Durante la primera mitad del año atestiguamos una corridilla de festivales locales: USMETAL, Hyntiba, Barrios Unidos, Puente Aranda, Centro y Metal de las Montañas 2017, el mejor evento en su tipo. Tras su ausencia durante el 2016, afectado por las políticas distritales, asistimos a uno de los momentos más importantes para la música local, que sin duda, de nuevo, logró su cometido.
En la lucha por el compromiso social del Metal
El Ambiente del Evento
Durante la primera mitad del año atestiguamos una corridilla de festivales locales: USMETAL, Hyntiba, Barrios Unidos, Puente Aranda, Centro y Metal de las Montañas 2017, el mejor evento en su tipo. Tras su ausencia durante el 2016, afectado por las políticas distritales, asistimos a uno de los momentos más importantes para la música local, que sin duda, de nuevo, logró su cometido.
Estos eventos musicales, que han permitido debutar o conseguir audiencias masivas y significativas para que las bandas puedan mostrar sus producciones en unas tarimas más que adecuadas, logran atraer seguidores de toda la ciudad, quienes asisten fielmente a estas citas, ya tradicionales, consagradas principalmente –valga decirlo– a los sonidos extremos y que lastimosamente, están acostumbradas a la gratuidad, afectando la escena puesto que por estas mismas fechas varias bandas locales realizaron conciertos privados con una mínima presencia del público. Aunque es importante resaltar que en el caso del Metal de las Montañas, el venerable, debía entregar un kilo de alimento no perecedero, destinado a la labor social que es fundamental del Movimiento Rock por los Derechos Humanos de Ciudad Bolívar, en tanto que como ellos mismos señalan, no son un simple concierto, son una organización social en pie de lucha.
Este festival no está ajeno a las críticas, por parte de los empresarios privados, que aseguran y difunden el argumento en contra de la gratuidad que afecta la conciencia de los melómanos del rock y hace que estos prefieran no pagar por una boleta, haciendo que muchas veces se cancelen o hasta se regalen las entradas para conciertos. Es innegable que en el formato de festival, se logra una concurrencia de público significativa. De lado y lado, lo importante, es que se debe seguir educando nuevas generaciones, puesto que este momento es de suma importancia histórica, dado que tenemos más bandas con muy buenos músicos, pero cada vez, menos público para apreciar su trabajo.
La versión número XV, de Metal de las Montañas, organizado por el Movimiento Rock por Los Derechos Humanos de Ciudad Bolívar, retoma su importante labor al frente de una suerte de actividades que realizan durante todo el año y que son visibles plenamente, durante los dos días de más de 8 horas diarias de descargas de Metal Extremo y algo de Heavy (aunque mínimamente). Es aquí donde se evidencia su atento y continuo compromiso no sólo por la escena metalera, sino por las comunidades. Ya es infaltable, para quienes asistimos, las charlas con los familiares y víctimas de los falsos positivos, logrando que sintamos ese compromiso social, pues en medio de toda la actividad musical, es posible interactuar con ellos y escuchar de fuente directa, los testimonios salvajes de la violencia que, de una otra forma, nos ha tocado a todos.
Asimismo, las escuelas de formación deportiva y, ante todo, el proceso riguroso de encuentros de debate y profesionalización que realizan con las bandas participantes en el proceso de selección, logra conectar a los artistas de forma sincera con los propósitos del festival y sus organizadores. Durante sus presentaciones las agrupaciones recurren constantemente a palabras como: compromiso social, derechos y deberes, conciencia, solidaridad, crítica y acción, creando un ambiente interesante, donde el público se muestra receptivo y conectado a estas prerrogativas. Más allá de las posturas políticas e ideológicas individuales, se contagia esa energía que transmite el Movimiento por colaborar en la causa social y no quedarse en palabras, para quienes somos habitantes del sector, realmente, este festival es un orgullo.
Este año se innovó con la Carpa de la Memoria, donde, además de comida y cerveza, venta de discos, merchandising, fotografías de recuerdo y camisetas, se pudo interactuar con las víctimas y los representantes de los desplazados de Quiba y en conferencia abierta, junto con algunas bandas, fueron contestando preguntas del público.
Sólo podemos felicitar a la organización pues, como siempre, fue un éxito en su enfoque social y por la capacidad que ha tenido para transmitir y generar un espacio en el que se manifieste la reivindicación del rockero y el metalero, como parte de una cultura con dignidad. En tanto, es posible entrar sin regulación policial restrictiva, ser parte del ejemplo de buen comportamiento entre los asistentes, participar de un ‘pogo’ sin peleas o heridos. Realmente, muestra de diversidad, ya que es posible el ingreso y el encuentro con niños, ancianos, personas discapacitadas, y vecinos que ya sea por curiosidad o convicción se acercan al evento, incluso, con sus mascotas –“Aquí no se le quitan las correas, los zapatos o los taches”, afirma vehementemente Juan Carlos Prieto, líder y presentador del Festival, cuya consigna para este año fue “Memoria, Arte y Paz”, nunca mejor titulado.
Día 1: sábado, 29 de Abril
Epittafio
La tarde comenzó con la presentación de Epittafio, con Doble T, encargados de inaugurar el evento. Descargaron toda su furia Death. Poderosa presentación inicial de esta banda surgida en el 2012, que está conformada por Jonathan Carnage en la batería, Daniel Bambagüe en la guitarra, Camilo Díaz al bajo y Sergio Gómez en las vocales. Banda joven que aun puede desatar todo su potencial, patente en su primer demo Poder e Impunidad del 2016, del cual se puede disfrutar del video homónimo.
Inner Betrayer
El siguiente acto estuvo a cargo de esta banda, un tanto más veterana en el terreno local y que ya cuenta con su álbum debut de 2013 Corporatócracia,mientras se encuentran en la producción de siguiente placa denominada RAZA. Para estas alturas, el sonido aún presentaba fallas, pero la banda supo con su experiencia sortear el impase y ejecutar todo su repertorio sin temor, motivando, desde muy temprano, la entrada del público, que encontró un escenario un tanto más pequeño al de hace dos años, pero que permitió una visualización efectiva desde cualquier punto. Inner Betrayer practican un Death Metal que apuesta por un sonido crudo y directo sin mayores retoques, retomando los aspectos más identitarios del género. Tras varios cambios de alineación, se encuentran conformada por Jorge Cuitiva en la Voz, Andrés Lozano y Maikol Hernández en las guitarras, Steven Cartagena Lozano en el bajista y David Gómez en la bateria.
Pacto
A continuación entró al escenario Pacto, solida agrupación de Black Metal, que se destaca por la combinación de armonías sustentadas en el trabajo de la guitarra y el teclado –evidenciando la hermandad entre estos dos componentes–. Su estética no recurre en particular a los clichés del género. Se centra más en la búsqueda de un sonido particular, que sin duda está muy bien logrado. Pese a las dificultades técnicas, su presentación fue una de las más destacadas de la tarde, pues la combinación entre momentos de riff muy heavys y la cadencia de los pasajes casi que orquestales, inundaron el ambiente con un sentimiento épico y lúgubre, trasmitiendo su intención sonora bajo el tremendo rayo de sol que acompañó la tarde. Pacto cuenta con el álbum, Reino De Los Hechiceros, de 2014. En la actualidad la banda está conformada por John Sabogal en la guitarra, Manuel Sabogal en teclados,
Giovanni Cantor en la voz, Jorge Arévalo al bajo y Johan Montaño en batería.
HolyForce
Tras la demostración de melodía y oscuridad de Pacto, llegó HolyForce (sí, pegado, para no confundir con la banda Power Prog, del legendario Marck Boals). Con una contundente demostración de Heavy Metal en el estilo clásico, levantó la energía del público e hizo que éste alzara su voz, en un apoyo coral impresionante. La banda del día, para nuestro gusto entre todo el metal extremo del Festival. Se destacó por su sonido limpio, una cabalgada efectiva de bajo y batería, solos perfectos de un guitarrista muy destacable que acompañó la impresionante voz de Fabián Galindo, quien alcanzó las notas más altas para cantar clásicos como I want Out (Helloween) y en el homenaje que HolyForce realizó al maestro Elkin Ramírez con No Me Hables de Amor (no ha escapado ningún festival de estas demostraciones de respeto por Kraken y su fundador). Sin embargo, también presentó sus temas propios, como, con una conmovedora letra, Anunciando tu Partida, escrita como réquiem en dedicatoria para el tristemente fallecido hermano del guitarrista Alexander Pirabán Guillén, producto de la violencia sin sentido que nos rodea, pero que en manos de estos artistas se trasforma en una catarsis artística de calidad innegable. Acompañamos de corazón su dolor y exaltamos la presentación de HolyForce que, sin duda, va por el camino de romper con calidad los esquemas de una escena. en que a veces, las propuestas más tradicionales terminan por impactar más que la monotonía de un extremismo con paradigmas muy rígidos de brutalidad. La alineación se complementa con Andrés Villegas en el bajo y Fernando Rodríguez en los tarros. Nacida en el 2006 ha producido los álbumes
El Reino del Fuego, de 2006 cuando se denominaba Paradigma; Symphonia de la Noche , 2007; Si Pierdo la Ilusión, 2010 y ¿Qué Nos Depara el Destino?, 2016.
DesintegrateD
Prosiguiendo la tarde se montó en la tarima esta agrupación de Death Metal, en todo el sentido que esas dos palabras puedan trasmitir y que si bien ya es normal en nuestra escena nacional, cabe resaltar la inconfundible presencia y la voz de Geidi Cano, quien la rompió con toda. Realizaron el cover de La Pestilencia Soñar Despierto, pero se enfocaron en la presentación de su álbum Mundo de Perversión y sus lanzamientos más recientes como Milicia Espiritual, Muerte Silenciosa o el más reciente, Falling Dreams. Surgidos en el 2010, desde Soacha, esta agrupación está compuesta por Kevin Ortiz en batería,
Manuel Buenaventura y Brayan Cantor en las guitarras y Alejandro Carbonero en el bajo. Logró la aclamación del público que siguió los ‘pogos’comandados, desde la tarima, pues sudominio del escenario y del público es fuerte. Una banda que no pasará desapercibida.
Dead Silence
Iniciando el final de esta primera tarde de festival, llegó el turno para Dead Silence, confirmando la supremacía del Death Metal en la tarima de este año. Inició labores en el 2008.Su alineación cuenta con Andrés Sanabria en la voz, Andrés Bello en guitarra, Jason Camargo en la batería Y Miguel Contreras al bajo. Tras una parada de tres años retomó la escena y está promocionando su sencillo The Judgment, a través del siguiente Lyric Video. Destacados por la fuerza de su sonido, es característico un aire de metal contemporáneo, pero sin salirse en ningún momento de los cánones del género que ostentan pura rudeza. El público disfrutó de ‘pogos’ organizados por el líder de la agrupación, que realmente hizo temblar el piso del parqueadero de la casa de la cultura de Ciudad Bolívar.
Behind The Mask
Antes Nox Corvus, es una agrupación de Metal Melódico que se formó a principios de 2010 en Bogotá. Recurre con efectividad a efectos del Gótico, el Doom, el Black y el poco afamado Dark Metal. La entrada de la noche en pleno y el juego de luces jugó a favor de su presentación, que logró transmitir una atmosfera de melancolía y poder mortuorio, característico de este proyecto. Otra gran presentación del día que rompió el molde y presentó un show centrado en las liricas de la vocalista femenina Ana María Montes y el contraste del vocalista gutural Camilo Moreno. Con sonido limpio y sin imperfecciones, para esta altura de la noche, el público se mostró más receptivo a la música bajando un poco la energía que se reservaría para el cierre. Sin duda, esta agrupación se hace notar por la calidad de los temas y el aire de solemnidad que dota la unidad de sus integrantes en cuanto a composición, sin destacar ninguno por encima de los demás, pero sin que se sienta un eslabón débil. Es un conjunto perfecto para quienes buscan propuestas diferentes dentro de los géneros extremos. Ellos son Beatriz Ospino en la voz, Mario Alonso Díaz Rey en guitarra, Luis Fernando Rosero al bajo, Cristian Martínez en batería y Juan Camilo Moreno Duarte en la voz y teclado.
The End
El cierre definitivo del primer día de este Metal de las Montañas corrió a cargo deThe End, quienes han autodenominado su sonido como Colombian Cyborg Metal, con muchas referencias del Groove, Death Metal y Thrash más contundente y técnico. Ataviados con máscaras de referencia cinematográfica o comics hacia personajes como Predator, el T100 o The Punisher, realizó una presentación de sonido brutal y extremista que sacudió las cabezas ya agotadas, pero con toda la disposición de dar y entrar al ‘pogo’ hasta el último momento. Se evidencia un manejo del escenario que resalta su indumentaria y un frontman que, tras su máscara, conecta con el público.
Nos dejaron con ganas de saber más de esta agrupación, reciente y enmascarada.
Por, Luis Alfredo López H
Metal de las Montañas 2017: Memoria, Arte y Paz II Día