El escritor no ‘elige una profesión’, como el que se hace médico o policía. No se trata tanto de escoger como de ser escogido, y una vez que se acepta el hecho que no se vale para otra cosa, hay que estar preparado para recorrer un largo y penoso camino durante el resto de la vida”.
Sin duda los libros de Paul Auster merecen ser recomendados. La primera vez que supe sobre este autor fue hace años cuando vi uno de sus títulos debajo del brazo de un joven periodista y excelente escritor. Recuerdo bien que superé mi timidez para preguntarle qué libro era ese que leía con tanto ánimo durante la semana. Entonces me mostró la caratula de La Trilogía de New York, guardé ese título y esa imagen en mi archivo de pendientes. Días después me acerqué a la biblioteca para buscar aquel libro pero no lo encontré. Sin embargo, me llevé una gran sorpresa cuando me decidí por un pequeño ejemplar del mismo autor (Paul Auster) que se titulaba El cuaderno rojo, un delgado preámbulo de relatos interesantes que serán motivo de otra entrada en Todas mis declaraciones (+) y que comparto hoy en Rugidos Disidentes.
Pero este abrebocas que parece inoficioso tiene un objetivo claro y distante del acoso de llenar espacios aburridos en Todas mis declaraciones (+), se trata de una evidencia sobre como los libros y las historias se empeñan en encontrarnos, de como una pregunta te lanza a un mundo de posibilidades y como una decisión puede negarte la oportunidad de descubrir algo nuevo. No solo pasa con los libros, ni con las películas sino con la vida, los sabores y las personas. Por eso me parece apenas lógico compartir aquellas lecturas que hacen efecto de una manera más fresca y que dista mucho de una crítica literaria, bien podrá si lo prefiere cerrar esta página y olvidarse de esto. En todo caso mi última pretensión es convencerlo de algo, me encantaría si decidiese leer mi recomendado y decidiera que me he equivocado al recomendárselo.
A salto de mata (Crónica de un fracaso precoz)
Paul Auster
Por, Yulieth Mora (@5texto)
https://todasmisdeclaraciones.wordpress.com/
Se trata de un libro autobiográfico en el que un escritor recuerda con la distancia que corresponde, sus inicios en el camino de la literatura. Su subtítulo: Crónica de un fracaso precoz, es apenas el abrebocas de una historia que no promete la típica línea narrativa en la que un ser humano cumple su objetivo de éxito y la felicidad aparece como recompensa. La verdad es que página tras página uno se va preguntando si es que le puede pasar algo peor a este aventurero que ha decidido ser escritor, cueste lo que cueste.
En esta rápida crónica un joven deja de serlo, se enfrenta con un sistema hostil que apenas le ofrece un par de migajas para sobrevivir y se convierte en un adulto con una familia que sostener. Luchar contra los prototipos de una vida americana, trabajar sin descanso en labores apartadas de la literatura, esa intensa carrera por ahorrar tanto dinero como sea posible durante años y perderlo en un par de meses porque la vida cuesta, su trabajo apenas perceptible para nadie como traductor y sobre todo aquellos personajes insólitos que solo durante su aventura pudo conocer, esos errantes, desajustados de la realidad y olvidados. El mismo Paul Auster conversando con John Lennon semanas antes de su asesinato. Un libro ideal para aprendices, no solo de escritor sino de otras materias. Esta frase aparece desde el principio de su libro casi como una sentencia:
“El escritor no ‘elige una profesión’, como el que se hace médico o policía. No se trata tanto de escoger como de ser escogido, y una vez que se acepta el hecho que no se vale para otra cosa, hay que estar preparado para recorrer un largo y penoso camino durante el resto de la vida”.
Además, Auster toca temas fundamentales en la formación, sobre el valor del dinero en la vida del ser humano y reflexiona sobre sus efectos en el mundo de las artes y la vida cotidiana.
“A fin de cuentas, el dinero es una ficción, papel sin importancia que sólo adquiere valor porque un gran número de personas deciden dárselo. El sistema se basa en la fe. No en la verdad ni en la realidad, sino en la creencia colectiva. ¿Y qué pasaría si esa fe fuese socavada, si un gran número de personas empezara a dudar del sistema?”.
Fracaso tras fracaso hasta los 30 años en los que su padre muere y aquel largo camino se ve iluminado por el inicio de su vida como escritor con el título: La invención de la soledad, obra que se centra en este acontecimiento.
Sin más qué agregar… un libro ideal cuando se trata de aterrizar a la realidad con ese presentimiento de confiar en los sueños y el talento.