, tenían ya todo su montaje listo con una hora de anticipación para descargar esa euforia que tenían acumulada desde antes de visitar nuestro país.

Soltaron todo su arsenal para el público colombiano, haciendo un repaso por toda su discográfica; a pesar de los problemas de sonido con la voz, se pudo solucionar y continuar el show por lo alto, impresionando a los asistentes que poco o nada sabían de esta banda Sueca que estaba tocando puro Blackened/Thrash Metal directo a las venas de cada persona que los escuchaba. Canción tras canción, iban surgiendo nuevos adeptos a Witchery, quienes con una voz bastante cruda y brujistica, permeaban el ambiente con una sensación de estar en un cementerio viviente, donde los esqueletos de los muertos surgían de la tierra para hacer sus travesuras y divertirse al ritmo de la banda, que con canciones clásicas como Witchburner, estaban logrando ganarse la confianza y credibilidad de la legión del diablo, que una vez más, había sorprendido a sus seguidores con esta potente banda que estaba dejándolo todo en escena.

Samael, una tanda de solo clásicos

El diablo había convocado ya a sus demonios para atender a su legión en la larga jornada de ese 25 de Noviembre, pero era el turno de uno de sus demonios más poderosos, era momento de invocar a Samael para dar paso a las ligas mayores del Festival, es entonces cuando aparecen estos tipos rudos a tocar todo su disco clásico Ceremony of Opossites, reuniendo a la masa asistente en congregación para una gran ceremonia que perpetuaría los oídos de los asistentes bajo las distorsionadas guitarras y la macabra voz de Samael. Lanzaban clásico tras clásico junto con el público que cabeceaba en un ritmo unificado mientras los pentagramas en llamas iluminaban sus rostros de adeptos entregados a la gran congregación.

La cantina del infierno

Como la jornada había sido dura, fuimos a la cantina del infierno por unos tragos de ron que obtuvimos rápidamente al hacer una fila por tickets donde no había mucha gente, por lo cual el acceso al alcohol estaba mucho más suave que el de la comida. Al llegar a la barra nos encontramos con unas bellas diablitas que deleitaban las gargantas secas y rasposas que venían del campo de agresión, directo a sanar las heridas con alcohol. Sin embargo al avanzar la tarde y noche las filas se congestionaron dejando insatisfechos a muchos. Entre las diablitas identificamos algunas modelos e inclusive una vocalista de una banda de Death Metal de Colombia, proclamándose así la cantina del infierno como el lugar por excelencia para abastecer a cualquier metalero. Al llegar a pedir las bebidas, pudimos notar tranquilidad y agilidad para la venta, por lo cual fue bastante cómodo y acogedor el recibimiento de las diablas a disposición de no dejar sucumbir a nadie por probar brebajes místicos como lo eran la sangre del diablo. En medio de la situación aparecían los organizadores y cabezas maestras de tan magno evento, preguntando a los asistentes por la comodidad, por la percepción del lugar, del evento, de la atención, siendo un gesto bastante amable y que deja muchas cosas positivas que pensar de la organización y de cómo se hacen las cosas en pro del disfrute de este festival en constante crecimiento.

Exodus y su vals tóxico

Festival el Diablo IIIThrashers, thrashers por todo lado aparecieron, como si hubiesen salido de las entrañas de la tierra, era el poder de convocatoria de los aclamados Exodus, la famosa banda de la Bay Area que había hecho ya historia con discos como Bonded by blood o Fabulous Disaster que vendrían a ser un referente mundial. Tras ver la aparición del frontman Steve ‘Zetro’ Souza, se sabía ya que el piso iba a temblar y las tumbas se iban a sacudir al ritmo del repertorio lleno de solo hits de su discografía, que tenían al público ya extasiado y eufórico tras cada azote. El único imprevisto con el que muchos no contaban fue que no estuvo presente el famoso guitarrista Gary Holt (también guitarrista de Slayer), por lo cual había un inquietud por ver el resultado de los solos de guitarra característicos de Gary, interpretados en el convocado guitarrista Kragen Lum, quien hace parte de la banda Heathen junto con el otro guitarrista de Exodus, Lee Altus, siendo un reemplazo de Gary que daría el nivel y acople para poder ser aceptado por el público colombiano que no tiene compasión al exigir nivel en las bandas.

Ya en medio de tanto revuelo y con el ron haciendo efecto, el ambiente se tornaba cada vez más acogedor y sublime, nos había atrapado ya el poder del Thrash de la vieja escuela con clásicos como Bonded by blood, Strike of the beast y And then there were none, que nos pusieron a saltar, corear con todo el potencial de nuestras voces y cabecear de manera desenfrenada. Era eso, el poder que emitía Exodus sin remordimiento alguno del revuelto que estaban provocando, ¡HABÍAN REBOTADO EL INFIERNO MISMO!

Sodom, una bala en la cabeza

Festival el Diablo IIIAcercándonos ya a la media noche, se venía un tanque de guerra a disposición de aniquilar los vestigios de lo que había sido esta larga jornada de metal, se trataba de uno de los ‘Big teutonic 4 Alemán’, eran los mismísimos Sodom con un napalm listo para dejarlo caer sobre la multitud conglomerada.

Sólo fue esperar la orden del diablo para que se diera paso a la banda alemana que nos traía un ejemplo de constancia y esfuerzo por salir de un futuro poco prometedor como trabajadores en alguna mina, creando así tan magna banda que saldría a traer la rudeza de un alemán dispuesto a todo, es entonces cuando la presencia de Tom Angelripper provoca revuelo en la multitud, y empieza la descarga del arsenal sin ninguna compasión, resistiendo a los fallos de sonido, pero sin soltar queja alguna, sacando el show adelante hasta retomar un equilibrio en el sonido, para desplegar así clásicos como Agent orange, Remember the fallen, Sodomy and lust y como si fuera poco, soltando una sorpresa no maginada, la canción Witching metal. La banda tenía claro su objetivo, dejar una huella imborrable para los colombianos, con la ayuda de la voz rasposa de Angelripper y disparo tras disparo en los riffs de Bernemann con su guitarra, cumplieron con su objetivo, desplomaron a muchos y dejaron con los últimos alientos al público, de nuevo lo habían hecho, la legión quedó satisfecha y lista para la finalización de esta diabólica fiesta.

¡Hoffmann y Tornillo presidentes! Accept vino para quedarse

Festival el Diablo III

¡El anhelado momento había llegado! teníamos en frente nuestro un escenario imponente listo para presentarnos a estas leyendas del heavy metal del bonito, del bien hecho, del que tiene estilo único e innovador, estaban a punto de salir Accept, había llegado el momento que pagaría la boleta para muchos, en especial los veteranos de esta escena, el momento donde habría tomado valor todos los kilómetros recorridos en la masiva peregrinación de los asistentes que venían en bus o avión desde todos los rincones del país y de países vecinos, el momento donde llegaría el clímax máximo al ritmo del heavy metal alemán más contundente, el momento donde se habría saldado la quemada durante el día con el sol ardiendo a tope, el aguantar hambre y sed de muchas personas, el cansancio de los pies y cuello de muchos y las ansias de presenciar un verdadero show de Metal como referente global.

Era bastante la tensión que había en el público y no era de extrañar, pues solo fue que la banda saliera de los gigantes muros de acero que protegían el corazón de metal que allí subsistía resguardado bajo el poder del diablo y de los músicos, para que empezaran a retumbar, con la canción Die by the sword, que tiene ese ‘no sé qué’ que lo hace vibrar a uno por todo el cuerpo, con ese primer riff de guitarra que lo pone a uno a hacer una cara picara mordiendo los labios como cuando se va a tener una noche de pasión con la novia. Eso despertaba Accept con aquel riff introductorio, metiéndonos cada vez más en un ambiente de heavy metal ochentero, donde la unión lo era todo, pues girábamos en torno a lo mismo, el metal.  Riff tras riff los puños se levantaban para cantar al unísono con la increíble voz de Mike Tornillo, esa voz que uno cree inexistente, pero ahí la teníamos, deleitándonos mientras se podía apreciar los rostros sonrientes de los asistentes.

Había pasado ya medio show de Accept y parecía que solo habían pasado un par de minutos, el sonido era perfecto, tanto así que era casi como escuchar un play back, pero no, ahí estaban ellos, dando cátedra de cómo hacer las cosas, dejando boquiabiertos a muchos y cerrándoles la boca a otros tantos. Continuaba el show y unas pequeñas gotas de agua se hacían presentes, ya no nos importaba si llovía, estábamos todos muy contentos como niño que estrena juguete en navidad, y se daba paso a la majestuosidad de Wolf Hoffmann que con sus guitarras cola de pescado, marcaban el unísono con melodías perfectas, impecables, que no dejaban la menor duda del porqué Accept era quien estaba cerrando el Festival y por qué estaba en la élite del Metal a nivel global, con un despliegue de éxitos como Restless and Wild, Princess of the dawn, Balls to the wall, Metal heart, entre otros éxitos que dejaban unos zapatos cada vez más difíciles de llenar.

Como muestra esta reseña, los problemas fueron totalmente superados por la grandeza de lo que fue el Festival con sus bandas y una boleta a un precio justo que eficazmente convoca cada vez más y más metaleros de todas las regiones, estableciéndose así, cada vez más, como un evento de referencia para el mundo, con un ejemplo de cómo precios accesibles y justos permiten crecer exponencialmente en un terreno difícil de desarrollar en un país con tantas trabas, donde los asistentes no son conscientes o no saben de las zancadillas por las que tiene que pasar un festival de esta magnitud como lo son entidades gubernamentales, proveedores, auspicios, entidades reguladoras de eventos, entidades de recaudo de derechos de autor, entre otros factores que buscan tumbar toda la gestión, pero el poder del bajísimo, del Metal y de sus seguidores es imbatible, así que esto seguirá creciendo.

Ningún festival es perfecto y no todos empiezan siendo grandes, el Festival del Diablo empezó por lo alto y va en ascenso, lo que queda es ¡seguir apoyando sin regatear y entregar nuestra energía a las bandas que cruzan continentes por entregarnos todo!

 

Vea aqui la galeria fotográfica del Festival del Diablo III 

Por, Duvan Gómez

Crónica: Duván Gómez

Fotografía: Angélica Castro y Duván Gómez

Edición: Erika Molina y Luis López

¡Bienvenido!

Damos la bienvenida a Duván Gómez, quien con ésta, su primera reseña, se integra a nuestro equipo de columnistas para Urbania Rock.

¡Hell Yeah!

 

 

 

Venezuela

Las caras de Venezuela en la Séptima de Bogotá

Un acusado de terrorismo convertido en estatua viviente, un licenciado en ciencias tocando como tamborero, una chelista de sinfónica, con su gran instrumento buscando el sustento diario, son apenas algunos de los muchos venezolanos que recurriendo a su talento cultural se están ganando la vida en una ciudad que los acogió, pero que les exige, para permanecer en ella, el coraje que muy pocos ostentan. 

Por, Winifer Padrón Vargas

De la calle 19 a la 24, en la carrera séptima de Bogotá, se agrupan diversos artistas callejeros con dos objetivos en común: el primero, entretener a los peatones y de segundo, el más importante: obtener algo de dinero. En todas estas cuadras, cercanas al centro de la ciudad, se pueden encontrar entre otros, músicos, estatuas vivientes, bailarines, un universo único de personajes entre los cuales hay muchos venezolanos.

Venezuela
Foto: Yordan Hernández

Tal es el caso de una de las víctimas que afirma haber sido perseguida por el gobierno venezolano, Ramón Barragán, conocido como “El romancero del estado Lara”, cantante de música llanera.  Llegó el 30 de agosto pasado a raíz de ser acusado de terrorismo por pertenecer al grupo de la Resistencia de la ciudad de Barquisimeto, está en libertad porque tuvo la suerte de que al momento de asistir a su juicio, el abogado acusador nunca se presentó, entonces no lo pensó dos veces y emigró hacia Colombia días después.

Barragán era docente de educación musical en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador “UPEL” y de “Romancero del Estado de Aragua” pasó a desempeñarse como una estatua viviente “El pescador de Oro”, en el centro de Bogotá. Se ha dedicado a este arte urbano de permanecer inmóvil y moverse tan sólo si algún transeúnte le lanza una moneda, teniendo varios temas de disfraz entre los que destaca un aviador y una estatua viviente que se toma fotos con los peatones.

Su drama político dice él, aún continúa. Cuenta que desde que llegó a Colombia han allanado su casa en Venezuela alrededor de siete u ocho veces, ha pedido refugio y asilo político a las autoridades colombianas pero no ha recibido ninguna respuesta. Dejó cinco hijos y manifiesta que “a veces me dan esos sentimientos de que me quiero ir, pero sé que no puedo pisar territorio venezolano… es difícil dejar todo… no porque uno se viene, si no por el que queda con todos los problemas allá y eso duele mucho”.

Melodías para escuchar 

Venezuela
Fotografía: Yordan Hernández

A lo largo de la gran metrópoli, venezolanos como Rosa María Romagosa Arias, que llegó en mayo del presente año desde su país, luego de una travesía de 24 horas en una flota de transporte, trabaja tocando su instrumento musical, el Chelo. “es fuerte el viaje dentro de un bus”, afirmó por el cansancio que la consumió y más si a eso se le suma la sorpresa por la que pasan muchos de sus compatriotas que en frontera, en las casas de cambio, les dan la triste noticia de que 100 dólares que compró en Venezuela eran totalmente falsos.

Romagosa al no poseer ni un solo centavo le tocó permanecer cinco días en Cúcuta en los cuales le tocó dormir con desconocidos. “La persona que me había vendido los dólares me consiguió 65 y con esos pude llegar hasta Bogotá”. En su rebusque le tocó trabajar en una peluquería donde se topó con gente buena y tiene la fortuna de contar con el alojamiento que le brindan algunos amigos. Rosa está sola en Colombia pero con planes de traer a su familia, ya cumple tres semanas trabajando en la carrera séptima y su chelo, además de brindarles bellas melodías a los visitantes, a Rosa se le convirtió en su principal generador de recursos para mantenerse.

Tambores para bailar 

Uno de los principales tamboreros que se encuentra en la carrera séptima es Orlando Muñoz Vargas, venezolano del estado Yaracuy. Él tiene un mes en Bogotá y contó que según lo vivido lo han tratado muy bien, sin embargo asevera que junto a su compañero se “han enfocado en sacar lo bueno de las personas” y agradece a los cachacos que los han recibido con una gran sonrisa.

Venezuela
Foto: Yordan Hernández

Orlando fue uno de los muchos venezolanos que viajó por tierra “es el viaje más largo que he hecho en mi vida”, el traslado duró dos días desde la región en la que vivía. Sin embargo piensa regresar a su país “mi familia lo es todo ante cualquier posición económica”, dijo que está en Colombia para trabajar y generar un sustento económico para poder llevárselo a sus seres queridos para tener la ansiada estabilidad monetaria que no ofrece Venezuela.

Jesús Gregorio Montesinos Martínez, compañero de Orlando, llegó en un grupo de tres amigos que vinieron decididos a trabajar. Se iba a regresar a visitar a su familia pero decidió quedarse y enviarles el dinero que iba a gastar en el pasaje, para que subsistieran.

Jesús fue obrero educacional y Orlando era licenciado en ciencias del deporte pero a ninguno de los dos el sueldo le alcanzaba, por ello decidieron salir del país a conseguir mejores oportunidades y un trabajo con el cual poder ayudar a sus seres queridos.

El Ministerio del Trabajo de Colombia, a través del Servicio Público de Empleo (SPE), aprobó que los venezolanos que llegaron al país tengan los mismos derechos laborales que los nacionales al aplicar a vacantes disponibles y al portafolio de servicios de esta entidad. Sin embargo, a Jesús y Orlando no les dieron oportunidad de empleo, entonces improvisaron con una propuesta cultural venezolana, comenzaron a dar un show de títeres que no brindó buenos resultados, cambiaron la estrategia e iniciaron a tocar los tambores “el pueblo colombiano de vez en cuando nos echa su monedita, a veces nos traen ropa, comida” algunos los incentivan y les dicen  “fuerza, su país va a cambiar”, frases que, en medio del resonar de los tambores, alimentan sus almas de espiritualidad.

La resistencia venezolana 

Vladimir Cortés, proviene del estado Barinas, era técnico auxiliar en redes pero el sueldo mínimo que ganaba “no me alcanzaba para nada”, afirma, siempre se dedicó al arte callejero, tiene dos años en Colombia. En las protestas de 2014 estaba en la primera línea de ataque hacia la represión que desenfundaban los cuerpos de seguridad y desde allí junto a un grupo de compañeros, que hoy día están privados de la libertad, empezó a ser perseguido. Actualmente es una estatua viviente de la resistencia venezolana en la carrera Séptima.

Venezuela
Foto: Yordan Hernández

Cuenta que “nos buscaban en nuestras casas, puesto que éramos los que más nos veíamos en videos y fotografías al estar en la primera línea durante las manifestaciones”, fueron considerados terroristas por el Gobierno: “lo que hacíamos era manifestar y expresarnos, hasta que me tocó salir definitivamente del país […] Dejé una hija a cargo de mi mamá a la cual no le falta nada ¡Gracias a Dios! Porque me levanto mis pesitos y les envió dinero” expresó.

Cortés tiene dos meses en Bogotá, siempre estuvo en la costa norte colombiana y desde que llegó a la capital le ha ido muy bien con el arte callejero pero su meta es llegar a Chile donde ven con mejores ojos la actividad que realiza.

Entre danzas y clases de baile 

Ester Andreina Ortiz, bailarina y dueña de una academia de baile en Maracaibo, actualmente se gana la vida moviendo sus caderas al ritmo de la danza árabe en el centro de Bogotá. Afirma que no olvida su país y que aparte de recibir algunos pesos durante el día, brinda clases de baile los viernes.

Venezuela
Foto: Yordan Hernández

A pesar de toda la situación que vive su nación, ella señala que lo negativo “nos impulsa a buscar otros horizontes y a salir de lo nuestro, de lo mismo”, y es de esos venezolanos a los que se les ha presentado el percance de que la policía colombiana en frontera le cobró 30 mil pesos para poder colocarle el sello a su pasaporte y entrar al país.

“Al llegar a Bogotá vi mucha gente arrimada en el piso, durmiendo en la calle, muchas personas de acá les brindaron trabajo, ropa, comida. Vine con una propuesta de trabajo pero estoy aquí hace tres meses trabajando en la Séptima”. Exalta que a pesar de haber encontrado muchas personas agradables y educadas, ha notado un poco de recelo de parte de algunos colombianos respecto al trabajo.

“Tomé la decisión de venirme porque ya no había medicamentos en Venezuela, ni alimentos, no tenía libertad de expresión, podía tener cuatro academias pero los alquileres subían mucho y no era rentable”. Enfatizó que existían muchas protestas cerca de su residencia y fue tanto el trauma que le produjo que al llegar a Colombia mantenía pesadillas donde los guardias nacionales la perseguían con bombas lacrimógenas.

Así como ellos muchos venezolanos diariamente se la ingenian en diversos países para obtener algo de dinero que enviar a su país y ayudar a sus familias.

El pasado mes de octubre Migración Colombia presentó un balance con el número de ciudadanos venezolanos que hay actualmente en el país, son 470 mil personas, los que están de forma regular e irregular en el territorio, la entidad también aseguró que 39% ha solicitado el PEP (Permiso Especial de Permanencia) se encuentran en Bogotá, aunque a pesar de ello son muy pocos los que han podido gozar de un empleo fijo, ya que está presente la xenofobia y la falta de oportunidades.

La Canciller María Ángela Holguín Cuéllar en una rueda de prensa en los EE. UU, acerca de la situación de los venezolanos hizo una recomendación: ellos fueron muy generosos cuando Colombia atravesaba por un mal momento, no podemos no serlo ahora y entrar en la xenofobia. Hay que ser grandes y ayudar”.

Crónica: Winifer Padrón Vargas

(@Winifervzla)

Fotografía: Yordan Hernández

(@Fotoyordanh)

 

Pasado

Dicen que siempre volvemos a los lugares en los que fuimos felices, y es verdad, pero caminar por estos lugares, es como recoger los pasos de un pasado que se quedó detenido, en el aire, en las risas, en los gritos, en los pensamientos.

Por, Erika Molina gallego

Dicen que siempre volvemos a los lugares en los que fuimos felices, y es verdad, pero caminar por estos lugares, es como recoger los pasos de un pasado que se quedó detenido, en el aire, en las risas, en los gritos, en los pensamientos. 

PasadoEn el silencio profundo de ese pasado, hoy se respira un soledad que hiere, una que llena de lágrimas los ojos, en parte por la nostalgia de la felicidad que allí se vivió, pero también por el dolor de saber que casi en un abrir y cerrar de ojos, todo quedó atrás.

Cómo ansiábamos crecer, pienso en eso mientras recorro paso a paso los viejos caminos, ahora llenos de telarañas. Los pinos crujen con el viento, tal vez ellos también recuerden mi presencia, nuestra presencia, o quizá, también nos olvidaron. Muchos de ellos ya murieron, seguramente cansados de esperar por los gritos de siempre, otros más apenas empiezan a crecer, y nunca serán testigos de aquellas historias que sus viejos ancestros conocieron.

PasadoEl lecho del pinar ya no es el mismo de antes, los nuevos habitantes lo cubren casi por completo, la vieja rama del columpio aún sigue allí, fuerte, arqueada como siempre, seguro esperando el lazo que nos lanzaría muy lejos. El claro aún deja entrar el sol y todavía se puede ver el azul del cielo, me parece ver allí la olla tiznada puesta en el fogón, ese en el que se preparaba chocolate los domingos, y el balón a punto de caerle dentro y  la leña parada en el tronco de casi cada árbol de aquellos cientos, puesta allí por unas manos viejas, arrugadas, llenas de pecas ya por el paso del tiempo.

Las tapias de las antiguas casas ya no son visibles, la naturaleza reclamó su lugar, los frutos que llenaban nuestros bolsillos ahora son escasos, pero el agua sigue brotando del nacimiento sin parar, sigue ahí, limpia, pura, las ranas cantan a su alrededor, igual que siempre, como si el tiempo nunca hubiera pasado.

Nuestro espíritu sigue vivo allí, aún permanecen nuestras risas, en el silencio del viento, en cada hoja que cae, en una que otra ardilla que trepa por un pino, la algarabía permanece. Ante mis ojos se dibujan los costales en los que nos arrastrábamos por la viruta, los bejucos con los que era amarrada la leña, las piñas con las que jugaban los perros y los sueños que plasmábamos en las nubes, recostadas en el cálido suelo del bosque por las tardes.

PasadoNos gustaba imaginar cómo sería el mundo, qué habría más allá de las quebradas, las huertas, el pinar, el musgo, las carreteras de tierra, las cáscaras de eucalipto, y el vuelo de las palomas abanico.  Ahora lo conocemos, y no, nada es como lo imaginamos, ¿cómo íbamos a saber que aquello era todo lo que necesitábamos?

Sigo caminando, repasando en mi mente cada pequeña historia, cada pelea, cada escondite y cada choza, cada juego inventado con complicidad, me parece escuchar las carcajadas de los muchachos jugando futbol en la cancha en un día soleado, lluvioso, no importaba, todos se disfrutaban por igual. Las huertas, antes llenas de comida, ya no son más que maleza y los eucaliptos aún se levantan imponentes, tal vez contentos de que no haya cometas insolentes que se enreden en sus altísimas ramas. Todos nos fuimos, uno tras otro hicimos una vida lejos, los más chicos nunca lo entendimos, era una traición abandonar la gran casa en la que vivimos, pero nosotros también crecimos.

PasadoUna adorable voz me saca por un momento de mis recuerdos, pero verla a ella sólo hace más grande mi sentimiento, ¿cómo es posible que este aquí? Si hasta hace poco éramos tan pequeñas como ella.  Tomo el camino de regreso, y mientras me alejo siento como si un puñal atravesara mi pecho. Trato de imaginar que existe un pasado viviente, uno que nunca pasa, que nuca termina, que allí, es los lugares que nos hicieron felices, aún hay un montón de niños, que ríen, que corren y a los que podremos visitar  siempre que queramos recordar lo que siempre hemos sido.

 

Por, Erika Molina Gallego

 

Corrupción: la horrible noche no cesó

No cesó la horrible noche para Colombia. Una noche que arrancó cuando apenas América había sido descubierta por los españoles y se ha extendido a perpetuidad con la historia misma del país. De los 5 mil pesos de la Corona a Odebrecht.

Por, Andrés Angulo Linares

No cesó la horrible noche para Colombia. Una noche que arrancó cuando apenas América había sido descubierta por los españoles y se ha extendido a perpetuidad con la historia misma del país. De los 5 mil pesos de la Corona a Odebrecht.

Francisco de Sande, Presidente de la Real Audiencia de Santa Fe, en 1602 entregó cinco mil pesos oro para que fueran depositados en la Tesorería del Virreinato, dinero que nunca llegó a su destinatario. Llevaba poco tiempo gobernando y las protestas sobre su tiranía eran constantes, razón que llevó a España a enviar un visitador que corroborara si era justo o no el levantamiento del pueblo.

Andrés Salierna de Mariaca fue el encomendado de dicha comisión, pero tuvo que liderarla desde un lecho a causa de una intoxicación, aun así ordenó el exilio de Sande a Villa de Leyva, este último prestó poca importancia al respecto y desde el municipio boyacense dejó escapar el rumor que había sobornado al visitador con la cifra extraviada y que saldría triunfante del proceso en su contra.

Mariaca murió unos días después, negando hasta el último instante su participación en el cohecho insinuado por el Presidente, Sande falleció dos semanas después y con ellos la verdad sobre lo sucedido con el dinero extraviado.

La anécdota anterior fue registrada por Juan Rodríguez Freyle en una crónica escrita para El Carnero, bien puede ser el primer caso de corrupción de la que se tenga conocimiento, aunque históricamente, el primero se haya dado a comienzos del siglo pasado, cuando Rafael Reyes, entregó a sus hermanos unos campos petrolíferos y con los sobornos de los políticos de entonces para que facilitaran la pérdida de Panamá.

Podría afirmarse, sin temor a equivocarse, que la corrupción ha cabalgado con toda calma en el país, mucho antes de que llegara a ser bautizado como Colombia. Los recursos públicos son desviados constantemente y las cifras que ha alcanzado, por escandalosas que éstas sean, ya no causan sorpresa alguna en la opinión pública. La indignación es temporal y débil, ante un flagelo mucho más antiguo que la violencia que agobia a los colombianos desde mediados del siglo pasado.

Puertos de Colombia (Foncopuertos), Ferrocarriles Nacionales, Fondo Nacional de Caminos Vecinales, Proceso 8.000, Dragacol, Cajanal, la ‘yidispolítica”, Telecom, el “carrusel” de la contratación, Agro Ingreso Seguro, Saludcoop, Odebrecht; y el más reciente “el cartel de la Toga” que destapó la olla podrida de la justicia, son sólo una parte de los casos denunciados de más renombre, sin contar los muchos que representan una mínima cuantía y otros tantos que habrán pasado desapercibidos.

La corrupción se ve representada en distintos sectores de la sociedad, su práctica se hizo cotidiana hasta en los escenarios más comunes, como el no pagar un pasaje en Transmilenio, comprar productos de contrabando, evadiendo los impuestos gravados en artículos de consumo o hasta apropiarse de los recursos públicos. Todas sus manifestaciones son el reflejo de ese cáncer que agobia al país.

No obstante, son los grandes casos los que en verdad ponen en juego la estabilidad económica y los que han puesto en entredicho a los gobiernos de turno. En cada periodo presidencial se anuncian nuevas estrategias para prevenir, detectar y castigar las prácticas corruptas en cualquiera de sus categorías: peculado, prevaricato, concusión, cohecho, fraude o tráfico de influencias.

A comienzos de este año la Secretaría Anticorrupción, creada en el 2011, dio a conocer el Índice de Transparencia de las entidades públicas durante el periodo comprendido entre 2015 a 2016, la secretaría, mediante su observatorio, analizó 165 instituciones  y ninguna presentó un nivel bajo de riesgo de corrupción, la mayoría se ubicó entre el rango alto y muy alto.

La medición se hace, según Marcela Restrepo, una de sus directoras, sobre 100 puntos y entre más cerca se esté de este tope, menor será dicho riesgo.

La Fiscalía General de la Nación obtuvo una calificación de 50,9, que la ubica en el segundo lugar con un nivel de riesgo alto, después de la Unidad de Información de Análisis Financiero –UIAF. Los ministerios de Justica y de Transporte presentaron, también, un riesgo alto.

Las gobernaciones fueron incluidas dentro del observatorio, lo cual arrojó que Chocó es el departamento con mayor riesgo, ubicándose en el nivel alto con una calificación de 30,2, seguido de la Guajira que obtuvo un 43 en la evaluación, la misma que Guainía.

En cuanto a las Alcaldías, Puerto Vichada, Cúcuta, Riohacha, Santa Marta  y Arauca fueron las que obtuvieron los puntajes más bajos.

No es difícil inferir, de acuerdo con este informe, que los esfuerzos son insuficientes y que en los controles no han surtido un efectivo positivo en la lucha contra la corrupción, aunque el gobierno actual asegure que uno de los mayores retos en el posconflicto es, precisamente, la erradicación de la corrupción. Según el mismo índice, se requiere un mayor  control social ciudadano que no calle ante las irregularidades cometidas por los funcionarios.

Teniendo en cuenta que, en teoría, los servidores públicos deben ser ejemplo de ética y de moral, el panorama está lejos de representar un mejor horizonte para el país, que en cada época ha tenido grandes monstruos que enfrentar: el narcotráfico, los paramilitares, la guerrilla, entre otros y la corrupción, cuyo paso no es silencioso, camina con la complicidad de instituciones que deberían hacerle frente en vez de hacerle calle de honor o, lo que es peor, la acompañen en su paso, permeando por igual a todos los poderes.

Corrupción: causa y consecuencia de la crisis social

Con la descentralización planteada en la Constitución de 1991 se pensó que dicho cambio permitiría reducir la corrupción, detectarla y erradicarla. No fue así. Se pensó, además, que la Contraloría, la Procuraduría y las fiscalías regionales podrían ejercer un control mucho más estricto sobre las regiones. 26 años después, la realidad es muy diferente y a hoy, no hay entidad pública que no esté involucrada en casos que atentan contra el erario de la nación.

La corrupción le está costando a Colombia, según el contralor general Edgardo Maya, 50 billones de pesos al año, la procuraduría dice que la cifra es menor, 32 billones de pesos, lo cual representa un 4% del Producto Interno Bruto –PIB. La Sociedad Colombiana de Economistas –SCE, estudió la última década del siglo pasado y la primera del nuevo milenio y la cifra presentada por la entidad fue cercana a los 189 billones de pesos.

Esta enfermedad ha puesto en riesgo el desarrollo del país y provoca que cualquier discusión sobre proyectos o inversiones que se vean frustradas por falta de recursos, se quede sin argumentos. Los efectos nefastos que deja a su paso no sólo golpean a la economía del país, es un desastre social que no sólo le niega a Colombia un mejor futuro, sino que a su paso ha dejado una gran mancha de sangre.

400 años después Colombia ha sido testigo de cómo su erario no llega a su destinatario y de cómo, con el tiempo, la verdad es extraviada, muriendo, como Sande y Mariaca, en el silencio.

Por, Andrés Angulo Linares

@OlugnaElGato

Cantadoras Memorias de vida y muerte en Colombia

La música, un grito de resistencia cultural que lleva, a través de la música un mensaje de paz, que la joven directora María F. Carrillo plasma con acierto en su documental Cantadoras. Memorias de Vida y Muerte en Colombia.

María Fernanda Carrillo, directora del documental ‘Cantadoras. Memorias de vida y muerte en Colombia’  y Ceferina Banquéz, cantadora de bullerengue y una de sus protagonistas, conversaron con Rugidos Disidentes sobre esta propuesta audiovisual que lleva al espectador por un recorrido mágico a través de la música, usada como grito de resistencia y de paz.

 

Por, Edward Carrillo Sáenz

 

 

 

 

Imagen tomada de internet: https://vimeo.com/134987217